Beneficios de la alimentacion maternal en el desarrollo del Sistema inmunitario. ¿ Es la alimentación materna durante la gestación, génesis de la salud inmunológica? “El embarazo es una etapa de vital importancia, donde tienen lugar múltiples procesos hiperplásicos, hipertróficos, de adaptación metabólica y de preparación para la vida extrauterina” (Sánchez-Muniz, Gesteiro, Espárrago Rodilla, Rodríguez Bernal y Bastida, 2013), por lo que es imprescindible la buena alimentación de la madre, de manera que pueda ser capaz de llevar a termino su embarazo y alumbre un producto completamente sano. Uno de los principales objetivos de la intervención nutriológica en la etapa del embarazo es “mantener la duración gestacional adecuada y prevenir el parto prematuro” (Escott-Stump, S., 2016). También se hace evidente el cubrir todos los requerimientos nutricionales de la futura madre y del hijo por nacer; en la vox poluli, se maneja comer por dos (adultos), mientras que las recomendaciones son contrarias a este planteamiento tan interiorizado por la mayoría de la gente (Sánchez-Muniz, F.J, et. al., 2013), ya que la nutrición del feto consta de etapas en las cuales no necesariamente aumenta el requerimiento calórico de la madre, sin embargo, la calidad de los alimentos, su variedad, inocuidad y suficiencia le darán a esta y al producto los nutrientes necesarios y suficientes para afrontar tan sensible etapa. Por todo esto, nos hemos planteado si la alimentación de la madre marca un hito en el desarrollo del feto o cuánto influye en el nuevo ser, que la madre esté bien alimentada. Antecedentes: Antes que nada debemos conocer que la alimentación del feto consta de 3 etapas: La histiotrófica: de la semana cero hacia el final de la tercera semana de gestación, La histiotrófica-placentaria: que inicia en la cuarta semana y hasta el final de la octava, y La placentaria: La cual inicia en la novena semana de gestación y de la cual se alimenta al feto el resto de la vida intrauterina (Sánchez-Muniz, F.J, et. al., 2013 y Surco, J., 2014). En la primera etapa, el embrión se alimenta de los sustratos encontrados en el útero de la gestante (Surco, J., 2014). En esta etapa aun no es evidente el embarazo y la madre difícilmente se ha percatado de él. En la segunda etapa, el aun embrión se alimenta en parte de la decidua y también de la placenta que apenas comienza a formarse (Sánchez-Muniz, F.J, et. al., 2013 y Surco, J., 2014). Es hasta la tercera etapa, el futuro feto se comenzará a alimentar de la placenta y los nutrientes que esta le proporciona (Sánchez-Muniz, F.J, et. al., 2013 y Surco, J., 2014). En esta etapa de crecimiento fetal acelerado del primer trimestre, ocurren entre el 50-70 % de los abortos espontáneos, de entre los cuales tan solo un 10 - 15% de los embarazos son detectados por la madre, la mayoría de estas perdidas ocurre antes de la semana 8 (González, M., 2016), justo en las dos primeras etapas cuando el embrión aun no llega a su fase de alimentación placentaria, pues tan solo el 3% de las perdidas gestacionales en este primer trimestre, ocurren después de la semana 8 (Surco, J., 2014). Se dice que existe una comunicación bidireccional entre el organismo de la madre y el nuevo ser en gestación(Barañao. R., 2011 y UnADM,2018, c), mientras tanto Nova, E., Montero, A., Gómez, S. y Marcos, A. (Ed.). (2004, julio), puntualizan que hay funciones en las que está implicado el sistema inmune y que estas pueden alterarse por desequilibrios en los niveles de nutrientes, por lo tanto no sería tan descabellado el pensar que al existir desequilibrios en los niveles de nutrientes de la madre y por lo tanto algunas de sus funciones en las que