Neurobiología del Aprendizaje Tema: Entender la dislexia para intervenir Responsable: Blanca Verónica Núñez Vargas blanca.nv09@gmail.com Año 2022 Índice Resumen 3 Introducción 4 Cómo aprende el cerebro a leer 5 Qué es la dislexia 5 La dislexia y su relación con la memoria a corto plazo 7 Cómo ayudar a un estudiante con dislexia durante su proceso de aprendizaje 9 Conclusión 10 Bibliografía 11 Resumen Este artículo titulado “Entender la dislexia para intervenir”, pretende analizar la dislexia, conocer como procesa la información el cerebro de una persona con dislexia, cuál es la memoria más afectada en esta dificultad especifica del aprendizaje y cómo se puede ayudar a un estudiante con dislexia en su proceso de aprendizaje. La metodología se centra en una investigación bibliográfica, procediendo a la revisión de textos y artículos los cuales contienen datos relevantes y actualizados relacionados al tema de estudio. Los resultados concluyen que la dislexia es una dificultad en la interpretación del lenguaje escrito en una persona que no tiene ninguna discapacidad visual, auditiva ni intelectual. Las imágenes cerebrales muestran que las personas con dislexia procesan la información de forma diferente a los demás. Tienden a pensar más en imágenes que en palabras y a establecer veloces conexiones laterales. Todavía no se conoce bien las causas que originan la dislexia, pero mediante la neuroimagen se observa pequeños cúmulos de neuronas que no migraron correctamente por la corteza cerebral y se concentran en las áreas del lenguaje hablado. Esto a menudo genera una anomalía sutil del código fonológico que, por ende, no permite que la lectura se desarrolle normalmente en las áreas visuales del cerebro. La memoria de trabajo es la más afectada en esta condición, la misma es considerada un sistema ejecutivo con funciones como: comprender el lenguaje, hacer cálculos, razonar solucionar problemas entre otros. Los alumnos con dislexia han nacido con dicha dificultad, y no es consecuencia de una enfermedad o accidente. No puede curarse, pero se pueden aprender estrategias para manejarse con ellas. Palabras claves: Dislexia; memoria de trabajo; aprendizaje. Introducción Distintas son las teorías psicológicas que a lo largo de los años han tratado de explicar cómo se origina el aprendizaje, todas ellas pretenden describir lo más explícito posible este complejo proceso en el que se conjugan múltiples factores para dar lugar al acto de conocer y aprender. En la actualidad, no se puede hablar de aprendizaje sin considerar las investigaciones y los aportes emanadas desde la neurociencia que posibilitan conocer a profundidad como se estructura, funciona y aprende el cerebro. En este contexto, Morgado,I ( 2014) nos dice que “aprender significa básicamente adquirir nuevas representaciones neuronales de información y establecer relaciones funcionales entre ellas y las ya existentes en el cerebro”, es decir que cuando aprendemos algo nuestras neuronas establecen nuevas sinapsis entre sí, formando redes neuronales entre ellas para fortalecer el nuevo aprendizaje. La memoria es considerada un dispositivo básico del aprendizaje, que nos permite guardar y evocar informaciones, experiencias, pensamientos, imágenes. La misma está muy estrechamente ligada al aprendizaje, en otras palabras, si una persona aprende, significa que la información se guardó en su memoria y puede recordarla voluntariamente en el momento que desee. Sin embargo, algunos estudiantes manifiestan dificultades especificas del aprendizaje, como la dislexia, que consiste en problemas con la lectura, escritura y la ortografía., evidenciados en la dificultad para recordar y reproducir correctamente de forma oral y escrita los fonemas y grafemas del alfabeto, formar palabras, leer, producir textos, además de otras complicaciones que acarrea esta condición. Es de suma importancia para los educadores conocer la dislexia y las señales de alerta para poder detectarla tempranamente en los estudiantes, con el fin de intervenir eficazmente en el aula, saber qué hacer, como actuar, que estrategias utilizar, y para tal efecto, es necesario conocer sobre esta dificultad especifica del aprendizaje. De acuerdo a lo expuesto, se plantean las siguientes interrogantes: ¿Qué sucede en el cerebro de la persona con dislexia?, ¿Cuál es la memoria afectada en las personas con dislexia?, ¿Cómo se puede ayudar a un estudiante con dislexia en su proceso de aprendizaje? Con el análisis realizado en el presente artículo, en función a los fundamentos teóricos y las investigaciones realizadas por Diana Hudson en su libro “Dificultades especificas del aprendizaje y otros trastornos” como bibliografía base, se pretende dar respuestas a dichos cuestionamientos, y al mismo tiempo, tenga significancia y alcance en los diversos agentes educativos implicados en la formación de los estudiantes. 