Índice Introducción ………………………………………………………… I Conflicto entre hermanos………..……………….………………… 1 No compares a tus hijos ……………………………………………. 2 Enseñales a Aceptar las diferencias .……………………………… 3 Potencia los lazos familiares ….…………………………………… 4 Necesitan un intercambio afectivo .………………………………. 5 Conflictos entre hermanos en la adultes Motivos económicos ……………………………………….……… 6 Posesiones personales …………………………….……………… 7 Diferentes personalidades ..……………………………………… 8 Envidia …………………………………………………………… 9 El poder de un hermano ………………………………………. 10 Síntesis ……………………………………………………………… 11 Conclusión ………………………….……………………………… 12 Mapa Conceptuale ………………………………………………. 13 Infografia ………………………………………………………….. Introducción Los conflictos que se pueden generar afectan directamente a sus hermanos y/o hermanas. La Invasión de su espacio, acaparamiento de la atención de los padres, peleas, etc. pueden ser frecuentes. Antes de plantear soluciones ante las constantes discusiones entre hermanos, debemos tener claro que hasta cierto punto estas riñas son normales y forman parte de la vida cotidiana de cualquier familia. Estas confrontaciones se presentan desde los primeros años de edad y durante la adolescencia, y son mucho más frecuentes cuando la diferencia de edad entre los hijos es muy poca. Que los niños se enfrenten constantemente es debido también a que existe una rivalidad innata al querer establecer un dominio sobre el otro, y además por el afán de llamar la atención de los padres y disputar el cariño de ellos. Los niños son muy egocéntricos, quieren ser el centro de interés de las personas y tener posesión de todo, entonces cuando tienen un hermano inevitablemente se presentan las disputas por los espacios, los objetos personales y la atención de los padres. La rivalidad entre hermanos es una realidad diaria para los padres en general Debemos establecer reglas de disciplinas muy claras y equitativas para todos los miembros de la familia tratando al niño según sus capacidades y ser justos con cada uno. Los padres deben explicarles las consecuencias de las peleas y las agresiones y no tomar partido hacia ninguno. Conflicto entre hermanos En ocasiones en los hogares existe cierta rivalidad entre hermanos que es complicado de solucionar, o al menos los padres sienten que no saben qué más pueden hacer. No importa cuáles sean las diferencias de edad entre hermanos, los rasgos de personalidad, de género, la personalidad de cada uno… todo tiene gran importancia. Existen investigaciones que demuestran que las relaciones entre hermanos a menudo desempeñan un papel importante en el cómo interactuarán en otras relaciones con amigos, pareja u otras personas más tarde en sus vidas. Los padres pueden desempeñar un papel clave en ayudar a fomentar una buena relación entre hermanos y reducir la rivalidad entre ellos y que se reduzca el conflicto. Mediante el fomento de actividades para el trabajo en equipo, establecer rutinas donde los niños se diviertan juntos y dar herramientas a los niños para que sean capaces de trabajar los conflictos de forma constructiva y respetuosa, los padres podrán ayudar a los hermanos a desarrollar una buena relación que les ayudará el resto de sus vidas. Pero, ¿cómo conseguir todo esto que suena tan bien? No compares a tus hijos No compares a tus hijos entre sí. En primer lugar, trata de no decir cosas como por ejemplo: ‘¿Por qué no eres cómo tu hermano?’ o quizá frases del tipo: ‘Tu hermana hace esto mejor que tú’… La comparación de los niños es la forma segura de avivar el fuego de la rivalidad entre hermanos y construir el resentimiento. Averigua siempre qué hay detrás del conflicto entre hermanos Intenta averiguar siempre qué hay detrás de un conflicto entre hermanos. ¿Tus hijos tienden a pelearse cuando uno está intentando llamar la atención del otro? ¿Están compitiendo por tu tiempo y tu atención? ¿Se pelean más cuando están cansados o cuando están aburridos? Una vez que entiendas el patrón de comportamiento de tus hijos, podrás ser más capaz de poder abordar las cuestiones que ocupan y minimizar las peleas entre hermanos. Enséñales a aceptar las diferencias Es muy importante que los niños aprecien sus diferencias. Si tienes un hijo al que le gusta sentarse y leer en silencio y a otro le encanta jugar a juegos ruidosos y no para de moverse… la aceptación es primordial. Cuando los niños tienen intereses muy diferentes y temperamentos que nada tiene que ver el uno con el otro, los conflictos saldrán de forma natural. Lo importante es enseñar a los niños a respetar sus diferencias, a saber qué es lo realmente importante… a amarse uno al otro. Así si uno de tus hijos quiere jugar a actividades movidas mientras que otro prefiere juegos tranquilos, los padres pueden establecer un sistema en el que se puedan trabajar