Subido por mariomamanicondori

Tiene poderes mágicos el agua bendita

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¿Tiene poderes mágicos el agua bendita? De qué rituales religiosos forma parte y el
riesgo de su uso inapropiado
El agua un rol muy importante en las ceremonias cristianas, judías e islámicas. Quién introdujo la
bendición de los sacerdotes con agua hasta la forma correcta de construir una pila bautismal. Los
otros “sacramentales” que forman parte de la vida cotidiana de los creyentes. El peligro que
implica su mala utilización
El agua es un símbolo poderoso, que adquiere diferentes significados que siempre atañen a los
momentos de transición más importantes de la existencia. Es el símbolo por excelencia de la
vida, el renacimiento y la purificación, y por ello también está presente en ocasiones en los ritos
funerarios. Encarna el principio femenino, tanto por aspectos relacionados con la fertilidad como
por su carácter de elemento líquido, puro, adaptable y receptivo. Es visto como un elemento de
fuerza misteriosa, capaz de transformarse continuamente, penetrando el suelo y las rocas y
nutriendo la tierra en forma de lluvia. El simbolismo del agua es articulado y complejo y cambia
según el tipo de agua: el océano, por ejemplo, es visto tradicionalmente como una fuerza o
divinidad masculina, mientras que los manantiales, próximos a la selva y los bosques, se asocian a
divinidades femeninas. El simbolismo y las alegorías de los mitos antiguos se pueden encontrar
en las grandes religiones, y todos estos elementos unen las grandes narrativas sagradas de la
humanidad, desde los baños rituales de los Misterios eleusinos de la antigua Grecia hasta la
meditación de los monjes sintoístas del Japón. Partiendo de la religión más cercana a nosotros, el
cristianismo, hacemos un recorrido por el mundo para descubrir lo sagrado en el agua.
En el judaísmo, el agua juega un papel importante, siendo protagonista de las abluciones rituales
ligadas a la purificación, indicadas por la “Ley judía” (la Halajá): se trata de la tevilah, una
inmersión completa en agua de mar o de río que toma la nombre “mikvek” que es un baño ritual
que sirve para purificar el cuerpo tras ciertos actos impuros. El agua que llena la cuenca de la
mikve debe provenir de una fuente natural, de un acuífero, por lo que la inmersión también
puede tener lugar en un océano o un lago. Según la tradición, no debe haber barreras entre la
mujer y el agua, por lo que se deben quitar la ropa, las joyas, el maquillaje, las uñas postizas y los
productos para el cabello.
Tevilah, un rito judío que implica la inmersión de agua de río o mar
En el judaísmo ortodoxo la inmersión en la mikve es obligatoria después de la menstruación y
antes de reiniciar las relaciones matrimoniales; después del parto y antes de reanudar las
relaciones matrimoniales; para una novia, como preparación para la boda y como parte del
proceso de conversión al judaísmo.
El lavado ritual de manos, que se produce en numerosas ocasiones, por ejemplo antes de rezar,
al despertar por la mañana o antes de dormir o al salir del cementerio, entre otras. O entre las
abluciones, una de las más importantes es “netilat yadayim”, el lavado que se realiza antes de
tocar el pan. Cada lavado va siempre acompañado de una bendición específica y las abluciones
son tan importantes que en algunos casos uno puede incluso ser excomulgado por no haberlas
realizado.
Para los católicos, desde niños nos han enseñado que, al entrar a la iglesia, es importante mojar
los dedos en la pila bautismal o en una pila de agua bendita y hacer la señal de la Cruz con el
agua bendita. Es una manera de recordar el valor de nuestro Bautismo y recordar cómo hemos
llegado a ser en todos los aspectos parte de la Iglesia.
En el Evangelio según Juan, Jesús dice a la samaritana: “Si supieras el don de Dios y quién es el
que te dice: ‘¡Dame de beber!’, le habrías pedido y él te habría dado agua viva” (Jn 4,10). Esta
“agua viva” de la que habla Jesús es Él mismo. El agua siempre ha tenido una importancia
fundamental en las Sagradas Escrituras, como símbolo de salvación y purificación. La Liturgia se
ha apropiado de esta dimensión espiritual del agua, convirtiéndola en uno de sus símbolos más
importantes, con el Sacramento del Bautismo, y haciendo del agua bendita un sacramental.
El Papa Francisco en pleno lavado de pies (AP)
¿Que es un “sacramental” para la Iglesia católica? Se lee en el catecismo, número 1667: “La
Iglesia también estableció los sacramentales. Son signos sagrados mediante los cuales, con cierta
imitación de los sacramentos, se significan y, por intercesión de la Iglesia, se obtienen efectos
especialmente espirituales. Por ellos los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los
sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida”.
Otros dos sacramentales muy importantes que, como el agua bendita, nunca deben faltar en el
hogar de un creyente, son el crucifijo y la sal bendita. Esta última no es muy conocida y utilizada
por estos lares del cono sur de América. Los sacramentales tienen un poderoso efecto espiritual y
sirven para santificar muchos gestos y situaciones cotidianas. Son, en cierto modo, oraciones
transmitidas por objetos para obtener la benevolencia de Dios en diversas circunstancias.
Pero no son objetos mágicos. El objeto en sí no tiene poder, es la fe de la persona y su
convección la que, por medio de un objeto, puede llegar a ser útil espiritualmente. Los creyentes
simples pueden usar el agua bendita para hacer la señal de la cruz cuando entran a la iglesia y
guardando botellas de agua bendita en casa. Esto te permitirá pensar en el bautismo de Jesús y
en tu propio bautismo. Además, el agua bendita está vinculada a usos rituales particulares. De
hecho, puede utilizarse para consagrar, bendecir y exorcizar, pero sólo un ministro ordenado o
alguien que actúe bajo la dirección de este último puede realizar estas acciones. Lo mismo ocurre
con la práctica de rociar agua bendita sobre los ataúdes durante los funerales.
