LA AIF EN ACCIÓN Género: Trabajar para lograr mayor igualdad A principios de la década de 1980, el Banco avanzó en la incorporación de las cuestiones de género en las operaciones, sobre todo en el área de educación. Entre 1995 y 2000, prestó más de US$3.400 millones para apoyar programas de educación dirigidos a niñas y fue también el principal proveedor de financiamiento a nivel mundial para proyectos de salud, nutrición y población, tres cuartas partes de los cuales incluían actividades que tenían en cuenta las cuestiones de género. En 2001, en respuesta a una solicitud de los donantes de la Asociación Internacional de Fomento, el Banco Mundial adoptó una estrategia de incorporación del género y creó el Marco para la integración de las cuestiones relativas al género en todas las operaciones de la AIF. En el ejercicio de 2004–05, el 85% de todos los créditos del Banco Mundial aprobados para países que pueden recibir financiamiento de la AIF (en adelante, países de la AIF) incluía algún aspecto relacionado con cuestiones de género en el diseño de los proyectos. Los avances en materia de igualdad de género han sido más significativos en los sectores sociales —esto es, en salud y educación— que en los sectores económicamente productivos, como agricultura y tierras, mercados laborales, infraestructura y finanzas. Por ejemplo, mientras que desde 1970 la esperanza media de vida de las mujeres ha aumentado entre 15 y 20 años en los países en desarrollo, la participación formal de las mujeres en la fuerza laboral continúa siendo un 37% menor con respecto a la de los hombres. En un esfuerzo por integrar mejor las cuestiones de género en los sectores económicos, en septiembre de 2006 se aprobó un nuevo plan de acción del Grupo del Banco Mundial sobre esta materia denominado Igualdad de género: una estrategia rentable. Las actividades comenzaron en enero de 2007. El plan tiene como objetivo integrar en mayor medida las cuestiones de género en cuatro mercados clave: agricultura y tierras, trabajo, finanzas e infraestructura. Asimismo, busca orientar la labor del Banco en materia de igualdad de género hasta 2010, y se espera que la mayoría de las operaciones incluidas en el plan se lleven a cabo en países de la AIF. IMPACTO Los países de la AIF han logrado reducir la brecha entre la matrícula escolar de las niñas y la de los niños de 16 puntos porcentuales en 1999 a 10 puntos porcentuales en 2004. La esperanza media de vida de las mujeres también ha aumentado 17 años desde 1960. Sin embargo, las mujeres continúan a la saga de los hombres en cuanto a la participación en la fuerza de trabajo formal, el acceso al crédito, los índices de emprendimientos, los niveles de ingresos, los derechos de herencia y propiedad de la tierra, y el número de escaños en el Parlamento. Educación Las actividades llevadas a cabo recientemente por el Banco y sus países clientes para reducir las brechas de género en la educación primaria y secundaria han contribuido en gran medida a lograr el tercer objetivo de desarrollo del milenio (igualdad de género). Los proyectos educativos financiados por el Banco incorporan una variedad de actividades, entre ellas: otorgar subvenciones a las familias para solventar los costos educativos de la asistencia de las niñas a la escuela; capacitar y contratar más maestras; construir instalaciones sanitarias en las escuelas y mejorar las existentes, y suministrar una fuente de agua limpia para las niñas que necesitan acarrear agua a sus hogares después de la escuela. A través de las iniciativas Educación para las Niñas y Educación para Todos, la AIF ha respaldado el acceso a una educación básica de calidad, con especial atención a las niñas y los grupos más pobres. Entre los ejemplos se encuentra el Proyecto de asistencia para la enseñanza secundaria femenina en Bangladesh, financiado por la AIF, que introdujo incentivos para que las jóvenes no abandonaran los estudios; en consecuencia, aumentaron los niveles de matrícula escolar y las tasas de empleo de las 2 mujeres, con mejores niveles de remuneración que antes. La proporción de niñas matriculadas aumentó del 33% en 1991 al 56% en 2005; la tasa de aprobación del examen final de la secundaria correspondiente a las niñas se incrementó del 39% en 2001 al 46% en 2006. Salud En la esfera de la salud también se observan progresos constantes. El Programa multinacional de lucha contra el VIH/SIDA en África ha puesto particular énfasis en incluir la dinámica del género en sus actividades para combatir la pandemia, con operaciones en varios países. En Chad, la AIF está financiando un proyecto para reducir la transmisión y el impacto socioeconómico del VIH/SIDA mediante el respaldo de actividades educativas y generadoras de ingresos para las mujeres. En