juntos para planificar cómo turnarse o encontrar los intereses comunes para que ambos se diviertan juntos. Potencia los lazos familiares Es muy importante explicarle a los niños y recordarles de forma periódica qué es la familia, sobre todo los hermanos que puede ser una relación de amor y apoyo inquebrantable que no se pueda romper con nada. Recuerda a tus hijos que la unión hace la fuerza y que los hermanos son importantes durante toda la vida. Mientras que quizá ahora mismo no entiendan la importancia de las relaciones entre hermanos, es un mensaje que merece la pena repetir porque con el tiempo se darán cuenta de la razón que tenías. Recuerda que es muy importante que para que los niños establezcan un buen vínculo de hermanos, tienen que pasar tiempo de calidad juntos, de disfrute, deben reírse juntos, tener complicidad, trabajar en equipo, entender de respeto, saber escuchar bien, pasar tiempo de calidad y diversión en familia, realizar las tareas del hogar, hacer actividades que les unan… y tú eres el nexo de unión. Necesitan un intercambio afectivo El malentendido aparece porque los adultos pretendemos que el niño nos responda por qué pelea con su hermano. Pero no obtendremos una respuesta fehaciente, porque el niño no lo sabe. Frente a una pelea entre hermanos solo se puede hacer una cosa: ingresar en la dinámica, permanecer, establecer una actividad, una conversación, un juego... lo que sea. Si hay intercambio afectivo, el niño no necesitará nada más, y el conflicto desaparecerá. Los menores de siete años necesitan momentos de mirada exclusiva de un adulto. Y muchas veces no la obtienen. Debilitados emocionalmente, cualquier situación los desestabiliza, y desbordan hacia lo que está más a mano. En el hermano descargan la frustración, el enfado o el cansancio, y lo peor que podemos hacer es culparlos o castigarlos. Al contrario, merecen mayor comprensión y presencia. La satisfacción emocional de los niños depende de los mayores. Si los niños se pelean, revisemos si podemos mirarlos más, para que obtengan atención, cariño, cobijo y resguardo. Varios factores explican que muchos hermanos se pasen el tiempo peleando. Conviene tenerlos en cuenta para entender la complejidad de sus relaciones y ayudarles a mejorarlas. 1. La edad. Las discusiones son más frecuentes a medida que aumenta la autonomía de los niños. Hasta los 5 años, las agresiones físicas – morder, tirar del pelo…-, son más frecuentes y se deben en gran medida a la etapa evolutiva en la que se encuentra el pequeño. A partir de esta edad, tiene más control sobre su expresión oral y sus ataques se vuelven poco a poco más verbales. 2. Los años que les separan. Desde la psicología infantil, se subraya que los niños con menos de 18 meses de diferencia se crían como mellizos. No recuerdan la relación con sus padres sin el hermano lo que disminuye el factor “celos”. Comparten juegos y amigos. En cambio, suelen competir más y reclamar la atención de los padres a la vez. Con más de 5 años entre ambos, se crían como hijos únicos. Su relación es más distante porque están en etapas evolutivas diferentes. Si el mayor abusa de su autoridad, ignora o chantajea a los más pequeños, no escaparemos de los conflictos. Tampoco nos libraremos cuando el benjamín usa de su edad para buscar la protección del adulto y “chivarse” continuamente. 3. La necesidad de competir. Los niños necesitan medirse, poner a prueba sus habilidades y las personas que tienen más a mano para compararse son sus hermanos. Esta actitud es sana y necesaria para desarrollar una buena autoestima y una autoimagen correcta. Con ello, adquieren seguridad y ganas de superarse. No deberíamos impedir sus "combates competitivos", sí sus derivas agresivas físicas y verbales. 4. Los celos. Tener celos puede envenenar mucho las relaciones entre hermanos. En este capítulo, desarrollar su inteligencia emocional les ayudará a reconocer sus sentimientos y controlar los que, como los celos, les perjudican. Si los celos son intensos y constantes, los padres deberían analizar su forma de relacionarse con sus hijos. Quizás, sin pretenderlo, aviven estos sentimientos con tratos diferentes que los niños interpretan como preferencias afectivas. 5. La personalidad. La forma de ser de los niños también tienen un impacto directo sobre sus relaciones. Un niño más conciliador se llevará mejor con uno de fuerte carácter. Compartir género es otro factor que puede ayudar a tener relaciones más fáciles porque también las aficiones, los intereses y los juegos son parecidos. 6. Un mal momento. Todos pasamos por momentos más complicados que pueden degenerar en actitudes poco conciliadoras. Los niños no son una excepción. Si uno de tus hijos está con frecuencia de mal humor, pasivo, poco colaborador, tristón e incluso agresivo, conviene profundizar en su entorno y dialogar con él para averiguar dónde está el problema. 