Éxodo 28:1 La palabra inglesa “sacerdote” (priest) deriva del griego presbyteros, presbítero, que significa “anciano“. Se usa en todo el Antiguo y el Nuevo Testamento para identificar a una persona que ofrece un sacrificio a Dios. El primer uso del término está en el libro de Génesis para identificar al misterioso Melquisedec, que aparece de la nada en un encuentro con Abraham. Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino. Fue un sacerdote del Dios Altísimo. Bendijo a Abram con estas palabras: “¡Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de cielos y tierra, y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!”. Y diole Abram el diezmo de todo (Génesis 14, 18-20). El oficio del sacerdocio fue puesto por Dios – (Éxodo 28:1). Los sacerdotes de Israel tenían que ser de la tribu de Leví, y estaban a cargo del servicio a Dios. Los levitas que no fueran sacerdotes estaban al servicio de ellos – (Números 3:5-9). Aarón fue elegido como el primer sumo sacerdote, y sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar fueron nombrados sacerdotes. Antes de ellos ser considerados sacerdotes siquiera, tenían que ser lavados con agua – (Éxodo 29:4), demostrando así la necesidad e importancia de una pureza moral o santidad. Todo esto es figura, tipo y sombra del bautismo bíblico. La iglesia está compuesta por gente santa; es una congregación de sacerdotes – (1 Pedro 2:5 y 9). Por eso, para ser miembro de la familia de Dios, hay que primero ser lavados en agua, o sea, ser bautizados – (Hechos 22:16; Tito 3:5; Romanos 6:3-6). No se podía ser sacerdote sin antes ser lavado en agua. Exodo 28; 31:10; 35:19 Cuando las tribus de Israel acampaban: A)Se levantaba el tabernáculo. B)Los levitas construían sus tiendas alrededor del tabernáculo. C)Las restantes tribus formaban sus tiendas – (Nm 1:51-54; 9:15-23). El objeto sobresaliente era el Arca del Pacto. Una vez levantado todo el tabernáculo la atención se centraba en las vestimentas santas de Aarón y sus hijos – (Ex 28:2). › El sacerdote era parte integrante del tabernáculo. › El sacerdote era establecido por una necesidad de pueblo. › Pertenecían a una sola familia, la de Aarón y eran de la tribu de Levi – (Nm 3:12; 18:1-4). › Este privilegio era obtenido solamente por nacimiento natural. ¿Que pasa con nosotros hoy? › Por nacimiento natural todos estamos excluidos de Dios. › Por nacimiento espiritual todos somos sacerdotes de Dios – (Jn 3:3,7; 1 P 2:9-10). LA IMPORTANCIA DEL AGUA Y EL ACEITE Aarón como sumo sacerdote primero fue lavado y luego ungido con aceite – (Éxodo 29:7. El aceite es símbolo del Espíritu Santo). Lo cual es un tipo de Cristo, quién siguiendo el orden de consagración de los sacerdotes fue primeramente bautizado en agua y después “ungido” con el Espíritu Santo de Dios – (Mateo 3:16-17). No solo Aarón sino también los demás sacerdotes fueron primero “lavados” y luego “ungidos” (Levítico 8:24, 30), con aceite y rociados con la sangre del sacrificio que estaba sobre el altar. Esto es figura de la conversión que ocurre en los seres humanos que se arrepienten de sus pecados, se lavan sus pecados por medio del bautismo para el perdón de pecados y reciben el don del Espíritu Santo – (Hechos 2:38). La sangre de Cristo, el Cordero de Dios inmolado en la cruz, les reviste, les santifica. Esto es lo que el apóstol Pablo escribe a los Romanos: “…el poder de Dios para salvación” – (Romanos 1:16). Por toda esta tipología