1. Como aprende el cerebro a leer La adquisición de la lectura es un proceso continuo, el niño recibe las primeras estimulaciones en el hogar de parte de los cuidadores y luego se extiende a la escuela. Para que el niño adquiera la capacidad de leer, ciertas funciones del cerebro deben estar preparados como la atención y la memoria, conforme a esto Stanislas, D (2015) nos dice que descifrar las palabras requiere pasar revista de cada una de las letras en el orden correcto, de izquierda a derecha –sin olvidar ninguna, y a la vez recordando sus correspondencias con los fonemas– y ensamblarlas en la memoria para formar una palabra. Cuando el niño desarrolla la capacidad de leer, su cerebro sufre cambios, específicamente en el hemisferio izquierdo, en una zona de la corteza visual llamado área de la forma visual de las palabras, en esta región del cerebro se centraliza los conocimientos visuales acerca de las letras y sus combinaciones. Stanislas, D (2015) A medida que presentamos series de letras, la función de esta región mejora progresivamente cuanto más se ejercita la lectura, es decir, su respuesta se incrementa en función al aprendizaje de la lectura. El niño pasa de decodificar sonidos de letras a reconocer y reproducir silabas, palabras de una forma más precisa y veloz, con el paso del tiempo la lectura se acelera, mejora y se torna más fluida, para luego, llegar a la automatización de la misma, mediante prácticas constantes y cotidianas de parte del estudiante. 2. Qué es la dislexia La dislexia ha llamado la atención de muchas investigaciones en el ámbito educativo, los estudiantes que la padecen manifiestan dificultad en el área de la lectoescritura. La dislexia ha sido definida como una “dificultad en la interpretación del lenguaje escrito en una persona que no tiene ninguna discapacidad visual, auditiva ni intelectual” (Worthington, 2003). Las imágenes cerebrales muestran que las personas con dislexia procesan la información de forma diferente a los demás. Tienden a pensar más en imágenes que en palabras y a establecer veloces conexiones laterales (Schnep, 2014). Esto explicaría el comportamiento de los estudiantes disléxicos durante el proceso de enseñanza aprendizaje caracterizado por la falta de atención, concentración y la marcada dificultad en retener información en su memoria. Etimologicamnete, el prefijo griego Dis significa dificultad. Lexis es un vocablo también del griego que significa palabra. De modo que dislexia significa dificultad con las palabras (Hudson,D, 2017, p. 27). Todavía no se conoce bien las causas que originan la dislexia, pero mediante la neuroimagen se observa pequeños cúmulos de neuronas que no migraron correctamente por la corteza cerebral y se concentran en las áreas del lenguaje hablado. Esto a menudo genera una anomalía sutil del código fonológico que, por ende, no permite que la lectura se desarrolle normalmente en las áreas visuales del cerebro (Stanislas, D. 2015, p. 60). Los alumnos con dislexia han nacido con dicha dificultad, y no es consecuencia de una enfermedad o accidente. No puede curarse, pero se pueden aprender estrategias para manejarse con ella (Hudson,,D, 2017, p. 27). La dislexia se puede detectar mediante ciertos indicadores a los cuales se debe estar muy atentos para identificarlos tempranamente. Hudson. I (2017) propone ciertos indicadores a tener en cuenta en la lectura como: -Lectura lenta e imprecisa que se incremente bajo presión. -Limitaciones para la comprensión oral y escrita. -Sustitución de palabras por otras de aspecto similar que empiecen por la misma letra. • Inversión de letras en la lectura de palabras o números, como al leer “casa” por “saca”, o “28” por “82”. -Evitan leer en voz alta porque son dubitativos e inexactos. Les preocupa que los demás se burlen de ellos, Además de estos indicadores básicos, también manifiestan problemas de ortografía, matemática, problemas emocionales, de concentración, memoria, organización, así también las dificultades se proyectan a otras asignaturas del curriculum, ya que el aprendizaje de las mismas exige que el alumno desarrolle capacidades previas como las habilidades lingüísticas (escuchar, hablar, leer y escribir). Por lo tanto, cuando un estudiante tiene dislexia todas las dimensiones del ser se encuentra afectadas, por lo que se requiere una eficiente y oportuna intervención educativa en el área cognitiva, pedagógica, psicológica, social y familiar. 