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Enterocutaneous fistulas: Up to date in diagnosis and treatment
Article · July 2017
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Uriel Clemente
Oscar Santes
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán
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Jesús Morales-Maza
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán
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ARTÍCULO DE REVISIÓN Rev Mex de Cirugía del Aparato Digestivo, 2017; 6(3): 120-126
CIRUGÍA GENERAL
Fístulas enterocutáneas:
Actualidades sobre diagnóstico y tratamiento
Uriel Clemente-Gutiérrez,* Oscar Santes-Jasso,* Jesús Morales-Maza*
*Departamento de Cirugía General, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición "Salvador Zubirán"
Enterocutaneous fistulas:
Up to date in diagnosis and treatment
Revista Mexicana de Cirugía del Aparato Digestivo / Vol. 6 Núm. 3 / Julio-Septiembre, 2017 / p. 120-126
ABSTRACT
RESUMEN
Una fístula es una conexión anormal entre dos órganos a
través de un trayecto epitelizado. Así pues, la fístula
entérica se define como la conexión anormal entre el tracto
gastrointestinal y otros órganos abdominales, piel o tórax. Existe una epidemia de fístulas entéricas en los hospitales del país. Su mortalidad se estima desde 5.5 hasta
33%. La mayoría de las fístulas entéricas aparece en el
contexto de pacientes postoperados, generalmente secundarias a enterotomías durante la cirugía, fuga de
anastomosis, erosión por materiales protésicos. El manejo inicial de las fístulas enterocutáneas incluye la corrección del desequilibrio hidroelectrolítico, tratamiento
del proceso infeccioso, drenaje de abscesos, soporte
nutricional y control del drenaje y cuidados de la piel.
Las tasas de cierre espontáneo varían de acuerdo con la
causa y el gasto de la fístula, se reporta el cierre espontáneo de 19 a 92%, y se recomienda el manejo conservador durante cinco a seis semanas. Se recomienda retrasar
lo más posible procedimientos quirúrgicos para evitar
enterotomías, además de realizar estudios de imagen para
asesorar el control de focos sépticos. El manejo médico
siempre debe preferirse de primera instancia. El manejo
de estos pacientes requiere la toma de decisiones juiciosa y en grupos multidisciplinarios.
A fistula, is defined as an abnormal connection formed
between two organs, through an epitelized tract. In this
way, an enteric fistula, is defined as an abnormal
connection between the gastrointestinal tract and other
hollow viscus, skin or thorax. There is an epidemy of
enteric fistulas among the the country's hospitals. The
mortality of this entity is estimated from 5.5 to 33%.
Most of enteric fistulas develop in the post-operative
scenario, due to enterotomies, anastomotic leak or
protesic material injury to adjacent hollow viscus. The
initial treatment for enteric fistulas consists on correcting
the hydroelectrolit imbalance, treatment of associated
infections, abscess drainage, nutritional support and skin
care. The spontaneous closure of enteric fistulas depends
on the etiology of the fistula and the output, it is reported
that 19 to 92% of enteric fistulas will close spontaneously;
the recommendation is to give medical treatment for at
least 5 to 6 weeks before surgical treatment. If surgical
treatment is recommended, it is better to have radiologic
investigation of the fistula and abdominal sepsis
controlled, in order to avoid more injury to the bowel.
Medical treatment should be preferred as first choice.
The treatment of these patients requires judicious decision
making and multidisciplinary groups.
Palabras clave. Fístula, fístula enterocutánea.
Key words. Fistula, enterocutaneous fistula.
Correspondencia:
Dr. Oscar Santes-Jasso
Av. Vasco de Quiroga, Núm. 15. Col. Belisario Domínguez Sección XVI,
Deleg. Tlalpan. C.P. 14080, Ciudad de México.
