Las bases del “Buen Vivir” en los inicios de la Civilización Andina. Reflexiones sobre su trascendencia milenaria Guido Mendoza Fantinato Como se sabe, las investigaciones arqueológicas desarrolladas en el valle de Supe, en el extremo norte de la Región Lima, durante las últimas dos décadas vienen arrojando valiosa información correspondiente a etapas excepcionalmente antiguas de la Civilización Andina, muchas de las cuales habían permanecido ignoradas durante milenios. Precisamente en esta línea, luego de la primera aparición en el año 2018 de la publicación “Los valores de la Civilización Caral: reflexiones para el “Buen Vivir”, se acaba de poner en circulación su segunda edición, corregida y aumentada, la cual brinda un valioso trabajo prospectivo sobre los ancestrales valores que alguna vez enarbolaron las poblaciones que habitaron el valle de Supe hace casi 5,000 años1. Gracias a ello hoy podemos entender, desde una perspectiva multidisciplinaria, el significado de la poderosa cosmovisión del poblador andino que hizo posible la existencia del delicado engranaje social, político, económico y jurídico que permitió el apogeo de esta sociedad durante casi un milenio. Urbanismo en el valle de Supe hace cinco milenios:2 Los trabajos del equipo investigador de la Zona Arqueológica Caral vienen revelando detalles muy interesantes respecto de los destacados elementos que exhibía el urbanismo presente en el valle de Supe hace casi 5,000 años. Así, en los primeros 50 kilómetros de este valle, “se han identificado 25 centros urbanos caracterizados por su planificación espacial, la construcción de edificios públicos piramidales escalonados, con plazas circulares hundidas, residencias y subconjuntos residenciales de variados tamaños, distribuidos siguiendo un ordenamiento previo. Fue una sociedad organizada, con autoridades civiles y políticas en cada asentamiento y bajo una administración estatal centralizada en relación con la cuenca”3. 1 SHADY, Ruth; NOVOA, Pedro; QUISPE, Edna. “Los valores de la Civilización Caral: Reflexiones para el “Buen Vivir”. Lima, Zona Arqueológica Caral / Ministerio de Cultura, segunda edición, corregida y aumentada, enero de 2019. 2 Al respecto, se sugiere revisar el artículo del autor “La concepción del urbanismo en el valle de Supe en los orígenes de la Civilización Andina” publicado el día 16 de abril de 2016 en el blog: www.guidomendozafantinato.com 3 SHADY, Ruth; NOVOA, Pedro; QUISPE, Edna. “Los valores de la Civilización Caral: Reflexiones para el “Buen Vivir”. Op.cit., página 4. Basado en ello y a través de la información vinculada con el diseño que tenía uno de los asentamientos urbanos más destacados en ese tiempo, la Ciudad Sagrada de Caral, se puede obtener una interesante aproximación a la vida cotidiana que tenía esta sociedad4. Así, a partir de la distribución y las características de los componentes arquitectónicos presentes en la Ciudad Sagrada de Caral, se pueden inferir también importantes aspectos vinculados con la organización social, la estratificación social y la existencia de notorias jerarquías entre la población que residía de manera permanente en este lugar. También parece evidenciarse una clara división entre trabajadores, especialistas y autoridades. Y debe tenerse en cuenta que las viviendas de la gente común, que significaba la mayor parte de la población de este lugar, estaban ubicadas en la zona periférica correspondientes tanto a Caral Alto como a Caral Bajo5. Debe destacarse, igualmente, que alrededor de los edificios públicos principales se encontraban las residencias de las autoridades y funcionarios, así como los conjuntos residenciales donde habitaron los especialistas y los servidores vinculados con ellos6. La cosmovisión de los pobladores de este valle hace cinco milenios: Esta segunda edición de la publicación del equipo de la Zona Arqueológica Caral nos muestra con mayor detalle, a partir de los resultados de las investigaciones realizadas en el valle de Supe en las últimas dos décadas, la identificación de una serie de valores sociales compartidos por esta milenaria población. Dichos valores, catalogados como las bases del “Buen Vivir”, habrían servido de sustento para asegurar un largo periodo de auge y florecimiento durante casi 1,000 años. Dichos valores son presentados en esta segunda edición a partir de nueve ejes temáticos que resultan transversales a las diversas actividades que habrían sido desarrolladas por esta milenaria sociedad de Supe7: 1. Vida en armonía entre los seres humanos y con la naturaleza 2. Manejo del territorio andino con visión de cuenca y la importancia de la interacción y el intercambio. 3. Organización del colectivo social para la ejecución de obras de beneficio compartido, conducidas por autoridades sociales y políticas. 4. Identificación de problemas y búsqueda de soluciones a través de la producción de conocimientos: ciencia y tecnología. 