está implicado el sistema inmune, estén afectadas tanto en la madre como en el producto. Por ejemplo: Preeclampsia Una de las patologías de la gestación es la preeclamsia, en la cual, se ha encontrado que se debe a una implantación poco profunda y ocasiona una reacción inmune que se caracteriza por la secreción aumentada de mediadores de la inflamación desde la placenta y que actúan sobre el endotelio vascular (Barañao. R., 2011). “La predominancia de citoquinas Th1 en el momento de implantación favorecería la presentación de los antígenos paternos a las NK y las LAK, lo que evitaría una implantación excesiva” (Barañao. R., 2011), sin embargo una “implantación deficiente se debería a la incapacidad del citotrofoblasto para adquirir un fenotipo invasivo y la remodelación de las arterias espiraladas uterinas” (Barañao. R., 2011). En mujeres con preeclamsia se encontraron altas concentraciones de IFN-g y TGF-b, los cuales retardarían la migración de citotrofoblastos (Barañao. R., 2011). En mujeres con un embarazo normal los linfocitos Treg se observan aumentados, tanto en sangre como en el tejido decidual y nodos linfáticos del útero, sin embargo, en mujeres que tuvieron abortos espontáneos presentaban disminución de linfocitos Treg, en cambio las células Th17 estaban significativamente aumentadas en este segundo grupo de pacientes durante el primer trimestre de gestación(Barañao. R., 2011). Hasta aquí hemos revisado que el organismo de la madre se comunica bidireccionalmente con el del hijo en su vientre , que el embrión sufre cambios acelerados las primeras semanas de gestación, y su tipo de alimentación consta de 3 etapas, que la incidencia de abortos en el primer trimestre de embarazo es más alta, y como es que células inmunocompetentes están implicadas en la preeclampsia y abortos espontaneos, sin embargo nos falta hablar de como es que estas mismas células se ven afectadas por la alimentación. Un nivel adecuado de nutrientes es necesario 1) Por la necesidad de sintetizar nuevas moleculas durante el desarrollo de la respuesta immune (Nova, E., et. al. (Ed.), 2004, julio). 2) Por su utilización en los fenomenos de division y diferenciación celular que se producen durante la expansion clonal que da lugar al ejército de células que atacan y eliminan el patógeno invasor (Nova, E., et. al. (Ed.), 2004, julio). 1) El mantenimiento de la homeostasis inmunológica o el equilibrio tras las respuestas disparadas por las célulasinmunocompetentes. 2) La comunicación bidireccional que normalmente se establece con los sistemas endocrinos y nervioso a travez de las hormonas y neurotransmisores. 3) El fenomeno de la tolerancia hacia lo propio, gracias al cual, el Sistema immune no reaciona frente a las células del propio organismo. (Nova, E., et. al. (Ed.), 2004, julio). Las funciones que pueden afectarse por desequilibrios en los niveles de nutrientes Uno de los signos más evidentes de mal nutrición es la pérdida de la masa grasa y del comportamiento muscular, sin embargo la glándula tímica, que es el organo linfoide central del sistema inmunitario y el cual comienza a desarrollarse en la 5ta semana de gestación (Repetto, E., Aliendo, M., Biasutto, S., 2010), puede resultar atrofiado debido a una mal nutrición, y disminuir el comportamiento linfoide (Nova, E., et. al. (Ed.), 2004, julio). Si nos regresamos un poco a las fases de alimentación del bebé en gestación, en la primera fase -la histiotrófica- donde aún no es percibido ni notorio el embarazo, siquiera por la madre, donde el embrión se alimenta directamente de los sustratos contenidos en el útero materno (Surco, J., 2014), podemos encontrar que no solo afecta negativa o positivamente