Tel.: 8110129601. Correo electrónico: uclementeg@gmail.com
120
Clemente-Gutiérrez U, et al. Fístulas enterocutáneas
Rev Mex de Cirugía del Aparato Digestivo, 2017; 6(3): 120-126
FÍSTULAS ENTEROCUTÁNEAS
Existe una epidemia de fístulas entéricas en los hospitales
del país. Su incidencia global es desconocida, se estima que
se presentarán en 5 a 19% de los pacientes sometidos a laparotomías para control de daños. Su aparición depende de diversos factores de riesgo como la indicación inicial del procedimiento quirúrgico y el número de cirugías al que es sometido
un paciente. Su mortalidad se estima desde 5.5 hasta 33%.1,2
Al ser padecimientos complejos y que requieren de un tratamiento multidisciplinario, la estancia hospitalaria de los pacientes se vuelve prolongada. Se ha reportado estancia en Terapia
Intensiva de 28.5 ± 30.5 días, con estancias hospitalarias de 82.1
± 100.8 días y costos de hasta 539 mil dólares por paciente.3
La complejidad en el tratamiento de estos pacientes está
dada por el estado séptico, de desnutrición, alteraciones electrolíticas, alteraciones anatómicas como intestino corto y falla intestinal (definida como la reducción de la función intestinal por debajo del mínimo necesario para la absorción de
macronutrientes, fluidos y electrolitos, la cual requiere nutrición parenteral total para su manejo).4
DEFINICIÓN
Y CLASIFICACIÓN
Una fístula es una conexión anormal entre dos órganos, a
través de un trayecto epitelizado. Así pues, la fístula entérica
se define como la conexión anormal entre el tracto gastrointestinal y otros órganos abdominales, piel o tórax. Se pueden
clasificar con distintos criterios, ya sea internas o externas,
dependiendo del segmento anatómico que involucren o por
su etiología. Una manera sencilla de designarlas es según su
origen y desembocadura5 (Cuadro 1).
También pueden clasificarse con respecto al gasto que
tienen, siendo fístulas de bajo gasto aquellas que produzcan
< 200 mL/día, gasto intermedio de 200 a 500 mL/día y gasto
alto > 500 mL día.6
De igual manera, se ha propuesto una clasificación anatómica, la cuales designa a las fístulas de la siguiente manera:1
•
•
•
•
Tipo I: Abdominal, esofágica o gastroduodenal.
Tipo II: Intestino delgado.
Tipo III: Intestino grueso.
Tipo IV: Enteroatmosférica, independientemente de su
origen.
ETIOLOGÍA
Y FACTORES DE RIESGO
La mayoría de las fístulas entéricas aparece en el contexto
de pacientes postoperados, generalmente secundarias a en-
Cuadro 1. Clasificación de las fístulas según su origen y desembocadura.
Origen
GastroDuodenoEnteroYeyunoIleoColoRecto-
Desembocadura
-Cutánea
-Entérica
-Colónica
-Rectal
-Vesical
-Vaginal
-Aórtica
Cuadro 2. Causas de fístulas enterocutáneas
Causa
%
Postoperatoria
Espontánea
Enfermedad de Crohn
CUCI
Malignidad
Radiación
Enfermedad diverticular
Otras causas
85
15
39
13
9
6
5
27
Modificado de Hollington, et al.7
terotomías durante la cirugía, fuga de anastomosis, erosión
por materiales protésicos. Dentro de los factores de riesgo se
encuentran desnutrición, inmunocompromiso, trauma, infección y procedimientos quirúrgicos de urgencia. Se ha documentado que 20 a 30% de los pacientes con fístulas enterocutáneas tienen diagnóstico de enfermedad de Crohn. En
pacientes que se presentan con fístulas entéricas sin factores
de riesgo se debe sospechar de malignidad.6,7 En el cuadro 2
se enlistan por porcentajes las causas de fístulas enterocutáneas.
Las fístulas secundarias a abdomen abierto han aumentado su incidencia, debido a la práctica de cirugía de control de
daños. Se ha demostrado que esta práctica disminuye el riesgo de síndrome compartimental; sin embargo, mantener a estos pacientes sin la protección de la pared abdominal los pone
en riesgo del desarrollo de fístulas enteroatmosféricas, las
cuales son fuente de mortalidad y morbilidad significativa.
