1. CAMBIOS FISIOLÓGICOS Y ANATOMICOS DURANTE EL EMBARAZO La mujer embarazada sufre cambios en su anatomía y fisiología que suponen una adaptación continua para permitir el adecuado desarrollo del feto, la preparación al parto y la lactancia. 1.1. Composición corporal y ganancia de peso: 1.2. Aparato circulatorio: Gasto cardiaco aumenta 50% que se explicaría por una elevación de la frecuencia cardiaca (15-25%) y volumen sistólico (25-30%), además de disminuirse la resistencia vascular periférica por vasodilatación (hasta en un 20%). El aumento de la volemia (45%) y del volumen plasmático (55%) conduce a disminución del hematocrito y de la concentración de hemoglobina (causando anemia fisiológica por hemodilución y los niveles de hemoglobina de 11 g/dl o menor). Las proteínas plasmáticas se encuentran disminuidas por dilución y siendo mayor para el índice albúmina globulina. 1.3. Aparato Respiratorio: Volumen tidal y la ventilación por minuto aumentan casi 40%. Esto se debe primero al incremento de la demanda de oxígeno en proporción al mayor metabolismo de la mujer y las crecientes necesidades del feto. Segundo a la progesterona que aumenta en la mujer; la sensibilidad de los quimiorreceptores respiratorios al dióxido de carbono, y la ventilación se ajusta para mantener su PCo2 arterial menor de lo normal. En consecuencia, se desarrolla una ‘’disnea’’ por la sensibilidad al Co2 y una presión en el diafragma desde el útero en crecimiento. 1.4. Aparato digestivo y metabolismo: Para muchas mujeres, uno de los primeros signos son las náuseas. Aunque las causas no sea claras se cree que tendrían relación con; la menor movilidad intestinal a causa de los esteroides del embarazo o la adaptación evolutiva para proteger al feto de las toxinas. El estreñimiento (relación con la menor movilidad intestinal) y la pirosis (se debe al agrandamiento del útero que presiona el estómago, causando reflujo) son comunes en el embarazo. El metabolismo basal aumenta casi 15% en la segunda mitad de la gestación. Durante el último trimestre, el feto necesita más nutrientes de los que el tubo digestivo de la madre puede absorber. Como preparación para esto, la placenta almacena nutriente en una etapa temprana de la gestación y los libera en el último trimestre. 1.5. Sistema tegumentario: La piel crece para acomodar la expansión del abdomen, las mamas y el depósito de grasa agregado en las caderas y los muslos. El estiramiento de la dermis rompe el tejido conjuntivo y causa estrías. La actividad de los melanocitos aumenta en algunas áreas, oscurece el pezón, areola y la línea alba (línea oscura desde el ombligo hasta la región púbica). En algunas mujeres se presenta la “máscara del embarazo” o cloasma, que son manchas oscuras por el rostro (en nariz o mejillas). 1.6. Aparato urinario: La aldosterona y los esteroides del embarazo promueven la retención de agua y sal en los riñones. Aunque ante ello, la velocidad de filtración glomerular aumenta 50% y la diuresis es un poco elevada El crecimiento del útero comprime la vejiga y reduce su capacidad, la micción se vuelve más frecuente y hasta veces incontrolable (incontinencia). 1.7. Hormonal: 2. CAMBIOS FISIOLÓGICOS Y ANATOMICOS DURANTE LA LACTANCIA Existen cambios súbitos sobre todo en el peso corporal, ya que después del parto las mujeres pierden entre 4 y 7 kg por la expulsión del feto, líquido amnióticos y placenta. Los cambios fisiológicos normales que sufre la glándula mamaria durante la gestación hasta el momento de lactancia comprende tres fases: mamogénesis (cambios anatómicos de crecimiento de la mama), galactogénesis (inicio de la síntesis y producción de la leche) y galactopoyesis (mantenimiento de la secreción láctea). El alumbramiento conlleva a cabo una disminución brusca de hormonas como estrógenos, progesterona y lactógeno placentario. Permitiendo que la prolactina (hormona encargada de estimular la producción de leche) y de oxitocina (hormona responsable de la eyección de la leche durante la succión y de estimular las contracciones uterinas que facilitan la involución uterina. La succión mantiene elevados los niveles de prolactina e inhibe la secreción de la hormona luteinizante (que es la encargada de producir la ovulación). Las mujeres que no amamantan, quienes presentan la primera ovulación entre cuatro y ocho semanas después del parto. Referencias: Purizaca, M. (2010). Modificaciones fisiológicas en el embarazo. Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia, vol. 56 (1), pp. 57-69. Saladin, K. (2013). Anatomía Y Fisiología: La unidad entre forma y función (6ta edición). McGraw-Hill Interamericana de España S.L.