Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 TEMA 26 EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO COMÚN. CONCEPTO, NATURALEZA Y CARACTERIZACIÓN. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO. SUS FASES. LOS PROCEDIMIENTOS ESPECIALES. NATURALEZA DE LOS PROCEDIMIENTOS EN MATERIA DE TRÁFICO Y SEGURIDAD VIAL 1. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO NATURALEZA Y CARACTERIZACIÓN. COMÚN. CONCEPTO, 1.1 Aproximación constitucional. 1.2 Concepto y Naturaleza. 2. CARACTERIZACIÓN DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO. 2.1 Características del procedimiento administrativo 2.2 Principios del procedimiento. a) b) c) d) El carácter contradictorio del procedimiento administrativo. El principio de economía procesal. El principio "in dubio pro actione". El principio de oficialidad. 3. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO. SUS FASES. 4. LOS PROCEDIMIENTOS ESPECIALES 5. NATURALEZA DE LOS PROCEDIMIENTOS EN MATERIA DE TRÁFICO Y SEGURIDAD VIAL. BIBLIOGRAFÍA Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 1 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 1. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO NATURALEZA Y CARACTERIZACIÓN. 1.1. COMÚN. CONCEPTO, Aproximación constitucional. La Constitución recoge en el Título IV los principios que inspiran la actuación administrativa del Gobierno y garantizan el sometimiento pleno de su actividad a la Ley y al Derecho. La regulación del régimen jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común constituye una pieza clave en las relaciones de la Administración con los ciudadanos y en la satisfacción de los intereses generales a los que la administración debe servir por mandato constitucional. El artículo 105 establece: " La ley regulará: ………. c) El procedimiento a través del cual deben producirse los actos administrativos, garantizando, cuando proceda, la audiencia del interesado." La Constitución, teniendo en cuenta la estructura del Estado español establecida en su Título VIII, garantiza en el artículo 149.1.18 un marco común para todas las Administraciones Públicas. Dicho marco común tiene como finalidad última asegurar la igualdad de trato de los ciudadanos por parte de todas ellas. Así, el apartado 18 del artículo 149.1 CE señala que el Estado tiene competencia exclusiva sobre "Las bases del régimen jurídico de las Administraciones públicas y del régimen estatutario de sus funcionarios que, en todo caso, garantizarán a los administrados un tratamiento común ante ellas; el procedimiento administrativo común, sin perjuicio de las especialidades derivadas de la organización propia de las Comunidades Autónomas; legislación sobre expropiación forzosa; legislación básica sobre contratos y concesiones administrativas y el sistema de responsabilidad de todas las Administraciones públicas". El artículo 149.1.18. de la Constitución distingue entre las bases del régimen jurídico de las Administraciones Públicas, que habrán de garantizar al administrado un tratamiento común ante ellas; el procedimiento administrativo común, sin perjuicio de las especialidades derivadas de la organización propia de las Comunidades Autónomas y el sistema de responsabilidad de todas las Administraciones Públicas. La delimitación del régimen jurídico de las Administraciones Públicas se engloba en el esquema «bases más desarrollo» que permite a las Comunidades Autónomas dictar sus propias normas siempre que se ajusten a las bases estatales. Sin embargo, respecto al procedimiento administrativo común y al sistema de responsabilidad de las Administraciones Públicas, aunque su formulación jurídica sea la manifestación expresa y la traducción práctica para los ciudadanos de la aplicación regular del propio régimen Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 2 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 jurídico, la Constitución las contempla como una competencia normativa plena y exclusiva del Estado. La Ley 30/1992 recoge esta concepción constitucional de distribución de competencias y regula el procedimiento administrativo común, de aplicación general a todas las Administraciones Públicas, que fija las garantías mínimas de los ciudadanos respecto de la actividad administrativa. Esta regulación no agota las competencias estatales o autonómicas de establecer procedimientos específicos “ratione materiae” que deberán respetar, en todo caso, estas garantías. La Constitución establece la competencia de las Comunidades Autónomas para establecer las especialidades derivadas de su organización propia pero además, como ha señalado la jurisprudencia constitucional, no se puede disociar la norma sustantiva de la norma de procedimiento, por lo que también ha de ser posible que las Comunidades Autónomas dicten las normas de procedimiento necesarias para la aplicación de su derecho sustantivo, pues lo reservado al Estado no es todo procedimiento sino sólo aquél que deba ser común y haya sido establecido como tal. La regulación de los procedimientos propios de las Comunidades Autónomas habrán de respetar siempre las reglas del procedimiento que, por ser competencia exclusiva del Estado, integra el concepto de Procedimiento Administrativo Común. 