El misterio de la Vida y de la Muerte de Osho A Osho lo conocí a principio de los 80´ en Roma. Yo estaba en una casa extraña con un inoportuno e intenso dolor de muelas. Arriba de una mesa, un libro del Bawhan See Rajneesh (así, o más o menos así, se llamaba Osho en aquel tiempo), de tapas luminosamente anaranjadas atrae mi atención. Comienzo a hojearlo y me encuentro, entre otros pequeños textos, con una profunda meditación sobre el dolor: “Se uno mismo con tu dolor!”, “Penetra profundamente tu dolor” y frases por el estilo, me parecieron sorprendentemente apropiadas para acompañar aquellos momentos de desesperación. No es que el dolor calmara, ni mucho menos. Pero, seguro que aquella noche hubiera sido aún más penosa sin la compañía del recién encontrado Bawhan. Tal vez debido a este incidente, siempre leí con atención y agrado algunos de los innumerables textos que escribió (muchos son, más bien, transcripciones de sus charlas). No fueron muchos, pero si los suficientes, como para simpatizar con este gurú empapado del espíritu contestatario de aquellos años. Mi interés por Osho y lo espiritual, fué bastante extendido en el tiempo pero como casi todo en mi vida, bastante superficial. Y sin embargo creo que algo quedó de aquellas lecturas juveniles (y no tan juveniles). Entre otras cosas, hoy recuerdo la referencia que permanentemente hace a “la Mente” como una especie de órgano autónomo, a veces bastante incómodo, inútil y desequilibrado. Un aparato que busca funcionar aún cuando debiera estar apagado y que se entromete en espacios donde no debiera… vamos, un plomazo. Algunas noches de insomnio, cuando mi mente se desboca y se pasa interminables horas produciendo inútiles pensamientos negativos me parece entender a que se refería el Bawhan. Durante muchos años miles de pibes y pibas, hombres y mujeres, lo visitaron y lo escucharon en su ashram de Poona. Muchos formaron en sus países comunidades inspiradas por él que, por cierto, eran lugares de trabajo y crecimiento interior y además bastante divertidas, alegres y llenas de chicas lindas. Muchos leyeron y leen con atención sus libros (y seguramente se seguirán leyendo). Años después me encontré con el lado oscuro de Osho. Me lo trajo un amigo de mi hermano que como él, pertenecía al círculo de argentos más "ommmm" que circulaba por Barcelona: meditación, reiki, yoga, naturismo, India, túnicas y por supuesto Osho, el gurú top de aquellos años. Un día, a fines del 94, le escuché contar una historia, que no entendí muy bien, pero que hablaba de que Osho había sido irradiado por el FBI , (o sea expuesto a radioactividad de talio para causarle la muerte). Como?, irradiado?, quien puede querer irradiar a un tipo con esa barba, con esa cara, con esa leyenda de santo que lo envuelve?. Hace unos meses, consciente de que ya podía disponer en Internet, de toda la información producida sobre la vida y la muerte de Osho, me dispuse a aclarar el susodicho misterio. Pero,oh desilusión!, después de muchos videos vistos, muchos artículos leídos y algunas neuronas quemadas durante el proceso, hoy sé sobre Osho mucho menos que antes. Es decir comprendo mucho menos la historia de aquel niño nacido en el centro de la India, devenido un "Buda de nuestro tiempo", rico propietario (entre otras cosas) de un rancho en Oregon (25.000has) y de 93 Rolls Royce y finalmente inmigrante ilegal, encarcelado y expulsado de Estados Unidos. Algunos datos sobre Osho, nacido Rajneesh Chandra Mohan en 1931. Es un chico extraordinamente inteligente, que crece en un ambiente estimulante para el desarrollo intelectual y espiritual: guiado por maestros espirituales, por músicos admirados en la India, catedrático universitario en filosofía, conoce a Nerhu, a Indira Gandhi y su esposo y en 1953, según cuenta él, alcanza "la iluminación, el estado de conciencia más elevado que un hombre puede alcanzar". En 1974 crea en Poona su propio ashram a donde comienzan a llegar miles de jóvenes europeos atraídos por su mensaje que hablaba de conciencia, rebeldía, libertad y sexualidad. (encuentro en una página que 200.000 personas por año visitan actualmente el ashram de Poona.) Hasta aquí lo normal, como