al embrión la alimentación de la madre durante el embarazo, sino que el estado nutricional de la madre previo a la concepción, tiene relevancia tanto para lograr el embarazo y llevarlo a termino, como para garantizar que el nuevo bebé reciba desde su concepción todos los nutrientes requeridos. Las reservas energéticas de la madre deben estar en las mejores condiciones para afrontar un embarazo y no afectar su salud o la del bebé. “La principal característica fenotípica de los timocitos que acompaña a una deficiencia en proteínas , minerales y vitaminas es la pérdida de células inmaduras CD4+CD8+”(Nova, E., et. al. (Ed.), 2004, julio). “Los niños con bajo peso gestacional, además de presentar atrofia en el timo, como ya se ha comentado anteriormente, también muestran un deterioro a largo plazo de la inmunidad celular” (Nova, E., et. al. (Ed.), 2004, julio). “los niños de bajo peso gestacional continúan mostrando un deterioro de la respuesta inmune celular durante varios meses o incluso durante años. Este resultado es especialmente relevante en los niños cuya relación peso-altura está por debajo del 80% de la normalidad” (Nova, E., et. al. (Ed.), 2004, julio). Al mismo tiempo el pancreas entre la semana 5 y 6 comienza a desarrollarse y en la semana 11 ya existen islotes bien delineados, sin embargo la insulina es neta en la semana 20 de gestación. “En la diferenciación de células primordiales a células endocrinas pancreáticas participan diferentes factores de transcripción y en la formación de diferentes células endocrinas y expansion de los islotes contribuyen diferentes factores de crecimiento” (Sánchez-Muniz, F.J, et. al., 2013). El pancreas fetal es una estructura en evolución así como la placenta, por lo tanto los factores histiotróficos que condicionan el crecimiento/desarrollo del embrión son clave para el crecimiento y maduración, tanto de la placenta como del pancreas embrionario/fetal. Una deficiencia en nutrientres podría alterar como ya lo hemos mencionado “La comunicación bidireccional que normalmente se establece con los sistemas endocrinos y nervioso a travez de las hormonas y neurotransmisores” (Nova, E., et. al. (Ed.), 2004, julio), y esto a su vez alteraría la producción adecuada de factores de transcripción, de los cuales hablamos anteriormente en la diferenciación de células primordiales a células endocrinas, y que son clave para el crecimiento y maduración del nuevo ser (Sánchez-Muniz, F.J, et. al., 2013). La reducción de la circulación materno-fetal La disponibilidad de nutrients por insuficiencia histiotrófica o plasentaria Alteraciones en la cantidad y calidad en la dieta La diabetes materna y Diabetes gestacional Alteran el crecimiento del bebé en formación, así como su tamaño y la capacidad de las células endócrinas pancreáticas, (Sánchez-Muniz, F.J, et. al., 2013), y del timo (Nova, E., et. al. (Ed.), 2004, julio), promoviendo ciertas “incapacidades” que predisponen al nuevo ser a enfermedades. No obstante, comenta Nova, E., et. al. (Ed.) (2004, julio), que estas alteraciones -en el timopodrían ser reversibles si se administra un dieta adecuada. Micro y macro nutrimentos: Que nos aportan y dónde encontrarlos Proteínas Crecimiento y reparación Control de los procesos del cuerpo Energía Como ya vimos en el esquema anterior las proteínas nos proporcionan estos tres puntos: Por lo que para una embarazada son muy necesarias para un buen desarrollo del feto El el primer trimester agregaremos solo 1 gramo de proteína al total calculado. Durante el Segundo y tercer trimestre el requerimiento es mayor, +6 gr y +11 gr/día UnADM(2018, b). En la etapa de organogénesis fetal existe una alta demanda de ácidos