ESTIBALIZ: TOPONIMO Y APELLIDO Origen del nombre y apellido Estíbaliz Estívariz; Familias alavesas relacionadas con ellos 1 - Introducción: - Es un hecho perfectamente constatable la gran devoción que siempre ha suscitado la advocación de Santa María de Estíbaliz, que ha hecho perdurar a la misma a lo largo de los siglos, y que ha hecho que en su honor se erigiese un hermosísimo, que aún permanece en la actualidad bastante buen estado. Por esta razón, se ha escrito sobre mucho Estíbaliz, sus orígenes y su historia, habiéndose ocupado de ello tanto escritores rigurosos como simples divulgadores, difundiéndose desgraciadamente bastantes inexactitudes que han sido copiadas reiteradamente por unos y otros sin discriminación alguna, y faltando a una serie de verdades históricas de forma lamentable. 2 - Primeros tiempos de Estíbaliz - primeras menciones documentadas de Estíbaliz - Aurivita Diego en Estíbaliz en el año 984: La escritura en que aparece esta cita, está escrita en latín, como era obligado en aquel tiempo, y dice textualmente Aurivita Didacoz, in Estívaliz . Comparten el gobierno de Alava en esa fecha Lupe Sarrazinez, in Divina y Albaro Sarrazinez, in Murielles. Estas tres circunscripciones componían el primitivo Alava nuclear, formado por el núcleo de la Llanada alavesa: Estívaliz al Este, Divina al centro y Murielles al Oeste. - Estíbaliz, de localización obvia: no correspondía a un lugar determinado, sino a una división del territorio. - Divina es una denominación desaparecida, pero que se ha mantenido en el topónimo Viña, conservado en Ullívarri-Viña y Echávarri-Viña. - Murielles corresponde a Morillas, en el extremo occidental de la Llanada, . Cabe la duda de si en esta época, siglo X, existía ya Estíbaliz como localidad propiamente dicha, pues otro documento, cual es el voto de la reja de San Millán de la Cogolla, aproximadamente del año 1025 (el documento es una falsificación de ese mismo año, fingiendo ser de cien años atrás, pero aún así es de gran valor). Pues bien, en esta escritura no figura Estíbaliz, aunque sí la totalidad de los pueblos de la Llanada, y aún muchos más ya desaparecidos. Figuran en la circunscripción de Arrazua: Matauco, Cerio, Oreitia, Argómaniz, Argandoña, etc., es decir todos los pueblos que rodean a Estíbaliz, que no figura en la relación ni tampoco Villafranca de Estíbaliz. La siguiente mención la encontramos en el año 1074, en que el señor Alvaro González de Guinea dona a San Millán, entre otras cosas, el altar de la derecha del monasterio de Santa María de Estíbalez. La denominación monasterio en esta época equivalía a iglesia parroquial, que solían ser denominadas iglesias monasteriales, y no implica la existencia de un monasterio con monjes en él. Otra mención la encontramos en un documento similar al del año 984, que es del año 1106, en el que figura senior Lope Gonzalvez dominante Estivalez et senior Didaco Sánchez dominante Divina. Vuelven a aparecer las dos circunscripciones citadas ya en el siglo anterior: Estíbaliz o Estibalez y Divina Finalmente en 1138 tuvo lugar la donación a Santa María de Nájera, por parte de Dª María López, de Santa María de Estíbaliz, entre otras posesiones, quedando ya adscrito por varios siglos a dicho monasterio. Es posible establecer un parentesco entre los tres últimos personajes citados: así, Dª María López fue hija de Lope González y de Dª Teudo González, que fue hermana del citado Alvaro González, aunque otras fuentes indican ser hermano de D. Lope, no siendo posible, o mejor dicho, no siendo digno de mayor crédito el parentesco que se atribuye a estos con Aurivita Díaz, el primeramente citado. Esta familia fue de las más importantes de Alava, muy relacionada con los señores de Vizcaya, habiendo sido Dª María López hermana de Diego López señor de Vizcaya. Dª María López en su donación de Estíbaliz, incluye también, a parte de otras iglesias en Alava, a Villafranca de Estíbaliz, diciendo textualmente "…con el fuero con el que mis padres la poblaron y me ha venido por derecho hereditario". Esto tiene dos interpretaciones, pues puede tratarse de sus verdaderos padres Lope González y Dª Teudo, o bien referirse con esta expresión a sus antepasados, pero parece lo más verosímil lo primero. Posteriormente los monjes de Nájera vendieron Estíbaliz a D. Fernán Pérez de Ayala en 1432, y al siglo siguiente, Pedro López de Ayala vendió sus derechos sobre Estíbaliz al Ayuntamiento de Vitoria el año 1542, en quién se continuó hasta este siglo. Es digno de reseñar el hecho de haberse fundado la villa de