“Testigos de Cristo y expertos en comunión” (Vocación a la Vida Consagrada). (Exposición del SANTÍSIMO SACRAMENTO). Ante tu presencia - Canto Eucarístico Hoy de nuevo Señor me tienes ante tu presencia,/ para alabarte, para glorificarte, para bendecirte./ Señor me tienes ante tu presencia,/ con dulce voz a ti yo clamaré,/ escucha buen Señor mi oración, que te ofrezco, en ti me gozaré Señor Jesús,/ a ti mi vida entera rendiré,/ Tu gloria y tu poder me alegrarán, para siempre. Hoy Señor Jesús úngeme,/ y hazme dócil cómo tu quieras,/ tómame y dame fuerzas/ para seguir tu camino.(2) En ti me gozaré Señor Jesús,/ a ti mi vida entera rendiré,/ tu gloria y tu poder me alegrarán para siempre. Guía: En la presencia viva de Jesús Eucaristía, queremos meditar y orar, en esta Hora Santa de adoración, por las vocaciones a la Vida Consagrada, pensando en tantos hombres y mujeres que son llamados por Dios a seguir a Cristo Jesús de una manera especial por medio de los consejos evangélicos de Castidad, Pobreza y Obediencia; que viven en comunión de vida y se entregan a la misión de construir el Reino de Jesús en las fronteras del mundo, entre los más pobres y necesitados. Iniciamos este encuentro de adoración con el canto: CANTO EL PROFETA: Antes que te formaras/ dentro del vientre de tu madre,/ antes que tú nacieras,/te conocía y te consagré,/para ser mi profeta/ de las naciones, yo te escogí,/ irás donde te envíe,/lo que te mande proclamarás. Tengo que gritar, tengo que arriesgar,/ ay de mí si no lo hago,/cómo escapar de Ti, cómo no hablar,/ si tu voz me quema dentro. Tengo que andar, tengo que luchar,/ ay de mí si no lo hago,/ cómo escapar de Ti, cómo no hablar,/ si tu voz me quema dentro. No temas arriesgarte/ porque contigo Yo estaré./ No temas anunciarme/ porque en tu boca yo hablaré. Te encargo hoy mi pueblo/ para arrancar y derribar,/ para edificar,/ construirás y plantarás. Deja a tus hermanos,/ deja a tu padre y a tu madre,/ abandona tu casa/ porque la tierra gritando está. / Nada traigas contigo/ porque a tu lado yo estaré,/es hora de luchar,/ porque mi pueblo sufriendo está. Guía: Desde la alborada de la creación y de la vida, Dios sigue llamando a todas las criaturas. Nos llama porque nos ama, como lo hemos expresado en el canto. Con el salmo 8, juntamos nuestra voz a la de toda la creación, expresando nuestra alabanza al Señor de la vida, al Dios que nos llama a cuidar de su obra como religiosos consagrados. SALMO 8: (cantar el estribillo y un solista lee las estrofas) Todos: SEÑOR DIOS NUESTRO, QUE ADMIRABLE ES TU NOMBRE EN TODA LA TIERRA (2) Lector 1: Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? Todos: Señor Dios nuestro… Lector 1: Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies. Todos: Señor Dios nuestro… Lector 1: Rebaños de ovejas y toros y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, todo los sometiste bajo sus pies. Todos…. Guía: Oremos: Todos: Creo, Jesús, que estás presente en el Santísimo Sacramento del altar; Te adoro y te amo como mi Señor, mi Amigo y mi Salvador. Ven espiritualmente a mi alma y a mi corazón y no permitas que jamás me separe de Ti. Mira, Señor, nuestra humanidad, que camina buscando y no encuentra. La vida de muchos sigue marcada fuertemente por el odio, la violencia, la opresión, la guerra, el abandono, la pobreza y la desesperanza. Necesitamos testigos del amor y de la paz, de la justicia y de la verdad. Necesitamos mensajeros animosos del Evangelio, siervos generosos de esta humanidad sufriente. Envía a tu Iglesia santos operarios, numerosos consagrados y consagradas que con su vida, su palabra y su acción apostólica, lleven tu amor y tu salvación al corazón de todos. Amén. Lector 2: Del Evangelio de San Marcos (Mc. 10,17-22.28-30) “En cierta ocasión se acercó un joven a Jesús y le preguntó: -Maestro, ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?. Jesús le respondió:-¿porqué me llamas bueno? Solo Dios es bueno. Ya conoces los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre. Él contestó:-Maestro, todo eso lo he cumplido desde niño. Jesús lo miró con cariño y le dijo:-Una cosa te falta; vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Luego, ven y sígueme. Ante esta respuesta, el joven se entristeció y se alejó, porque poseía muchos bienes… Pedro le dijo a Jesús:-nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús respondió:Les aseguro que todo aquel que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o tierras por mi y por el Evangelio, recibirá aquí en la tierra cien veces más lo que ha dejado, junto con persecuciones, y recibirá en herencia la vida eterna”. Palabra de Dios. Guía: En el llamado al joven rico, reconocemos una vocación especial al seguimiento de Jesús, más fuerte y profunda que el llamado a la observancia de los mandamientos de la vida cristiana. Es la vocación consagrada, en la que Jesús llama a una vida cristiana más radical y comprometida. Las exigencias de esta consagración nos las recuerdan otras páginas del evangelio: Lector 3: Del Evangelio de San Lucas (Lc. 9, 57-62) “Mientras iban de camino, uno le dijo:-Te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le contestó:-Los zorros tienen madriguera y los pájaros tienen nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. A otro le dijo:- Sígueme. Él contestó:- Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre. Jesús le respondió:- Deja que los muertos entierren a sus muertos; Tú ven a anunciar el Reino de Dios. Otro le dijo:- Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia. Jesús le contestó:El que pone mano al arado y mira hacia atrás, no es apto para el Reino de los cielo.” Palabra de Dios. (Unos momentos de reflexión en silencio) Guía: Todos los bautizados hemos recibido la vida nueva en Cristo y somos llamados a seguirlo. Los consagrados, sostenidos por la acción del Espíritu Santo, se comprometen a seguirle más de cerca y con mayor radicalidad a Cristo Jesús casto, pobre y obediente. Todos: Gracias, Señor por la vocación que pones en le corazón de muchos jóvenes. Concédeles ser fieles y perseverantes. Guía: Muchos jóvenes han asumido la vida consagrada en el seguimiento de Cristo Jesús, entregando todo su ser y su vida por amor a Dios, como su valor único y absoluto. Todos: Gracias, Señor, porque sigues llamado a muchos a vivir como Jesús, en intimidad de vida y de comunión con él. Ayuda a todos los religiosos y religiosas a ser testigos auténticos de la vida en Cristo y del compromiso por el Reino de Dios. CANTO: LA LLAMADA Si escuchas la voz del viento, llamando sin cesar, si escuchas la voz del tiempo, mandándote esperar, -la decisión es tuya (2). SON MUCHOS LOS INVITADOS, SON MUCHOS LOS INVITADOS, POCOS LOS DECIDIDOS, POCOS LOS DECIDIDOS. Si escuchas la voz de Dios, llamando sin cesar, si escuchas la voz del mundo queriéndote engañar, -la decisión es tuya. (2) El trigo ya se perdió, creció, de nada sirvió y el mundo pasando hambre, pasando hambre de Dios, -la decisión es tuya. (2) Guía: Siguiendo los recientes documentos de la Iglesia sobre la vida consagrada, reflexionemos y oremos agradeciendo al Señor de este gran don de Dios a la Iglesia. Lector 1: “La llamada a seguir a Cristo con una especial consagración, es un don de la Trinidad para todo un pueblo de elegidos. Viendo en el bautismo el común origen sacramental, consagrados y consagradas comparten con los fieles la vocación a la santidad y al apostolado. En el ser signo vivo de esta vocación universal manifiestan la misión específica de la vida consagrada”. (CdC 8) Todos: Señor, no permitas que faltan en nuestras comunidades cristianas hombres y mujeres consagrados, que con su estilo de vida nos recuerden a todos nuestra vocación a la santidad y nuestra misión de construir el Reino de Dios. (Unos momentos de silencio) Lector 2: “Las personas consagradas, para bien de la Iglesia, han recibido la llamada a una nueva y especial consagración, que compromete a vivir con amor apasionado la forma de vida de Cristo, de la Virgen María y de los apóstoles. En el mundo actual es urgente un testimonio profético que se base en la afirmación del primado de Dios y de los bienes futuros, como se desprende del seguimiento y de la imitación de Cristo casto, pobre y obediente, totalmente entregado al amor de los hermanos más pobres y necesitados”. (CdC 8) Todos: Señor, nuestro mundo secularizado y materializado necesita el testimonio de muchos jóvenes que, enamorados de Cristo Jesús y apasionados por el Reino de Dios, manifiesten que seguir y vivir como Jesús es el camino del verdadero bienestar para la humanidad. (Unos momentos de silencio) Lector 3: “La comunidad religiosa es una manifestación palpable de la comunión necesaria en la Iglesia y es profecía de la unidad a la que tiende como a su meta última. Expertos en comunión, los religiosos están llamados a ser en la Iglesia y en el mundo los testigos de aquel proyecto de comunión que está en el vértice de la historia según Dios. Por la experiencia cuotidiana de la comunión de vida, oración y apostolado, se convierten en signos y sacramentos de comunión fraterna y dan un testimonio concreto de que es posible poner en común los bienes, amarse fraternalmente y seguir un proyecto de vida feliz, en el seguimiento de Cristo”. (VfenC 10) Todos: Señor, necesitamos el testimonio de tantas comunidades de hombres y mujeres consagrados, que ponen en común su experiencia de vida, que construyen día a día el Evangelio de la Comunión, superando las diferencias y los contrastes, que dan testimonio de que es posible la comunión y nos recuerdan nuestra vocación comunitaria. Llama, Señor, a muchos jóvenes a este ideal de vida en común, porque Tú mismo nos has dicho: ‘En esto todos conocerán que son mis discípulos: en que se aman los unos a los otros’. (Unos momentos de silencio) Lector 1: “A imagen de Jesús, aquellos a quienes Dios llama a su seguimiento, son consagrados y enviados al mundo para continuar su misión… Ha despertado admiración la multiforme actividad misionera de los consagrados y consagradas. Hay que decir gracias a quien se encuentra en primera línea, en la disponibilidad misionera de anunciar a Cristo Jesús… La osadía y la audacia evangélica han empujados a consagrados y consagradas a lugares difíciles, hasta el riesgo y el don efectivo de la propia vida… Muchas personas consagradas encuentran en el ejercicio de las obras de misericordia evangélica, enfermos que curar, necesitados de todo tipo, afligidos por pobrezas antiguas y nuevas… Una opción fuerte y convencida han llevado a religiosos y religiosas a vivir entre los excluidos… En estos últimos años el martirologio del testimonio de la fe y del amor en la vida consagrada se ha enriquecido notablemente. Las situaciones difíciles han exigido a muchos la prueba suprema de amor en fidelidad al servicio del Reino. Consagrados a Cristo y al servicio de su Reino han dado testimonio de la fidelidad hasta la cruz.” (CdC 9) Todos: Señor, la cosecha es mucha y los obreros son pocos. Alimenta el fuego de la generosidad en el corazón de muchos, para que sean la ‘epifanía del amor de Dios’ en el mundo, para que la ‘imaginación de la caridad’ se exprese en sus múltiples actividades en beneficio de los últimos y marginados. Necesitamos de jóvenes valientes que, dejándose configurar por el Padre con la fuerza del Espíritu y llegando a ser personas ‘cristiformes’, ofrezcan a todos un testimonio limpio y alegre de la misión de Cristo en la tierra. La codicia de los bienes materiales, el ansia de placer desmesurado, la idolatría del poder, que están a la raíz de los males actuales, sólo pueden ser vencidas si se descubren los valores evangélicos de la pobreza, la castidad y el servicio. Abre, Señor el corazón y la voluntad de los jóvenes en abrazar el ideal de la vida consagrada, por el bien de toda la humanidad. (Unos momentos de silencio) CANTO: Pescador Pescador, que al pasar por orilla del lago, me viste secando mis redes al sol, tu mirar se cruzó con mis ojos cansados y entraste en mi vida buscando mi amor. Pescador, en mis manos has puesto otras redes que puedan ganarse la pesca mejor, y al llevarme contigo en la barca me nombraste, Señor, pescador. Pescador, entre tantos que había en la playa tus ojos me vieron, tu boca me habló y a pesar de sentirse mi cuerpo cansado, mis pies en la arena siguieron tu voz. Pescador, manejando mis artes de pesca en otras riberas mi vida quedó, al querer que por todos los mares del mundo trabajen mis fuerzas, por ti, pescador. Pescador, mi trabajo de toda la noche mi dura faena hoy nada encontró. Pero Tú, que conoces los mares profundos compensa, si quieres, mi triste labor. Guía: Convencidos de que la oración es la fuerza más poderosa para que el Dueño de la mies envíe los obreros que la Iglesia y el mundo necesitan, elevemos nuestras súplicas al Señor de la cosecha. Todos: Llama, Señor a muchos que sigan a Tu Hijo Jesús, en la Vida Consagrada. Lector 2: Señor, Tú que has dicho: Si alguno quiere seguirme, que se olvide de sí mismo, tome su cruz y me siga, Todos: Concédenos la gracia de escuchar con valentía tus llamados y abrirnos a los planes y proyectos que tienes para nuestras vidas. Lector 3: Señor, Tú que has dicho: mi yugo es suave y mi carga ligera, Todos: Haz que todos los consagrados y consagradas encuentren en Ti descanso y aliento en seguir su misión de testigos de tu Evangelio. Lector 1: Señor, Tú que has dicho: Si la sal pierde su sabor, ¿con qué se salará? Todos: Recuérdanos que nos has llamado a ser testigos tuyos y que debemos vivir plenamente nuestra vocación, siendo sal y luz en nuestro ambiente. Lector 2: Señor, Tú que has dicho: Ustedes son mis amigos, yo los escogí a ustedes para que vayan y den mucho fruto, Todos: Concede voluntad recia, entrega valiente y fidelidad incansable a todos aquellos jóvenes a quienes estás llamando. Lector 3: Señor, Tú que has dicho: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, y luego ven y sígueme, Todos: No dejes de llamar con insistencia y con los dulces silbidos de tu amor a muchos jóvenes a la vida consagrada en los varios carismas de nuestra Iglesia. Lector 1: Señor, Tú que has dicho: Marta, Marta, ¿por qué te preocupas de tantas cosas? María ha escogido la parte mejor, Todos: Aumenta, Señor, las vocaciones a la vida contemplativa, para que no falte nunca a la Iglesia la riqueza de muchas personas, consagradas totalmente a tu amor y a la oración. Todos: Padre Nuestro…. V. Les diste pan del cielo. R. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén. ALABANZAS AL SANTISIMO SACRAMENTO Bendito sea Dios. Bendito sea su Santo Nombre. Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su Preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. Bendita sea María Santísima la excelsa Madre de Dios Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre. Bendita sea María Santísima Madre de la Iglesia. Bendito sea su castísimo esposo San José. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos. Cantemos al amor de los amores Cantemos al Amor de los Amores cantemos al Señor, Dios está aquí, ¡venid adoradores, adoremos, a Cristo Redentor! ¡Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al señor honor y gloria a Ti, rey de la gloria amor por siempre a Ti Dios del Amor! Unamos nuestra voz a los cantares del Coro Celestial, Dios está aquí, al Dios de los Altares alabemos con gozo angelical. (Canto eucarístico y reposición del SSMO, si es el caso)…