Cartilla N°30/2019 Maracuyá Aspectos generales de la especie, su cultivo y mercado Rodrigo Nuñez Hinostroza1 Elias Levandovski2 2019 INTA – ESTACIÓN EXPERIMENTAL AGROPECUARIA CERRO AZUL 1 Ing. Agr. Mgter., Área Frutales, INTA EEA Cerro Azul, CR Misiones, Argentina E-mail: nunez.rodrigo@inta.gob.ar 2 Téc. Agr., Área Frutales, INTA EEA Cerro Azul, CR Misiones, Argentina E-mail: levandosvki.elias@inta.gob.ar 2 E.E.A Cerro Azul — INTA. Cartilla N° 30/2019 E.E.A. Cerro Azul – INTA. Dirección: Ruta Nacional 14. Km 836 3313 – Cerro Azul- Misiones, Argentina Teléfono: (0376) 449 4740, (0376) 449 4741 DIRECTOR: Ing. Agr. Horacio BABI COMISIÓN ASESORA DE PUBLICACIONES Lic. Jorge AIASSA Ing. Agr. Sebastián BÁRBARO Lic. en Gen. Adrián DE LUCIA Ing. Agr. Diego GUERRERO Ing. Agr. Sandra MOLINA (Presidente) Ing. Agr. Belén ROSSNER Nuñez Hinostroza, R.; Levandovski, Elias. 2019.Maracuyá – Aspectos generales de la especie, su cultivo y mercado. Cerro Azul. E.E.A INTA Cerro Azul. Cartilla N° 30/2019. 3 Contenidos Introducción……………………………………………………………………5 1. Denominación y origen del nombre maracuyá…………………..6 2. Características botánicas……………………………………………..6 3. Aspectos reproductivos 3.1. 4. Floración y polinización………………………………………………10 Consideraciones generales para su cultivo 4.1. Condiciones edafoclimáticas………………………………………..12 4.2. Elección y preparación del sitio de cultivo………………………..13 4.3. Material vegetal de implantación…………………………………..16 4.4. Estructuras de sostén…………………………………………………21 4.5. Trasplante……………………………………………………………….23 4.6. Densidad de plantación……………………………………………….24 4.7. Desbrote, conducción y formación………………………………….24 4.8. Nutrición…………………………………………………………………25 4.9. Ciclos de producción…………………………………………………...26 4.10. Manejo de la vegetación……………………………………………...26 4.11. Podas……………………………………………………………………..27 4.12. Polinización artificial…………………………………………………...28 5. Plagas y enfermedades………………………………………………..32 5.1. Enfermedades 5.1.1. Verrugosis (Clodosporium spp.)……………………………………..32 5.1.2. Antracnosis (Colletotrichum gloeosporioides)…………………….34 5.2. Plagas 5.2.1. Chinches (Familia Coreidae)…………………………………………..35 5.2.2. Orugas defoliadoras (Familia Nymphalidae)……………………....38 5.2.3. Moscas (Familias Tephritidae y Lonchaeidae)……………………..38 5.2.4. Vaquitas y escarabajos (Orden Coleoptera)………………………..39 5.2.5. Trips (Familia Thripidae)……………………………………………….40 6. Cosecha y poscosecha………………………………………………….42 7. Mercado y producción nacional………………………………………44 8. Consideraciones finales………………………………………………...50 Créditos Fotográficos…………………………………………………………...51 Bibliografía y bases de datos consultada…………………………………...51 4 INTRODUCCIÓN Continuamente desde el sector público y privado se dirigen esfuerzos y recursos en la búsqueda e introducción de nuevos cultivos que permitan establecer oportunidades de negocio, con la finalidad de desarrollar sistemas productivos sostenibles, tanto desde el punto de vista económico, como social y ambiental. En este sentido, el maracuyá presente una serie de atributos que hacen interesante su cultivo, entre los que se pueden indicar: pronto ingreso a producción y periodo prolongado de cosecha que generan un rápido y constante retorno económico, importante demanda de mano de obra en toda la cadena productiva, versatilidad y aptitudes para diferentes industrias (alimenticia, farmacéutica, cosmética y perfumería). Con respecto a su demanda en los mercados, la misma se encuentra en crecimiento a nivel internacional. Todo esto ha generado interés por el cultivo del maracuyá en diferentes partes del mundo, y Argentina no es la excepción. Las condiciones edafoclimáticas de las provincias del norte de Argentina, han permitido el desarrollo de diferentes emprendimientos relacionados al cultivo de maracuyá. Sin embargo, la mayor oferta de esta fruta en el mercado nacional sigue siendo como producto procesado (pulpa de fruta) de origen extranjero. El conocimiento sobre su cultivo en la Argentina es muy escaso. Asimismo, su estudio no se ha abordado de manera integral, lo que dificulta la determinación, cuantificación y proyección de sus potencialidades a lo largo de toda la cadena productiva. Esta publicación fue realizada con la finalidad de facilitar, a modo orientativo, algunos conocimientos y aspectos generales sobre esta especie, su cultivo y mercado. La información presentada fue obtenida de consultas bibliográficas, de experiencias realizadas en parcelas demostrativas de la EEA Cerro Azul- INTA CR Misiones, y de comunicaciones brindadas por productores y empresas que se encuentran vinculadas al cultivo y comercio de esta especie frutícola. 5 1. Denominación y origen del nombre maracuyá El nombre maracuyá es utilizado para mencionar diferentes especies de plantas del género Passiflora; en este escrito es aplicado para referirse a la especie Passiflora edulis f. flavicarpa – maracuyá amarillo. La denominación taxonómica Passiflora edulis f. flavicarpa para nombrar al maracuyá con fruto de color amarillo, y Passilora edulis f. edulis para mencionar al maracuyá con fruto de color morado o púrpura, es utilizado por muchos autores para diferenciar estas dos formas botánicas; sin embargo otros autores sostienen que, a nivel taxonómico, la especie botánica debe ser mencionada sólo como Passiflora edulis Sims, indistintamente del color del fruto. La palabra maracuyá deriva del portugués maracujá, la cual proviene de una denominación indígena de origen tupi cuyo significado es “alimento que se toma de sorbos” o “alimento con forma o servido en vaso (cuia)”, haciendo alusión este último significado al recipiente hecho con la cáscara del fruto de la especie Crescentia cujete. El maracuyá es originario de América Tropical; algunos autores consideran a la región Amazónica de Brasil como centro específico de su origen. Brasil es uno de los principales centros de diversidad genética de la familia Passifloraceae, con más de 150 especies nativas. Esta especie también es conocida con los nombres comunes de parcha, chinola, fruta de la pasión/passion fruit (inglés), entre otros. Este último nombre está relacionado a la morfología de la flor del género Passiflora, nombre proveniente del latín, cuyo significado literal es “flor de la pasión”, asociado a la crucifixión (pasión) de Cristo. 2. Características botánicas El maracuyá es una planta trepadora, de crecimiento muy vigoroso, que puede superar los diez (10) metros de altura. Su sistema radical es superficial y ramificado; en plantas adultas el 80 % de sus raíces se encuentra en los primeros 45 cm de profundidad y en un radio de 40 cm desde la base del tronco (Figura 1). Su tallo es cilíndrico, leñoso, y muy lignificado en su base, disminuyendo su tenor de lignina a medida que se aproxima al ápice. Sus hojas son simples, alternas, con peciolo surcado en la cara superior, con lámina foliar de color verde brillante en el haz, y de bordes finamente aserrados. El maracuyá presenta dimorfismo foliar, con hojas de lámina foliar de un solo lóbulo en los primeros estados de desarrollo, y trilobadas en estados más avanzados (Figura 2a, 2b, 2c). 6 Figura 1. Desarrollo radical (planta con 6 meses desde trasplante). a b c Figura 2. Hojas del maracuyá. a- hoja de un solo lóbulo; b- hoja trilobada; cdimorfismo foliar. En el peciolo, cercano a la base de la lámina foliar, se encuentran 2 glándulas nectaríferas (Figura 3). Además de su importancia taxonómica, estas glándulas producen una secreción dulce que funciona como atrayente de hormigas, las cuales ayudan a repeler las orugas del orden Lepidoptera. Los zarcillos, estructuras que nacen de las axilas de las hojas, le permiten la sujeción a cualquier superficie que pueda ser utilizada como soporte, y son los que le brindan su característica de trepadora (Figura 4a, 4b). Además de los 7 zarcillos, y las hojas, en el nudo se encuentran las estípulas, una yema vegetativa que puede o no dar origen a una nueva rama, y una yema floral. Figura 3. Glándulas nectaríferas. a b Figura 4. Zarcillos. a- vista de su disposición; b- ejerciendo su función. La flor del maracuyá es perfecta (hermafrodita). En el ápice del pedúnculo se encuentran tres brácteas que protegen al botón floral en sus primeros estados de desarrollo. El cáliz está conformado por 5 sépalos de color blanquecino en la cara interna, y verdosos en la cara externa; la corola por 5 pétalos de colores blancuzcos, y la corona por numerosos filamentos de color blanco en el exterior y púrpuras hacia la base. Los órganos reproductivos están sostenidos por una columna llamada androginóforo; el gineceo está formado por un ovario súpero del cual salen 3 estilos que soportan a los estigmas, y el androceo por 5 estambres compuestos por los filamentos estaminales que sostienen a las anteras (Figura 5). 8 Figura 5. Flor de maracuyá amarillo (Passiflora edulis f. flavicarpa). El fruto es una baya globosa u ovoide. El epicarpio es coriáceo, ceroso, liso, y de color amarillo en estados avanzados de madurez. El mesocarpio es esponjoso, de color blanco. El endocarpio (arilo) está adherido a la pared del fruto por una capa en forma de bolsa con funículos provenientes de la placentación parietal; es de aspecto mucilaginoso, de color amarillo, y rodea a las semillas, siendo la parte comestible del fruto (pulpa) (Figura 6). Las semillas son numerosas, superiores a 250 por fruto; de color negro, de testa dura con presencia de hendiduras. (Figura 7). 