Rwanda, ha financiado el acceso a la atención del SIDA en las zonas rurales: 5.000 pacientes pobres, en su mayoría mujeres, reciben terapia antirretroviral (60% de los que la necesitan). En toda África, la AIF ha financiado servicios para prevenir la transmisión del VIH de madre a hijo que benefician a más de 1,5 millones de mujeres y ha ayudado a distribuir 1.300 millones de preservativos masculinos y 4 millones de preservativos femeninos. Empleo En general, las mujeres de los países de la AIF hoy tienen aún menos acceso a trabajos formales que hace 25 años: la participación de la mujer en la fuerza de trabajo disminuyó del 53% en 1980 al 49% en 2005, mientras que la de los hombres se mantiene prácticamente en el mismo nivel (alrededor del 86%). La proporción de mujeres asalariadas en sectores distintos de la agricultura casi no ha variado desde 1990, ya que pasó del 23% aquel año al 25% en 2003. Asimismo, las mujeres de los países en desarrollo continúan ganando, en promedio, alrededor de un 22% menos que los hombres, incluso si se tienen en cuenta las diferencias en las aptitudes y habilidades observadas. Las mujeres de África reciben menos del 10% de todo el crédito otorgado a los pequeños agricultores y del 1% del total de crédito destinado al sector agrícola, y son mayoría entre los trabajadores agrícolas. Restringir las oportunidades económicas de la mujer es un error desde el punto de vista económico Esta situación es problemática por la injusticia que supone. Pero también resulta problemática porque restringir las oportunidades económicas de la mujer es un error desde el punto de vista económico: no invertir lo suficiente en las mujeres limita el crecimiento económico y obstaculiza los avances en la reducción de la pobreza. En consecuencia, en los países donde hay mayor equidad de género por lo general las tasas de pobreza son más bajas. Esto puede tener varias razones. Por ejemplo, existen pruebas contundentes que vinculan el aumento de la productividad y los ingresos de la mujer a la reducción de la pobreza en los hogares y a mejores resultados en la salud, educación y nutrición de los niños, lo que a la larga genera un aumento de la productividad. En Brasil, las probabilidades de supervivencia de un niño son alrededor de un 20% mayores cuando es la madre, y no el padre, quien se ocupa de administrar los ingresos. En los mercados laborales hay buenos ejemplos del empleo de las mujeres en el sector de manufacturas, y de los beneficios que dicha participación comporta para las mujeres, la industria y la economía. Existen abundantes pruebas empíricas de que, al dar acceso al crédito a la mujer, mejoran los resultados en las áreas de salud y educación. Pero ello también es positivo desde el punto de vista económico porque las tasas de reembolso de los créditos otorgados a las mujeres son más elevadas. El crédito otorgado directamente a una mujer tiene un impacto significativo en los gastos para el consumo, la escolarización de los niños y la oferta de mano de obra femenina. Los estudios también muestran que, cuando el crédito está en manos de la madre, aumenta el nivel de nutrición de los hijos y éstos crecen un 17% más que cuando es el padre quien administra el dinero. En el sector agrícola, mientras tanto, uno de los factores principales para lograr que los hogares más pobres aumenten sus ingresos es el aumento sostenido de la productividad de los cultivos de alimentos básicos. Según datos concluyentes extraídos de Burkina Faso y Kenya, para incrementar la productividad agrícola hasta un 20% bastaría con reasignar los insumos agrícolas existentes en forma más equitativa entre los hombres y las mujeres. Transporte El transporte constituye un ejemplo notable de la interdependencia que existe entre las políticas públicas y la economía doméstica, y el problema conexo de la relación entre tiempo y pobreza que afecta a las mujeres. Según estudios realizados en la década de 1990, en África al sur del Sahara las mujeres transportaban mayores volúmenes de carga sobre la cabeza que los vehículos. El tiempo que en un hogar promedio se dedica a las actividades de transporte doméstico puede traducirse en horas de trabajo diario por mujer. Desarrollo comunitario El Banco Mundial brinda cada vez más respaldo a los enfoques que otorgan protagonismo a las comunidades locales en la tarea del desarrollo. A tal fin, está financiando proyectos de desarrollo impulsado por la comunidad (DIC) con los que se 3 trata de ayudar directamente a mujeres y hombres pobres a lograr una mayor autonomía desde el punto de vista económico y social. sociales nocivas, tales como el casamiento de niños, la violación y el abandono de hogar por parte de los hombres. Al potenciar a las comunidades locales, alentar la participación