tan hermosa podemos deducir que el oficio sacerdotal anticipa y a la vez proclama tres ideas referentes al plan de salvación: . La reconciliación: Viene producto de la fe en el sacrificio de Cristo en la cruz. Su derramamiento de sangre nos justifica – (Romanos 5:6-9). . La mediación: Una de las labores del sumo sacerdote era mediar por los pecados del pueblo ante el propiciatorio. Según Hebreos 5:1-2, el sumo sacerdote era constituido a servir a favor de los hombres al presentar sacrificios y ofrendas por el pecado y para mostrar paciencia con los ignorantes y extraviados. Merece notarse el hecho de que la palabra hebrea para sacerdote (Kohen), anuncia la idea de mediación, y significa:”uno que ocupa el lugar de otro y media a su favor”. . La santificación: El objeto mismo de la reconciliación y la mediación es buscar la santidad de vida. Israel como una nación escogida debía ser un pueblo santo (Deuteronomio 26:19); y cada individuo incorporado a esa comunidad santa debía realizar en su vida privada y en todas sus empresas, el ideal ético-religioso anticipado en la lámina de oro que el sumo sacerdote llevaba sobre su mitra – (Éxodo 28:36). La frase acuñada decía: “SANTIDAD A YHVH”. Es muy significativo que, al entrar al atrio o patio interior del tabernáculo, el primer objeto con que se tenía contacto era: “El altar del sacrificio” (holocausto). Allí era derramada la sangre del animal que se sacrificaba. Luego caminando en dirección al tabernáculo estaba “La fuente” para colectar agua. Allí los sacerdotes y el sumo sacerdote, se lavaban todas las impurezas. Todo esto lo encontrábamos en el patio del tabernáculo, antes de poder entrar al tabernáculo de reunión. 1. Atrio 2. Altar del sacrificio 3. Fuente (con agua) 4. Tabernáculo de Reunión Toda esta hermosa tipología, figura, sombra e imagen misma de las cosas celestiales señala que es necesaria tanto la sangre de Cristo, derramada por nuestros pecados en la cruz del Calvario, como el agua bautismal para el perdón de los pecados, para poder ser aceptados como “casa de Dios“. Estos dos elementos son parte del testimonio de Dios dado por el mismo Espíritu Santo a la iglesia (1 Juan 5:6-8), en el mismo primer siglo. Como sacerdotes, estamos a cargo de ministrar todo el consejo de Dios (Hechos 20:27): “El Nuevo Testamento“. Distribución de la tribu de levi Fueron distribuidos por clanes, el koen gadol que era el sumo sacerdote Aaron. Los coanin que eran los sacerdotes encargados de todos los sacrificios y movilización o traslado del tabernáculo y los shamachin levi los adoradores. Los Coanin a su vez fueron distribuidos en 3 clanes o familias leer Numeros 3:1-51 La VESTIMENTA DE LOS SACERDOTES La ropa de los sacerdotes Moisés recibió la orden de hacer “vestiduras sagradas” para el sumo sacerdote, “vestimentas para honra y hermosura” – (Éxodo 28:2). A la verdad que desde que Adán y Eva se hicieron “hojas de higuera” para cubrir su desnudez (Génesis 3:7), el ser humano en su gran mayoría jamás ha renunciado a la costumbre de confeccionar ropa para cubrirse. La ropa puede satisfacer diversos fines: para protegerse de las inclemencias del tiempo (abrigo); cumplir con las exigencias del usuario (estética); identificar a la persona que le lleva puesta (secular o religioso); etcétera. En el caso del sumo sacerdote, la ropa que él usaría en función de su investidura sacerdotal respondía a expresar simbólicamente el valor del sacerdocio y le