1 EL TEATRO ROMANO En Roma el teatro era un espectáculo más dentro de los festejos populares (ludi) que se celebraban en determinadas fechas o acontecimientos. La obra dramática latina puede clasificarse en comedias y tragedias. Las comedias se ocupan del hombre de la calle y su lenguaje desenfadado. Las tragedias tienen como protagonistas dioses y héroes y su tono es solemne y elevado. Tanto unas como otras surgen de traducciones de obras griegas denominadas fabula palliata, siendo su asunto y personajes griegos. Más adelante nacen obras dramáticas de contenido y personajes romanos conocidas como fabula praetexta y togata. De toda la producción dramática latina sólo se han conservado las comedias de Plauto y Terencio y las tragedias de Séneca; de los demás autores se tienen pequeños fragmentos. - LIVIO ANDRÓNICO: las primeras manifestaciones literarias del teatro en Roma datan del año 240 a.C., con la representación de una tragedia traducida por Livio Andrónico. Se conocen varios títulos de sus obras, todas ellas de tema troyano. - NEVIO: introdujo la comedia de tema romano (fabula praetexta). - ENNIO: gran impulsor del helenismo en la literatura latina. Tiene numerosos títulos de traducciones de Eurípides y algunos de tema romano. - PLAUTO (s.III-II a.C): Era ciudadano romano, pero de condición humilde; se dedicó desde muy pronto a la actividad teatral, donde se hizo famoso. Se conservan 21 de sus comedias casi completas. Todas pertenecen al género de la ”palliata” (adaptaciones de obras de Menandro sobre todo). Sus personajes son arquetípicos (el esclavo, el viejo, el joven enamorado, la prostituta, la alcahueta, …etc.). La trama es simple, pero con mucha acción y un final feliz. Alguno de los títulos más famosos son Anfitrión, Aulularia, y El soldado fanfarrón. La intención del teatro de Plauto era la de divertir al público, por lo que utiliza un lenguaje riquísimo y muy expresivo, con abundantes recursos cómicos y lingüísticos - TERENCIO (s. II a.C.): esclavo de origen africano que obtuvo la libertad. Perteneció al círculo literario de Escipión. Murió joven dejándonos seis comedias entre las que destacan Andria, Eunucus y Adelfos. La intención de Terencio era educativa y moralizante, por lo que sus personajes guardan el respeto y consideración social debida. Su lenguaje es elegante y puro. Tras Plauto y Terencio podemos decir que desaparece de Roma la producción literaria dramática. Se conocen algunos autores, pero no tenemos sus obras. Sólo de la época imperial se conservan nueve tragedias de Séneca y una praetexta de autor desconocido (Octavia).