4 Al respecto, se sugiere revisar el artículo del autor: “Rescatando los valores de la población del valle de Supe hace 5,000 años: las bases del “Buen Vivir” en la Civilización Andina”, publicado el día 10 de febrero de 2019 en el blog: www.guidomendozafantinato.com 5 SHADY, Ruth / MACHACUAY, Marco / NOVOA, Pedro / QUISPE, Edna / LEYVA, Carlos. Centros Urbanos de la Civilización Caral: 21 años recuperando la historia sobre el Sistema Social. Lima, Ministerio de Cultura, Zona Arqueológica Caral UE 003, primera edición, diciembre de 2015. Página 24. 6 Ibid., página 24. 7 SHADY, Ruth; NOVOA, Pedro; QUISPE, Edna. “Los valores de la Civilización Caral: Reflexiones para el “Buen Vivir”. Op. cit., página 2. 5. Gestión del recurso hídrico y la formación del Estado. 6. Desarrollo integral del ser humano: el conocimiento en armonía con el arte y la música en la vida social. 7. Complementariedad de género y el rol de la mujer. 8. Registro en la memoria social de las causas de crisis colectivas para generar reflexiones y afrontar dificultades. 9. Interacción social con respeto a la diversidad cultural e ideológica. Los valores andinos milenarios del “Buen Vivir” presentes en la “zona capital” del valle de Supe. Su significado para la sociedad peruana contemporánea: Merece destacarse que los trabajos arqueológicos desarrollados en el sector medio-bajo del valle Supe arrojan que, sobre “la base de la construcción, permanente remodelación y mantenimiento de la arquitectura se infiere que las autoridades de estos centros urbanos debieron tener suficiente poder y prestigio para disponer de una fuerza de trabajo organizada; y, asimismo, tener acceso a productos de las poblaciones de las otras secciones del valle de Supe, de los valles vecinos; y de aquellos provenientes de largas distancias”8. Tomando nuevamente como referencia la llamada Zona Capital del valle, es decir, la Ciudad Sagrada de Caral, el equipo de investigadores llega a interesantes conclusiones. Así, subrayan que se trató de un “poder político heterárquico, que tuvo a su cargo el manejo de la población civil organizada, conducida por sus respectivos líderes, los excedentes de la producción y el intercambio, pero, posteriormente, estos centros fueron integrados en un sistema político centralista de la cuenca, sustentado en la administración del agua, la relación intercultural transversal y a largas distancias”9. En el mantenimiento de este delicado engranaje político, social, económico y jurídico, a criterio de este equipo investigador, la religión habría jugado un papel fundamental no solo para sustentar la cohesión sino también la coerción a lo largo de este valle10. Otra parte importante del trabajo arqueológico desarrollado en este valle nos muestra una detallada descripción del área norcentral peruana, que comprende el costeño valle de Supe y su extraordinaria facilidad para acceder a las contiguas zonas de sierra y selva, así como la gran variedad de los recursos marinos presentes en las aguas del litoral adyacente. Es importante anotar que “los asentamientos más extensos se encuentran cerca de las vías de acceso a los valles vecinos, en quebradas o inter cuencas que están en dirección perpendicular al valle”11. Todo ello habría estado destinado a facilitar la comunicación de los pobladores de este valle con otras poblaciones, no sólo de la costa sino también de los territorios de sierra y selva contiguos. 8 Ibid., página 6. Ibid., página 6. 10 Ibid., página 6. 9 11 SHADY, Ruth / MACHACUAY, Marco / NOVOA, Pedro / QUISPE, Edna / LEYVA, Carlos. Centros Urbanos de la Civilización Caral: 21 años recuperando la historia sobre el Sistema Social. Op.cit., página 24. Este hecho, evidentemente de una gran trascendencia desde el punto de vista geopolítico, resultaría clave para entender el extraordinario liderazgo impulsado por los habitantes de este valle durante el largo período de su esplendor, calculado en un tiempo aproximado de 1,000 años12. No olvidemos que todo ello encontró su sustento más potente en la particular cosmovisión andina donde el ser humano era considerado tan solo como un elemento más del delicado engranaje universal que sustentaba la vigencia y reproducción de todo lo existente. Dicha cosmovisión apelaba, pues, a las bases del “Buen Vivir” en armonía permanente con el entorno cotidiano. Sin embargo, luego de la invasión europea de inicios del siglo XVI que produjo la imposición de la visión antropocéntrica integral como sustento principal a seguirse en este territorio, se han generado profundos abismos con relación a nuestra visión ancestral, al punto de pretenderse en muchos casos dejarla en el olvido. Frente a ello, urge recuperar esta sabiduría y visión autóctona, motor esencial de uno de esfuerzos civilizatorios más interesantes y auténticos en el planeta durante varios milenios. Por eso, publicaciones como las que ahora nos presenta en su segunda edición el equipo de la Zona Arqueológica Caral resultan, pues, muy meritorias para mirar en perspectiva el verdadero significado e importancia de retomar las bases de ese legado milenario de nuestros ancestros. 12 Se sugiere revisar el artículo del autor: “El Estado de Supe y la administración de la complementariedad ecológica en los orígenes de la Civilización Andina” publicado el día 26 de diciembre de 2012 en el blog: www.guidomendozafantinato.com