9 Figura 6. Fruto de maracuyá. Figura 6. Semilla de maracuyá 3. Aspectos reproductivos 3.1. Floración y polinización El maracuyá es una planta de días largos, requiriendo fotoperiodos superiores a 11 horas para su floración. En la provincia de Misiones, se ha observado que la apertura de las flores, en días de sol, comienza entre las 12:00 y 12:30, y se extiende hasta las 15:00 a 15:30, permaneciendo abiertas hasta las 18:00 18:30, luego comienza el cierre de las mismas. Una vez que la flor se cerró, ya no vuelve a abrir. Desde el inicio de la apertura (separación de los sépalos) hasta la apertura plena (exposición total de los filamentos de la corona) transcurren entre 10 a 15 minutos. La flor de maracuyá es auto-incompatible (incompatibilidad del tipo esporofítica); además presenta hercogamia de aproximación (los estigmas están por encima de las anteras) la cual puede ser transitoria (luego de un tiempo, el cual varía entre 60 a 80 minutos, los estilos comienzan a curvarse, pudiendo alcanzar la curvatura total cuando los estigmas quedan en el mismo nivel que las anteras, o curvatura parcial) o definitiva (Figura 8a, 8b, 8c); también posee dicogamia protándrica (las anteras maduran antes que los estigmas). Todas estas características hacen del maracuyá una planta alógama (polinización cruzada) por excelencia, y deben ser consideradas para su cultivo. Las flores con hercogamia definitiva (su estilo no se curva y permanece erecto), además de no dejar expuestos los estigmas al alcance de los polinizadores, presentan esterilidad femenina, por lo que, aunque se utilice polinización manual, estas no serán fecundadas; asimismo, si bien el polen de las flores con hercogamia definitiva es fértil, no debe ser utilizado para la polinización de otras flores, ya que la característica de esterilidad femenina es transmitida; debido a esto, las semillas generadas por la fecundación con esos granos de polen, presentan gran probabilidad de producir plantas con porcentaje elevado de flores con esterilidad femenina. En 10 las flores que tienen curvatura parcial de los estigmas, su órgano femenino es fértil, pero su polinización natural es poco viable debido a la distancia entre los estigmas y anteras, la cual no permite una aproximación adecuada de contacto con los insectos polinizadores. Los agentes polinizadores del maracuyá que tienen mayor eficiencia son los abejorros (mangangá) del género Xylocopa, debido a su gran tamaño (Figura 9). El viento presenta escaso valor como agente polinizador, ya que el grano de polen es muy pesado y pegajoso, lo que dificulta su traslado por este medio. a b c Figura 8. Curvatura de los estigmas. a- curvatura total; b- curvatura parcial; c- sin curvatura. Figura 9. Agente polinizador del maracuyá (Mangangá). 11 4. Consideraciones generales para su cultivo 4.1. Condiciones edafoclimáticas El maracuyá es una planta que crece y se desarrolla adecuadamente en climas tropicales y subtropicales. Tiene un amplio intervalo de adaptación, en relación a la altitud sobre el nivel del mar, que va desde los 0 a los 1500 m.s.n.m. El crecimiento vegetativo, floración, fructificación, productividad, y calidad de fruta, encuentra su óptimo entre los 23°C a 28°C de temperatura ambiente, pero puede ser cultivado comercialmente con éxito en un rango más amplio de temperaturas. Las temperaturas muy elevadas, superiores a 35°C afectan la floración, disminuye el número de botones florales y deshidratan el estigma, imposibilitando la fecundación. Temperaturas menores a las óptimas reducen la absorción de nutrientes y retardan el crecimiento, disminuyendo el número de nuevas brotaciones lo que deriva en una menor cantidad de flores y frutos. Temperaturas de 8°C o inferiores, además de causar la detención total de crecimiento, provocan lesiones aéreas y aborto de flores. Si bien el maracuyá es muy sensible a las heladas, algunas experiencias de Misiones han demostrado que puede soportar heladas leves (temperaturas cercanas a -1°C) de muy corta duración; con estas heladas la parte aérea es dañada pero la planta sobrevive, pudiendo recuperarse al practicar una poda intensa luego del periodo de peligro de heladas. En este sentido, es importante mencionar la existencia de productos comerciales de aplicación foliar, que le brindan a la planta una mayor resistencia a las heladas, pudiendo soportar hasta -2°C, siempre que estas no sean de larga duración. La planta de maracuyá demanda importantes cantidades de agua para lograr buena productividad y calidad de fruta, indicándose como adecuadas precipitaciones de entre 800 a 1.500mm anuales bien distribuidas en el año. Tanto el exceso como el déficit hídrico generan inconvenientes en el crecimiento y desarrollo. Un periodo seco prolongado puede llevar a la caída de hojas y frutos; periodos de lluvias intensas y frecuentes causan problemas en la polinización, entre otros inconvenientes. El viento y la humedad relativa son factores de mucha importancia para el cultivo de maracuyá. Vientos fuertes pueden provocar laceraciones muy severas por la fragilidad de esta especie. La humedad relativa más favorable se encuentra en torno al 60-70%; situaciones de baja humedad relativa, acompañada de vientos calurosos, provocan deshidratación de tejidos, pudiendo llegar a la muerte de brotes tiernos y aborto de flores, entre otros perjuicios. Por su parte, humedades relativas elevadas, asociadas a periodos lluviosos, favorecen la proliferación de enfermedades. En lo que respecta al suelo, se puede decir que esta especie se adapta a diferentes tipos, siendo los mejores aquellos de textura liviana (franco arenoso a franco arcilloso). Como condiciones básicas se requieren suelos libres de 12 impedimentos en los primeros 60 cm, bien aireados, con buen drenaje y libres de encharcamiento. Suelos propensos a presentar excesos de humedad (pesados del tipo arcilloso) favorecen el desarrollo de enfermedades radicales, limitantes del cultivo, como Fusarium spp. El pH adecuado se encuentra en el rango de 5,5-6,5. Si bien son preferibles suelos con buena fertilidad natural, las deficiencias de nutrientes pueden ser corregidas con aportes de materia orgánica y fertilización. 4.2. Elección y preparación del sitio de cultivo Uno de los factores más limitante para la producción de maracuyá en la Argentina es el riesgo de heladas. Es importante aclarar que en Misiones, al igual que en el resto del país, no existen zonas libres de heladas, pero si existen áreas que por su exposición, pendiente y entorno (sobre todo en lugares cercanos a los grandes ríos) les permiten comportarse como zonas con bajo riesgo e incidencia de heladas. Esta consideración debe ser tenida muy en cuenta al momento de la elección de la región/área, si se pretenden llevar adelante proyectos productivos que contemplen la explotación de frutales de tipo tropical/subtropical como actividad de renta. Establecido el predio, se debe seleccionar el lote de implantación, para lo cual corresponde dar prioridad a los lugares más elevados, con superficies que no presenten pendientes pronunciadas, y que posean protección (natural o implantada) de los vientos predominantes (en Misiones los vientos predominantes soplan desde el Nordeste y Sudeste). En caso de que no existan barreras rompe vientos establecidas, deben ser implantadas con anticipación al cultivo. El pasto elefante (Pennisetum purpureum Schum) es una especie rústica muy utilizada en Brasil como barrera rompe viento (Figura 10). Su acelerado crecimiento permite obtener, de manera rápida, una cortina que sirve de protección al momento de trasplante de los plantines de maracuyá, la cual puede ser integrada con cortinas forestales perimetrales de crecimiento más lento. Es importante recabar y evaluar toda la información posible, tanto presente como el historial del lote (muestreo y análisis químico, vegetación presente, si existe o no compactación del suelo, cultivos antecesores, rotaciones, uso de fertilizantes, uso de herbicidas, registro de heladas, incidencia de plagas y enfermedades) con la finalidad de realizar todas las correcciones necesarias para mitigar o evitar futuros problemas. Esta información debería ser complementada con datos de actividades que se estén llevando en áreas próximas a la futura plantación; por ejemplo el uso de herbicidas en lotes cercanos podría generar problemas de toxicidad por deriva, o emprendimientos apícolas que se encuentren cerca del predio podrían generar inconvenientes en la polinización, por substracción del polen por parte de las abejas. 13 Pasto elefante Figura 10. Barrera rompe viento pasto elefante. Estas consideraciones generales de selección del lote, son para aquellos cultivos que no se contempla riego; en caso de utilizar sistemas de riego se deben analizar en conjunto con otros factores de selección. Una vez seleccionado el lote, y evaluada toda la información recolectada del mismo, se procede al trazado y preparación de la superficie para llevar adelante la implantación. En regiones con relieve irregular (provincia de Misiones) es primordial considerar como factor principal para el trazado de la plantación, la pendiente del terreno; esta se debe hacer con la orientación de las filas de plantación perpendiculares a la pendiente, con el fin de minimizar la erosión, principalmente hídrica. Otro factor de importancia para el trazado de la plantación es la captación de luz; si las líneas de plantación se orientan de norte a sur hay buena distribución y captación de luz, ya que las caras este y oeste reciben cantidades similares de luz, pero en lugares con elevada radiación solar, siempre que fuera posible, es conveniente orientar las filas en sentido este-oeste para que las frutas no queden expuestas a la incidencia frontal del sol, ya que esto podría provocar importantes daños por quemado de sol, principalmente en la cara oeste. Cómo puede apreciarse, es difícil que se pueda cumplir con la satisfacción conjunta de estos dos factores (pendiente y captación de luz), pero como fue mencionado, en caso de existir gradientes de pendiente que puedan generar importante erosión hídrica, esta última debe priorizarse. 