DESCARTES: PLATONISMO MODERNO FRENTE A EMPIRISMO La comparación de Descartes debe ocuparse necesariamente de la teoría del conocimiento, ya que toda su filosofía (como ocurre con muchos autores modernos) está condicionada por esta rama de la filosofía. Podemos comenzar subrayando las semejanzas con Platón: o o o Para ambos autores existen las ideas innatas. No sólo eso, sino que en ambos sistemas juegan un papel muy importante: en Platón son el elemento central de su teoría de la reminiscencia, mientras que en el caso de Descartes son el punto de partida para una de las demostraciones de la existencia de Dios. Ambos encuentran en las matemáticas una de sus ciencias predilectas. Para Platón es una forma de prepararse para el conocimiento de las ideas, y la dianoia, el conocimiento de los objetos matemáticos, es la forma de conocimiento que más se acerca a la dialéctica. Por su parte, Descartes encontrará en la matemática dos cualidades que la distinguen del resto de ciencias: la evidencia y demostrabilidad de sus verdades. Como consecuencia de las dos semejanzas anteriores, se podría decir que tanto para Platón como para Descartes el conocimiento racional es superior al empírico. Quizás el desprecio por los sentidos esté mucho más marcado en Platón que en Descartes, pero es una cuestión de matiz comparándola con la superioridad que ambos asocian a la razón respecto a la experiencia. En cuanto a las diferencias, podemos relacionar a David Hume: o o o Para empezar, Hume rechazará la existencia de ideas innatas. Para el autor escocés todo el conocimiento comienza con la experiencia y no es posible el conocimiento fuera de la misma. Por ello, las ideas innatas defendidas por Descartes, serán rechazadas por Hume. El empirismo de Hume incluye también una crítica a los conceptos abstractos, lo que incluye, por supuesto, tanto al concepto de sustancia como al concepto de Dios. Ni el ser perfecto ni la sustancia existen, ya que ninguno de estos conceptos pueden ser percibidos por los sentidos. Para terminar, Hume daría la vuelta a toda la propueta cartesiana: allí donde Descartes afirma la superioridad del conocimiento racional, defendería Hume la primacía de la experiencia sensible. Esta es para él el verdadero origen del conocimiento (lo acabamos de decir en el párrafo anterior) pero también el límite del mismo y su criterio de validez. El conocimiento empieza en la experiencia, no puede ir más allá de la experiencia y sólo es válido cuando comienza en la experiencia. DAVID HUME: LA CRÍTICA AL RACIONALISMO La filosofía empirista de Hume marca una distancia muy clara respecto a todas las filosofías racionalistas e idealistas, por lo que podríamos comparar a Hume tanto con Descartes como con Platón: o Para empezar, Hume criticas las ideas innatas. Todo el conocimiento comienza con los sentidos. Frente a esto, las ideas innatas ocupan un lugar importante en la filosofía de Platón y Descartes: si para el pensador griego son la clave que nos permite entender el conocimiento como reminiscencia, en el caso del racionalista francés las ideas innatas o o van a permitirnos demostrar la existencia de Dios, responsable último de que poseamos tales ideas. Relacionada con esta diferencia, tampoco aceptará Hume la existencia de ideas abstractas: la Idea de Platón o la 'sustancia' cartesiana carecen de significado, al no ser posible encontrar ninguna impresión que sea el origen de estos conceptos. Al entender que toda idea que no esté fundada en una impresión no es válida, Hume formula una dura crítica contra todas las corrientes racionalistas, que sí dan validez a las construcciones teóricas de la razón alejadas de los sentidos. Pero junto a las dos anteriores diferencias hay una tercera que nos sirve para entenderlas y es la distinta valoración de las facultades de conocimiento humano. Si para Descartes o Platón la razón es más fiable que los sentidos, Hume afirmará precisamente lo contrario. Donde los pensadores racionalistas encuentan certeza y evidencia, sabiduría y verdad, descubre Hume una abstracción completamente alejada de la realidad, que en nada nos ayuda en su conocimiento. Para él son los sentidos, como sabemos, los que me permiten acceder a la realidad, debiendo convertirse además en la instancia crítica que controle las creaciones abstractas de la razón.