e inclusión en la toma de decisiones, y elaborar mecanismos de rendición de cuentas, los proyectos de DIC promueven el desarrollo de las comunidades que son más incluyentes y cohesivas, y exhiben un mayor grado de integración social, lo que les permite estar en mejores condiciones para garantizar que el desarrollo de la comunidad satisfaga las necesidades locales. Hasta fines de junio de 2006, la cartera de préstamos para DIC de la AIF correspondiente a actividades financiadas entre 2000 y 2006 ascendía a aproximadamente US$9.100 millones. El Banco Mundial también está apoyando varios proyectos que prevén la reserva de puestos de trabajo o cupos para asegurar la participación de la mujer. Por ejemplo, en Timor-Leste el Proyecto sobre participación comunitaria y gobierno local estableció cupos para la representación de las mujeres en las nuevas estructuras del gobierno local. En muchos proyectos de agua y saneamiento respaldados por el Banco, las mujeres han representado la mitad o más de los miembros del comité local de gestión de los recursos hídricos, lo que, según sugieren las investigaciones, aumenta la eficacia y la sostenibilidad de los proyectos. Muchos proyectos comunitarios respaldados por el Banco Mundial se centran específicamente en el emponderamiento de las mujeres pobres. Por ejemplo, con el Proyecto sobre iniciativas de lucha contra la pobreza a nivel de distrito en Andhra Pradesh se respaldan grupos de autoayuda de mujeres que recurren a la acción colectiva para generar mayores ingresos y reducir las realidades CONTRIBUCIÓN DE LA AIF La AIF está en condiciones de brindar apoyo estratégico para actividades destinadas a promover la igualdad de género, tarea compleja que comprende varios sectores y a menudo requiere un esfuerzo sostenido durante largos períodos de tiempo. El emponderamiento de la mujer en Indonesia En Indonesia, mediante el Proyecto de desarrollo de los subdistritos (kecamatan) respaldado por el Banco Mundial, los pobladores reciben donaciones para proyectos de infraestructura que han elegido tras haber evaluado las necesidades de la comunidad. En el marco del proyecto se establecieron varias normas y procesos para asegurar que, a la hora de seleccionar los proyectos locales, se tuviera en cuenta la opinión de las mujeres. El proyecto también ayudó a liberar a las mujeres de tareas que demandan mucho tiempo, como la recolección de agua. En una de las aldeas se construyó un camino de ripio entre el poblado y los arrozales de la comunidad; se creó así un acceso para los mototaxis que facilita el transporte de arroz y reduce el tiempo que tardaban las mujeres para ir y volver de las plantaciones. En una aldea cercana se construyó un acueducto de tres kilómetros a través de un denso bosque y por las escarpadas laderas de un volcán para proveer de agua directamente al poblado, con lo que se redujo el tiempo que las mujeres dedicaban a recolectar agua. En el curso de tres proyectos de desarrollo de subdistritos, la condición de la mujer ha mejorado progresivamente. En lugares donde el papel de la mujer se limitaba a las tareas domésticas, el proyecto ha promovido la participación de ésta en la toma de decisiones a nivel comunitario y como facilitadora en las reuniones de comité. Asimismo, se puso en marcha un régimen especial de planificación para los grupos de mujeres, un sistema de recompensas para aumentar la participación de ellas y un programa para ingenieras. De las 11.275 propuestas que recibieron financiamiento en 23 provincias, 6.170 (es decir, el 55%) fueron formuladas por mujeres. 4 En primer lugar, cambiar actitudes, tradiciones y comportamientos relacionados con la identidad de género lleva, indefectiblemente, mucho tiempo y requiere continuo apoyo y fortalecimiento de la capacidad. La AIF tiene la capacidad de sostener las actividades en el tiempo a través de sus instrumentos crediticios y sus servicios de análisis y asesoramiento, lo que puede ayudar a obtener resultados respecto de metas como la igualdad de género, esfera en la que puede llevar mucho tiempo modificar prácticas fuertemente arraigadas. En segundo lugar, dada su naturaleza, la incorporación de las cuestiones de género requiere asistencia organizada en muchos sectores. Los avances respecto de los indicadores clave relacionados con el género —tales como las tasas de matriculación de las niñas, la mortalidad materna, la participación en la fuerza de trabajo y la propiedad de bienes— también dependen de las inversiones en abastecimiento de agua, saneamiento, transporte y acceso a servicios financieros. Hasta el momento, una proporción relativamente pequeña del apoyo que la AIF destina a la igualdad de género proviene de instrumentos crediticios multisectoriales. Esto es lamentable, ya