3. La dislexia y su relación con la memoria a corto plazo Aprender significa básicamente adquirir nuevas representaciones neuronales de información y establecer relaciones funcionales entre ellas y las ya existentes en el cerebro (Morgado, I, 2014, p. 13). El aprendizaje está íntimamente ligado a la memoria, no puede existir aprendizaje sin memoria. En el aprendizaje están implicados tres funciones cognitivas esenciales, la atención, emoción y memoria, la atención es como un tamiz que selecciona la información de entre tantos estímulos ambientales para luego registrar en el cerebro, y la emoción, actúa como un pegamento que une la información a la memoria. En la actualidad, podemos caer en el error al referirnos de la memoria en singular, ya que gracias a las investigaciones realizadas sobre este tema se puede decir con propiedad que contamos con un sistema de memoria, cada una de ellas con funciones diferentes que almacenan informaciones en varias partes del cerebro, al respecto, (Morgado, I. 2014) refiere que las memorias no se almacenan en una única neurona o en una o pocas sinapsis, sino en múltiples neuronas y sinapsis que pueden estar ampliamente distribuidas en el cerebro. Existe la memoria consciente desarrollada a partir de los 5 o 6 años, edad en que el hipocampo se encuentra listo para guardar los recuerdos a partir de esta etapa de vida y la memoria inconsciente muy relacionada con la amígdala, un órgano cerebral que tiene forma de almendra, situada en el lóbulo temporal del cerebro, la misma es reconocida también como el repositorio de la memoria emocional no consciente. Otro tipo de memoria es la de corto plazo, llamada también memoria inmediata, está encargada de registrar información por unos pocos segundos, que luego es desechada cuando pierde importancia o significado. La memoria a largo plazo, es la encargada de almacenar información por horas, meses años, o toda la vida; nuestro banco de memoria a largo plazo contiene todo lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida. Se tiene también la memoria reciente, cuya función es guardar los actos cotidianos, se divide en dos sub tipos de memoria, la retrospectiva y la prospectiva, la primera, se utiliza para las acciones cotidianas y la segunda funciona para los actos o actividades futuras. Otro tipo es la memoria episódica, que acumula información referente a experiencias personales y la memoria semántica relacionada con informaciones generales sin vínculo con las vivencias de carácter personal. También contamos con una memoria explícita e implícita, la explícita es aquella donde se guardan recuerdos de acontecimientos ocurridos en el pasado y cuya evocación se realiza de forma consciente, en cambio, en la memoria implícita, están los recuerdos inconscientes de hechos ocurridos en tiempos remotos. En la dislexia la memoria es una función significativamente afectada, específicamente la memoria a corto plazo, como ya se ha mencionado en las líneas anteriores, esta memoria mantiene información en el cerebro por pocos segundos, la misma es denominada también memoria inmediata, Según (Rincón, D. 2015) el proceso neurocognitivo que subyace a la memoria a corto plazo es el conocido como memoria de trabajo o memoria funcional, este tipo de memoria se considera la forma de operar de la memoria a corto plazo, la memoria a corto plazo es un sistema ejecutivo con funciones como: comprender el lenguaje, hacer cálculos, razonar solucionar problemas entre otros. Algunas dificulatades en la memoria a corto plazo detectados en los niños con dislexia según (Hudson,D, 2017, p. 32). -Problemas para recordar instrucciones y para recordar de qué tomar nota. -Dificultad para retener números para realizar los cálculos. -Dificultad para tomar nota. -Son incapaces de repasar a última hora para los exámenes debido a una mala memoria a corto plazo. -Requieren de tiempo extra para aprender, ya que las cosas tienen que almacenarse en la memoria a largo plazo. -Tienen dificultades para encontrar técnicas de repaso efectivas. -Presentan velocidad de escritura lenta y calidad pobre en términos de ortografía y puntuación porque son incapaces de pensar sobre el contenido y la ortografía al mismo tiempo. -Sus problemas con la memoria a corto plazo causan dificultades a la hora de retener los números mientras se realiza un cálculo. -Dificultad para recordar todo proceso que implique una serie de pasos en el área de matemáticas. --Pueden distraerse fácilmente, a menudo tienen un período corto de atención. Requieren de más tiempo para responder a preguntas, tanto verbalmente como por medio de la escritura. A veces es debido a que tienen que transformar mentalmente la información en imágenes antes de poderla decodificar y así trabajar sobre ella. -Se desalentarán fácilmente, lo que conduce a una baja autoestima, son muy sensibles y pueden carecer de autoconfianza por lo que se desaniman ante situaciones o tareas complejas. -Generalmente, tienen que esforzarse más para sacar adelante el trabajo y esto lleva a un aumento del cansancio, del estrés y de la ansiedad. 