14 Dependiendo de las condiciones del suelo, la preparación de la superficie para la plantación puede realizarse sobre el área total (Figura 11), sólo sobre la línea de cultivo (Figura 12), o labrando únicamente el lugar definitivo de la planta (Figura 13). Este último caso es sólo recomendado en lugares con mucha pendiente, o aquellos en el que el suelo no presente ningún inconveniente de compactación y que no requieran tratamientos extensos de corrección (encalado principalmente). En el caso de requerir encalado, es recomendable realizarlo sobre la línea de plantación, ocupando una franja de 1m de ancho (Figura 14) ya que no se justifica realizarlo en todo el terreno o en una franja más ancha porque la exploración de las raíces del maracuyá es de corto alcance. La cantidad de material calcáreo a aplicar será determinada de acuerdo a análisis químico. Es importante realizar la aplicación con 2 meses previos a la plantación, incorporando y mezclando el material en los primeros 20cm de profundidad, lo que puede lograrse con una rastra de discos (Figura 15). Siempre que fuera posible contar con material orgánico, suficiente para realizar la aplicación en la franja, se recomienda hacerlo 15 días antes de la plantación. En caso de no contar con el mismo, se puede realizar de manera localizada, donde se ubicará la planta. Figura 11. Preparación del terreno sobre superficie total. 15 Figura 12. Preparación en línea de cultivo. Figura 14. Encalado en línea de cultivo. 4.3. Figura 13. Preparación en lugar de plantación. Figura 15. Incorporación de material calcáreo. Material vegetal de implantación En Argentina, por ser aún un cultivo poco explotado, no existen cultivares mejorados inscriptos en el RNC. Esta situación seguramente se mantendrá en el tiempo, a menos que el interés por este cultivo vaya en aumento, y genere un atractivo económico a viveros comerciales con capacidad para importar, evaluar, y registrar materiales certificados con el fin de hacer usufructo económico, o se lleve adelante el desarrollo de un programa de selección y fitomejoramiento con vinculación público/privada, a partir de material ya establecido en el país, para propiciar el fomento y beneficio económico de este cultivo. El material predominante en los emprendimientos establecidos corresponde a maracuyá amarillo (Passiflora edulis f. flavicarpa), pero también existe un material con frutos de colores rojizos (Figura 16a, 16b) sin identificación específica (probablemente generado por el cruzamiento de Passiflora edulis f. flavicarpa x Passiflora edulis f. edulis); este material presenta buena productividad, rendimiento en pulpa y °Brix. 16 a b Figura 16. Material vegetal con frutos de colores rojizos. a-carga; b-detalle del fruto. Actualmente, el material vegetal utilizado para llevar adelante los emprendimientos de este cultivo, puede obtenerse, de viveros que logran los plantines de semillas recolectadas con ciertos criterios de selección, tanto de la planta madre como del fruto. Sin embargo, en la mayoría de los emprendimientos, los plantínes son producidos por los mismos productores, ya sea adquiriendo frutos de otro emprendedor/productor (en el caso de iniciación al cultivo) o de su propia plantación (en el caso de cultivo ya establecido). En muchos de estos casos, las condiciones de propagación no son las adecuadas, y mayormente se desconocen algunos aspectos que son necesarios considerar para realizar una correcta selección. La propagación por semilla es el método más utilizado, pero al ser material de tipo sexual genera gran variabilidad genética del material obtenido, ya que como fue mencionado el maracuyá es de polinización cruzada, por lo que las plantas logradas serán diferentes a la planta madre. Esto podría interpretarse como beneficioso, ya que disminuye el riesgo de incompatibilidad en el lote por esa misma variabilidad. Se deben seleccionar plantas madres que presenten buen estado fitosanitario, de elevada producción, de precocidad productiva. Dentro de cada planta madre, seleccionar frutos sin manchas y malformaciones, con peso superior a 200 g, °Brix > 13, rendimiento en pulpa > 30%. La cantidad de frutos elegidos dependerá del total de plantines a lograr, considerando que cada fruto contiene aproximadamente 250 semillas. Antes de extraer las semillas es conveniente desinfectar los frutos en agua con hipoclorito de sodio, a una concentración aproximada de 200 ppm, sumergiendo los mismos por un tiempo de 5 minutos; luego se enjuagan con agua potable, se secan y cortan a la mitad. Se debe extraer la pulpa con semilla y dejar en un recipiente por 2 a 3 días, para que fermente y facilite la separación de la pulpa; luego se pasa por un tamiz, frotándolas sobre el mismo y lavándolas con agua limpia; extraída toda la pulpa, se las deja secar sobre papel, en un lugar fresco y con sombra. Posteriormente, la semilla puede ser tratada con fungicida, quedando así listas para su siembra, o para 17 almacenarlas a temperatura de refrigeración (5 – 8°C). Se debe tomar la precaución de que los recipientes utilizados impidan el ingreso de humedad durante todo el periodo de conservación, el cual puede llegar hasta un año, sin pérdidas significativas de su viabilidad. La producción de plantines de maracuyá en Argentina debe realizarse siempre bajo invernáculo, ya que las fechas indicadas para el trasplante a campo son a partir de principio/mediados de Septiembre. Debido a esto, para el desarrollo de los plantines se transitan meses de otoño e invierno, debiendo protegerlos de las bajas temperaturas. Las semillas pueden sembrarse inicialmente en bandejas de germinación, y luego de alcanzar 2 a 3 hojas verdaderas, trasplantarlas a los contenedores plásticos definitivos (Figura 17a, 17b, 17c), a fin de uniformizar los lotes de plantas. a b c Figura 17. Producción plantines de maracuyá por semilla. a-siembra en bandejas; b- material listo para el trasplante; c-plantines en contenedores plásticos. Otra forma es realizar la siembra en los contenedores plásticos definitivos, colocando 3 semillas por contenedor; luego se selecciona la planta que alcanzó con mayor rapidez las 2 o 3 hojas verdaderas, cortando con tijera el tallo de las más rezagadas; no es conveniente intentar extraer las rezagadas para 18 trasplantarlas, ya que al sacarlas se podría estar dañando el sistema radical de la planta seleccionada. Los contenedores plásticos más utilizados para la obtención de plantas de maracuyá tienen una medida aproximada de 8x18 cm, cuya capacidad es de aproximadamente 1.000 cm 3. Con este tipo de contenedor se pueden lograr plantínes de 40 cm de altura sin mayores inconvenientes. En el caso de requerir plantínes más desarrollados (por ejemplo con la intención de adelantar el ingreso a producción, o contar con un stock de plantínes para utilizarlos por posibles replantes por fallas, o trabajar sobre un sistema de producción anual) es necesario utilizar contenedores de mayor dimensión (12 x 25 cm, o 12 x 30 cm, capacidad aproximada 2.000, 2.800 cm3, respectivamente). Como sustrato se puede utilizar corteza de pino compostada, mezclada con turba en una proporción 3 x 1 respectivamente, agregando 6 a 8 gr de fertilizante de liberación controlada (9 meses) por cada litro (1.000cm3) de mezcla preparada. La germinación ocurre entre los 10 a 20 días después de la siembra, dependiendo principalmente de las condiciones de temperatura y humedad. Si bien plantínes con 30 cm de longitud se pueden lograr y ser trasplantados en un lapso de 60 a 75 días desde la siembra, siempre es conveniente llevar a campo plantínes con el máximo desarrollo posible, ya que a mayor desarrollo el ingreso a producción es más rápido y por ende mayor la productividad, principalmente en el primer ciclo. El único inconveniente que presenta la obtención de plantínes más desarrollados es la necesidad de tutorado en vivero y más tiempo para lograrlos, requiriendo así mayor cantidad de mano de obra, además del mayor espacio necesario. Si se pretende llevar a campo plantínes de 120-150 cm de altura (Figura 18) a mediados de septiembre, es necesario realizar la siembra a mediados de Febrero. Figura 18. Plantines de maracuyá de 150 cm de altura. Otros métodos de propagación del maracuyá son los denominados de tipo vegetativa, que incluyen propagación por estacas, por injerto, y 19 micropropagación (cultivo de tejidos). Estas técnicas presentan grandes ventajas, pero aún son de carácter investigativo para esta especie, principalmente porque la relación costo/beneficio de su utilización, todavía no está del todo definida para ser adoptada en escala comercial. La propagación por estacas permite obtener plantaciones uniformes, de rápido ingreso a producción, al reducir el tiempo del periodo juvenil, y de elevada productividad. Algunas informaciones indican que la producción con plantínes de estaca es el doble a aquella obtenida con plantines de semillas. Sin embargo, es importante considerar que si se pretende utilizar plantines obtenidos por este método en cultivos comerciales, se debe tener la precaución de utilizar un buen número de plantas madres e identificar las líneas por clon, para poder realizar una polinización adecuada, ya que los clones de una misma madre serán incompatibles. Asimismo, la información indica que