ayudaba a proyectar una imagen o un mensaje. Debido a las condiciones que son establecidas bajo el Nuevo Pacto, por el cual cada creyente se constituye “un sacerdote real” (1 Pedro 2:9), la ropa de los seguidores de Cristo debe servir para ayudar a comunicar la verdad del Evangelio. La ropa del sumo sacerdote se convierte no solo en la vestimenta sagrada y celestial que tiene el Cristo glorificado, como descrito por el apóstol Juan en Apocalipsis 1:13-16, sino que esta vestimenta también es tipo y sombra de la ropa con que somos ataviados los que obedecemos al verdadero Evangelio de Cristo – (Romanos 13:1314; Efesios 4:22-32; 5:1- 31; 6:1-18). El pasaje de Efesios 6:10-17 nos da claramente la verdadera armadura que como hijos de Dios tenemos que poseer para que el maligno no cause que nosotros deshonremos las vestimentas de la nueva creación, creada según Dios. Esta nueva vestimenta la debemos usar en todo tiempo pues se nos asegura y garantiza que si la tenemos puesta y conservamos de una forma intachable, esto es, “sin manchas“, sin “arrugas” y sin remiendos, en el cielo se nos otorgará las ropas del vencedor: Las vestiduras blancas con que se visten aquellos que logran ser fieles hasta la muerte y perseveran hasta el fin – (Apocalipsis 6:11). Existen dos parábolas que quisiera mencionar tocante a este punto. La parábola de las bodas – (Mateo 22:1-14). Se habla concerniente al día del juicio final. Quiero resaltar solo los versículos 11 al 14 (leer); claramente la enseñanza es que debemos estar vestidos propiamente de acuerdo a la mente de Dios. La parábola del hijo pródigo – (Lucas 15:11-32). De aquí solo quiero resaltar los versos 21 y 22. Cuando el Padre vio el arrepentimiento del hijo, le perdona… y le restaura. Prueba de esto es que manda a sacar el mejor vestido y hace que le vistan. La esperanza es que no se puede ser hijo de Dios sin estar revestido de vestiduras sagradas, en este caso: vestidos de la nueva creación según Dios. Características del sacerdocio Aaronico: - - Sin el sumo sacerdote no había acceso al Tabernáculo. El era aquí en la tierra, el mediador entre Dios y los hombres. En la Biblia se mencionan dos órdenes sacerdotales: el de Aarón y el de Melquisedec (Ex. 28:1-2; Gn. 14:18-20). Aarón es tipo y contraste en relación con Cristo. El era sacerdote en esta tierra, y Cristo no lo fue (He. 8:4). Aarón cesó el sacerdocio cuando murió (He. 7:23). Pero Cristo es Sacerdote eternamente en el Cielo – (He. 7: 3, 15-17; Ap. 1: 13). El trabajo del sumo sacerdote no comenzaba sino hasta que daba muerte a la víctima del sacrificio. El sacerdocio de Aarón tenía que ver con Israel, el pueblo de Dios en la tierra. Pero ahora los creyentes estamos «en los lugares celestiales» con Cristo (Ef. 2:6). El, como nuestro mediador, está en el Cielo – (1ª Ti. 2:5; He. 12:24). Las prendas del sumo sacerdote Los calzones de lino – (Exodo 28:42-43; 39:28): Esta era la primera prenda que se ponía el sacerdote cuando iba a ministrar, era para cubrir su desnudez. Este articulo tan intimo nos muestra la necesidad de pureza y decencia en cada fase de la adoración a Dios – (1 Cor. 12:23; 14:40). Antes de tener la ministración, nosotros como sacerdotes de Dios debemos de cubrirnos con el poder, la justicia y la santidad de Dios – (Zac. 4:6; Hech 1:8; Rom 8:1-4; 1 Ts 5:8). La túnica blanca – (Exodo 28:39-40; 39:27-29): Bordada primorosamente, de inmaculada blancura y de la más fina calidad. Primera pieza del traje sacerdotal – (Lv. 8:7-9). Después de esta pieza y su cinturón se ponían los demás vestidos que indicaban su oficio como sumo sacerdote. No podría ponerse las vestiduras de gloria y hermosura hasta que no se ponía esta pieza. Esta pieza sostenía las demás partes de la vestimenta. Era una sola pieza, con mangas apretadas y descansaba sobre los hombros y caía hacia abajo hasta el suelo cubría todo su cuerpo hasta los pies. 