Villafranca de Estíbaliz, en la que es posible documentar la existencia de un mercado franco, al igual que otro que existía en Divina, a principios del siglo XII, es decir poco antes de la donación de Dª María López a Nájera. Todo parece indicar que Estíbaliz, o mejor Villafranca, como emplazamiento más cómodo, estaba encaminada a ser un centro comarcal de transacciones comerciales, al amparo de su señor Lope González, sufragáneo de la corona de Castilla, pero la voluntad de Dª María López, donando tanto Estíbaliz como Villafranca a Nájera, vino a cortar esta vocación. Por esta razón, cuando a finales del siglo XII fue fundada Vitoria, concretamente en 1181, no se hizo sobre el cerro de Estíbaliz, como quizá hubiese sido lo lógico en otras circunstancias, pero su dependencia del monasterio de Santa María de Nájera, lo hubiese hecho muy complicado, eligiéndose otro cerro similar, cual era el del antiguo Gasteiz. 3 - Estíbaliz como topónimo Ya hemos citado las primeras menciones que se han podido documentar de Estíbaliz como nombre de lugar, la primera de ellas como división administrativa en el siglo X, y las demás como lugar concreto a partir del siglo XI, y deberíamos decir algo sobre el origen de este nombre, Estíbaliz. Lo hemos visto citado tanto en sus tiempos más remotos tanto en la forma Estíbaliz como en la forma Estibález, pero nunca en la forma Estívariz, que es como fonéticamente parece que debería haber sido la más primitiva, pero así es. El origen de esta palabra lo deberíamos remontar al posible origen del asentamiento humano al que dio nombre y, después de haber visto como se ha tratado de justificar su etimología a partir del vascuence, de las formas más variadas y pintorescas, no me cabe duda de que, al igual que muchos otros topónimos alaveses no justificables por este idioma, se tiene que tratar de un topónimo originado durante la dominación romana en la Llanada. Entre los significados pintorescos que se han tratado de dar a la palabra Estíbaliz, partiendo del vascuence, hay autores que lo han transcrito como "rechazar en hipótesis" "ribera cercada de robles" o "herbal del conjunto de peñones". Las formas terminadas en "-iz" proceden casi con seguridad de una castellanización de la terminación "-ici" del genitivo latín, y lo podemos encontrar de forma similar en diversos pueblos de los alrededores como Gámiz, Argómaniz, Trocóniz, Petriquiz o Gurrándiz (despoblados en la Edad Media), Iruráiz, o no tan cerca como Ocáriz o Albéniz, en la Llanada Oriental, Apellániz, Dordóniz o Marquíniz (forma antigua de Marquínez) en la Montaña; Aránguiz, Aríñiz (forma antigua de Aríñez, documentable todavía en el siglo XVIII). De la misma forma procederían también de la época romana los topónimos terminados en "-ano" o "-ana" o "-ain", de los que tenemos innumerables ejemplos también en la Llanada. De acuerdo con ello, todos estos asentamientos humanos procederían de donaciones realizadas por los romanos a los soldados distinguidos de sus ejércitos, en pago de sus servicios, formando lo que se llamaba un "fundus", que formaba una granja o unidad de explotación agrícola compuesta por una o varias viviendas y unas tierras de labor a su alrededor. Al producirse la cristianización de la Península, estos pequeños asentamientos fueron dotados de una pequeña iglesia, construida por el dueño del asentamiento, lo que dio lugar a la existencia de los patronatos laicos en numerosas parroquias de Alava y el resto del País Vasco. Así mismo, se fue ampliando el número de sus viviendas hasta alcanzar el equilibrio agrícola que han disfrutado durante toda la Edad Media y Moderna. Así pues, de acuerdo con esta teoría, sustentada por eruditos como D. Julio Caro Baroja, Estíbaliz procedería de un "fundus" concedido a un soldado distinguido llamado Estibalius, que tomo el nombre de Estibalici, genitivo de Estibalius, que con el tiempo se castellanizó en Estíbaliz. Por este mismo proceso se formarían otros pueblos citados, como Marquiniz, de un tal Marquinius - Marquínici, Trocóniz de Troconius - Trocónici, Lopidana de Lopidanius, Mandojana de Mandonius, etc. Aunque esta teoría no es posible sustentarla en documentación, parece la más verosímil para la justificación de la etimología de muchos topónimos alaveses, ante la incapacidad de poderse realizar a la luz del idioma vascongado, y ante la ridiculez del resultado de algunos intentos realizados al respecto. 