estas plantas alcanzan menor tiempo de vida productiva que aquellas obtenidas por semilla. Para lograr plantines por estaca, se deben cortar las guías de plantas adultas que se encuentren en floración; de estas guías se selecciona la parte media eliminando los extremos; de ese material se cortan estacas con 4 nudos cada una, eliminando los zarcillos y las hojas de las yemas inferiores. La estaca se trata en su base con hormona de enraizamiento (AIB 1.000-1.500ppm) y se entierra hasta los dos primeros nudos en el sustrato; el material debe quedar en invernáculo con nebulización intermitente. Este método ha sido utilizado en la EEA Cerro Azul-INTA CR Misiones, logrando un 70% de enraizamiento, sin embargo aún no fue evaluado su comportamiento agronómico a campo. En la figura 19, se muestra una estaca enraizada (b) comparada con las raíces de una plantín obtenido por semillas (a). a b Figura 19. Plantines de maracuyá por estaca y por semilla. La propagación por injerto está siendo practicada (aún con carácter de investigación) principalmente en zonas con alta incidencia de patógenos del suelo (Fusarium spp., Phytophthora spp.). Estudios realizados en Brasil indican 20 que especies como Passiflora alata, Passiflora gilberti, presentan elevada resistencia a enfermedades del suelo y tienen buena compatibilidad con Passiflora edulis f. flavicarpa. La micropropagación en maracuyá se está utilizando para conservación de germoplasma in vitro y programas de mejoramiento genético, entre otros. 4.4. Estructuras de sostén Debido a que el maracuyá es una planta de muy rápido crecimiento, y que su consistencia no le permite alcanzar altura sino cuenta con un soporte donde fijarse y trepar, para su cultivo comercial es imprescindible la implementación de un sistema de conducción que se logra mediante podas sobre una estructura de sostén. Estas estructuras de sostén determinarán la altura que alcanzará la planta, la disposición y conformación de la plantación, la exposición del follaje y los frutos a la luz solar, la forma de manejo y mantenimiento del cultivo (podas, tratamientos fitosanitarios, etc.). Por ser el más económico y sencillo para su montaje, por ofrecer adecuadas condiciones para llevar adelante trabajos propios del manejo (polinización manual, aplicación de fitosantarios, entre otros), la estructura de sostén más utilizada para el cultivo de maracuyá es la espaldera con un sólo alambre. Esta estructura consiste en instalar postes sobre la línea de cultivo, atravesados en la parte superior por alambre galvanizado de alta resistencia (17/15). Los postes, de diámetro de 15cm y largo de 2,50m, se disponen cada 6 metros enterrándolos 60 cm (la parte que va enterrada debe ser tratada con aceite quemado u otro impermeabilizante). En las cabeceras es conveniente utilizar postes de 20-25cm con muertos de apoyo, ya que estos soportarán la tensión del alambre, la cual se logra por medio de torniquetes (Figura 20). Figura 20. Cabecera de espaldera con muerto de apoyo. 21 La separación entre las líneas de postes debe ser de 3 a 4 metros; esta distancia permite el pasaje adecuado de maquinaria y una buena aireación del cultivo. Antes de colocar los postes, se deben realizar los orificios por donde pasará el alambre, el cual debe quedar a una altura de 1,80m del suelo. Cuando el cultivo alcanza su máximo desarrollo, se forma una cortina muy densa de hojas (Figura 21) que, sumado a la producción de frutas, genera un enorme peso que debe ser soportado por el sistema de sostén. Por esta razón no es recomendable realizar líneas de más de 80 metros de largo. El establecimiento de la estructura de sostén, requiere de una importante erogación de dinero, por lo que deben tomarse todos los recaudos necesarios para que su montaje sea perfecto, ya que una construcción incorrecta puede causar grandes perjuicios económicos. En lugares donde existen vientos fuertes, se pueden hacer espalderas con 2 o 3 filas de alambre (Figura 22) para dar mayor sostén, principalmente en los primeros estados de crecimiento. Es importante aclarar que esto no genera mayor producción de frutas. Otros tipos de estructura de sostén que se utilizan en otras partes del mundo para el cultivo de maracuyá son de tipo “parral español” y en “T”, las cuales son citadas con aspectos positivos y negativos, pero en Argentina no han sido comprobadas sus ventajas y/o desventajas que permitan determinar la relación costo/beneficio en comparación con la estructura de espaldera. Figura 21. Cultivo desarrollado sobre espaldera (parcela EEA Cerro Azul). Figura 22. Espaldera con 3 filas de alambre (parcela EEA Cerro Azul). 22 4.5. Trasplante De acuerdo a las condiciones climáticas de la provincia de Misiones, el periodo más adecuado para realizar el trasplante a campo es desde inicio de Septiembre a mediados de Octubre. Los hoyos, deben estar hechos antes de llevar las plantas a campo, y tener un diámetro de 30 cm y una profundidad de 30 cm, para plantas provenientes de macetas medianas (2 litros). En el caso de plantas provenientes de macetas más pequeñas, se pueden realizar hoyos de menor tamaño, o bien realizar con subsolador un surco profundo (30-40cm) sobre toda la línea de plantación. Una consideración de importancia es que, sea cual fuere la forma de realizar el trasplante, la estructura de sostén debe estar montada previa al mismo. Establecer la estructura de sostén posterior al trasplante, puede generar importantes inconvenientes, como la rotura de plantas. Para el trasplante se deben evitar las horas de mayor radiación solar, preferentemente realizarlo por la tarde cuando el sol se encuentra bajando, o en las primeras horas de la mañana. La fertilización de base debe realizarse de acuerdo al análisis de suelo y los requerimientos nutricionales del cultivo en cada etapa de desarrollo. De manera general, en el trasplante, se puede recomendar la aplicación de 50 g de P2O5, más 50 g de K2O, mezclados con materia orgánica compostada, depositados en el fondo del hoyo y cubiertos por 5cm de tierra. La planta se extrae del contenedor y se la acomoda en el hoyo (Figura 23), teniendo el cuidado que el cuello quede a nivel del suelo; se rellena con tierra y se hace presión para evitar que queden bolsas de aire; posteriormente se realiza un riego de asentamiento. Para que la planta pueda crecer en altura se debe colocar un tutor. Se puede utilizar una estaca con un hilo plástico atada al alambre, o un tutor vegetal, por ejemplo caña tacuara, enterrada y fijada al alambre. En el caso de que la planta ya haya sido tutorada en la etapa de vivero, se debe asegurar que este tutor alcance el alambre, o prolongar el mismo con hilo plástico hasta alcanzarlo. Además de lo mencionado, pude ser necesario brindar protección individual a la planta, por ejemplo el uso de protectores plásticos del tallo, cuando exista riesgo por ataque de roedores. Esto también le otorga protección en el momento del control de malezas, ya sea con método químico o mecánico. Esta protección se puede fabricar (Figura 24) o adquirir ya confeccionada. Figura 23. Extracción de planta para trasplante. 23 Figura 24. Protectores plásticos del tallo (parcela EEA Cerro Azul). 4.6. Densidad de plantación La densidad de plantas por hectárea dependerá de la distancia elegida para montar las espalderas. En la provincia de Misiones, se están utilizando densidades de 1.850 plantas/ha, (con 3 m entre hilera y 1,8 m entre planta), y 1.428 plantas/ha, (con 3,5 m entre hilera y 2 m entre planta). 4.7. Desbrote, conducción y formación El maracuyá debe ser conducido con tallo único hasta alcanzar el primer alambre. Esto se logra podando los brotes laterales que van surgiendo (Figura 25) y amarrando el tallo al tutor, a medida que va creciendo. Figura 25. Poda brotes laterales del tallo. 24 Cuando el tallo alcanza el alambre, se realiza el despunte (Figura 26) para estimular las yemas laterales que formarán 2 ramas secundarias (Figura 27); estas se conducirán por el alambre hasta una longitud, que será la mitad del distanciamiento entre plantas. Alcanzada la altura, se procede al despunte de las ramas secundarias, generando la estimulación de las yemas que formarán las ramas terciarias. Estas ramas terciarias se pueden dejar crecer libremente, o se les puede eliminar los zarcillos en los primeros 40 cm de longitud, para evitar que se entrelacen, y así permitir que caigan y constituyan la cortina productiva. En las ramas terciarias se producirán la floración y fructificación. Figura 26. Despunte del tallo. 4.8. Figura 27. Desarrollo de ramas secundarias. Nutrición El maracuyá es una planta de rápido crecimiento, que responde muy bien a la aplicación de fertilizantes. La nutrición debe acompañar los diferentes periodos de desarrollo. La determinación de la cantidad de fertilizante a utilizar dependerá del estado en que se encuentre el cultivo, de la disponibilidad de nutrientes presentes en el suelo, del diagnóstico foliar, del tipo de fertilizante a emplear, y del rendimiento esperado, entre otros factores. La fertilización realizada en suelo (cobertura o al voleo) debe ser complementada con fertilización foliar, principalmente para la disponibilidad de micronutrientes. Es muy importante aclarar que no existe una recomendación generalizada para la aplicación de fertilizantes, por lo que la misma dependerá de cada situación particular. En la etapa de formación de planta, se pueden realizar aplicaciones a los 30, 60, 90, y 120 días después del trasplante; en la primera y segunda aplicación 15 g de N; en la tercera 20 g de N, 20 g de K2O y 10 g de P2O5; en la cuarta aplicación 30 g de N y 30 g de K2O; las cantidades son expresadas por planta. Estas aplicaciones se deben realizar inicialmente a una distancia de 15 cm alrededor del tallo. Esta distancia se va aumentando a medida que la planta se desarrolla. Para el segundo y tercer ciclo de producción, aplicar 200Kg/ha de N, 350Kg/ha de K2O , y 80Kg/ha de P2O5. Estos valores corresponden a una densidad de entre 1.400 a 1.850 plantas por hectárea. En el caso del K2O y N, estas cantidades deben ser fraccionadas en 3 a 4 aplicaciones, siendo recomendable realizar franjas de 1m de largo a cada lado del tallo, y con centro en el tallo separarlas a 25-30 cm del mismo. 