que la AIF probablemente se encuentre en una posición única para ayudar a planificar mejor las inversiones y las medidas normativas multisectoriales. Por último, la AIF respalda a los países más pobres donde las condiciones de vida de la mujer son las más desfavorables y donde, al mismo tiempo, su contribución reviste importancia fundamental para mejorar la situación de las familias y las comunidades. También son países donde más rápidamente pueden obtenerse resultados con las intervenciones, tanto en lo que se refiere a promover una mayor igualdad de género como a reducir los niveles de pobreza a nivel nacional. El nuevo Plan de acción sobre cuestiones de género El nuevo Plan de acción del Banco sobre cuestiones de género, Igualdad de género: una estrategia rentable, incorpora las enseñanzas extraídas a partir de la ejecución de su anterior estrategia relativa a la incorporación de las cuestiones de género, y se centra en establecer una sólida justificación empírica para las actividades orientadas a la igualdad de género. En ese marco, se asigna personal especializado en cuestiones de género a diferentes sectores y se fortalece la cuantificación del impacto de la asistencia del Banco desglosado por sexo. El plan está recibiendo financiamiento por valor de US$32,6 millones del Banco Mundial; los gobiernos de Alemania, Australia, Canadá, Dinamarca, España, Islandia, Noruega, el Reino Unido y Suecia, y la Fundación Nike. El plan Igualdad de género: una estrategia rentable tiene como objetivo incrementar la productividad y los ingresos de las mujeres productoras y mejorar su acceso a los servicios financieros formales. Brinda ayuda a las jóvenes durante la transición al empleo de calidad y aumenta el número de mujeres que constituyen agroempresas y participan en la agricultura de alto valor. Asimismo, promueve el acceso de la mujer a los servicios esenciales de infraestructura, en particular en las áreas de transporte, abastecimiento de agua y energía. A fin de abordar la desigualdad de oportunidades que afecta a las mujeres en los sectores productivos, sobre todo en los países de la AIF, mediante el mencionado plan se trata de promover la igualdad de género en cuatro áreas de mercado clave: tierras, trabajo, finanzas y también infraestructura, lo cual mejora el acceso de la mujer a otros mercados. Esta iniciativa incluye asistencia técnica y operativa, acciones 5 basadas en los resultados, investigaciones y estadísticas, y comunicaciones estratégicas. Recientemente se agregó la opción de recurrir a asociaciones público-privadas como parte de un nuevo enfoque para las actividades relacionadas con el género en la esfera del desarrollo. Entre los ejemplos de proyectos y asistencia técnica se incluyen los siguientes: Finanzas: En 2007, la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) estableció una línea de crédito de US$5 millones con Exim Bank en Tanzanía, en virtud de la cual se otorgaron US$4,9 millones en préstamos a 61 Pymes y US$1 millón a Sero Lease, una empresa de microarrendamiento —de propiedad de mujeres—, que cubre a 30.000 féminas de zonas rurales. Los fondos del Plan de acción sobre cuestiones de género complementan los servicios de asesoría prestados en el marco del Programa de la IFC sobre género, espíritu de empresa y mercados. Este conjunto de servicios incluye brindar capacitación al personal de bancos comerciales para atender mejor a las clientas y mejorar los conocimientos financieros y las aptitudes de gestión de las empresarias. Con el financiamiento del Plan de acción se respaldará una iniciativa similar en Senegal. Mercado laboral: En Dakar (Senegal), un análisis realizado por el Banco Mundial indicó que la fuerte presencia de la mujer en el sector informal —sobre todo en actividades que requieren poca concentración de capital y tienen baja productividad— estaba relacionada con la falta de acceso a la educación, un obstáculo formidable a la hora de obtener empleos mejor remunerados en el sector formal. Como resultado, se incorporaron recomendaciones de reformas normativas en el memorando económico sobre Senegal, que sirve de base para el diálogo sobre políticas a nivel nacional. 