ANÁLISIS DE LECTURA DEL CAPÍTULO II: NEUROBIOLOGÍA DE LA ADICCIÓN Circuito de recompensa Es interesante ver como nuestro circuito cerebral juega un papel importantísimo en el desarrollo de la dependencia a sustancias; tanto desde el inicio como en el mantenimiento y las recaídas. Sin duda, es irónico que la parte del cerebro, que es básico para nuestra supervivencia, se deje “secuestrar” por sustancias que son sumamente perjudiciales y que no aportan en ningún sentido a la adaptación y a la supervivencia. Cabe resaltar que el neurotransmisor básico de este circuito es la dopamina, la cual al ser activada por el consumo de una sustancia se produce una sensación placentera que induce al sujeto a que vuelva a consumir. Nuestro circuito de recompensa es muy complejo que implica diferentes vías de comunicación, entre ellas está el circuito mesocorticolímbico formado por estructuras del cerebro medio como el Área Tegmental Ventral (ATV) y la sustancia negra, y del cerebro anterior (amígdala, tálamo, hipocampo, corteza cingulada y corteza prefrontal) entre otras áreas. Todas estas áreas se comunican de manera sistemática mediante aferencias y eferencias. Es decir, captando lo que otros le envían y enviando lo que ellos tienen o reciben. Neurotransmisores implicados: la dopamina No cabe duda que la dopamina es un neurotransmisor que juega un papel muy importante en el circuito de recompensa ya que de este depende la sensación de euforia. Si comparamos una reacción normal con una inducida por una sustancia se vería muy diferente, debido a que la sustancia hace que se libere muchísimo más este neurotransmisor al espacio presináptico. Cuando un sujeto consume frecuentemente una sustancia provoca un incremento de la liberación de dopamina y por tanto de su actividad, y esto conlleva a una intensificación en la sensación del placer. Sin embargo, cuando el consumo se vuelve crónico ya no parece producir mayor liberación de dopamina, sino alteraciones a nivel de los receptores del neurotransmisor. Y de esta manera se generaría la tolerancia, donde el sujeto necesitaría una porción más de la dosis que estaba consumiendo. Analizo que de alguno u otra manera el cerebro se defiende cuando se produce la tolerancia, pues esto indica al individuo que lo que está consumiendo lo hace daño y no saca ningún provecho para su supervivencia a pesar de que le cause placer. Pero, como sucede muchas veces las personas no captan las señales de alerta de su mismo organismo. A pesar que la dopamina tiene un papel importantísimo, no está sola pues hay otros neurotransmisores implicados como la serotonina y la noradrenalina. Asimismo, otra vía de perpetuación de la condición adictiva podría establecerse a través del efecto de las sustancias sobre los sistemas hormonales, en especial sobre el eje hipotálamo-hipófisis adrenal. Ya que, la activación de este sistema permite que el sujeto siga con la adicción a pesar de que sufra deterioros en su estado físico e inmunológico. Cocaína y psicoestimulantes Cualquier sustancia, aunque estén compuesta de diferentes químicos llegan a afectar el sistema de recompensa. Específicamente, la cocaína y los psicoestimulantes actúan directamente sobre el sistema de recompensa, siendo su efecto más intenso en las neuronas del ATV y NAc (núcleo del placer). Es decir, actúan directamente sobre la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. Opiáceos A diferencia de los mencionados anteriormente, estos no actúan de manera directa sobre la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. Sino que, al haber una íntima relación entre los sistemas opioide, GABA, dopaminérgico, serotoninérgico y noradrenérgico, se explica las repercusiones condicionan su dependencia. Digamos que la dependencia de esta sustancia se da de manera más compleja. Alcohol, drogas de diseño y el cannabis No se reconocen receptores específicos de esta sustancia, pero se sabe que actúa sobre sistemas GABA, glutamato, dopaminérgico y opioide endógeno. Y sin duda actúa sobre el sistema de recompensa pues su consumo genera placer. Lo relacionado a las drogas de diseño más que todo actúan de manera directa sobre el neurotransmisor llamado serotonina. Y por último tenemos al cannabis que es una sustancia que ejerce su efecto principal sobre los receptores del sistema endocannabinoide. Nota de apreciación: Nuestro cerebro en un órgano muy complejo. Está lleno de sistemas permiten nuestro funcionamiento como personas. Y dentro de ellas está el sistema de recompensa que juega un papel muy importante a la hora de desarrollar una adicción. Lamentablemente el ser humano, por diferentes factores, busca sentir placer más de lo normal pervirtiendo de esta manera su sistema de recompensa.