4. Como ayudar a un estudiante con dislexia durante su proceso aprendizaje. Lo primordial es establecer un ambiente de confianza y seguridad en la sala de clases, el docente debe demostrar actitud positiva y empática ante las dificultades que manifiestan los estudiantes con dislexia. Además, debe sensibilizar a su grupo de alumnos y padres de familia sobre las diferencias individuales, que la diversidad no es un factor que entorpece el proceso de aprendizaje, sino que lo enriquece. Además es importante que el docente implemente estrategias que aumenten las posibilidades de aprendizaje del estudiante, (Hudson, D, 2017, p. 34) propone lo siguiente: -Asegúrate de que se sientan delante, en las primeras filas, para ver la pizarra claramente, lo cual les ayudará con la lectura y así puedes contemplar fácilmente su trabajo y saber si lo están haciendo bien. -Anímales a leer atentamente varias veces lecturas preparadas con una fuente de letra clara y grande. -Leer en voz alta puede ser una importante fuente de pánico, estrés y ansiedad para algunos alumnos. Por lo tanto, no les pidas de repente que lean en voz alta hasta que se sienta seguro. -Para mejorar su ortografía puedes crear una lista de palabras clave de cada tema. Los alumnos pueden realizar un cuaderno de vocabulario o un glosario. --Siempre que sea posible, entrega los apuntes impresos. Los apuntes con espacios en blanco que rellenar suelen ser una buena solución; pueden subrayarse y personalizarse con diagramas o anotaciones, y el proceso de escritura es menos arduo -Preparar folios de ejercicios con frases que sean cortas y claras, cuidando el espacio entre los escritos, también utiliza el doble espacio y elige tipos de fuente que sean sencillos y claros. Además, añade en tus explicaciones diagramas, pictogramas y otros marcadores visuales. -El docente puede asignar tareas creativas como hacer una serie de dibujos o viñetas para ilustrar un determinado trabajo, comentar una imagen, inventar una canción, poema, rap, anuncio, inventar un juego, hacer un crucigrama, preparar una breve representación teatral, grabar un breve monólogo, realizar un corto, o preparar una maqueta. Además de todo lo expuesto el estudiante con dislexia siempre necesitará de un acompañamiento más individualizado en su proceso de aprendizaje de parte del profesor o de algún compañero más aventajado que haga de mentor o tutor del niño que presenta dificultades especificas del aprendizaje. 5. Conclusión El presente artículo arroja luces para el entendimiento de la conducta manifestada en la clase por los estudiantes que presentan dislexia. Con las informaciones analizadas se pudo disipar dudas acerca de este trastorno del aprendizaje. La dislexia en una condición con la que nace la persona, la misma no obedece a causas de enfermedad o accidente, inclusive no se identifican con precisión las causas que lo generan. Según (Schnep, 2014) Las imágenes cerebrales muestran que las personas con dislexia procesan la información de forma diferente a los demás. Tienden a pensar más en imágenes que en palabras y a establecer veloces conexiones laterales, en consecuencia, los estudiantes demuestran dificultades en el aprendizaje de la lectura, escritura, comprensión, ortografía y otras áreas que requieren el desarrollo de estas capacidades. En la dislexia la memoria es una función significativamente afectada, específicamente la memoria a corto plazo, este es un sistema ejecutor cuya disfunción acarrea dificultad en el estudiante para hacer trabajar la información almacenada por pocos segundos en esta región. Existen muchas estrategias que se pueden aplicar durante el proceso de enseñanza para facilitar el aprendizaje de los estudiantes, como por ejemplo, la ubicación en el aula, el clima emocional, la selección de textos, tipos de letras, tamaños de letras, espacios, ejercicios adaptados, atención individualizado, entre otros. Es importante que los docentes y familias conozcan las señales que alertan la posible presencia de la dislexia en el niño, esta detección oportuna facilitara las intervenciones adecuadas que ayuden al estudiante a desarrollar habilidades que le permitan convivir con la dislexia de la mejor manera posible. 6. Bibliografía Hudson, D. (2017). Dificultades Específicas de Aprendizaje y otros trastornos Guía Básica para Docentes. Narcea, S.A. de Ediciones Madrid Morgado, I. (2014). Aprender, recordar y olvidar: Claves cerebrales de la memoria y educación. Editorial Ariel. Barcelona Rincón, D, (2015). Neuropsicologia de la Memoria. Disponible en https://noticias.uai.edu.ar/blogs/4001-5000/4657 NEUROPSICOLOGIADELAMEMORIA.pdf Stanislas, D. (2015). Aprender a leer: De las ciencias cognitivas al aula. - 1ª ed. - Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores.