¿LA LEGÍTIMA VIOLENCIA DE UN PODER ILEGÍTIMO? Para comenzar este tema tan complicado hay que aclarar que existe la legítima violencia cuando el pueblo ha logrado llegar a niveles superiores de autonomía y autodeterminación, ejemplo de ello en la actualidad son las comunidades zapatistas en Chiapas o el pueblo kurdo en Rojava y Turquía, y por consiguiente, está relacionada estrechamente con el concepto de autodefensa. Ayer primero de mayo recibí un boletín de una página a la que sigo que se llama Regeneración Libertaria, es española, versaba sobre las condiciones del pueblo: “Han universalizado la miseria, la esclavitud, la falta de libertades, la falta de perspectivas para el futuro de varias generaciones de jóvenes, de migrantes, de mujeres, de ancianos, de personas sin empleo ni prestaciones, de personas trabajadoras semiesclavas… Nos lo han quitado todo: los empleos con derechos, los servicios públicos, la sanidad, la enseñanza de calidad, los transportes públicos, las comunicaciones, las energías (el agua y la electricidad), las viviendas, el acceso a la universidad, a la cultura, a la justicia burguesa, los cuidados a las personas dependientes (ancianas, enfermas y niños). Nos han quitado el derecho a decidir y a protestar, a manifestarnos, a expresarnos individual y colectivamente. Nos han arrebatado el derecho a ser personas libres que puedan vivir con dignidad” Por si cabe aclarar esto es la legítima violencia de un poder ilegítimo. En este sentido, primeramente habremos de entender qué es el poder ilegítimo, es aquél que es arrebatado o abandonado por pueblo, que no nace producto de la propia decisión colectiva, empero, es legítimo porque corresponde a la acción del Estado, legal ante la carta magna. La paradoja es que en la actualidad nos encontramos gobiernos legalmente constituidos, pero sin legitimidad para el ejercicio del poder, porque el pueblo está inconforme y de ser por el mismo pueblo, los dirigentes no portarían tal poder. Es a partir de este punto que la eficacia de la labor política se mide conforme la capacidad de control de la sociedad. Escuchen esta palabra: control. Antes de la paranoia o la moral ofendida tenemos que atender con conciencia a la historia, a los sucesos presentes. La fuerza represiva es la herramienta mínima indispensable para el neoliberalismo Destruye la sostenibilidad material Anula las posibilidades de soberanía e independencia de los Estados Desdibuja las clases políticas frente a las fuerzas empresariales Los estados nacionales se convierten en un mero aparato de seguridad que garantice el “orden y progreso” en las megapolis neoliberales. El monopolio de la fuerza es, automáticamente, el monopolio de las leyes y normas que permiten su subsistencia. Marcos nos plantea la siguiente pregunta ¿La razón del estado corresponde a la razón de la sociedad? En lo absoluto, la razón del Estado responde a la razón de los mercados financieros. En el boletín se menciona que “nos han robado el derecho a decidir” hay miles de ejemplos en México de violencia sutil del Estado pero este llamó especialmente mi atención: En la gira de la candidata Marichuy para el registro de firmas, durante su recorrido por los estados Altamirano, Ocosingo y Palenque fue cortada la señal de internet, celulares, y telefonía. Queda en evidencia que las estrategias represivas son lo que se necesita para enfrentar a quienes se niegan a disfrutar el mundo virtual de la globalización y se resisten. ¿Acaso seguiremos creyendo que la sociedad construye un entorno benigno con la técnica?