Estas fístulas se clasifican de acuerdo con el tejido que las
rodea como superficiales, aquellas rodeadas de tejido de
granulación en el contexto de abdómenes congelados, o profundas, aquellas que vierten su secreción directo a la cavidad
peritoneal, causando peritonitis.8
Un estudio prospectivo realizado por la Asociación Americana de Cirugía de Trauma, en el cual participaron 14 centros hospitalarios y se incluyeron 517, tuvo por objetivo de-
Clemente-Gutiérrez U, et al. Fístulas enterocutáneas
121
Rev Mex de Cirugía del Aparato Digestivo, 2017; 6(3): 120-126
terminar los factores predictivos para fístula enterocutánea y
enteroatmosférica en pacientes sometidos a cirugía de control de daños por trauma abdominal. En dicho trabajo se encontró que la resección colónica, resucitación con grandes
volúmenes y múltiples laparotomías fueron estadísticamente
significativas como predictores para el desarrollo de fístulas
enterocutáneas.9
Existen también fístulas secundarias a radiación, principalmente pélvicas, con el desarrollo de trayectos rectovaginales, prostático uretrales y entéricas.
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
Su presentación clínica depende del origen de la fístula.
Éstas pueden presentarse como drenaje a través de la herida
quirúrgica, diarrea, fecaluria o sangrado gastrointestinal. Es
importante distinguir una infección de sitio quirúrgico en el
periodo postoperatorio de una fístula, usualmente éstas se
presentan como dolor abdominal, distensión, fiebre, signos
de sepsis abdominal en los primeros siete a 10 días postoperatorios, confirmando el diagnóstico al documentar drenaje
de material intestinal a través de la herida, en cuyo caso el
diagnóstico es obvio.10 Debe corroborarse éste con estudios
de imagen; en el caso de sospechar de una fístula pancreática
se debe solicitar amilasa en la secreción.
ESTUDIOS DE IMAGEN
Son herramientas fundamentales en el diagnóstico e investigación de las fístulas enterocutáneas. La implementación del drenaje percutáneo de abscesos postoperatorios ha
traído beneficios como la demostración de fístulas enterocavitarias, así como la resolución de las mismas con drenaje
percutáneo.
La tomografía de abdomen con y sin contraste oral e intravenoso demuestra la anatomía de la fístula, abscesos intraabdominales asociados, colecciones, áreas de obstrucción distal
y neumobilia en el caso de fístulas a la vesícula o la vía biliar.11
La fistulografía debe realizarse en fístulas enterocutáneas
con apertura cutánea bien definida siempre y cuando no haya
sepsis abdominal. Las fístulas pequeñas pueden no identificarse mediante métodos de imagen; en estos casos, la administración de colorante como índigo carmín, azul de metileno o
incluso carbón, ayuda a hacer evidente la presencia de éstas.
Diagnóstico diferencial
En el contexto de pacientes con salida de líquido posterior
a cirugía gastrointestinal debe sospecharse de infección de
sitio quirúrgico o fístula entérica. Las características del drenaje, o persistencia del gasto elevado una vez que la herida
fue abierta, sugiere la presencia de una fístula. Es importante
también analizar las características del líquido obtenido, tanto el volumen como el contenido de electrolitos. Se enlista la
composición de electrolitos de los líquidos del tubo digestivo12 (Cuadro 3).
Manejo de las fístulas enterocutáneas
El manejo inicial de las fístulas enterocutáneas incluye la
corrección del desequilibrio hidroelectrolítico, tratamiento del
proceso infeccioso, drenaje de abscesos, soporte nutricional
y control del drenaje y cuidados de la piel. Para recordar la
secuencia de este manejo se ha propuesto la nemotécnica
SNAP, en donde la S corresponde a sepsis y piel (skin), la N a
nutrición, la A a anatomia y la P a Plan.13 Es bien sabido que el
manejo multidisciplinario en un centro capacitado disminuye
la mortalidad de estos pacientes.