1.2. Concepto y Naturaleza. La primera regulación del régimen jurídico y del procedimiento administrativo de la Administración pública surge en nuestro ordenamiento con la Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado, de 26 de julio de 1957, y la Ley de Procedimiento administrativo de 17 de julio de 1958. El marco jurídico que diseñan estas normas tiene como objetivo principal la unificación de las normas existentes en la materia, para garantizar una actuación común en el funcionamiento interno de la Administración. Mas tarde, la consagración definitiva del sometimiento de la Administración a la Ley y al Derecho, establecido por la Constitución de 1978, intenta poner de relieve la necesidad de instrumentalizar la Administración al servicio de los intereses de los ciudadanos y la responsabilidad del Gobierno como entidad responsable de la misma. Así, el sistema normativo vigente en ese momento se encuentra con dos problemas esenciales: por un lado, la multiplicidad de Administraciones públicas, consecuencia de la creación de las Autonomías por la Constitución; y por otro, la necesidad de ampliar y reforzar las garantías de los ciudadanos, garantizando actuaciones transparentes y con una mayor calidad. En este contexto, es donde surge la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. El procedimiento administrativo es la primera de las garantías de los particulares, en tanto que es un requisito mínimo de la Administración la Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 3 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 actuación a través de unos cauces determinados para que su actividad pueda ser calificada de actividad legítima. La exigencia de la observancia procedimental es la garantía de que la actuación administrativa se produce con arreglo a criterios objetivos y a la legalidad, con respeto a los derechos de los ciudadanos y pleno sometimiento al ordenamiento jurídico, elementos todos ellos ineludibles del Estado de Derecho. El procedimiento administrativo vendría a ser el camino, el modo de producción de los actos administrativos. El procedimiento administrativo se ha definido (García de Enterría) como un complejo de actos del ciudadano y de la administración, todos ellos con sustantividad jurídica propia, sin perjuicio de su carácter instrumental respecto de la resolución final. Como es obvio, la finalidad del procedimiento no termina en garantizar los derechos de los ciudadanos sino en asegurar la pronta y eficaz satisfacción del interés general. Además, en las democracias occidentales, el procedimiento se presenta como un medio de democratización de los mecanismos de decisión administrativa, a través, por ejemplo, de la información pública, de la audiencia a los interesados, o de la terminación convencional. 2. CARACTERIZACIÓN DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO. 2.1. Características del procedimiento administrativo • Tiene carácter tuitivo a favor del interesado. • Es gratuíto, al tratarse de un servicio prestado por el Estado de forma gratuita. • Se trata de un instrumento específico al servicio de uno o varios fines: la calidad del acto administrativo, la objetividad, la protección del ciudadano ante el poder de la Administración, etc. El procedimiento es, o tiende a ser, una garantía del buen funcionamiento de la Administración pública. • El procedimiento administrativo prescribe también la forma en que debe actuar la administración y procuran que ésta no ejerza su poder, con las prerrogativas que le son inherentes, de forma arbitraria. • El procedimiento administrativo pone de manifiesto que este debe tender a determinar la verdad real que satisfaga el interés público que rige la gestión administrativa. • El procedimiento administrativo asegura la decisión administrativa justa, respetando los derechos de los individuos. • El procedimiento administrativo constituye el cauce formal de la función administrativa (en sentido material). Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 4 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 • El procedimiento administrativo constituye una serie de reglas de actuación, que determinan el acto o serie de operaciones y trámites que deben seguirse para obtener la defensa de un derecho o el cumplimiento de una obligación. Pero sin duda, la principal novedad que la Ley 30/1992 incorporó a la tradición jurídica administrativa fue una nueva caracterización del procedimiento basada en su concepción desde el prisma de los derechos de los ciudadanos. Así, su título IV, bajo el epígrafe «De la actividad de las Administraciones Públicas», contiene una trascendente formulación de los derechos de los ciudadanos en los procedimientos administrativos, además de los que les reconocen la Constitución y las Leyes. De esta enunciación cabe destacar como innovaciones significativas: La posibilidad de identificar a las autoridades y funcionarios bajo cuya responsabilidad se tramiten los procedimientos rompiendo la tradicional opacidad de la Administración-, el derecho de formular alegaciones y de aportar documentos en cualquier fase del procedimiento anterior al trámite de audiencia, el de no presentar los ya aportados a la Administración actuante, y el de obtener información y orientación sobre los condicionamientos jurídicos o técnicos que las disposiciones vigentes impongan a los proyectos que se propongan abordar. Incorpora, a continuación, las normas esenciales sobre el uso de las lenguas oficiales, regula el acceso a la información de los archivos y registros administrativos, conforme a lo establecido en el artículo 105, b), de la Constitución, y aborda de manera frontal y decidida -en contraposición a la timidez de las previsiones de la Ley de Procedimiento Administrativo de 1958la instalación en soporte informático de los registros generales, así como la integración informática de aquéllos con los restantes registros administrativos. En la materia de registros, cobran especial relevancia los principios de cooperación, coordinación y colaboración, posibilitando el que los ciudadanos puedan presentar las solicitudes, escritos y comunicaciones que dirijan a las Administraciones Públicas en los registros de cualquier órgano administrativo que pertenezca a la Administración General del Estado o a la de cualquier Administración de las Comunidades Autónomas, al margen de las restantes posibilidades ya establecidas o que se establezcan. A tal efecto se prevé que, mediante convenio de colaboración entre las Administraciones Públicas, se implanten sistemas de intercomunicación y coordinación de registros que garanticen la compatibilidad informática y la transmisión telemática de los asientos. El derecho a la identificación de las autoridades y funcionarios bajo cuya responsabilidad se tramiten los procedimientos, a que antes se hizo referencia, se complementa ahora con la posibilidad de solicitar la exigencia de responsabilidad por las anomalías en la tramitación. La Ley introduce un nuevo concepto sobre la relación de la Administración con el ciudadano, superando la doctrina del llamado silencio administrativo. Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 5 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 El objetivo de la Ley no es dar carácter positivo a la inactividad de la Administración cuando los particulares se dirijan a ella. El carácter positivo de la inactividad de la Administración es la garantía que se establece cuando no se cumple el verdadero objetivo de la Ley, que es que los ciudadanos obtengan respuesta expresa de la Administración y, sobre todo, que la obtengan en el plazo establecido. El silencio administrativo, positivo o negativo, no debe ser un instituto jurídico normal, sino la garantía que impida que los derechos de los particulares se vacíen de contenido cuando su Administración no atiende eficazmente y con la celeridad debida las funciones para las que se ha organizado. Esta garantía, exponente de una Administración en la que debe primar la eficacia sobre el formalismo, sólo cederá cuando exista un interés general prevalente o, cuando realmente, el derecho cuyo reconocimiento se postula no exista. Lógicamente, la citada regulación se complementa con la inclusión posterior, como supuesto de nulidad de pleno derecho, de los actos presuntos o expresos contrarios al ordenamiento jurídico por los que se adquieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales para su adquisición. 2.2. Principios del procedimiento. Respecto a los principios de la actuación administrativa, el artículo 3.1 de la Ley 30/1992 reproduce el contenido del artículo 103.1 de la Constitución, señalando: - el deber de objetividad, - el principio de eficacia, - el principio de jerarquía, - el principio de descentralización, - el principio de desconcentración, - el principio de coordinación - y el principio de sometimiento pleno de la Administración a la Ley y al Derecho. Además de estos principios constitucionales podemos señalar ciertos principios específicos del procedimiento administrativo. a) El carácter contradictorio del procedimiento administrativo. El procedimiento administrativo puede iniciarse de oficio o a solicitud de persona interesada (art 68 Ley 30/1992). En todo caso, una característica esencial del procedimiento es su carácter contradictorio, es decir la posibilidad de que toda persona interesada pueda defender sus intereses, aportando las pruebas que estime pertinentes y alegando lo que crea conveniente. b) El principio de economía procesal. Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 6 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 El principio de eficacia, que la Constitución consagra en su artículo 103, y la Ley 30/1992 reproduce en su artículo 3.1 "las Administraciones Públicas sirven con objetividad los intereses generales y actúan de acuerdo con los principios de eficacia, jerarquía, descentralización, desconcentración y coordinación.." Se refleja además, en: - el artículo 73 que admite la acumulación de expedientes que guarden identidad sustancial o íntima conexión; - el art. 75 que obliga a acordar en un solo acto todos los trámites que por su naturaleza admitan una impulsión simultanea; - los artículos 63, 64, 65, 66 y 67 limitan la invalidación de los defectos de forma y aseguran la conservación de actos y trámites, así como la conversión y convalidación de los mismos, que contengan elementos de otros, o cuyo contenido se hubiera mantenido igual de no haberse cometido la infracción, en aras de la eficacia. c) El principio "in dubio pro actione". Este principio postula en favor de la mayor garantía y de la interpretación más favorable al ejercicio del derecho de acción, es decir en el sentido de asegurar, más allá de las dificultades de índole formal, una decisión sobre el fondo de la cuestión objeto del procedimiento. Ello supone que el procedimiento, en tanto que cauce ordenado capaz de garantizar la legalidad y acierto de la decisión administrativa, dentro del respeto a los derechos de los ciudadanos, debe tender a llegar a la decisión final que constituye el objetivo, la consecución de la decisión final justa. Por ello, en caso de duda ésta debe resolverse en el sentido más favorable a la continuación del procedimiento hasta su total conclusión. d) El principio de oficialidad. La Ley 30/1992establece en su artículo 74.1 que el procedimiento se impulsará de oficio en todos sus trámites. La Administración está pues obligada a desarrollar la actividad necesaria para llegar a la decisión final sin necesidad de que los particulares lo tengan que solicitar en cada fase. En este sentido, el artículo 41 de la LRJ-PAC establece la responsabilidad directa de los titulares de las unidades administrativas y del personal al servicio de las Administraciones Públicas que tengan a su cargo la resolución de asuntos, o la tramitación de los mismos, y señala la obligación de dicho personal de adoptar las medidas oportunas para remover los obstáculos que impidan dificultan o retrasen el pleno ejercicio de los derechos de los interesados o el respeto a sus intereses legítimos, disponiendo lo necesario para evitar y eliminar toda anormalidad en la tramitación de procedimientos. Además faculta a los interesados para solicitar la exigencia de esa responsabilidad. En el mismo sentido, el artículo 42 impone a la Administración la obligación de resolver expresamente en el plazo máximo señalado en la norma y en su defecto en el de tres meses. Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 7 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 3. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO. SUS FASES. Las fases del procedimiento administrativo son: iniciación, ordenación, instrucción y terminación. INICIACIÓN. La iniciación del procedimiento se puede realizar de dos maneras: de oficio, es decir, por la propia Administración, o a instancia de un particular o persona interesada. La iniciación de oficio es la que realiza la propia Administración por acuerdo de un órgano competente, partiendo la iniciativa del propio órgano, de una orden superior, de una petición razonada de otros órganos, o por denuncia. En este sentido es importante resaltar que el procedimiento no se inicia por el mero hecho de una denuncia, sino que el propio órgano competente ha de valorar la conveniencia o no de llevarlo a cabo, por lo que en ningún caso se inicia el procedimiento hasta que lo decide el órgano. La iniciación a instancia de particular normalmente se ejercita por medio de una solicitud, que es un documento mediante el cual los ciudadanos se dirigen a la Administración para realizar una o varias peticiones. Tanto la solicitud como cualquier otro documento que los ciudadanos presenten ante la Administración deberán contener la siguiente información: a) ) Identificación. Se deberá indicar nombre, apellidos y DNI del interesado o, en su caso, de la persona que lo represente. b) Hechos, razones y petición en que