4 - Estíbaliz como nombre de persona Mayor peculiaridad aún ofrece el vocablo Estíbaliz al haber sido utilizado como nombre propio, y no como nombre de hembra, a lo que estamos bastante acostumbrados, sino como nombre de varón. Efectivamente, aparte de su frecuente utilización como nombre de mujer, continuada en la actualidad, Estíbaliz fue un nombre bastante utilizado durante la Edad Media para los varones, especialmente en Vizcaya y Guipúzcoa, pudiéndose documentar numerosos casos, ya en el siglo XIV. ¿Se trata de la advocación mariana de Santa María de Estíbaliz?, la verdad es que parece que no, al menos no en todos los casos, pero lo más curioso es que sin embargo, no se encuentra este nombre de varón en la provincia de Alava, donde radica dicha advocación, sino en las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya. Posiblemente se trate de un nombre de pila vascongado, totalmente independiente del santuario de Santa María, pero sobre el que no han tratado los estudiosos de la antroponimia vascongada, pues generalmente es considerado como apellido. Así podemos encontrar a finales del siglo XV entre la documentación del Archivo General de Simancas a un Juan Estíbaliz de Otálora, al que en los índices se aplica el nombre Juan y el apellido Estíbaliz de Otálora, como si Estíbaliz fuese un patronímico, del estilo de Martínez y Ochoa, cuando la realidad es que el nombre es Juan Estíbaliz y el apellido Otálora. De la misma forma encontramos en la misma documentación y fechas a una María Estíbaliz de Jáuregui, vecina de Vergara, a la que se le aplica el apellido Estíbaliz de Jáuregui. Curiosamente existen varias citas de ella, unas como Estíbaliz y otras como Estíbaliz, indistintamente. 5 - Estíbaliz como apellido A pesar de la gran antigüedad del topónimo Estíbaliz, resulta difícil, por no decir imposible, el encontrarlo como tal antes del siglo XVI. Ya hemos visto como la posesión de Estíbaliz estuvo en poder de una familia, pero no por eso la misma adoptó este topónimo como apellido, no siendo posible encontrar una sola cita de él como tal. Las citas antes expuestas de Aurivita Díaz, in Estívaliz del año 984 y de Lope Gonzalvez dominante Estibález del año 1106, no indican para nada, como algunos tratadistas han pretendido, el que ambos caballeros tuviesen Estíbaliz como apellido, ni que lo adoptasen como tal ni ellos ni sus sucesores. La circunstancia de haber hecho donación Dª María López del monasterio de Estíbaliz al de Nájera en el año 1138 hizo que no llegase a cuajar en esta familia éste topónimo como apellido, circunstancia que en caso contrario sí se hubiese producido sin duda. Las primeras citas de Estíbaliz como apellido las encontramos ya en el siglo XVI, tanto en la forma Estivariz, como Estívaliz como Estibález, y repartidos geográficamente por la Llanada, con predominio de la forma Estívariz en la Llanada central y oriental, la más próxima al Santuario, y en la Montaña, especialmente en Maestu y Santa Cruz de Campezo. La forma Estibález la encontramos sin embargo en el occidente alavés, valles de Cuartango, Lacozmonte, la Ribera y Valdegovía. Finalmente encontramos la forma Estíbaliz entremezclada con la forma Estíbariz, también en la Llanada central. Parece lógico, por tratarse de un espacio bastante reducido, que las formas Estívariz y Estibález sean derivadas de Estíbaliz, y ello viene apoyado por las leyes fonéticas. Ya hemos dicho que parece que Estívariz debiera ser la forma primitiva, de la que se derivaría Estíbaliz, por sustitución de la r por la l, lo que constituye una ley fonética casi universal, aunque la forma en que aparece como topónimo en la Edad Media, es siempre con l, Estíbaliz o Estibález. Con relación al cambio de la i en e que ha dado origen a Estibález, diremos que ha seguido el mismo proceso que Aríñez, o Marquínez, que hasta el siglo XVIII se decían en la forma Aríñiz o Marquíniz. Así pues, el apellido en la forma Estibález lo podemos documentar ya desde el siglo XVI en Añua y Elburgo, Espejo, Nanclares de la Oca, Villamaderne, Atiega y Salinas de Añana; y en el XVIII en Aprícano, Archúa, Santa Eulalia, Escota, Cárcamo, Lapuebla de Arganzón, Salcedo y Antezana de la Ribera. Resulta muy curioso que en Nanclares de la Oca se encuentra el apellido Estibal, en la forma Ortiz de Estibal, que si bien familiarmente no tendría nada que ver, etimológicamente es el único caso en que podemos encontrar la raíz Estibal aparte de en Estíbaliz. La forma Estíbaliz, la podemos encontrar ya en el siglo XVI en Ondátegui, Víllodas, Vitoria, Gamarra Mayor, Marquínez y Albéniz, en comarcas bien distantes entre sí, y en algunos casos con patronímico, como en el caso citado de Vitoria que