otras historias de algunos hombres (mujeres creo que pocas) cuyas mentes emiten en una frecuencia diferente y que parecen adquirir (con el proceso de "iluminación") el don de la comprensión y la capacidad de explicar todo lo humano y lo divino. Maharishi y su Meditación Trascendental (el gurú de los Beatles), Sai Baba, Krishnamurti, y por mencionar alguno no hindú, Gurdjieff y el contemporáneo Ekhardt Tolle entre otros, son algunos de estos maestros que se dedicaron a transmitir su conocimiento y que a lo largo de su vida van cosechando feroces detractores e incondicionales devotos. A veces algo turbio sucede en algunas de esas comunidades tan especiales que se establecen alrededor de un maestro: denuncias de maniobras económicas ilícitas, de abusos sexuales, y cosas por el estilo. Lo de Osho y sus "sanniasin" es diferente. A principio de los 80´s dejaron la India ( por problemas legales y fiscales), compraron tierras en Estados Unidos y crearon la ciudad de Rajneeshpuram que llegó a tener 5000 habitantes estables. Fácil es imaginar la encarnizada guerra que estalló entre los conservadores y reaccionarios campesinos de esa parte de Oregón y un grupo de 5000 "hippies loquitos" devotos de un indio poseedor de 93 Rolls Royces y de una corporación de empresas que facturaba (solo en EEUU) 132 millones de dólares anuales. La guerra librada entre 1981 y 1985 tiene notas fuera de lo común: - Quien conduce las operaciones de la comunidad es Ma Anand Sheela, una durísima y despiadada lugarteniente-secretaria (una Lopez Rega) de Osho. Que finalmente huye de Oregon hacia Alemania (según Osho con 43 millones de dólares), será denunciada por este y juzgada por la justicia estadounidense. - A ella se le atribuyen la planificación de algunos intentos de asesinatos de funcionarios del gobierno del Condado de Wasco y un incendio intencionado contra un edificio gubernamental. Y también se la acusa del primero y más importante ataque bioterrorista perpetrado en los EEUU: el envenamiento masivo de 751 habitantes de la ciudad de The Dalles producido al contaminar con la bacteria salmonella los buffets de ensaladas de 8 restaurantes de esa localidad. (La idea era que con salmonellosis (que provoca fuertes diarreas) la mayoría de la población no podría votar y entonces ganarían las elecciones los candidatos rajneeshes) - En la cúpula dirigente de la Comunidad estalla una guerra tan encarnizada y peligrosa como la que ésta libra contra los habitantes del Condado. - Finalmente después de culpar a Sheela de los delirantes crímenes cometidos, Osho es detenido por el FBI con quien llega a un acuerdo y es expulsado. Tras un largo itinerario por 11 países que le niegan la entrada (entre ellos Uruguay) finalmente regresa a Poona donde muere en 1991. (En Netflix el documental Wild Wild Country cuenta detalladamente esta historia) El patético final de Rajneeshpurna, el declive de la luminosidad de Osho, su "Imperio" manejado hoy por su "círculo íntimo" (cuyos integrantes litigan entre sí por los derechos), dedicado a facturar replicando la palabra y las técnicas del ausente Maestro no me sorprenden. Que la genialidad o la sabiduría de alguien especial se apague a medida que se la intenta institucionalizar, envasar o vender es algo frecuente. Lo que me resulta extraordinario de esta historia es comprobar, otra vez, la enorme complejidad del alma humana. La causa de la muerte de Osho no es un misterio (seguramente lo de la irradiación es un delirio paranoico); el verdadero misterio es lo contradictorio, lo oscuro, lo múltiple de nuestra personalidad. Estamos hechos de muchas caras, de muchas facetas, algunas de las cuales nunca enfrentamos. Hasta un tipo como Osho, que parecía conocerlo todo, las tenía. Sheela (la secretaria lopezreguiana), quien estuvo muy cerca de él, lo describe como un ser "extremadamente carismático, inspirador, brillante y amoroso", pero también como alguien absolutamente "manipulador, vengativo, egocéntrico y dañino". Hoy, 25 años años después de su muerte, encontré en Internet dos Oshos: el farsante psicópata y el santo iluminado. Cual es el verdadero?. Lo misterioso de la vida es que los dos lo son.