La administración de líquidos y electrolitos tiene como
objetivo la corrección agresiva de la hipovolemia y déficit de
electrolitos. La anormalidad electrolítica más común es la hipocalemia. Las fístulas de alto gasto pueden requerir análisis
de electrolitos para elegir la terapia de reposición. No es infrecuente que en las fístulas duodenales o pancreáticas se deba
realizar reposición de bicarbonato para la prevención de acidosis metabólica.
Cuadro 3. Composición de electrolitos de los líquidos del tubo digestivo.
Líquido
Saliva
Jugo gástrico
Bilis
Jugo pancreático
Duodeno
Yeyuno
Íleon
Sodio
Potasio
Cloro
Bicarbonato
Volumen
24 a 46
31 a 90
134 a 156
113 a 153
140
72 a 120
90 a 140
16 a 23
3.6 a 5.5
3.9 a 6.3
2.6 a 7.4
5
3.5 a 6.8
6 a 30
24 a 44
83 a 110
83 a 110
54 a 95
80
69 a 127
82 a 125
12 a 18
24.6 a 28.8
38
110
500 a 2000 mL
100 a 4,000 mL
50 a 800 mL
100 a 800 mL
100 a 2,000 mL
100 a 900 mL
3,000 mL
Modificado de Kaushal, et al. (2004).12
122
Clemente-Gutiérrez U, et al. Fístulas enterocutáneas
30
25 a 30
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En cuanto al tratamiento de los procesos infecciosos es
relevante mencionar que las complicaciones infecciosas deben identificarse tempranamente y ser tratadas con antibioticoterapia y control del foco infeccioso, ya sea mediante laparotomía o drenaje percutáneo.
De manera inicial se recomienda ayuno en las fases iniciales del tratamiento hasta lograr el control de la fístula. El apoyo nutricional debe iniciarse lentamente, después de la corrección de líquidos, electrolitos y déficit vitamínico. Debido
al proceso infeccioso agregado se requiere de mayor aporte
de carbohidratos, ácidos grasos y proteínas. Se recomienda
la administración de 20 a 30 kcal/kg/día de carbohidratos y
ácidos grasos y de 0.8 a 2.5 g/kg/día de proteínas. Agregar
ácidos grasos omega 3 a la nutrición mejora la función inmunológica de los pacientes. En las fístulas de bajo gasto o
moderado se puede iniciar nutrición enteral, esto con el fin de
preservar la mucosa intestinal, mejorar la función inmunológica y mantener la función hormonal entérica.14-16
El objetivo principal en el tratamiento de las fístulas externas es controlar su gasto y proteger la piel de las secreciones
pancreáticas o entéricas. Existen diversos medios físicos y
protectores cutáneos para lograr este objetivo.17 La terapia
farmacológica se recomienda en fístulas de alto gasto. Los
anticatárticos y análogos de somatostatina reducen la secreción del tubo digestivo, disminuyendo, consecuentemente el
gasto de las fístulas. En el caso de fístulas biliares se ha descrito el uso de colestiramina. Se recomienda su uso 20 min
previos al consumo de alimentos. El cuadro 4 enlista los agentes utilizados comúnmente en fístulas de alto gasto, así como
sus dosis.
La somatostatina reduce las secreciones del tubo digestivo; sin embargo, su utilidad clínica es limitada pues su vida
media es muy corta. En contraste, el octreotide, un análogo
de la somatostatina, tiene una vida media de 2 h, constituyendo una opción factible a utilizarse en fístulas de alto gasto.
Una revisión sistemática y metaanálisis de ocho estudios aleatorizados, cuyo objetivo fue determinar si los análogos de
somatostatina disminuyen el tiempo del cierre de fístulas enterocutáneas postoperatorias en comparación con placebo,
describió que este grupo de fármacos disminuye la duración
de las fístulas enterocutáneas, así como la estancia hospitalaCuadro 4. Agentes utilizados en fístulas de alto gasto.