〉Significado de la túnica blanca: › El hecho de que era de una solo pieza nos habla de un solo Señor, que no puede ser dividido, que cubre completamente al creyente. También nos habla de un solo evangelio que tampoco puede ser fragmentado. › Para ver el tejido había que acercarse bien al sumo sacerdote. Para contemplar la hermosura de Cristo tenemos que acercarnos a El. Para apropiarnos de los beneficios de su obra tenemos que acercarnos a El – (He. 4:6; 7:17-19; 10:21-22; Stg 4:8). › Su blancura inmaculada es tipo del carácter justo de nuestro Sumo Pontífice y nos muestra su pureza desde la cabeza a los pies – (Mt 27:19, 24; Lc. 23:41,47; Jn 8:46; 18:38; 19:4,6). El cinto de la túnica – (Exodo 28:39; 39:29): Este cinto también de lino, ceñía la Túnica al cuerpo del sacerdote. Los colores usados fueron: Azul – (Gloria Celestial) Carmesí – (La sangre que El derramo) Púrpura – (Reinado, Rey de reyes) Este cinto le permitía al sacerdote tener libertad en sus movimientos. Después que el cinto se ceñía a la túnica el sacerdote estaba preparado para recibir el resto de la vestimenta y realizar sus funciones sacerdotales. En este cinto está representada el gobierno y la autoridad divina de Cristo – (Ap. 1:13). El manto azul del Efod – (Exodo 28:31-35; 39:22-26): Una prenda formada por una sola pieza, corta como especie de sobretodo, se ponía por encima de la túnica blanca y colgaba desde los hombros, estaba debajo del Efod. Se usaba para la ministración en el servicio sacerdotal. La parte superior e inferior tenían un borde para evitar la rotura y el ensanchamiento por el uso. En la parte inferior tenía borlas en forma de granadas de color azul, púrpura, carmesí y blanco de lino torcido. También colgaban campanillas de oro intercaladas alternativamente con las granadas, en igual número sin mencionar el total de las mismas. ¿Que simboliza este manto? › Primeramente su color azul nos muestra el carácter celestial del Señor Jesús y que El no es nuestro sacerdote en la tierra, sino cumple actualmente su servicio en el Cielo y quien además nos da su paz – (Jn 3:13; 1 Co. 15:47; He. 8:4; 9:24; Jn 14:27; 16:33; 2 Ts. 3:16). › El manto estaba confeccionado de tal manera que no se podia romper. Nadie puede romper la obra la perfección de la obra de Cristo. En el tiempo del AT se rasgaban los vestidos en tiempo de angustia. La túnica de Jesús no fue partida – (Jn 19:23-24). › Al estar el manto formado por una sola pieza surgiere la idea de que no tiene principio ni fin – (Heb. 5:6; 6:20; 7:3, 17,21). › La única forma de ponerse el manto era por encima, lo que nos hace pensar en – (Jn 3:31; 8:23; 19:11; Mt. 27:51) › La igualdad numérica de las granadas y campanillas nos recuerda la vida y el ministerio fructífero del Señor – (Hch 1:1; Heb. 10:5,9). Al desconocerse el número exacto nos muestra que solo Dios sabe el infinito valor de Cristo y el alcance de su ministerio celestial. El ministerio terrenal solo fue el comienzo de las cosas que El va hacer. Al El