VICIOS A la comida: Cuando una persona tiene un empacho presenta unos síntomas que pueden ser pesadez y dolor de estómago, lengua seca, falta de ganas de comer, estreñimiento o diarrea, vómitos, acidez de estomago, gases en el abdomen, distensión del abdomen, cansancio, debilidad, dolor de cabeza y dolor de piernas. En casos más intensos puede producir un cólico biliar, que se manifiesta por dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen (boca del estomago e hígado), generalmente irradiado a la espalda. Este dolor pude durar unas 2-4 horas y luego desaparecer completamente. Se produce por la contracción de la vesícula, tratando de expulsar la bilis, cuando un calculo se ubica en el cuello de la vesícula impidiendo la salida de la bilis. Otros síntomas pueden incluir: escalofríos, fiebre, ictericia (color amarillo de piel y mucosas), los cuales generalmente se presentan como complicaciones de la colelitiasis. Causas del empacho Las causas más comunes son comer alimentos grasos, frituras, carnes, sin un ritmo normal, demasiado rápido o demasiado lento, tomar café y fumar, alcohol, acostarse tarde, estrés, ansiedad, estar tomando antibióticos o analgésicos, etc. El comer en movimiento, con la televisión puesta, leyendo el periódico o con música a alto volumen también pueden producir el problema. Prevención Las medidas preventivas pueden ser: Evitar alimentos grasos, con especias, frituras, bebidas gaseadas, cafeína y alcohol. Alimentos que producen acidez, además de los anteriores, el chocolate, las cebollas y el tomate. Evitar grandes cantidades de comida. Procure masticar despacio y totalmente la comida. Se debe evitar aumentar todas las actividades que favorecen el tragar aire, como son fumar, masticar chicle, comer rápido, o las bebidas gaseosas. No se debe acostar antes de 2 horas de haber comido o cenado. Controle su estrés. Duerma las horas precisas. Haga ejercicio. Tratamiento del empacho Medidas caseras: Zumo de limón en agua tibia tres veces al día. Agua de soda varias veces al día. Semillas de anís o manzanilla. Antiácidos. Bloqueadores de la acidez. Antiespasmódicos. Favorecedores de la motilidad intestinal. Un vicio es todo aquel hábito o práctica que se considera inmoral, depravado o degradante en una sociedad. Con menos frecuencia, la palabra puede referirse también a una falta, a un defecto, a una enfermedad o tan sólo a un mal hábito. Algunos sinónimos de este término son: falta, depravación, exceso, mala costumbre, afición, desviación. El vicio es el antónimo (el opuesto) de la virtud. La palabra proviene del latín vitium, que significa «falla o defecto» aunque el significado social que se le ha dado a la palabra se ha ido ampliando para incluir muchas otras acepciones. Su equivalente en inglés, vice, también se utiliza como término jurídico genérico que abarca muchos tipos de actos criminales: la prostitución, las apuestas, la lujuria, el libertinaje y la obscenidad. El que estas conductas se consideren vicios y otras no tiene mucho que ver con consideraciones morales. Violencia del noviazgo La violencia en las relaciones de noviazgo se definen como todo ataque intencional de tipo sexual, físico o psíquico, de un miembro de la pareja contra el otro en una relación de noviazgo1 con el objeto de controlar o dominar a la persona.2 Una relación con estas características suele denominarse noviazgo violento. Comúnmente en este tipo de relaciones se tiende a caer en círculos viciosos de los cuales es realmente difícil salir, puesto que el perpetrador tiende a estar arrepentido del acto cometido. Este es el motivo por el cual suele pedir disculpas, se comporta de manera cariñosa tratando de enmendar el error, alegando que no volverá a pasar o que ella lo provocó y él(ella) no quería. Aunque tiempo después, vuelva a cometer el mismo acto violento. En la mayoría de los casos de violencia física en el noviazgo tienden a presentarse síntomas menores como el maltrato emocional o, el más común, el maltrato psicológico, pidiendo cambios ya sean físicos o conductuales que al agresor le disgusten, como puede ser el caso de la vestimenta, amistades, forma de