Agente
Dosis
Loperamida
Difenoxilato
Tintura de opio
Codeína
IBP
Hasta 4 mg cuatro veces al día
2.5 a 5 mg cuatro veces al día
0.3 a 1 mL cuatro veces al día
15 a 100 mg cuatro veces al día
Dosis variable
ria de los pacientes; sin embargo, no proporciona beneficio
en su mortalidad.18 La dosis recomendada es de 50 a 500 mcg
al día. Una limitante importante en el uso de esta terapia es su
elevado costo (entre $4,000 y $20,000).
El uso de presión negativa para el tratamiento de las fístulas es un tema controversial y la evidencia que se tiene es de
baja calidad. Existen factores a favor y en contra. A favor
tenemos que esta terapia controla el gasto de la fístula y promueve el crecimiento del tejido de granulación circundante.
En contra de su uso se sabe que 50% de las fístulas no cerrarán con esta terapia, tiene un costo elevado y como eventos
adversos pueden perpetuarse y crearse nuevas fístulas. Algunos autores no apoyan el uso de la terapia con presión
negativa. En caso de decidir usar presión negativa se recomienda aislar la fístula con sondas, colocar protección a las
vísceras y utilizar esponjas adecuadas.19-21
CIERRE DE LA FÍSTULA
CON MANEJO CONSERVADOR
Las tasas de cierre espontáneo varían de acuerdo con la
causa y el gasto de la fístula, se reporta el cierre espontáneo
de 19 a 92%, y se recomienda el manejo conservador durante
cinco a seis semanas. El 90% de los cierres espontáneos se
dará en el primer mes. El 10% restante cerrará en el segundo
mes. A partir de este periodo no se espera que cierren de
manera espontánea. Se deben evitar procedimientos quirúrgicos mientras el gasto de la fístula disminuya progresivamente y el tejido circundante muestre mejoría.22 Aquellos pacientes que no mejoren con tratamiento conservador deben
ser referidos a un centro especializado. Se ha descrito el manejo no quirúrgico de las fístulas enterocutáneas, como selladores de fibrina para fístulas largas, estrechas, de bajo gasto
y carentes de obstrucción distal; clips endoscópicos para
fístulas pequeñas, además de ayudar en el control de la sepsis y plugs que sirven como adyuvantes en fístulas enteroatmosféricas (Cuadro 5).
INDICACIONES
PARA MANEJO QUIRÚRGICO
Se ha planteado que los pacientes requerirán manejo quirúrgico cuando no se ha logrado el cierre de la fístula tras
cinco a seis semanas de manejo conservador. Si el manejo
será quirúrgico se recomienda retrasar lo más posible el procedimiento para evitar enterotomías, además de realizar estudios de imagen para asesorar el control de focos sépticos.
Antes de considerar la reparación definitiva, es fundamental
que el paciente tenga una adecuada nutrición, estar libre de
infecciones y que tenga tejido blando adecuado circundante
a la fístula. Estos procedimientos deben de realizarse en cen-
Clemente-Gutiérrez U, et al. Fístulas enterocutáneas
123
Rev Mex de Cirugía del Aparato Digestivo, 2017; 6(3): 120-126
Cuadro 5. Factores que influencian el cierre espontáneo de las fístulas gastrointestinales.
Factor
Favorable
Desfavorable
Características de la fístula
Trayecto fistuloso largo (> 2 cm).
Continuidad intestinal.
Ausencia de obstrucción.
Trayecto fistuloso corto (< 2 cm).
Eversión de la mucosa.
Oclusión distal.
Defecto de la pared abdominal.
Órgano donde se origina
Biliopancreática.
Colon.
Estómago.
Duodeno.
Yeyuno-íleon.
Complicaciones (sepsis)
Ausente.
Presente.
Etiología
Fuga anastomótica.
Malignidad.
Enfermedad inflamatoria intestinal.
Enteritis por radiación.
Gasto de la fístula.
Desnutrición.
Duración de la fístula.
Transferrina.
< 500 mL/día.
Ausente.
Aguda.
> 200 mg/dL.
> 500 mL/día.
Presente.
Crónica.
< 200 mg/dL.
