AMBIGÜEDAD: DEFINICIÓN, CLASES Y EJEMPLOS La ambigüedad es la propiedad de palabras, expresiones, frases, etc., para ofrecer distintas interpretaciones en la lectura, aunque también se da en el mundo oral. ¿Causas de la ambigüedad? Pueden ser de carácter muy diverso, a menudo por incorrecciones gramaticales. Veamos otro ejemplo: —Ayer vi a Manolo paseando. —Paseando, ayer vi a Manolo. Si lo que quiero decir es que paseando yo ayer, vi a Manolo, obviamente la forma correcta es la segunda. Si en cambio quiero decir que vi a Manolo ayer, quien estaba paseando mientras lo veía, la estructura correcta de la frase es la primera. En ambos casos, para evitar la confusión, es necesario construir la frase correctamente. TIPOS DE AMBIGÜEDAD Veamos una clasificación general, que nos puede dar una idea de dónde pueden esconderse diversos grados de ambigüedad: Ambigüedad fonológica: cuando una cadena de sonidos puede resultar confusa. Ejemplo: es/conde (puede significar un tiempo del verbo esconder o el predicado de ser (un título nobiliario). Ambigüedad funcional: cuando se usa un término con doble función gramatical. Ejemplo: he vuelto a ver (antes no veía y ahora sí; o bien, me he dado una vuelta para ver cómo continúan las cosas por aquí). Ambigüedad léxica: cuando la duda surge respecto a un término aislado, que admite diversas interpretaciones. Ejemplo: usted aquí no pinta nada (si no sabemos más del asunto, puede ser que se refiera a pintar las paredes o bien a que «sobra» en este sitio). Ambigüedad morfológica: se da cuando coinciden en una frase dos formas de un mismo verbo. Ejemplo: Pedro y yo escribimos un cuento (no se sabe si lo hemos escrito ya o lo estamos escribiendo) Ambigüedad sintáctica: cuando la estructura sintáctica de la frase tiene varias interpretaciones. Se divide, a su vez, en dos clases: pragmática y semántica. Ambigüedad pragmática: depende del contexto del lenguaje y del hablante, en un momento dado. Ejemplo: golpeó el armario con el bastón y lo rompió (no sabemos si se rompió el bastón o el armario). Ambigüedad semántica: cuando afecta a un elemento de la frase que puede ser interpretado de diversos modos. Ejemplo: Pedro quiere pelearse con un francés (no sabemos si se trata de cualquier francés o de uno en particular). Claro está que todos estos tipos de palabras u oraciones ambiguas pueden ser solucionados mediante la adición (en general) de algún complemento (oral o escrito) que la deshaga. Ejemplos: Vi al padre de usted (en vez de decir: vi a su padre). Arrojó el bastón sobre el armario y se rompió este último («este último aclara la frase). Pedro quiere pelearse con un francés que se llama Pierre (el añadido deshace la ambigüedad). Pedro y yo escribimos un cuento el mes pasado («el mes pasado» aclara que no lo estamos escribiendo actualmente). Usted aquí no pinta ninguna pared (en vez de «no pinta nada«). Tiene el título de conde (en vez de «es/conde» que podría confundirse con una forma verbal de esconder). Se puede ver con claridad la forma práctica de superar cualquier tipo de término o secuencia lingüística ambigua, no es difícil, si te fijas un poco atentamente. PRÁCTICA SOBRE LA AMBIGÜEDAD Ambigüedad Hay muchas palabras que tienen más de un significado (polisemia) y también hay oraciones que se prestan a más de una interpretación. Cuando por el contexto no podemos determinar el significado de una palabra o de una oración, decimos que los signos se están usando con ambigüedad. El juez Morris condenó a Umberto Peirce por estafar a su hermana Karol. Mi hermano se enfadó conmigo al ver que el gato no estaba en el coche. En el primer caso, la ambigüedad afecta a toda la oración, en el segundo, sólo a la palabra "gato". EJERCICIOS 1. Explica cuándo dos palabras son sinónimas y busca un sinónimo para cada una de las siguientes: 2. 3. 4. 5. insólito sutileza inaudito diestro compacto ofuscado La palabra noble es polisémica, explica por qué y busca en el diccionario todos sus posibles significados. En la oración Aquí se venden hábitos para difuntos completos hay ambigüedad, explica por qué y escribe tú otra oración ambigua. Observa el siguiente diálogo y explica por qué tiene gracia. -¿Sabes?, conozco a un tipo con una pata de palo que se llama Smith... -¿Y la otra pata cómo se llama? Este chiste basa su comicidad en la ambigüedad, escribe tú otro: Los exploradores se adentraron en la selva y siguieron avanzando durante un par de horas. Acabaron perdiéndose, pues Vanzando no conocía el camino.