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Definición de pretor

Definición de pretor
Pretor es un término que se utilizaba en el Imperio Romano para nombrar a un
magistrado ubicado, en la escala jerárquica de la administración pública, por debajo del
cónsul. Los pretores se encargaban de desarrollar interdictos (para mantener la armonía
en los vínculos entre privados), organizar las primeras etapas de un juicio y realizar otras
funciones judiciales.
El cargo de pretor fue cambiando a lo largo de la historia. En 366
a.C. se creó el puesto tal como se entiende en la actualidad para
nombrar a personas que debían encargarse de la administración
de justicia. A medida que el Imperio Romano fue anexando
territorios, se fueron nombrando más pretores. A partir de 337
a.C., los plebeyos también contaron con la posibilidad de
convertirse en pretores.
Antes, sin embargo, se conocía a los generales como pretores. De este modo, los pretores
cumplían importantes funciones en momentos bélicos. En épocas de paz, estos mismos
pretores se desempeñaban en tribunales e interpretaban las leyes. Poco a poco, la función
del pretor comenzó a hacerse más política y menos militar.
Los cónsules, designados por el Comicio Centurido, eran los responsables de la elección
de los pretores. Los requisitos fueron variando, llegando al punto en que una persona,
para estar habilitada a ejercer como pretor, debía haberse desempeñado antes como edil.
Una vez nombrado pretor, el individuo se convertía en un magistrado habilitado para
administrar justicia y para reemplazar al cónsul cuando éste no se hallaba en Roma. La
función principal del pretor, en definitiva, era asegura el cumplimiento de las leyes
romanas.
El edicto del pretor
El pretor romano debía promulgar un edicto que consistía en todas las normas a las cuales
se comprometía a atenerse a lo largo del año de mandato en su función jurisdiccional. De
esta manera, el pretor hizo evolucionar el derecho, en primer lugar con una adaptación y
después con una ampliación ius civile (el conjunto de reglas que, en el derecho de Roma,
servía para controlar las relaciones entre sus ciudadanos).
El edicto era una ordenanza de mandato y se debía promulgar todos los años, aunque no
entraba en la categoría de ley. Es importante señalar que los pretores no actuaban de
forma inconexa con respecto a sus predecesores, aunque tampoco se veían limitados por
sus acciones.
Milton Osorio
Derecho Mercantil
Durante su promulgación, el pretor aseguraba que ofrecería la protección necesaria a los
particulares con todos los medios que tuviera a disposición, fueran estos excepciones o
acciones. El edicto siempre buscaba adaptarse a las necesidades más relevantes de la
sociedad, y se distinguía entre los siguientes dos tipos:
* edictum perpetuum regía a lo largo de un año y su publicación tenía lugar al comienzo
del mandato del pretor. Se dividía, a su vez, en edictum traslactium (lo conformaban
ciertas normas de los antiguos pretores) y pars nova (la parte creada por el pretor actual);
* edictum repentinum cubría todo lo referente a normas imprevistas.
Al principio, no existía un vínculo jurídico entre el pretor y su edicto, pero esto cambió tras
la ley denominada Cornelia de edictis praetorum del año 67 a.C. La actuación del pretor
era vigilada por la opinión pública y cualquier modificación que no surgiera para satisfacer
una necesidad verdadera era considerada una ofensa grave al interés general.
En el edicto el pretor prometía los siguientes medios:
* de carácter procesal: las excepciones y las acciones;
* tutela jurídica: se dividía en stipulationes paretoriae (contratos verbales que las partes
interesadas estaban obligadas a efectuar en su defensa), restitutio in integrum (anular la
validez de negocios o actos aunque hubieran sido efectuados según el ius civile),
interdicta (órdenes condicionales emitidas por el pretor que estaban ligadas a un juicio
posterior para ser consideradas válidas) y missiones in possessionem (la entrega de una o
varias cosas a otra persona para que dispusiera de ellas).
Milton Osorio
Derecho Mercantil