se concrete, con toda claridad, la solicitud. c) Lugar y fecha en que se presenta la solicitud. d) Firma del solicitante o acreditación de la autenticidad de su voluntad expresada por cualquier medio. e) Órgano, centro o unidad administrativa a la que se dirige. f) Soporte documental. Los documentos escritos no son el único medio posible para comunicarse con la Administración; los ciudadanos pueden utilizar cualquier medio (cfr- Ley 11/2007), siempre que sean compatibles con los medios técnicos de que disponga la Administración. Estos documentos han de ser admitidos en los registros ante los que el ciudadano los presente, independientemente de cuál sea su formato. g) Medios y lugar de notificación. El interesado deberá indicar en el documento que presente el medio por el que prefiera recibir la notificación, siempre que el medio elegido permita tener constancia de la recepción por parte del interesado o su representante, así como de la fecha, identidad y contenido del acto notificado. También se ha de indicar el lugar donde se desea recibir la notificación. Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 8 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 Al presentar el interesado la solicitud, éste puede exigir un recibo que acredita la fecha de presentación, admitiéndose como tal una copia de la misma en la que figure la fecha de presentación anotada por la oficina. Los ciudadanos tienen derecho a la devolución de los originales, salvo cuando éstos deban constar en el expediente. Cuando el procedimiento sea iniciado por un grupo de interesados que pretendan resolver un asunto idéntico, en su fundamento y contenido, se podrá hacer en una única solicitud en la que se identifique a todos ellos y al representante, si así se decide, con el que la Administración realizará las actuaciones. En caso de no figurar representante se entenderá por tal el primer interesado que se mencione en la solicitud. Las Administraciones Públicas deberán establecer modelos y sistemas normalizados de solicitudes, cuando se trate de procedimientos que impliquen la resolución numerosa de una serie de procedimientos. Los modelos mencionados estarán a disposición de los ciudadanos en las dependencias administrativas. Por ejemplo: para oposiciones, matrículas en centros escolares, becas, etc. Los solicitantes podrán acompañar los elementos que estimen convenientes para precisar o completar los datos del modelo, los cuales deberán ser admitidos y tenidos en cuenta por el órgano al que se dirijan. Las solicitudes se pueden presentar en los registros de cualquier órgano administrativo, sea de la Administración General del Estado o de las Comunidades Autónomas, así como en los registros de la Administración local siempre que exista el oportuno convenio de colaboración. También es posible hacerlo en las oficinas de Correos y en las de las representaciones diplomáticas de España en el extranjero. La presentación de la solicitud inicia el cómputo de tiempo, de extraordinaria importancia dadas las consecuencias que puede tener. En caso de que la solicitud no se haya presentado en el propio órgano competente, la fecha indicada será la de ingreso en dicho órgano a efectos de posterior reclamación. La fecha de entrega en el registro u oficina que no sea del órgano competente, se considera como válida para el interesado, es decir, la solicitud se entrega dentro del plazo. Cuando una solicitud no esté debidamente cumplimentada, o tenga errores o carencias de algún tipo, se requerirá al interesado para que en un plazo de 10 días subsane o acompañe los documentos preceptivos, con indicación de que si así no lo hiciera, se tendrá por desestimada su petición, archivándose sin más trámite. Siempre que no se trate de procedimientos selectivos o de concurrencia competitiva, este plazo podrá se ampliado prudencialmente, hasta cinco días, a petición del interesado o iniciativa del órgano, cuando la aportación de los documentos requeridos presente dificultades especiales. El órgano administrativo que inicie o tramite un procedimiento, cualquiera que haya sido la forma de su iniciación, podrá disponer su acumulación a otros con los que guarde identidad sustancial o íntima conexión. Contra el acuerdo de acumulación no procederá recurso alguno. Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 9 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 INSTRUCCIÓN. Los actos de instrucción propios de esta fase son los necesarios para la determinación, conocimiento y comprobación de los datos en virtud de los cuales deba pronunciarse la resolución; estos actos son: las alegaciones, las pruebas, los informes y la audiencia. a) Alegaciones. Los interesados podrán, en cualquier momento del procedimiento anterior al trámite de audiencia, formular alegaciones y aportar documentos u otros elementos de juicio. Unos y otros serán tenidos en cuenta por el órgano competente al redactar la correspondiente propuesta de resolución. En todo momento podrán los interesados alegar los defectos de tramitación y, en especial, los que supongan paralización, infracción de los plazos preceptivamente señalados o la omisión de trámites que pueden ser subsanados antes de la resolución definitiva del asunto. Dichas alegaciones podrán dar lugar, si hubiere razones para ello, a la exigencia de la correspondiente responsabilidad disciplinaria. b) Las pruebas. Los hechos relevantes para la decisión de un procedimiento podrán acreditarse por cualquier medio de prueba admisible en Derecho. Cuando la Administración no tenga por ciertos los hechos alegados por los interesados o la naturaleza del procedimiento lo exija, el instructor del mismo acordará la apertura de un período de prueba por un plazo no superior a 30 días ni inferior a 10 días, a fin de que puedan practicarse cuantas juzgue pertinentes. El instructor del procedimiento sólo podrá rechazar las pruebas propuestas por los interesados cuando sean manifiestamente improcedentes o innecesarias, mediante resolución motivada. La Administración comunicará a los interesados, con antelación suficiente, el inicio de las actuaciones necesarias para la realización de las pruebas que hayan sido admitidas. En la notificación se consignará el lugar, fecha y hora en que se practicará la prueba, con la advertencia, en su caso, de que el interesado puede nombrar técnicos para que le asistan. En los casos en que, a petición del interesado, deban efectuarse pruebas cuya realización implique gastos que no deba soportar la Administración, ésta podrá exigir el anticipo de los mismos, a reserva de la liquidación definitiva, una vez practicada la prueba. La liquidación de los gastos se practicará uniendo los comprobantes que acrediten la realidad y cuantía de los mismos. c) Los informes. En determinadas circunstancias es preceptiva la solicitud de informes a especialistas o a otros órganos de la Administración, bien por su propio carácter consultivo o por las cualidades técnicas que posee. En este caso es importante dilucidar si el informe es vinculante o no. Si es vinculante, el órgano que ha de resolver debe atenerse al sentido del informe; en caso contrario no, pero siempre se habrá de razonar ese sentido Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 10 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 contrario de la resolución. Los informes que se emitan fuera de plazo podrán no ser tenidos en cuenta. Los informes han de emitirse en un plazo de 10 días, pasados los cuales, si no se han emitido, se proseguirán las actuaciones. En caso de ser preceptivo se puede llegar a interrumpir los plazos de los trámites sucesivos. d) Trámite de audiencia. Instruidos los procedimientos e inmediatamente antes de redactar la propuesta de resolución, se pondrán de manifiesto a los interesados o, en su caso, a sus representantes, salvo lo que afecte a las informaciones y datos de expedientes sobre los que no se puede ejercer el derecho de los ciudadanos a los archivos y registros. Los interesados, en un plazo no inferior a 10 días ni superior a 15, podrán alegar y presentar los documentos y justificaciones que estimen pertinentes. Si antes del vencimiento del plazo los interesados manifiestan su decisión de no efectuar alegaciones ni aportar nuevos documentos o justificaciones, se tendrá por realizado el trámite. Las nuevas aportaciones o alegaciones que haga el interesado no suponen sino la última oportunidad que tiene de influir en el resultado final del acto teniendo en cuenta toda la información antes de la resolución. Se podrá prescindir del trámite de audiencia cuando no figuren en el procedimiento ni sean tenidos en cuenta en la resolución otros hechos ni otras alegaciones y pruebas que las aducidas por el interesado. Los actos de instrucción en que hayan de intervenir los interesados se practicarán de forma que, en la medida de lo posible, se acomoden a sus necesidades. Además, podrán asistir acompañados de asesores. El órgano al que corresponda la resolución del procedimiento, cuando la naturaleza de éste lo requiera, podrá acordar un período de información pública. A tal efecto, se anunciará en el Boletín Oficial del Estado, de la Comunidad Autónoma, o en el de la Provincia respectiva, a fin de que cualquier persona física o jurídica pueda examinar el procedimiento, o la parte del mismo que se acuerde. El anuncio señalará el lugar de exhibición y determinará el plazo para formular alegaciones, que en ningún caso podrá ser inferior a 20 días. La incomparecencia en este trámite no impedirá a los interesados interponer los recursos procedentes contra la resolución