25 4.9. Ciclos de producción Generalmente, el cultivo del maracuyá se maneja a 2 o 3 ciclos de producción ya que, luego del 3 ciclo, disminuye notablemente su rendimiento, siendo conveniente comenzar con una nueva parcela productiva. Sin embargo en algunos lugares, como por ejemplo Perú, se logran obtener altos rendimientos hasta el cuarto o quinto año de edad de la plantación. Asimismo en algunas zonas de Brasil, donde existe alta incidencia de enfermedades, principalmente aquellas causadas por virus, se está manejando con viabilidad técnicaeconómica el cultivo con sólo un ciclo productivo. En el primer ciclo productivo, la cosecha puede comenzar a finales de enero o principios de febrero, si las plantas fueron trasplantadas a principio de septiembre con una altura de 1,5m o más. En el caso de haber utilizado plantas de menor tamaño, la cosecha comenzará estimativamente a mediados de marzo. En las condiciones de Misiones, la cosecha puede llegar hasta mediados/fines de Junio, siempre y cuando las temperaturas no hayan bajado de forma intensa. Si bien la planta de maracuyá no ingresa a un periodo de dormancia total, ya que su crecimiento vegetativo puede reactivarse con la ocurrencia de temperaturas adecuadas, aunque estas sean por un breve periodo de tiempo, una vez recolectados los últimos frutos la planta ingresa a un periodo de receso de crecimiento, el cual termina con la llegada de las temperaturas primaverales. En el segundo y tercer ciclo de producción, la cosecha puede comenzar a partir de mediados de diciembre, dependiendo de la época de realización de la poda de producción. El inicio de cosecha en diciembre, se puede ver muy perjudicada por la existencia de poblaciones de abejas cercanas a la plantación. Las abejas pueden sustraer todo el polen de los primeros flujos de floración, impidiendo de esta manera la polinización por parte del mangangá, afectando la fructificación. 4.10. Manejo de la vegetación La línea de plantación debe mantenerse siempre limpia, limitando el desarrollo en altura de la vegetación, ya sea esta espontánea o implantada como cubierta verde. Debido a que la planta de maracuyá es muy sensible a los herbicidas, no es recomendable el uso de los mismos para el control de la vegetación en este cultivo. Asimismo, el control mecánico en la línea de plantación debe realizarse con máximo cuidado, ya que el tallo puede ser fácilmente dañado debido a su consistencia. En la entrelínea, el control puede realizarse con tractor y macheteadora, y el material cortado puede ser colocado en las líneas, como cubierta muerta. Otra de las técnicas utilizadas para el control de la vegetación, son las cubiertas sintéticas (mulching plástico), la cual presenta ventajas y desventajas que deben ser analizadas antes de su adopción. En el caso de ser necesaria la utilización de herbicidas, se deben tomar todos los recaudos correspondientes, como ser la utilización de pantallas, realizar la aplicación sin presencia de vientos, la utilización de protectores plásticos individuales ya mencionados, entre otros. 26 4.11. Podas Además de las intervenciones necesarias para la formación de la planta y el ciclo inicial de producción, para obtener adecuadas producciones y un buen estado sanitario de la plantación a lo largo de toda su vida útil, es necesario realizar podas de limpieza, estimulación/renovación. Es importante considerar que las ramas que ya produjeron flores necesitan generar nueva brotación para continuar con la floración; asimismo, y por ser una planta de crecimiento indeterminado, en la medida que la planta va creciendo las flores surgen en puntos cada vez más distantes de su tallo principal, haciendo más dificultosa la nutrición de los frutos formados. Por otro lado, el crecimiento vigoroso produce una enorme cantidad de masa vegetativa que dificulta la aireación y penetración de la luz solar, generando condiciones favorables para el desarrollo de plagas y enfermedades, además de un aumento de peso vegetativo, muchas veces excesivo, que debe soportar la estructura de sostén. Debido a esto, la poda resulta necesaria para mantener el estado saludable de las plantas, mejorar las condiciones de aireación y captación de luz solar, mermar el peso improductivo soportado por el sistema de sostén, y generar el estímulo para la brotación que permitirá la nueva floración más cercana al eje principal, cuyos frutos podrán ser de mayor peso. Esta última consideración no es del todo concluyente, ya que diversos trabajos de investigación en la temática han obtenido resultados diferentes. La poda debe comenzar siempre eliminando las ramas secas y aquellas que presenten síntomas de enfermedad. Luego se procede al raleo (eliminación total de rama) y rebaje (recorte de una porción de la rama). La intensidad con la que se practicará la poda, dependerá de cada situación, siendo en el segundo ciclo productivo menos intensa que en el tercero. En algunas ocasiones, por ejemplo cuando ocurren heladas que perjudican gran parte de la planta pero no fueron lo suficiente para producir su muerte, se puede practicar una poda muy intensa, dejando solamente el tallo principal, y comenzar nuevamente con la formación de la planta. Para realizar la poda, se debe tener la seguridad de que la planta se encuentre en actividad vegetativa y no exista riesgo de heladas. En la provincia de Misiones, las condiciones ambientales favorables para el inicio de la poda en maracuyá se presentan los primeros días de septiembre. Asimismo, y debido a la rápida respuesta al estímulo de la poda que promueve un crecimiento muy vigoroso, las condiciones de nutrición deben estar aseguradas. 27 4.12. Polinización artificial Como fue mencionado en párrafos anteriores, los abejorros (mangangá), principalmente del género Xylocopa, son los agentes naturales que realizan con mayor eficiencia la polinización del maracuyá. Dependiendo de la población de estos insectos presentes en el cultivo, de la época en la cual se encuentra la floración, y de las condiciones ambientales, la tasa de fructificación por polinización natural puede variar de 10% a 60%. De acuerdo a esto, toda medida y práctica tendiente a favorecer el crecimiento poblacional de estos insectos, tendrá un impacto positivo en la productividad del cultivo de maracuyá. En este sentido, la conservación de áreas naturales cercanas a la plantación permite una mayor nidificación del mangangá. Sus nidos son construidos sobre troncos y ramas secas, postes de alambrados, entre otros. Esto se puede complementar con la implantación de especies atrayentes de este insecto, y colocando trozos de madera, ya sea en el suelo o colgando, con el fin de ofrecer mayor cantidad de material para que realicen sus nidos. También, se debe considerar que la utilización de productos fitosanitarios puede perjudicar la población o actividad de estos insectos, con lo cual, en el caso de ser necesaria su utilización, es recomendable realizar la aplicación, en horas muy tempranas o por la tarde-noche, ya que la mayor actividad de estos insectos comienza pasado el mediodía, y se extiende durante toda la tarde. Más allá de contar con una buena población de mangangá, en ciertas situaciones, es necesario complementar la polinización natural con polinización artificial. Una de estas situaciones se da cuando existe una importante presencia de abejas de las especies Apis mellifera (abeja europea) y Trigona sp. (conocida como carabozá o irapuá, entre otros) (Figura 28 y 29). Figura 28. Abeja europea extrayendo polen de la flor de maracuyá. 28 Figura 29. Carabozá extrayendo polen de la flor de maracuyá. Cuando estas abejas se encuentran presentes en gran cantidad, principalmente en los meses de Septiembre y Octubre, pueden ser extremadamente perjudiciales, afectando los rendimientos de las cosechas tempranas del segundo y tercer ciclo productivo. En los meses mencionados, estas abejas se encuentran muy ávidas por el polen, pudiendo retirarlo por completo, sin dejar material para que el mangangá pueda cumplir su rol de polinizador. Asimismo, se ha observado que en estos meses las abejas no sólo extraen el polen, sino que además repelen el acercamiento del mangangá a la flor, comportamiento que desaparece en otros periodos de floración, cuando las abejas dejan de buscar polen y comienzan a recolectar néctar. Para disminuir el efecto negativo de estas abejas, es recomendable implantar especies que presenten floración atractiva para las mismas en los meses mencionados. Otra situación en la cual se podría auxiliar la polinización natural con polinización artificial, es cuando se tiene una considerable superficie bajo cultivo. En estos casos, por más que exista una buena población de mangangá, estos pueden no ser suficientes para visitar la gran cantidad de flores abiertas en un momento determinado. Es importante recordar que la flor de maracuyá abre sólo una vez, y si esta no es polinizada, no se formará el fruto correspondiente. La polinización artificial se puede realizar de diferentes maneras. La más utilizada consiste en tocar con los dedos las anteras para que el polen quede impregnado en los mismos (Figura 30); posteriormente se procede a tocar los 3 estigmas de la flor de otra planta (Figura 31)3; de esta última flor se vuelven a pasar los dedos por las anteras para repetir la operación en otra flor. 3 Nótese que en las imágenes se utilizó una flor sin los estilos curvados solamente con el objetivo de que se pueda observar con claridad la técnica. 