figura como Ortiz de Estíbaliz, o el de Gamarra Mayor como Ochoa de Estíbaliz. La forma Estívariz la podemos encontrar ya desde el siglo XVI en Aprícano, Guereñu, Luzcando, Maestu, Onraita, Atauri, Santa Cruz de Campezo y Zumelzu, y ya con posterioridad en Róitegui, Angostina, Cicujano, Azáceta, Laminoria, Arenaza, Alecha, Bujanda, Vírgala Mayor, Ciordia, con proyección hacia la Rioja y Navarra en Yécora, Viñaspre, Espronceda y Cabredo en Navarra, acompañado en algunas ocasiones con el patronímico Martínez, en la forma Martínez de Estíbariz, y escrito indistintamente con b o con v. 5 - La familia Estivariz Me atrevería a asegurar que todos los que han llevado, y llevan el apellido en la forma Estivariz proceden de la misma familia, expandida a lo largo de los siglos XVI al XIX desde la Llanada hacia la Montaña Alavesa, la Rioja y Navarra, siguiendo la dirección Norte - Sur, pudiendo encontrar miembros de la misma en casi todos los pueblos de ella, como ya hemos visto. Varios miembros de esta supuesta familia Estívariz, motivado por un matrimonio en otro lugar por el que se cambiaba la residencia, se vieron obligados a entablar litigios con los ayuntamientos en los que se avecindaban para que se les tuviese en cuenta su condición de hidalgos, y los privilegios que ello conllevaba. Así pues, tenemos en primer lugar el pleito entablado y ganado por Pedro de Heredia y Estívariz en 1551 para avecindarse en Santa Cruz de Campezo, procedente de Guereñu. Simultáneamente con el litigio entablado, una vez fallado a su favor por la Real Chancillería de Valladolid, encomendó el interesado en 1558 a un Rey de Armas llamado Juan de Ascárraga que le hiciese un estudio de su apellido y de su escudo de armas, del que después hablaremos. Otros miembros de esta familia litigaron también su hidalguía en el siglo XVIII, en los años 1726, 1741 y 1748, demostrando ser parientes del citado Pedro de Heredia Estíbaliz, con presentación de partidas sacramentales y toda serie de documentos acreditativos. Así mismo uno de estos miembros, Juan de Estívariz y Martínez, vecino de Vitoria, encargó a otro rey de armas, llamado D. Sebastián del Castillo y Ruiz de Molina, otra certificación de armas e historia de su apellido, en el siglo XVIII. Todas estas ramas de la familia Estívariz arrancan de un tal Pedro de Heredia y Estivariz, vecino de Guereñu, hijo de Martín Martínez de Estívariz, nieto de Pedro Sáenz de heredia, vecinos ambos de Heredia. No debe escandalizarnos esta diferencia de apellidos, pues en aquella época era bastante frecuente el que los hijos no adoptasen el apellido de los padres, especialmente las hembras. En las certificaciones citadas, se hace descender a esta familia, a través del linaje de Heredia, de los primitivos señores de Estíbaliz, y del propio conde Aurivita Diaz, todo lo cual no deja de ser un disparate, digno de muy poco crédito. Una de las cosas que se afirma es que el propio Aurivita Díaz fue el fundador de la cofradía de Arriaga, que se reunía en el campo de Lacua, haciendo este topónimo equivalente a Oca o Ocoa, que sería impuesto por el propio conde, como descendiente de un príncipe persa llamado Oco que vino a estas tierras en los primeros tiempos de la reconquista. Todas estas certificaciones de armas eran realizadas por lo que se denominaban reyes de armas, los cuales tenían mucho cuidado en halagar a sus clientes, de quienes cobraban buenas minutas, y no tenían cuidado ni vergüenza en inventar historias fabulosas. La realidad es que la Cofradía de Arriaga comienza a ser documentada en el siglo XIII, y se disolvió en 1332 con la voluntaria entrega de Alava a Castilla. Gran afición vemos que tenía la familia Estívariz a su apellido, pues otro miembro de la misma D. Fernando de Estívariz, vecino de Santa Cruz de Campezo compuso en 1816 una obra manuscrita recopilando todas las ejecutorias y certificaciones de armas citadas, la cual fue copiada y completada a su vez en 1876 por su sobrino, el dominico fray Domingo de Estívariz y Platero, el cual añadió al mismo varios grabados y arboles genealógicos. El manuscrito del libro vino a recaer en Dª Dominica de Estíbariz, vecina de Santa Cruz de Campezo, la cual en la hora de su muerte, en 1943, encomendó a su confesor que hiciese donación del libro manuscrito al Santuario de su apellido, que es donde se encuentra en la actualidad, y que hemos traído a esta conferencia para ilustrar el amor y devoción de esta familia a su apellido y al Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz. Juan Vidal-Abarca y López Vitoria 1994