Consagrar: implica impartir una bendición permanente. Se puede operar sobre objetos, lugares e
incluso personas. Una vez que algo o alguien ha sido consagrado, pertenece a Dios.
El bautismo de Jesús por Juan en las aguas del Jordán
Bendecir: significa invocar la protección de Dios sobre alguien o algo. La Iglesia suele utilizar agua
bendita para bendecir a los fieles durante los sacramentos y ceremonias. El Papa León IV (847855) introdujo la práctica de que los sacerdotes bendijeran a los fieles con agua bendita todos
los domingos mediante accesorios como la aspersión.
Exorcizar: como todos los sacramentales, el agua bendita es muy eficaz. Por este motivo se
utiliza en abundancia durante los exorcismos, pero también cuando se quiere escapar del mal.
El uso inapropiado del agua bendita, así como de otro símbolo sacramental y, más en general,
sagrado, debe considerarse una falta, pero muchas veces no es por maldad, sino por no saber de
qué se trata. Muy a menudo aquellos que no practican ninguna fe se aprovechan de la
despreocupación o la ignorancia de los creyentes para desacreditarlos a ellos y a sus creencias,
precisamente aprovechándose de los errores y la despreocupación en el uso de símbolos y
rituales. Es muy fácil caer en la superstición, utilizando incorrectamente los sacramentales y los
propios sacramentos.
El agua bendita no tiene poderes mágicos y su mal uso es considerado por la Iglesia como una superstición
No podemos obligar a Dios a que nos conceda todo lo que queremos sólo porque nos portamos
bien y mucho menos si podemos hacerlo con fórmulas mágicas y rituales improvisados en casa. El
agua bendita no tiene poderes mágicos. No es un medicamento, no sirve para limpiar la casa, ni
para alejar el mal de ojo si lo llevamos siempre en el bolsillo o colgado del cuello como amuleto
de la suerte. Es sólo Dios quien decide lo que merecemos y lo que no, lo que nos debe pasar,
bueno o malo. La única verdadera “magia” para un cristiano consiste en confiarse a su voluntad
la cual como buen Padre, nunca puede ser mala y sobre todo debemos atesorar y hacer rendir los
talentos que pone en nosotros.
Por lo tanto, también el agua bendita sólo tiene sentido si se interpreta como parte del camino
cristiano, como un elemento precioso de salvación y de conexión con Cristo, con nuestro
bautismo. Cualquier otra interpretación, cualquier otro uso pertenece al ámbito de la
superstición, cuando el agua bendita se utiliza para practicar hechizos y ritos ocultistas.
El agua siempre ha sido considerada muy importante en las Sagradas Escrituras. Pero siempre ha
tenido también un uso práctico insustituible: lavar, limpiar el cuerpo y prepararlo para el ritual.
Antes de entrar a la basílica de san Pedro en Roma, los primeros cristianos debían lavarse muy
bien las manos. Por este motivo, en el atrio de san Pedro se colocó una fuente, el cantharus o
phiala. En Roma todavía encontramos uno muy grande y muy famoso, hoy conservado en los
Museos Vaticanos. Se trata de la Piña de Bronce, de casi 4 metros de altura, que se encontraba
en el siglo I cerca del Panteón y que, tras varios traslados, encontró su emplazamiento definitivo
en el “Cortile della Pigna”. Con el paso de los siglos, la arquitectura de las iglesias cambió y el
atrio se hizo cada vez más pequeño. Así, las fuentes dieron paso a pequeños estanques colocados
inmediatamente a la entrada de la iglesia. Y nacieron las pilas de agua bendita.
En las normas diocesanas emitidas por San Carlos Borromeo leemos, respecto a cómo debe ser
una pila de agua bendita: «El utensilio diseñado para el agua bendita... debe ser de mármol o
piedra sólida, no porosa ni con grietas. Se colocará sobre un pilar convenientemente decorado
que no estará en el exterior de la iglesia sino en el interior y, en la medida de lo posible, a la
derecha de quienes accedan. Habrá uno al lado de la puerta por donde entran los hombres y
otro para la puerta de las mujeres. No deben estar fijados a la pared sino separados de ella según
convenga. Estarán sostenidas por una columna o pedestal, que no deberá representar nada
profano.”
El Papa Francisco bautiza a un bebé durante una misa en la Capilla Sixtina
Lamentablemente, en muchos, muchos, muchos templos católicos esas pilas de agua bendita
agua están vacías, y no por culpa de los fieles precisamente, sino por desidia eclesiástica.
Algunos hasta lo consideran un rito anticuado y sin valor.
En el Islam, el agua es un símbolo de pureza, de la misericordia de Alá y de su poder divino. El
agua es vista como un elemento con una fuerza beneficiosa. Regresa en muchos pasajes del
Corán, en forma de río sagrado, agua de los oasis, bien, elemento de la creación, como en la sura
que dice “Dios creó todos los seres vivientes del agua” (XXIV, 45). Elemento fundamental y bien
precioso de la cultura árabe, sigue siendo hoy central en los rituales de purificación: por esta
razón, muchas mezquitas tienen un espacio - normalmente situada en un patio - destinada a las
abluciones rituales, para que los fieles puedan purificarse antes de entrar en el lugar sagrado.
Como vemos el agua purifica, da vida y sin ella la vida no podría existir. Debemos cuidarla y
tratar con ella como si fuera nuestra amiga. Como nos dice San Francisco en le “Cantico de las
criaturas”: “Alabado seas, mi Señor por la hermana agua, la cual es muy humilde, preciosa y
casta.”
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