7. Un ambiente combativo en casa. Los niños son el puro reflejo de la imagen que les proyectamos. No podemos esperar que se porten de forma colaboradora si los adultos, dirimimos nuestros conflictos con mal talante y agresividad. Conflictos entre hermanos en la adultez Motivos económicos En la edad adulta, puede ocurrir que los hermanos dejen de hablarse por distintos motivos económicos. Algunos hermanos se pelean porque comparten una empresa, y cuando llegan los problemas de liquidez, la relación se ve afectada. Otros, en cambio, experimentan una pelea patrimonial (en especial, por las herencias). Los motivos económicos son una fuente frecuente de ruptura familiar si no se sabe gestionar estos conflictos. Posesiones personales Otro motivo que hace que las peleas entre hermano se inicien es cuando alguien toca las posesiones personales del otro. Diferentes personalidades Todos tenemos diferentes personalidades e intereses y esto puede generar muchos conflictos. Algunas personas se irritan más fácilmente que otras, unas son introvertidas, otras extrovertidas, etc. El choque de personalidades puede provocar disputas serias en las relaciones fraternales. Envidia La envidia pueden ser motivo de conflicto en las relaciones de hermanos a cualquier edad. El poder de un hermano Una relación tóxica aumenta cuando los hermanos son completamente diferentes y por más que intenten reforzar la relación, la armonía no llega entre ellos, al contrario, llegan al punto de desagradarse y rebasan los límites de cada uno, incluso hay competencia, rivalidad y abusan del poder propio dependiendo en qué situación se encuentren. Síntesis El amor entre hermanos se construye con la convivencia, se sustenta en los lazos de sangre o del corazón. La relación de hermanos supone una igualdad y horizontalidad del trato desde los padres a los hijos, basándose en la convivencia sana y constructiva de la familia. Uno de los amores más fuertes y más sólidos suele ser el que se experimenta en la hermandad, tener hermanos es un privilegio y una gran bendición. Los hermanos se convierten en los primeros amigos, con los que se ensaya el asertividad en las relaciones interpersonales. Con los hermanos, se aprende en primera instancia el comportamiento social, se integra la capacidad y necesidad de ceder, negociar, comunicarse, entre otras habilidades psico-emocionales que se desarrollan en la infancia. sin embargo, en este caso, las dificultades pueden darse debido a exigencias de privacidad y espacio por parte del hermano mayor. Al cumplir los 15 a 16 años, las diferencias entre hermanos van mermando. Sin embargo, estas diferencias permanecen y se manifiestan constantemente, los padres se angustian y se preocupan por la unidad de la familia. Aunque suele ser normal que se produzcan pleitos entre hermanos, es recomendable educar en la paz para no permitir que estas diferencias alcancen niveles de hostilidad o rivalidad que laceren la relación entre ellos y que, en el peor de los escenarios, afecten a la familia completa. El amor profesado por los padres hacia cada uno de sus hijos, puede ser distinto, pero no mayor ni menor, amando a cada hijo según sus diferencias, pero con la misma intensidad. Cada hijo suscita un amor incondicional y único. Conclusión La relación entre hermanos es un laboratorio natural para que los niños pequeños aprendan sobre su mundo. Es un lugar seguro para aprender cómo interactuar con otros que son compañeros de juego interesante y atractivos, para aprender cómo manejar los desacuerdos, y aprender cómo regular las emociones tanto positivas como negativas de manera socialmente aceptable. Hay muchas oportunidades para que los niños pequeños desarrollen una comprensión de las relaciones sociales con los miembros de la familia, que pueden ser cercanos y amorosos a veces y desagradables y agresivos en otras ocasiones. Además, hay muchas oportunidades para que los hermanos utilicen sus habilidades cognitivas para convencer a otros de su punto de vista, enseñar o imitar las acciones de su hermano. Los beneficios positivos de establecer relaciones cálidas y positivas entre hermanos pueden durar toda la vida, mientras que relaciones tempranas más difíciles pueden estar asociadas con pobres resultados de desarrollo. La tarea para los hermanos pequeños es encontrar el equilibrio entre los aspectos positivos y negativos de sus interacciones, mientras ambos niños se desarrollan con el tiempo. Infografía https://www.etapainfantil.com/fomentar-buenas-relaciones-hermanos#more-11536 https://www.sabervivirtv.com/blogs/laura-gutman/conflictos-entre-hermanos_2701 https://psicologiaymente.com/social/hermanos-toxicos-conflictos-problematicos