29 Figura 30. Extracción polen de la flor de maracuyá. Figura 31. Depósito polen sobre los estigmas. El horario para realizar la polinización artificial es a partir de las 15:00hs, ya que en ese momento estarán abiertas la mayor cantidad de flores, y las mismas ya deberían tener sus estilos curvados. Aquellas flores que no tengan sus estilos curvados (hercogamia definitiva) no deben ser polinizadas, y tampoco debe ser utilizado su polen, ya que como fue descrito en otros párrafos estas presentan esterilidad femenina. Otra manera de realizar la polinización artificial es retirando las anteras completas, colocarlas en un recipiente, y mezclarlas (Figura 32). Luego, con ayuda de un pincel, se practica la polinización (Figura 33), considerando las mismas indicaciones que en el procedimiento anterior. Esta forma de realizar la polinización es utilizada principalmente cuando las abejas se encuentran muy activas, ya que las mismas retiran el polen desde antes de la apertura de la flor. En estas situaciones, las anteras se deben retirar cuando el capullo esta en 30 punta blanca, en horario cercano a las 12:00hs. El problema de esta práctica es la imposibilidad de identificar las flores con hercogamia definitiva. De esta manera, por más que se tomen las anteras de las flores de una gran cantidad plantas, siempre existirá la probabilidad de que se esté utilizando polen indeseable. Es importante remarcar la importancia de polinizar los tres estigmas con buena cantidad de polen, ya que esto influirá en el tamaño y peso del fruto logrado. Figura 32. Extracción de anteras y polen. Figura 33. Polinización con pincel. 31 5. Plagas y enfermedades Si bien en la literatura se encuentran reportados una gran cantidad de organismos perjudiciales para el cultivo de maracuyá, en los siguientes párrafos se detallan sólo aquellos que se han observado en condiciones locales; los otros organismos son únicamente nombrados. Esto no significa que, los organismos citados en otras regiones como perjudiciales para el cultivo, no estén presentes en las plantaciones de maracuyá de la provincia, sino que tal vez se han manifestado de una manera leve, sin provocar daños de importancia. La determinación de estos organismos ha sido exclusivamente por comparación visual entre los signos y especímenes observados en el cultivo y aquellos descritos y reportados en bibliografía; no han sido utilizadas técnicas específicas de reconocimiento y clasificación. Por otra parte, no se realizan explicaciones sobre su control químico, ya que al igual de lo que ocurre con otros cultivos denominados menores, para el maracuyá no existen productos fitosanitarios registrados a nivel nacional para el control de plagas y enfermedades. De esta manera, las sugerencias de control sólo se han limitado a las de tipo preventivo y cultural. Otra forma de control que podría ser utilizada es la de tipo biológico, pero debido a la falta de experiencia local en su aplicación, no hay sustento técnico para su recomendación. Es importante mencionar que la reciente resolución del SENASA (Resolución 829/2018) permite la solicitud de ampliación de uso productos de fitosanitarios para cultivos menores, debiendo cumplir una serie de procedimientos para su autorización. 5.1. Enfermedades 5.1.1. Verrugosis (Clodosporium spp.) La verrugosis es la enfermedad que se ha observado con mayor frecuencia en la provincia de Misiones. Los agentes etiológicos de esta enfermedad son especies de hongos del género Cladosporium. El nombre de verrugosis proviene de las lesiones superficiales que ocasiona en los frutos, las cuales son semejantes a verrugas. La infección ocurre generalmente en tejidos jóvenes, en condiciones de alta humedad y temperaturas cálidas. En las hojas se manifiesta como pequeñas manchas circulares que se van tornando de color rojo-amarronadas, circunscriptas por un anillo amarillento. Posteriormente el tejido afectado se necrosa y se desprende. En las partes jóvenes de las ramas se presentan lesiones deprimidas con forma de canoa, en cuyo centro se puede observar la fructificación del hongo (Figura 34). En los botones florales, se observan manchas circulares de color marrón claro con centro más oscuro, pudiendo dañar el botón floral por completo. En los frutos se presenta inicialmente como pequeñas manchas circulares de color marrón claro, que posteriormente se tornan ásperas y sobresalientes, con aspecto corchoso 32 (verrugas) (Figura 35). Esta enfermedad no causa el deterioro de la pulpa, pero perjudica seriamente la apariencia para su comercialización en fresco. Figura 34. Signo de verrugosis en rama. Figura 35. Signo de verrugosis en fruto. 33 5.1.2. Antracnosis (Colletotrichum gloeosporioides) Esta enfermedad esta reportada como uno de los mayores problemas de poscosecha del maracuyá, pero también puede provocar serios daños en etapas previas a la cosecha. El agente causal, Colletotrichum gloeosporioides, es un patógeno que ataca diversas especies de plantas, y su desarrollo se ve favorecido por condiciones de alta humedad, asociada a periodos de lluvia y temperaturas en torno a los 26-28°C. Los signos en las hojas se manifiestan inicialmente como pequeñas manchas circulares de aspecto aceitoso que se van tornando marrón oscuras. En condiciones favorables, estas manchas se unen ocupando una gran área, que posteriormente provoca la caída de las hojas. Cuando el patógeno ataca las ramas, se observan manchas alargadas de coloración verde intenso, que luego se necrosan y deprimen, pudiendo causar la desecación general de la rama. En frutos inmaduros, aparecen manchas de color marrón claro, que luego se tornan marrón-grisáceo oscuras y deprimidas. En frutos con estados más avanzados de madurez, se presentan manchas de aspecto aceitoso de color pardo claro, y el tejido de la cáscara adquiere una textura apergaminada. A medida que avanza la enfermedad, la coloración se torna más oscura y el área afectada se deprime, observándose pequeños puntos de coloración negro-grisáceos, correspondiente a las fructificaciones del hongo (Figura 36, 37). Figura 36. Manchas causadas por antracnosis. Figura 37. Antracnosis, signos avanzadosárea deprimida y fructificaciones del hongo. Además de estas dos enfermedades, en la literatura son citadas otras de significativos perjuicios para el cultivo, en regiones con importantes superficies bajo producción (Brasil, entre otras). Entre las enfermedades de mayor importancia se mencionan a Fusariosis (Fusarium spp.), Septoriosis (Septoria 34 sp.), Bacteriosis (Xanthomonas sp.), Virus del endurecimiento del fruto (CABMV), Mancha Parda (Alternaria sp.), entre otras. Entre las medidas de control preventivo y cultural recomendadas para el manejo de enfermedades se pueden mencionar: Implantación del cultivo en lugares con buen drenaje; establecer cortinas rompe-viento; utilizar plantines sanos; desinfectar las herramientas de trabajo; utilizar densidades y orientación que permitan una buena circulación de aire; realizar monitoreo constante del cultivo; podar y quitar los órganos que se encuentren afectados (retirarlos de la plantación y quemarlos), y en caso de ser necesario (enfermedades muy avanzadas) eliminar por completo la planta; realizar las podas de limpieza y renovación para mejorar la aireación y así evitar la formación de sectores de mucha humedad; realizar fertilizaciones equilibradas, sin exceso de nitrógeno; para frutos de venta en fresco evitar su recolección del suelo. 5.2. Plagas 5.2.1. Chinches (Familia Coreidae) Las chinches, junto a las orugas defoliadoras, son unas de las principales plagas del cultivo de maracuyá. Las chinches que se han reportado como plagas para este cultivo, corresponden a los géneros Holhymenia, Diactor, Anisoscelis, y Leptoglossus, todos ellos pertenecientes a la familia Coreidae. En Misiones, los especímenes que se han observado con mayor frecuencia pertenecen al género Holhymenia, el cual según bibliografía es la especie Holhymenia clavigera (Figura 38a, 38b). Otro espécimen que se ha observado pertenece al género Anisoscelis (Figura 39a, 39b), el cual, según bibliografía, es confundido por su semejanza con la especie Diactor bilineatus, siendo que esta última recibe el nombre de “chinche del maracuyá”. Sin embargo esta no ha sido observada en las plantaciones de maracuyá de la provincia. Actualmente, Anisoscelis sp. es una de las chinches más comunes en algunos estados de Brasil. 35 a b Figura 38. Chinche (Holhymenia clavigera); a y b- especímenes adultos. a b Figura 39. Chinche (Anisoscelis sp); a y b- especímenes adultos. Estos insectos se alimentan succionando la savia de diferentes partes de la planta. En sus estadios ninfales (Figura 40a, 40b) prefieren las partes nuevas y tiernas, mientras que en su etapa adulta se alimentan de cualquier parte y estado (hojas, ramas, botones florales, frutos). Por la succión de la savia, los botones florales y los frutos en estados iniciales de desarrollo se caen; en los frutos mayores se deforman, y luego se van marchitando hasta que quedan completamente arrugados, sin posibilidad de ser comercializados (Figura 41a, 41b). 