regresar al cielo y venir el Espíritu Santo a morar en nosotros marco una nueva etapa que aun se continúa realizando. Las granadas y las campanillas – (Exodo 28:32-35; 39:24-26): › Los adornos en forma de granadas eran de los mismos colores del Santuario: azul, púrpura y carmesí; nos hable de ministerio celestial, realeza y sacrificio. › Estas granadas eran un símbolo de fructificación abundante en el servicio, porque a la gran cantidad de semillas contenidas en su interior la granada era símbolo de fertilidad “Es un tipo de Cristo“. › Sus semillas unidas por una membrana que cubre un jugo rojizo sugiere la unidad de la Iglesia, “la cual El adquirió por su propia sangre” – (Hch 20:28; Jn 17:21). De su sangre brotada sobre la tierra salió una gran cosecha de almas salvadas. › Nuestro sumo sacerdote es celestial, a este carácter celestial se refieren los frutos y el testimonio del Espíritu Santo, aquí en figura las granadas y las campanillas en el manto azul del sumo sacerdote. Es de Cristo de donde desciende los frutos, fijados en el borde de su manto, sujetados a El solo podemos permanecer. También solo sujetados de El podremos ser testimonios de que El vive. › Salmo 133: La bendición proviene de la cabeza en el cielo y desciende hasta nosotros por medio del Espíritu Santo, por lo que debemos dar frutos y dar testimonio al mundo de que Cristo vive para siempre – (Hch 1:8). › Las campanillas emitían un sonido cuando Aarón desempeñaba su servicio sacerdotal. Estas campanillas entonces nos hablan del testimonio de servicio. Los israelitas conocían que el sumo sacerdote estaba realizando su función cuando se escuchaban las campanillas. “Porque la Iglesia son sus campanillas” Además, las campanillas eran testimonio de vida. Es la Iglesia de Jesucristo el único testimonio de que nuestro amado Jesucristo vive para siempre. Nuestro Pontífice está ahora en el cielo, sentado en el Lugar Santísimo, mientras que en la tierra se escuchan el grato sonido de su servicio sacerdotal por el testimonio que dan los redimidos mediante los frutos que brotan de su ministerio en las alturas. Es por medio del Espíritu Santo que podemos dar testimonio de que nuestro amado Dios, vive para siempre. Cuando por medio del testimonio del Espíritu proclamamos el Evangelio, están sonando las campanillas los que nos indica que nuestro sumo sacerdote vive para siempre. No se pueden separar las campanillas de las granadas porque donde hay testimonio debe haber fruto del espíritu. El Efod – (Exodo 28:4-14; 39:2-7): Es una vestimenta sagrada por excelencia, consistía en una túnica corta como un delantal o chaleco sin mangas que llegaba hasta las caderas. Esta prenda solo la podía usar el sumo sacerdote. Esta prenda formaba parte de la vestimenta que le permitía comunicarse con Dios directamente y consultar su voluntad. Ex.29:5; Lv. 8:7 “Efod” viene de la raíz “aphad” que significa amarrar, atar muy cerca, ceñir o revestir. Aunque parecían dos piezas, era una sola pieza unida en los hombros, donde iban los engastes para las dos piedras de ónice. En ella estaban mezclado: el azul, la púrpura, el carmesí o escarlata y el lino torcido pero mas llamativo era ver que el oro machacado y cortado en hebras finas, entrelazado con los demás materiales. Lino :Humanidad Oro: Realeza. Prenda exterior o estola hecha de oro, azul, púrpura y carmesí. Tenía dos hombreras a sus extremos. Esta prenda llevaba sobre las hombreras dos piedras de ónice en donde fueron grabados los nombres de las doce tribus de Israel, seis en una y seis en la otra, montadas sobre un marco de oro. Podemos decir que son un tipo y sombra de la doctrina de Cristo, cuyo fundamento hemos aprendido nosotros de los apóstoles y profetas del primer siglo – (Efesios 3:5; Juan 17:20). 