Modificado de Gribovskaja, et al.1
tros quirúrgicos con experiencia. El objetivo del procedimiento será eliminar la fístula mediante resección intestinal, restablecer la continuidad del tracto gastrointestinal y cerrar el
abdomen libre de tensión con tejido bien vascularizado. En
estos procedimientos se debe tener bajo umbral para el uso
de derivación fecal y ayuno en el periodo postoperatorio.
El tiempo correcto para la cirugía definitiva es un tema
controversial. La mayoría de los cirujanos experimentados
recomiendan al menos tres meses después de la laparotomía
inicial, favoreciendo así el ablandamiento de las adherencias, resolución del proceso inflamatorio y reduciendo el
riesgo de lesión iatrógena. En pacientes con defectos de la
pared abdominal con cierre por segunda intensión, es importante determinar que la piel no se encuentre adherida a
las vísceras.23
ALGUNAS RECOMENDACIONES
PARA LA CIRUGÍA
Como se ha mencionado anteriormente, es recomendable
que el tratamiento definitivo se lleve a cabo en un centro
experimentado en el tratamiento de estos pacientes. Algunas
recomendaciones puntuales y puntos relevantes en cuanto a
la técnica quirúrgica son:10
•
124
Usualmente, aún con múltiples fístulas sólo se encuentran involucrados de 12 a 18 pulgadas de intestino
delgado.
•
•
•
•
•
•
Se debe realizar adherenciolisis desde el ángulo de
Treitz hasta la válvula ileocecal.
Identificar el colon y sus componentes para descartar
involucro de éste en la fístula.
Una parte crítica en estos procedimientos es el ingreso al abdomen sin causar más daño. Para esto se sugiere utilizar una incisión de mayor tamaño e ingresar
cercano a la apófisis xifoides.
Se trata de cirugías largas de entre 6 a 7 h, por lo que se
recomienda no programar más casos el mismo día.
Evitar el uso de sedas para la reparación de enterotomías o lesiones a la serosa intestinal, se recomienda el
uso de suturas de monofilamento como polipropileno
o poliglecaprona.
No insistir en trabajar en un área en donde no es posible hacer adherenciolisis, es mejor buscar otro sitio de
mayor facilidad.
RECONSTRUCCIÓN
DE LA PARED ABDOMINAL
Comúnmente estos pacientes tienen pérdida de la anatomía de la pared abdominal, por lo que la reconstrucción de la
misma durante el procedimiento de reconexión definitiva cobra gran importancia.
Éste se considera un procedimiento complejo y de alto
riesgo. No existe técnica ideal para la reconstrucción. Existe la
opción de reparaciones con colocación de malla o la separa-
Clemente-Gutiérrez U, et al. Fístulas enterocutáneas
Rev Mex de Cirugía del Aparato Digestivo, 2017; 6(3): 120-126
ción de componentes que es un procedimiento demandante y
con mayores complicaciones. Algunos estudios sugieren
mayor incidencia de infecciones en el cierre sólo con malla
(38%) en comparación con la separación de componentes.23
RESULTADOS
DEL TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
La reconstrucción de pacientes con fístulas entéricas, asociadas a defectos de la pared abdominal, es un tema complejo,
involucra cirugías muy demandantes técnicamente y morbimortalidad importantes aún en manos expertas. Una cohorte
prospectiva que incluyó 61 pacientes con fístulas enteroatmosféricas y defectos de pared abdominal asociados, quienes fueron llevados a tratamiento quirúrgico, reportó morbilidad de 82.5% y mortalidad de 4.8%, con infección del sitio
quirúrgico en 36.5%, infecciones respiratorias 28.6%, refistulización 11% y recurrencia de la hernia en 29%.24
CONCLUSIONES
Las fístulas enterocutáneas y enteroatmosféricas representan un gran reto para los cirujanos. Es de vital importancia
conocer las causas, factores contribuyentes y medidas preventivas para el manejo de estos pacientes. Como se ha expuesto, el manejo médico siempre debe preferirse de primera
instancia. Finalmente, debido a la falta de evidencia de alta
calidad, el manejo de estos pacientes requiere la toma de decisiones juiciosa y en grupos multidisciplinarios.
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