36 a b Figura 40. Estadios ninfales familia Coreidae; a-primeros estadios; b-último estadio. a b Figura 41. Daños en fruto de maracuyá asociado al ataque de chinches; a-daño inicial (deformación); b-fruto completamente arrugado. 37 5.2.2. Orugas defoliadoras (Familia Nymphalidae) Las especies de orugas defoliadoras, citadas como las más perjudiciales para el cultivo de maracuyá, son Dione juno juno y Agraulis vanillae ssp., ambas pertenecientes a la familia Nymphalidae. En las plantaciones de maracuyá de la provincia de Misiones, la especie que se ha observado con mayor frecuencia es Agraulis vanillae ssp., aunque también se han observado ataques esporádicos de Dione juno juno. Las larvas (orugas) de ambas especies consumen vorazmente las hojas, pudiendo llegar a la defoliación total de la planta. Por los hábitos gregarios de las orugas de Dione juno juno, los daños son más repentinos, pero si bien las orugas de Agraulis vanillae ssp. son de hábito solitario, la magnitud del daño es mayor, debido a la abundancia de la población observada (Figura 42a, 42b). a b Figura 42. Agraulis vanillae ssp.; a-adulto (mariposa); b-larva (oruga). 5.2.3. Moscas (Familias Tephritidae y Lonchaeidae) Las moscas de las frutas (familia Tephritidae) y las moscas del botón flor (familia Lonchaeidae) son consideradas, en algunas regiones, como las principales plagas del maracuyá. Sin embargo, en la provincia de Misiones no se han advertido daños provocados por estos insectos en las plantaciones de Passiflora edulis f. flavicarpa (maracuyá amarillo), pero su presencia ha sido observada en parcelas de Passiflora alata (maracuyá dulce / mburucuya) y Passiflora edulis f. edulis (maracuyá púrpura), por lo que deben ser contempladas con atención, debido al potencial daño que podrían provocar a las plantaciones de maracuyá amarillo. Las especies de moscas del botón floral reportadas como perjudiciales para el maracuyá amarillo pertenecen a los géneros Dasiops, Silba, Protearomyia y Lonchea, siendo Dasiops uno de los más perjudiciales. Las larvas de estos géneros destruyen los tejidos internos de 38 los botones florales, provocando su caída. Individuos adultos de esta familia (Lonchaeidae) se han observado en botones florales de Passiflora alata (Figura 43). Las especies de moscas de las frutas reportadas con mayor incidencia en maracuyá pertenecen al género Anastrepha, y en menor medida al género Ceratitis. Al igual de lo que ocurre con otras especies de fruta, las larvas de estas moscas se alimentan del interior del fruto. En ataques tempranos provocan la caída de los frutos, y en estados más avanzados de madurez los tornan no aptos para su consumo. En Misiones, las larvas de esta familia (Tephritidae) se han observado en Passiflora edulis f. edulis (Figura 44). Figura 43. Mosca (familia Lonchaeidae) oviponiendo en botón floral de Passiflora alata. Figura 44. Larvas de mosca (familia Tephritidae) en fruto de Passiflora edulis f. edulis. 5.2.4. Vaquitas y escarabajos (Orden Coleoptera) Los insectos del Orden Coleoptera, reportados en la literatura como perjudiciales para el cultivo de maracuyá, pertenecen a los géneros Diabrotica, Astylus, Monomacra, y Parchicola. En plantaciones de la provincia de Misiones se han observado especímenes del género Diabrotica y Astylus (Figura 45 y 46). Especies de Diabotrica causan principalmente defoliación, y Astylus sp. daña principalmente la flor. Si bien en algunas regiones se mencionan situaciones con importantes perjuicios, en Misiones sus daños aún no han sido significativos. 39 Figura 45. Vaquita (género Diabotrica) Figura 46. Especímenes adultos (Astylus sp.) 5.2.5. Trips (Familia Thripidae) Los trips son pequeños insectos que en algunas regiones se los ha reportado como agentes causales de daños de importancia para el cultivo de maracuyá. En Misiones sólo se han observados daños muy esporádicos, de escasa magnitud. Además de los daños directos causados por su tipo de alimentación, los trips pueden transmitir enfermedades virales. Con su aparato bucal picadorchupador raspan los tejidos y succionan la savia ocasionando lesiones. Los síntomas observados pueden ser hojas deformadas, caída de botones florales, frutos deformados con cicatrices de aspecto oxidado y áspero que desmerecen su calidad comercial; este último daño es el que ha sido mayormente advertido en plantaciones de maracuyá en la provincia de Misiones (Figura 47). 40 Figura 47. Daños en fruto de maracuyá asociados al ataque de trips. Junto a estos insectos mencionados como plagas, en ciertas ocasiones se debe considerar a Apis mellifera y Trigona sp. dentro de esta categoría, por los perjuicios ya indicados en la polinización. Las abejas del género Trigona, además de los daños ocasionados en la polinización, pueden perforar los botones florales en busca de néctar, pudiendo causar la caída de los mismos. En ciertas ocasiones, pueden perforar los frutos. Estos daños no han sido observados en las plantaciones de maracuyá de la provincia de Misiones. Además de estas plagas, en la literatura se citan a otros organismos (ácaros, insectos y nematodos) como agente causales de daños, para el cultivo de maracuyá, pero su presencia no ha sido advertida aún en las plantaciones de esta especie, llevadas adelante en la provincia de Misiones. Entre estos organismos se pueden mencionar a: pulgones (géneros Myzus y Aphis) principalmente por su vinculación con la transmisión de virus; ácaros (géneros Brevipalpus, Polyphagotarsonemus, y Tetranychus), que afectan principalmente la capacidad fotosintética de la planta; nematodos (géneros Meloidogyne y Rotylenchulus) que pueden afectar seriamente el sistema radical. Entre las medidas de control preventivo y cultural recomendadas para el manejo de plagas se pueden mencionar: Eliminar o evitar plantaciones cercanas de plantas hospederas, como la papa del aire (Sechium edule) para la chinche, o la mandioca (Manihot esculenta) para la mosca del botón floral; implantación de diferentes especies vegetales 41 que ofrezcan un ambiente atrayente para enemigos naturales (predadores y parasitoides); utilización de trampas con atrayentes; eliminar frutos atacados; monitoreo constante; recolección y eliminación de todo estadio que se visualice (huevos, ninfas, adultos) siendo esto último efectivo en pequeñas plantaciones. 6. Cosecha y poscosecha Los frutos del maracuyá estarán listos para su cosecha a los 60-75 días de ocurrida la floración (fecundación). La variación del periodo de maduración dependerá principalmente de la temperatura (acumulación de grados días). La determinación del punto óptimo de cosecha dependerá del destino de la fruta. Si bien, en algunos escritos se menciona que el maracuyá es una fruta que se recoge (se levanta del suelo), esto no debería ser así, máxime cuando la fruta es destinada a su venta en fresco. Cuando la fruta cae al suelo por abscisión natural se encuentra en un estado avanzado de madurez, por lo que su vida poscosecha será más limitada que aquella que es cosechada en estados anteriores. Asimismo, al caer al suelo, aumenta la probabilidad de contaminación por microorganismos que pueden terminar comprometiendo el aspecto visual del fruto y dejarlos no aptos para su comercialización. Para la determinación del punto de cosecha, suele utilizarse como parámetro el cambio de color de la cáscara, ya que esto se encuentra asociado a cambios en la composición química del fruto. Cuando la fruta se destina a su venta en fresco, puede ser cosechada cuando el fruto presenta 2/3 partes de color amarillo (Figura 48), quedando el color verde principalmente en las zonas cercanas al pedúnculo y la base. Figura 48. Fruto de maracuyá apto para cosecha. Es importante considerar que el maracuyá es un fruto climatérico, por lo que luego de cosechado continuará con el proceso de cambios físico-químicos 42 (color, relación °Brix/acidez, entre otros). Cuando el destino es la industria, es conveniente que el fruto esté completamente amarillo, pero con su cáscara firme para evitar inconvenientes en los procesos industriales. Debido a que el maracuyá presenta floración indeterminada, la cosecha se prolonga por un largo periodo de tiempo, con algunos periodos de mayor cantidad de fruta que otros (en Misiones el pico de producción se encuentra en marzo/abril). Por este motivo, en algunos periodos, la cosecha/recolección debe realizarse 2 o 3 veces por semana, siendo necesario tener planificada previamente su venta, de acuerdo a las cantidades y calidades demandadas. En el caso de que la fruta tenga destino de venta en fresco, es recomendable realizar cosecha selectiva de frutos, eligiendo sólo aquellos que estén bien formados, libres de daños por plagas o enfermedades, sin quemaduras de sol, entre otros aspectos. De esta manera, el trabajo de clasificación posterior será mucho más sencillo. El pedúnculo se corta a 2 o 3 cm, y los frutos se depositan preferiblemente en canastos plásticos, para luego trasladarlos al lugar donde se realizará la clasificación y presentación final del producto para su venta. En la medida que fuera posible, es recomendable evitar la utilización de cajones de madera, ya que la fruta puede sufrir más daños. Algunos productores realizan la venta directa, otros entregan la fruta a un agente intermediario de comercialización. En el Mercado Central de Buenos Aires, la fruta se vende embalada en bandejas de cartón de 4Kg, aproximadamente. A temperatura ambiente, la fruta puede ser almacenada por un periodo aproximado de 7 días, antes de que comience un deterioro muy pronunciado. Para almacenar el producto, es necesario disponer de un lugar cubierto, que sea fresco y bien ventilado, y de adecuadas condiciones higiénicas. Para periodos más prolongados de almacenamiento, es necesario realizarlo en cámaras de refrigeración (6°C a 8°C) con 85 a 90 % de humedad. Con estas condiciones se puede alcanzar las 3 a 4 semanas de almacenamiento, sin que el sabor de la pulpa se vea seriamente afectado. Sin embargo la deshidratación puede ser importante, perjudicando no sólo el peso sino también desmereciendo su apariencia externa. La fruta para industria se puede cosechar/recolectar y acopiarse en las cabeceras de las líneas, de donde será ubicada en bolsas tipo red o canastos (Figura 49), o realizar esto último de manera directa. La fruta embalada puede ser entregada al acopiador quien la entregará al industrial, o realizar la entrega directamente a la planta industrial. 