〉El cinto del Efod – (Exodo 28:8): Servía para unirlo al sacerdote justo con el pectoral, el Urim y el Tumin, las piedras en los engastes, haciendo una unidad con el sacerdote. Esto es precisamente lo que realiza El Espíritu Santo, trae unidad – (Ez. 36:27) El cinto unía: La deidad (azul) La humanidad (lino) El sacrificio (escarlata). La resurrección y reinado (oro) El sumo Sacerdote presentaba delante de la presencia de Dios a las 12 tribus representadas en el pectoral – (Isaias. 11:2; Juan 15:24; Juan 16:13) Nota: Habían varias clases de “efod”: El de lino blanco utilizado por los sacerdotes – (1 S. 22:18). 1 El de lino simple, como el que utilizo David – (2 S. 6:14) 2 En algunos textos se habla de un efod como instrumento de adivinación, del cual se desconoce su forma y se diferencia mucho del que Dios había establecido para Aarón – (Jue. 17:5; 18:14) Tengamos cuidado, pues, con las imitaciones revelatorias de los falsos profetas y con aquellos maestros que el Señor no ha enviado – (Jer. 14:14; 23:21; 1 Tim 4:1; 2 P 2:1-2). 〉Las hombreras y sus diademas de Onice – (Exodo 28:6-14; 39:2-7): En perfecto equilibrio sobre ambas hombreras del sumo sacerdote, los nombres grabados en las piedras de ónice prefiguran a todos aquellos que por la misericordia de Dios han sido conducidos a salvación eterna – (Lc. 2:14; 10:20; Fil. 4:3). Nuestros nombres han sido levantados delante de la presencia de Dios – (Apocalipsis 3:5; 20:15;21:27) El pectoral del juicio – (Exodo 28:15-21): Era una pieza hecha de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Tenía forma cuadrada e incorporadas doce piedras preciosas, cada una con el nombre de una de las doce tribus de Israel – (Éxodo 28:15-29; 39:8-21). Era por mucho, la pieza más costosa de todas las que usaba el sacerdote en su vestimenta. El pectoral mostraba la autoridad sacerdotal de Aarón como proclamador de la voluntad de Dios al hombre, llevando continuamente al pueblo ante la presencia del Señor. Por eso en Exodo 19:5 Dios le llama “especial tesoro”. Estaba unida al Efod por una pequeña cadena de oro, pero contrario al Efod (que tenía dos piedras grandes iguales cada una con seis nombres de las doce tribus), en el pectoral las piedras son todas diferentes y cada una lleva el nombre de una de las doce tribus de Israel. Hay que deducir necesariamente que cada piedra representa la totalidad de los miembros de una tribu y el total de doce representa a todo el pueblo de Dios. Entonces podemos decir que se trata de “todo el pueblo de Dios como un conjunto“. Los nombres en el pectoral no están escritos de acuerdo al orden cronológico, sino con referencia al servicio (Recordemos que en hebreo se lee de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo). Aarón cada vez que entraba al lugar santísimo llevaba en su pecho las 12 tribus de Israel (Su pueblo). Es la figura profética de Cristo que nos presenta delante del Padre como sumo sacerdote – (He. 8:1). Las piedras preciosas brillaban sobre el corazón del sacerdote, así también nosotros debemos brillar en el mundo. (Ef 5:8; Fil. 2:15). PIEDRAS 1. Sardica: (odém, de la raíz adam = rojizo) Color rojo intenso como la sangre (sacrificio). Esta piedra corresponde a Juda que significa “alabado” o “confesión y alabanza” en forma de acción de gracias – (Gn 29:3) Cristo es digno de toda alabanza, porque como Hijo de Dios ha sido designado para reinar y ser alabado eternamente por su sacrificio redentor – (Mt 10:32; Fil 2:11; 1 Jn 4:2)Ef 5:19; Ap. 5:13; 2. Topacio: (pitdah) Color verde claro mezclado con amarillo delicado. Esta piedra corresponde a Isacar: que significa “Recompensa” – (Gn 30:14-18). De Cristo recibimos nuestro galardón – (Ef 6:8; Col 3:24; Ap. 22:12). 3. Carbunclo: (beréketh = Carbon pequeño de arak, relucir, que brilla o centellea Piedra de color Rubí como un carbón encendido, de rojo oscuro con una matiz de escarlata.Esta piedra corresponde a Zabulón = “habitación o morada” – (Gn 30:20). Nuestro Padre celestial es nuestra preciosa morada – (Jn 14:2-3; Ap. 21:3) 4 Esmeralda: (nophech), Color verde vino sin matiz. Esta piedra corresponde a Ruben = “he aquí un hijo” – (Gn 29:32). Cristo es el Hijo prometido (Gn 3:15; Mt 1:21-23; Jn 6:40; Ga. 4:4; 1 Jn 4:14). 5. Zafiro: (sappír), color azul. Esta piedra corresponde a Simeon = “oir” – (Gn 29:3). Cristo escucha nuestras oraciones y contesta nuestras peticiones – (Jn 14:13-14; 16:2324; 17:7; 1 Jn 5:13-15) . 6. Diamante: (yahalom del verbo halam que significa golpear, debido a su dureza), color blanco brillante (gloria). Esta piedra corresponde a Gad = “fortuna” o “una multitud”; (Gn 30:9-11). De Cristo proceden nuestras riquezas espirituales, porque en El tenemos todos los tesoros de una sabiduría que no es terrenal, sino divina, por cuanto nos viene de lo alto y por su gracia tiene reservado un remanente de fieles creyentes que formaran una gran muchedumbre – (Ef. 1:7-8,18; 2:7; 3:8; Fil 4:19; Col 1:27; 2:2; Ap 2:9; Mt. 6:20; 13:44; 19:21; Col 2:3; Stg 1:5; 3:15,17; Ap 7:9-10). 7. Jacinto: (leshém), color anaranjado oscuro, tirando a café o tonalidad canela con una leve matiz de amarillo. Esta piedra corresponde a Efrain = “doble fruto” o “fructífero” – (Gn 41:52). Estando permanentemente unidos a Cristo podremos lleva frutos en abundancia. (Jn 15:2, 4-5, 8, 16; Rom 7:4; Col 1:10; 1 Tes. 1:3; 2 Pe. 1:8) 8. Agata: (shebó, del verbo shub, cambiar, volverse, giro que produce cambio). Su nombre es debido porque su color tan particular son una mezcla de matices con una base de blanco, rojo, amarillo y verde. Esta piedra corresponde a Manases = “el que olvida” u “olvidar” – (Gn 41:52).En virtud de la obra propiciatoria de Cristo, nuestros pecados son perdonados y olvidados – (Is.43:25; Mi 7:19; He 8:12; 10:17-18; 1 Jn 1:9). 9. Amatista: (achlamah), color de violeta a purpura. Esta piedra corresponde a Benjamin = “hijo de mi mano derecha” – (Gn 35:16-20). Cristo ha sido exaltado hasta lo sumo y esta sentado a la diestra del Padre – (Sal 2:7-8, 12; 110:1; Mt 28:18; Hch 5:31; 7:55-56; Fil 2:9; He 1:3; 8:1; 1 Pe 3:23). 10. Berilo: (tarshish, el antiguo nombre para España, que deriva de tar; girar y shash; color vivo o brillante), color azul verdoso; significa “piedra dorada”. Esta piedra corresponde a Dan = “juez” o “juicio” – (Gn 30:1-6). El Padre ha otorgado al Hijo plena facultad para ejercer todo juicio – (Jn 5:22-23; Hc 10:42; 17:31; 2 Ti 4:1). 11. Onice: (shóham), color semejante a las pezuñas del ganado. Esta piedra corresponde a Aser = “alegria” o “juicio” – (Gn 30:12-13). En Cristo somos bienaventurados, pues El llena nuestra vida de gozo y dicha – (Jn 15:11; 16:24; 17:13; Hch 14:17; Fil 4:4; Jud 24). 