ser, entre otros. Después de haber obtenido resultados con el maltrato psicológico o emocional pasan a el maltrato físico leve que podría ser dependiendo el caso, tirones, jalones de cabello o de los brazos, arañazos, etc. Prosiguen con el maltrato físico moderado, golpes, bofetadas, patadas, etc. Es común que este tipo de conductas sean arrastradas hasta el matrimonio donde deja de ser una agresión moderada para pasar a ser un maltrato físico crónico, corriendo el riesgo de ser golpeadas con brutalidad. al extremo de tener que necesitar atención médica, incluso provocando la muerte. Las adicciones en los adolescentes son un problema que genera gran preocupación entre muchos padres y educadores. El consumo de tabaco, de porros, alcohol y otras drogas, así como el número desmesurado de horas que pasan delante de la pantalla de ordenador puede llevar, si no hay control a un problema mayor de dependencia. Abuso de sustancias La adicción y dependencia de sustancias nocivas, en los días de hoy se está convirtiendo en un grave problema para muchos jóvenes y familias. Hay diferentes tipos de adicciones, pero las más comunes y por las que más se suele consultar son: -Consumo de Cannabis -Consumo de Cocaína -Consumo de otras sustancias, como drogas de diseño -Consumo de Alcohol Hay diferentes motivos por los que los jóvenes consumen, uno de los más frecuentes es empezar porque los amigos también lo hacen y así uno se siente integrado en el grupo, lo que además implica un estatus en el mismo. Esto ligado a la falta de autoestima suele ser algo habitual entre los adolescentes. También se dan casos en los que el consumo está ligado a problemas familiares, de habilidades sociales o problemas personales de otra índole. Los motivos para consumir sustancias adictivas pueden ser muchos y en ocasiones, no sabemos exactamente lo que provoca el consumo. Lo que sí es cierto es que se puede dejar, y la ayuda externa suele funcionar, tanto con los jóvenes como con sus familiares. Los padres son una herramienta imprescindible para ayudar a sus hijos, pero es muy importante que estén asesorados porque ante el desconcierto, la impotencia y las ganas de cambiar lo que no les gusta, también pueden generar en sus hijos reacciones de aún más consumo. Adicción a Internet No es lo mismo el uso de Internet que el abuso. Hablamos de adicción a Internet cuando esta actividad interrumpe o distorsiona la ejecución de otras tareas habituales que hasta el momento se venían realizando con total naturalidad. Internet es el medio por el que nos comunicamos más rápido y con más cantidad de gente, y los adolescentes saben cómo sacarle partido a esto, así que, una vez más a los padres les puede resultar complicado saber si sus hijos, maestros expertos de esta herramienta, la están utilizando adecuadamente. Sin embargo, deben fijarse en los cambios significativos que se producen en sus hijos y no engañarse cuando hay algo que llama la atención. El cambio de intereses, las horas en la habitación, el descenso en el rendimiento académico, las horas a las que se desconectan a la noche para ir a dormir, la irritabilidad que sienten cuando se les dice que apaguen el ordenador, las horas en las que el ordenador permanece encendido aunque estén realizando otro tipo de actividad... Hay muchas señales por las que los padres se pueden dar cuenta de que sus hijos están abusando de Internet. El generar buenos hábitos en los hijos antes de llegar a la adolescencia es una buena manera de prevenir este tipo de problemas, pero muchas veces, se nos va de las manos y nos encontramos que los hijos han llegado a estas edades y están enganchados a Internet o a videojuegos. Los chat y las redes sociales están generando problemas de abuso entre los jóvenes. El hecho de poder hablar en grupo, de obtener respuesta inmediata o casi inmediata por parte de los amigos, el hablar con los amigos de tus amigos... Todo esto hace de Internet una herramienta atractiva que hay que aprender a controlar antes de que te controle a ti. Este tipo de dependencia o abuso de Internet en los jóvenes afecta de manera negativa y daña las relaciones familiares y todo su entorno. Si hay sospechas por parte de los padres o se sienten preocupados porque observan que sus hijos están abusando de Internet, sería muy aconsejable que contactaran con un profesional que establecerá la terapia adecuada para evitar que estos hábitos se hagan cada vez más difíciles de tratar. A LOS VIDEOJUEGOS 1. Compras al menos un Juego por semana. 