43 Figura 49. Cosecha de maracuyá destino industrial (parcela EEA Cerro Azul). 7. Mercado y producción nacional El mercado del maracuyá en Argentina es todavía de escasa envergadura. Su comercialización, ya sea como fruta fresca o procesada, está dirigida a nichos de poder adquisitivo medio/alto. Es importante mencionar que esta fruta tiene un escaso consumo en forma directa, siendo que la misma es mayormente utilizada como base de otros preparados (salsas, helados, jugos, entre otros). Esta condición, junto a otros factores, explica el bajo volumen comercializado como fruta fresca. En la Figura 50 se observa que en la serie de datos 201220174 de ingreso de maracuyá en fresco al Mercado Central de Buenos Aires (MCBA) alcanzó un máximo de sólo 77 toneladas en el año 2015, donde las principales provincias proveedoras fueron Corrientes y Tucumán; Misiones aportó únicamente 5 toneladas ese año. 4 En la serie de datos 2012-2017, correspondiente al análisis del comercio en el MCBA se excluyó el año 2013 debido a que los datos suministrados no se encontraban completos 44 Figura 50. Ingreso y precio de venta mayorista del maracuyá en el MCBA; serie 2012-2017. Elaboración propia en base a datos del Dpto. de estadística MCBA. La comercialización de maracuyá procesado en Argentina (correspondiente al mayor volumen comercializado de esta fruta) es realizada principalmente como pulpa congelada. Actualmente, la mayor cantidad ofertada de este producto en el mercado nacional, es de origen extranjero (producto importado), siendo el principal proveedor Perú (Figura 51). Además del maracuyá procesado que ingresa al país, con identificación arancelaria específica desde origen, se conoce que ingresa pulpa congelada de maracuyá incluida dentro de la clasificación arancelaria “Otras frutas congeladas”, la cual está conformada por diferentes especies, excluidos los berries. En el año 2017, bajo esta partida, ingresaron a Argentina 491,5 toneladas, por un valor cercano a U$S 1,21 millones de dólares (Figura 52). 45 Figura 51. Exportación de maracuyá procesado desde Perú hacia Argentina. Elaboración propia en base a datos de Trademap; los valores monetarios están expresados en precio FOB. Clasificación arancelaria específica identificada en origen (Perú): Fracción= 0811.90.94.00. Figura 52. Importación Argentina de ―Otras Frutas Congeladas‖. Elaboración propia en base a datos de Trademap; los valores monetarios están expresados en precio CIF. Clasificación arancelaria identificada en destino: Fracción= 0811.90.00. 46 En base a comunicaciones con empresas vinculadas al sector, se estima que actualmente la importación de pulpa congelada de maracuyá es de aproximadamente 350 toneladas. La mayor cantidad de esta pulpa es comercializada en envases plásticos (bolsas tipo almohada) de 1Kg, en sus variantes “con semilla” y “sin semillas” (Figura 53). Las ventas de estas empresas, se encuentran destinadas principalmente al canal HORECA, y distribuidores, con precios que varían de acuerdo a la empresa (Cuadro 1). Figura 53. Formato de presentación para la venta de pulpa de maracuyá congelada (bolsa tipo almohada de 1Kg). Cuadro 1. Precio de venta mayorista de pulpa de maracuyá congelada. Precio expresado en U$S. 47 Además de su uso alimenticio, por todos los atributos que posee el maracuyá, su uso industrial pude ser explotado por otras industrias, como ser la farmacéutica, cosmética y perfumería, entre otras, brindando la posibilidad de hacer un aprovechamiento integral de esta fruta (pulpa, semillas, cáscara). Con respecto a la producción de maracuyá en Argentina, al igual que ocurre con el mercado, la misma es todavía incipiente. Entre las provincias que tienen emprendimientos con el cultivo de esta especie se encuentran Misiones, Formosa, Salta, Tucumán, Corrientes. En Misiones, si bien no se encuentran estadísticas oficiales, se estima que existen 40 hectáreas bajo producción. Los rendimientos (t/ha) bajo secano alcanzan, en el primer ciclo de producción, 5 a 6 toneladas; en el segundo ciclo 10 a 12 toneladas, y en el tercero y último 7 a 8 toneladas. Estos rendimientos pueden ser ampliamente superados, utilizando tecnologías de producción como ser polinización artificial y riego localizado. En experiencias observadas en la provincia de Misiones, con cultivo bajo riego por goteo y polinización artificial complementaria, se lograron rendimientos de 12 t/ha en el primer ciclo de producción, y 23 t/ha en el segundo ciclo de producción (Figura 54a, 54b). a b Figura 54. Cultivo de maracuyá bajo riego por goteo y polinización artificial complementaria (Los Helechos, Oberá); a-carga de frutas; b- parcela desarrollada. Algunos de los emprendimientos en la provincia de Misiones han avanzado en el agregado de valor, aunque de una manera poco tecnificada, y sin una organización comercial que les permita acceder a los nichos de mercado de mayor demanda para este producto. En este sentido, en la EEA Cerro Azul, se ha montado una Planta Piloto de Procesamiento de Frutas (Figura 55), con la finalidad de desarrollar y transferir tecnologías relacionadas a la industria de frutas. Se entiende que el sector de estas especies no tradicionales tiene un 48 importante potencial de negocio, tanto a nivel nacional como internacional, pero para poder hacer usufructo del mismo es necesario desarrollar los conocimientos y tecnologías necesarias para su aprovechamiento. Figura 55. Planta Piloto de Procesamiento de Frutas. EEA Cerro Azul- INTA CR Misiones. 49 8. Consideraciones finales Las condiciones edafoclimáticas de la provincia de Misiones permiten llevar adelante la producción de diferentes especies denominadas “No Tradicionales”. El interés en el cultivo de las mismas, radica en la necesidad de encontrar alternativas que permitan mejorar la sostenibilidad económica, social y ambiental de los sistemas productivos, y aprovechar oportunidades de negocio. En este sentido, el cultivo de maracuyá se ha comenzado a explorar en Misiones desde hace algunos años, y si bien su consumo a nivel nacional no se ha generalizado (exótico), el mercado argentino ofrece oportunidades comerciales, que pueden ser aprovechadas por producto de origen nacional, ya que la demanda es cubierta mayormente por producto importado. Asimismo, y si bien su consumo ya alcanzó la conquista de muchos paladares, sus intensos y versátiles atributos organolépticos le permiten continuar generando adeptos, sin perder la etiqueta de exótico. Además, por su valor nutricional y propiedades medicinales, es posible desarrollar un importante abanico de productos innovadores, no sólo en la industria alimenticia, sino también en industrias vinculadas al bienestar y la salud, brindando así importantes oportunidades de negocio, en toda la cadena productiva. Por otra parte, y debido a que el mayor consumo de esta fruta no es en forma directa sino como base para otros preparados, es indispensable que, conjuntamente al desarrollo del cultivo, sea desarrollada la actividad industrial para su procesamiento. La provincia de Misiones cuenta con las condiciones y ventajas comparativas para llevar adelante el aprovechamiento intensivo de esta y otras frutas; sin embargo, para alcanzar buenos resultados y sostenibilidad en el tiempo, la actividad debe ser proyectada y desarrollada con una visión empresarial, cuya estrategia debe estar orientada inicialmente, a posicionarse como proveedor del mercado nacional, con producto de calidad y con oferta estable. Una vez que esta posición esté consolidada, sería posible explorar la viabilidad de avanzar hacia un programa de exportación, con productos de alto valor agregado, principalmente a mercados extranjeros cercanos (Uruguay, Paraguay, entre otros). En tal sentido, el desarrollo y transferencia de tecnologías resultan fundamentales, no sólo en la etapa primaria sino también en la industrial. Si bien se han desarrollados ciertos conocimientos sobre el cultivo e industria de esta especie frutícola en las condiciones locales, aún quedan muchos tópicos por resolver, por lo que este documento sólo debe ser tomado como un aporte general en la temática. 50 Créditos Fotográficos Todas las imágenes utilizadas en esta publicación son producción de los autores. Bibliografía y bases de datos consultada Almeida, Risely Ferraz de. 2012. Características da poda em maracujazeiro. Revista Verde, Vol. 7, N° 5. Mossoró (RN), Brasil. p. 53-58. Bernacci, Luís Carlos; Soares-Scott, Marta Dias; Junqueira, Nilton Tadeu Vilela; Passos, Ilene Ribeiro da Silva; Meletti, Laura Maria Molina. 2008. Passiflora edulis Sims: the correct taxonomic way to cite the yellow passion fruit (and of others colors). Revista Brasileira de Fruticultura, Vol.30, N°2. 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