12. Jaspe: (yáshephe), piedra dura multicolor, salpicada de rojo. Esta piedra corresponde a Neftalí = “mi lucha” o “luchando con” – (Gn 30:12). Por la victoria de Cristo en la cruz somos vencedores – (Rom 8:17; 1 Cor 15:57; Ef 6:1018; Col 1:29; 1 Jn 5:4-5). 〉Urim y Tumim: Dentro del pectoral del juicio había dos piedras preciosas y grandes. En hebreo eran llamadas: Urim y Tumim. Literalmente significaban: luces y perfecciones (Éxodo 28:30; Levítico 8:8) Conforme a interpretaciones de . La posesión de esas piedras era uno de los privilegios más grandes de la familia sacerdotal – (Deuteronomio 33:8). El sumo sacerdote las usaba para consultar la voluntad de Dios en aquellos asuntos difíciles que comprometían el futuro o bienestar de la nación. En otras palabras, esas piedras estaban relacionadas con la comunicación de la “mente de Dios“, en cuanto a diferentes asuntos que surgían en detalles de la historia de Israel. Sin esta pieza, Israel no sabía qué hacer – (Esdras 2:63; Nehemías 7:65). 〉La mitra: Pieza usada para cubrir la cabeza del sumo sacerdote – (Éxodo 28:39). Representa la sumisión que se le debe tener a Dios. Ningún sacerdote nunca debía perder de vista que había sido llamado para el sagrado ministerio. El sumo sacerdote sin la Mitra puesta no podía ejercer sus funciones como sacerdote. El sacerdote de Israel debía: Santo, separado para Dios y sujeto a su ley – (Lv. 21:6); Debía deleitarse en la enseñanza a sus hijos – (Lv. 10:11). El lino es símbolo de justicia y santidad (Zac. 3:1-10; Ap. 1:5-6); el turbante nos enseña obediencia a Dios. Así vemos que Aarón es un tipo del Señor Jesucristo, lleno de conocimiento de la voluntad de Dios, ministrando delante de Dios en pureza y santidad – (Is 50:7, Ez 3:8-9 y Lc 9:51). La Mitra del sumo sacerdote nos habla de Cristo como la cabeza de una nueva creación, la Iglesia – (Ef. 1:22; Col 1:18). La Tiara de los hijos del sumo sacerdote nos sugiere la santidad de nuestros pensamientos – (Ef 4:23, Lc. 1:74-75; Rom 12:1; 1 Cor. 2:16; Ef 6:17, Fil 4:8; He 12:14 y 1 Pe. 1:16). Sobre la mitra se ponía una banda de oro con las palabras, en grabadura de sello, “Santidad a YHVH” – (Éxodo 28:36-38). El sumo sacerdote tenía que tener esta placa sobre su frente “continuamente” al ir delante de Dios. Toda la figura presenta: devoción, sumisión, entrega y santidad a Dios. Los hijos de Aarón también tenían que usar “mitras” – (Éxodo 29:9), aunque eran diferentes a la del sumo sacerdote. Todo esto nos lleva a Efesios 6:17, donde por inspiración del Espíritu Santo, el apóstol Pablo nos dice: “Y tomad el yelmo de la salvación…“. Pero sabemos que según Hebreos 12:14, sin santidad nadie verá a Dios. Nosotros como sacerdotes del “Dios Altísimo” según el Nuevo Pacto, tenemos que tener plena sumisión a Dios, a su palabra, a todo mandamiento y exhortación allí presentado. Eso es sinónimo de santidad. De ahí, el símbolo de la chapa de oro en la frente. Hablando en sentido figurado, para lograr plena sumisión a Dios y a Su Palabra, hay que ascender al monte de la oración y del estudio concienzudo de la Biblia y recibir allí el modelo para la construcción del tabernáculo del carácter cristiano y el conocimiento de la mente de Dios, para que como Moisés podamos oír Su voz amonestándonos: “Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte” – (Hebreos 8:5).