grasos esenciales (Muñoz, E., Casanello, P., Krause, B. y Uauy, R., 2015). Las enzimas placentarias están programadas para obtener ácidos grasos de las lipoproteínas de muy baja densidad de la madre y las modificaciones genéticas, epigenéticas, y nutricionales condicionarán no solo el nivel y la composición de estas enzimas sino también la concentración y la actividad, así como la transferencia placentaria (Sánchez-Muniz, et. al., 2013) Las grasas son importantes en el funcionamiento del sistema inmunitario, por ejemplo los ácidos grasos OMEGA-3 tienden a inhibir las respuestas inmunitarias excesivas, que están asociadas con enfermedades inflamatorias crónicas, mientras que los OMEGA-6 tienen un efecto proinflamatorio, lo que le permite al sistema inmunológico crear una homeostasis en las respuestas inflamatorias (Henufood., s.f.). Grasas Nos proporcionan energía. Nos aportan energía Carbohidratos Todas las inmunoglobulinas y muchos factores del complemento se encuentran glicosilados, es decir, están unidos a carbohidratos (Henufood., s.f.). Folatos “Es especial para la síntesis de neurotransmisores y es particularmente importante al inicio del embarazo, por su papel en la síntesis de AND en las células” (Muñoz, E., et. al., 2015). La vitamina D Ayudará a la formación y maduración tanto del feto como de la placenta y que como ya revisamos es importante que se de está maduración pues a partir de la semana 9 el embrión se alimentará de los nutrientes que esta le aporte (fase de nutrición placentaria). Calcio “La inadecuada ingesta de calcio tiene consecuencias negativas en etapas posteriores de la vida de la mujer, ya que durante el tercer trimestre se produce un traspaso de calcio materno al feto, que si no es incorporado a través de la dieta, este es movilizado desde el tejido óseo materno” (Muñoz, E., et. al., 2015). Hierro Es usado por el organismo “como cofactor de enzimas involucradas en reacciones de óxido-reducción, importantes en el metabolismo celular. También es un componente necesario para la formación de hemoglobina que permite transportar el oxígeno necesario a través del cuerpo” (Muñoz, E., et. al., 2015). Zinc “La adecuada ingesta de zinc es extremadamente importante durante el primer trimestre del embarazo cuando ocurre la organogénesis. El déficit de cinc está asociado a bajo peso al nacer y parto prematuro” (Muñoz, E., et. al., 2015). Nutrimento Calorías Incluimos una tabla con valores de referencia de los nutrientes tanto para mujeres embarazadas como no embarazadas debido a que la alimentación previa al embarazo parece influir en el desarrollo del embrión en el primer trimester en particular y también hemos incluido valores requeridos durante la lactancia a razón de prevenir insuficiencias tanto en la madre como en el bebé. Proteína No gestante Gestante 2403 1.0/ g/kg/día Lactante 1 tr 2403kcal +10 0-6 meses +330 kcal/día 2 tr 2403kcal +340 6-12 meses +400 kcal/ día 3 tr 2403kcal +452 1 tr 1.1/ g/kg/ día 2 tr +6 / g/ día 3 tr +11 / g/ día 1.1/ g/kg/ día B1 Tiamina 1.1 mg 1.4 mg 1.4 mg B2 Riboflavina 1.1 mg 1.4 mg 1.6 mg 14 mg 18 mg 17 mg 5 mg 6 mg 7 mg B6 Piridoxina 1.3 mg 1.9 mg 2mg B12 Cianocobalamina 2.4 g 2.6 g 2.8 g Vitamina A 700 g 770 g 1300 g Vitamina C 75 mg 85 mg 120 mg Vitamina E 15 mg 15 mg 19 mg Vitamina K 90 g 90 g 90 g Calcio 1000 mg 1000 mg 1300 mg Cobre 700 g 750 g 1150 g Cromo 25 g 26 g 42 g Flúor 3 mg 3 mg 3 mg Folato 400 g 600 g 500 g Fósforo Hierro 700 mg 700 mg 700 mg 18 mg 27 mg 9 mg Magnesio 310 mg 350 mg 310 mg 55 g 60 g 70 g 150 g 220 g 290g 8 mg 11 mg 12 mg B3 Niacina B5 Acido pantoténico Selenio Yodo Zinc Fuentes de esta tabla: Bernardier, C., Dwyer, J. y Feldman, E. (2008), Palafox, M. y