2. Tu único motivo para trabajar es poder comprar juegos. Si estas esperando que llegue final de mes para ir a tu tienda de videojuegos y gastarte tu dinero en las ultimas novedades sumate un punto. 3. Compras juegos a los que sabes que no jugaras más de dos veces. Si a pesar de saber a ciencia cierta que no es el tipo de juego que más te gusta, no puedes evitar comprarlo. Sumate otro punto. 4. Sientes mucha presión en tus relaciones de pareja porque te quitan tiempo para poder jugar. Si piensas más cuando podrás jugar o recuerdas mejor la fecha en que compraste tu consola que cuando conociste a tu novia. Sumate uno. 5. Cuando no juegas estas pensando cuando podrás hacerlo o estas leyendo sobre juegos. Si eres un asiduo lector de esta pagina y te conoces los nombres de todos los editores. Sumate otro ;-) 6. Ya no ves Televisión. Al menos nada que no tenga que ver con jugar a tus juegos o programas de Televisión que hablen sobre ellos. 7. No comes cuando tu cuerpo te lo pide, sino cuando el juego te lo permite. Si estas delirando a consecuencia del hambre, pero no puedes dejar esa partida a medias hasta que acabes esta pantalla, sumate otro punto. 8. Tienes que mudarte de casa debido a tu gran colección de juegos. Todas esas ediciones especiales ocupan demasiado espacio en tu pequeño piso. 9. Tus conversaciones fuera de los juegos son muy limitadas e incluso te sientes fuera de lugar. ¿Crisis?, ohhh Time Crysis!!!, ya me lo he pasado. 10. La única limpieza que realizas es la de tus consolas. Todo buen jugon sabe que el polvo es un gran enemigo de lo equipos electrónicos. Por cada síntoma anterior en el que te sientas identificado deberías sumarte un punto y si sumas 7 o más, personalmente opino que deberías apuntarte a Jugadores anónimos. La adicción a los videojuegos da cuando el adolescente depende física y psicológicamente de estos. Hoy en día existe una gran preocupación ya que un nutrido grupo de adolescentes emplean muchas de horas en videojuegos y juegos en red centrándose prioritariamente en la vida virtual. Cuando los videojuegos ocupan gran parte de la vida del joven, está claro que estamos ante un problema importante, y en ese momento suele ser difícil saber si se ha llegado ahí por otros problemas o si el estar permanentemente ahí, frente al ordenador y en otra realidad, genera el resto de problemas en la vida del adolescente. Sin embargo, lo importante en este punto es poder ayudar al joven a salir de este reducido mundo. La prevención para no llegar a estos extremos sería lo más adecuado, pero ¿cuáles son los aspectos que deben alertar a los padres y educadores? - El joven pierde interés es las cosas que antes le gustaban - Cada vez se relaciona menos con los amigos y en el medio escolar parece estar más aislado - En casa pasa demasiadas horas encerrado en su habitación y cuando se le pide que apague el ordenador, no responde y si se insiste tienen reacciones desproporcionadas. - Nerviosismo progresivo hasta que consigue conectarse - No respeta las horas para irse a dormir, ni para comer… Su prioridad está encima de la mesa. - Se descuida en su aseo y cuidado personal También está en la prevención el ser capaces de detectar en nuestros hijos o alumnos otro tipo de problemas o dificultades que les puedan llevar posteriormente a ser esclavos de los videojuegos o adictos a internet. Si un joven tiene dificultades de relación y es demasiado vergonzoso para “hacer amigos” se le puede ayudar, y es mucho más fácil poderle ayudar a desarrollar sus estrategias de relación que solucionar una adicción cuando además existe por debajo una “incapacidad” para relacionarse con sus iguales. Es importante señalar que los videojuegos en sí mismos no suponen una amenaza, todo depende del uso y control que se ejerza sobre ellos.