6 Tierras: El Banco está respaldando el Proyecto de ordenación sostenible de la tierra en Etiopía con US$30 millones. Este programa de alcance nacional para promover la ordenación sostenible de la tierra incluye iniciativas para ampliar el registro y la certificación de la tierra. El proyecto es el resultado de un estudio, financiado por el Plan de acción sobre cuestiones de género, de un programa nacional mediante el cual se otorgaron 20 millones de certificados de explotación de la tierra a unos 6 millones de hogares. A partir de dicho estudio se pudo comprobar que el otorgamiento de certificados de propiedad de la tierra tiene efectos positivos en las mujeres. La sola introducción de un espacio para las fotografías de ambos cónyuges en los certificados aumentó significativamente el registro de las mujeres interesadas en la propiedad de la tierra compartida con los hombres. Casi todas las mujeres encuestadas que tenían certificados conjuntos declararon que su situación económica y social había mejorado. Más del 80% de las encuestadas indicó que la certificación reducía los conflictos y les ofrecía un estímulo para plantar árboles y arrendar la tierra. Infraestructura y energía: En el marco de la iniciativa Electricidad para los pobres en la República Democrática Popular Lao se estableció el Fondo para la electrificación de hogares a fin de que los hogares más pobres, que, en medida desproporcionada, están a cargo de mujeres, puedan acceder a la electricidad en el contexto del Proyecto de electrificación rural. Los hogares deberán reembolsar los préstamos a través del proceso habitual de facturación mensual con los ahorros en combustibles tradicionales. Iniciativas basadas en los resultados El Banco Mundial también está colaborando con el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM, por sus siglas en inglés) y el Centro Internacional de Investigación sobre la Mujer (ICRW, por sus siglas en inglés) para poner en marcha nuevos tipos de proyectos piloto sobre igualdad de género y para identificar las medidas que reporten los mejores resultados; estas iniciativas basadas en los resultados tienen como objetivo promover la potenciación económica de la mujer. Dado su carácter experimental, son relativamente pequeñas, y en su diseño está prevista una proyección en mayor escala y su repetición en otros lugares en caso de éxito. Actualmente, se están planeando o ejecutando actividades en cuatro países de la AIF: Camboya, Kenya, Liberia y la República Democrática Popular Lao. Los proyectos incluyen trabajar con productoras de bambú para mejorar las cadenas de valor de las artesanías en Camboya y la República Democrática Popular Lao, y apoyar el establecimiento de una empresa de producción y procesamiento de mandioca en Liberia. básicos para la cuantificación de los resultados— en el plano nacional e internacional. Asociaciones público-privadas Las asociaciones público-privadas se están poniendo a prueba como parte de un nuevo enfoque para promover la igualdad de género. Por ejemplo, el Gobierno de Liberia, la Fundación Nike y el Plan de acción Igualdad de género: una estrategia rentable pusieron en marcha una asociación para formular un nuevo modelo de capacitación en Liberia que responda a las necesidades del mercado laboral a fin de aumentar los ingresos. Con el proyecto se respaldará a mujeres de entre 15 y 24 años que se encuentran en la etapa de transición entre los estudios y el mercado laboral. Se cuenta con los conocimientos técnicos del Banco Mundial en el marco del Plan de acción, combinados con una donación de US$3 millones de la Fundación Nike. Investigación y datos sobre políticas El plan Igualdad de género: una estrategia rentable respalda investigaciones para identificar las disfunciones del mercado y otros factores que obstaculizan la emponderamiento económico de la mujer, así como intervenciones que pueden ayudar a eliminar estas barreras. Una primera serie de investigaciones se centra en las relaciones macroeconómicas entre igualdad de género y crecimiento y en los fundamentos de dicho crecimiento desde la perspectiva microeconómica. Una segunda serie examinará el impacto de la reforma de las políticas en el bienestar de las mujeres y de los hombres, y se centrará en los mercados clave: tierras, trabajo, productos y finanzas. Este programa de investigación se llevará a cabo en asociación con institutos de investigación de países en desarrollo. El plan también mejora la disponibilidad de estadísticas desagregadas por sexo —elementos De cara al futuro, la ejecución del Plan de acción Igualdad de género: una estrategia rentable encontrará varios desafíos importantes. El liderazgo político de alto nivel, los conocimientos técnicos y los recursos financieros son elementos clave para asegurar que las políticas sobre género efectivamente se apliquen tanto en los organismos donantes como en los países receptores. En particular, es preciso contar con recursos financieros desde un principio a fin de aumentar la capacidad de los donantes y los organismos de ejecución para incorporar las cuestiones de género. Además de estos desafíos, la aplicación exitosa de las políticas sobre igualdad de género depende en gran medida del interés y la capacidad institucional de los países clientes, y requerirá atención y respaldo sostenidos. Julio de 2008 http://www.bancomundial.org/aif 7