Ledesma, J. (2015), Escott-Stump, S. (2016), y UnADM(2018, b). Con lo que hemos revisado hasta aquí, podemos decir que el periodo embrionario es muy sensible a las reservas de nutrimentos en la madre, sin embargo de lograrse el embarazo es importante que mejore su dieta y la adecue a las necesidades energéticas del trimestre que transita. Las carencias nutricionales antes y durante la gestación, pueden ocasionar que tanto el estado de salud de la madre como del bebé se vean afectados, y esto también puede traer consecuencias para uno o ambos, aun después del parto (Henufood, s.f.). Es importante cubrir los requerimientos calóricos, los macro y micronutrientes, así como variar su dieta, adecuarla al trimestre de gestación, que sea suficiente e inocua, pues en esta etapa la futura madre puede contraer enfermedades de tipo infeccioso por la mala salubridad de los alimentos y repercutir tanto en su salud como en el feto. Conclusiones Referencias Barañao. R. (2011). Inmunología del embarazo. Investigación Clinica, Scielo. Invest. clín v.52 n.2 Maracaibo. Recuperado de http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0535-51332011000200008 Bernardier, C., Dwyer, J. y Feldman, E. (2008). Nutrición y alimentos 2 ed. Mc Graw Hill Interamericana Editores, S.A. de C. V. México D.F. Escott-Stump, S. (2016). Nutrición, diagnóstico y tratamiento 8 ed. Wolters Kluwer. Barcelona, España. González, M. (2016). Pérdida gestacional. Revista médica de costa rica y centroamerica LXXIII (619) Pp. 309 - 315. Recuperado de http://www.binasss.sa.cr/revistas/rmcc/619/art19.pdf Henufood. (s.f.). Alimentación en la mujer. Etapa I: Gestación y Lactancia. Recuperado de http://www.henufood.com/nutricionsalud/mejora-tu-salud/sistema-inmunitario/index.html#superior Muñoz, E., Casanello, P., Krause, B. y Uauy, R. (2015). La alimentación de la madre, el bebé y el niño. Chile: Mediterraneo Economico 27. Recuperado de http://www.publicacionescajamar.es/pdf/publicaciones-periodicas/mediterraneo-economico/27/27-723.pdf Nova, E., Montero, A., Gómez, S. y Marcos, A. (Ed.). (2004, julio). Capitulo I: La estrecha relación entre la nutrición y el sistema inmunitario. Soporte nutricional en el paciente oncológico. Madrid, España: Bristol-Myers Squibb. Recuperado de https://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/infopublico/publicaciones/soporteNutricional/pdf/cap_01.pdf Palafox, M. y Ledesma, J. (2015). Manual de fórmulas y tablas para la intervención nutriológica. Tercera edición. Mc Graw Hill Interamericana Editores, S.A. de C. V. México D.F. Repetto, E., Aliendo, M., Biasutto, S. (2010). Cambios morfológicos del timo en la etapa fetal y su importancia clínica. Rev Arg de Anat Clin, 2 (1): 7-15. Recuperado de https://revistas.unc.edu.ar/index.php/anatclinar/article/viewFile/13857/13958 Sánchez-Muniz, F.J., Gesteiro, E., Espárrago Rodilla, M., Rodríguez Bernal, B. y Bastida, S. (2013). La alimentación de la madre durante el embarazo condiciona el desarrollo pancreático, el estatus hormonal del feto y la concentración de biomarcadores al nacimiento de diabetes mellitus y síndrome metabólico. Nutrición Hospitalaria, 28(2):250-274. Recuperado de http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v28n2/02revision01.pdf Surco, J. (2014). Alimentacion fetal. Revista de Actualización Clínica Volumen 42, Pp.2238-2242. Recuperado de http://www.revistasbolivianas.org.bo/pdf/raci/v42/v42_a13.pdf UnADM(2018, b) Nutrición en el ciclo de la vida I: U1 Nutrición y alimentación durante el embarazo y lactancia. México: DCSBA. UnADM(2018, c). Nutrición e inmunidad: U2 Influencia de los nutrientes sobre el sistema inmunitario. México: DCSBA.