¿Cómo puedo perdonar a aquellos que me han ofendido? El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas. Pr 10:12 OBJETIVO: Que los hermanos puedan entender la importancia de perdonar y puedan hacerlo con aquellos que los han ofendido. INTRODUCCIÓN: Todos hemos hecho algo indebido contra alguien en algún punto de nuestra vida. ¿Cómo debemos responder cuando ocurren tales ofensas? De acuerdo con la Biblia, debemos perdonar. Efesios 4:32 dice: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” Igualmente Colosenses 3:13 declara: “Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.” La clave en ambos pasajes de la Escritura es que debemos perdonar a otros, como Dios nos perdonó a nosotros. ¿Por qué perdonamos? ¡Porque nosotros hemos sido perdonados! DESARROLLO 1) El perdón no es algo sencillo, pero necesario: El perdón sería sencillo si solo tuviéramos que concederlo a aquellos que lo piden con pena y arrepentimiento. La Biblia nos dice que debemos perdonar a aquellos que pecan contra nosotros, sin condiciones. El negar el sincero perdón a una persona, demuestra resentimiento, amargura y enojo (He 12:15); ninguna de los cuales deben ser las características de un cristiano. En el Padre nuestro, le pedimos a Dios que “perdone nuestros pecados, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.” (Mt 6:12). Jesús dijo en Mateo 6:14-15: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” La gente que se niega a perdonar a otros, realmente no ha experimentado el perdón de Dios en ellos mismos. 2) Siempre que hacemos daño a otra persona, no solo pecamos contra ella, sino también contra Dios: Cuando vemos la enorme misericordia de Dios al perdonarnos TODAS nuestras transgresiones, nos damos cuenta de que no tenemos derecho a retener esta gracia para con otros. Hemos pecado infinitamente más contra Dios que lo que cualquier persona pueda pecar contra nosotros. Si Dios nos perdona tanto, ¿cómo podemos rehusar perdonar a otros tan poco? La parábola de Jesús en Mateo 18:23-35, nos da una gran enseñanza acerca de la importancia de perdonar y sus implicaciones directas. APLICACIÓN: Dios promete que cuando venimos a Él, pidiéndole perdón, Él nos lo concede gratuitamente. El perdón que otorguemos no debe tener límites, de la misma manera que el perdón de Dios es ilimitado. Podrá ser difícil al principio, pero como todas las cosas, requiere ejercitarse con la práctica y la paciencia. Entonces pues, ejercítese en el perdón y obtenga sus beneficios ahora. No deje pasar más tiempo.