definitiva del procedimiento. La comparecencia en el trámite de información pública no otorga, por sí misma, la condición de interesado. No obstante, quienes presenten alegaciones u observaciones en este trámite tienen derecho a obtener de la Administración una respuesta razonada, que podrá ser común para todas aquellas alegaciones que planteen cuestiones sustancialmente iguales. TERMINACIÓN Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 11 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 La Administración está obligada a dictar resolución expresa en '''todos los procedimientos''' y a ''notificarla'' cualquiera que sea la forma de iniciación. Hay supuestos en los que la resolución consiste en la declaración de las circunstancias que concurran en cada caso, con indicación de los hechos producidos y las normas aplicables. Esto se produce en los casos de prescripción, renuncia del derecho, caducidad del procedimiento o desistimiento de la solicitud, así como desaparición sobrevenida del objeto del procedimiento. Se exceptúan de la obligación de resolver, los supuestos de terminación del procedimiento por '''pacto o convenio''', así como los procedimientos relativos al ejercicio de derechos sometidos únicamente al '''deber de comunicación''' previa a la Administración. A) Forma Normal de terminación. La forma normal de terminación del procedimiento es mediante una resolución que decidirá sobre todas las cuestiones planteadas por el interesado y otras derivadas del propio expediente. La decisión será motivada en los casos en que proceda. B) Formas Anormales de terminación. El desistimiento, la renuncia y la caducidad o abandono son formas de finalización anormales que solo se pueden producir en los procedimientos incoados a instancia de los particulares. a) Desistimiento. El interesado puede desistir de su solicitud siempre y cuando no esté prohibido por el ordenamiento jurídico. No obstante la Administración puede limitar el desistimiento si la cuestión suscitada en el procedimiento fuera de interés general o conveniente sustanciarla. El desistimiento no impide al interesado seguir conservando los derechos que le amparan que podrá hacer valer, si lo desea, en otro procedimiento. b) Renuncia. El interesado renuncia a los posibles derechos que fundamentan la solicitud que formuló. c) Caducidad. Consiste en la paralización del procedimiento por causa imputable al interesado una vez que la Administración le ha advertido de la misma si no realiza actuaciones sustanciales y necesarias y han trascurrido tres meses desde la comunicación. d) Silencio administrativo. Se produce en aquellas situaciones en las que la Administración no ha resuelto expresamente y la Ley impone la presunción de que si lo ha hecho. Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 12 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 c) Terminación convencional. Las Administraciones Públicas podrán celebrar acuerdos con personas de derecho público o privado siempre que no sean contrarios al Ordenamiento jurídico ni versen sobre materias donde no es posible la transacción. ORDENACIÓN La ordenación no alude a una fase del procedimiento, que siga en el tiempo a la iniciación y preceda a la instrucción, sino a unos criterios de tramitación e impulso aplicables al procedimiento en su conjunto, tendentes a lograr el buen fin del mismo. El artículo 74 de la Ley 30/1992 dispone que el procedimiento, sometido al criterio de celeridad, se impulsará de oficio en todos sus trámites. Impulsar el procedimiento no es más que la acción dirigida a que éste avance hasta su conclusión. “A los interesados que no cumplan lo dispuesto en los apartados anteriores, se les podrá declarar decaídos en su derecho al trámite correspondiente; sin embargo, se admitirá la actuación del interesado y producirá sus efectos legales, si se produjera antes o dentro del día que se notifique la resolución en la que se tenga por transcurrido el plazo”. “Las cuestiones incidentales que se susciten en el procedimiento, incluso las que se refieran a la nulidad de actuaciones, no suspenderán la tramitación del mismo, salvo la recusación”(artículo 77 Ley 30/1992). Deben tenerse en cuenta las normas sobre plazos y su cómputo, esenciales en el procedimiento, que se contienen en el artículo 48 de la Ley 30/1992. La ordenación del procedimiento comprende el conjunto de actuaciones que tienden a procurar su desarrollo hasta llegar a la resolución final. Bajo esta denominación se incluyen diversos aspectos que no se desarrollan en un momento determinado del procedimiento, sino que se producen a lo largo del mismo. Principios que rigen la tramitación. En orden a la tramitación, podemos señalar los siguientes principios recogidos en los artículos 74 y 75: Principio de oficialidad, ya que el procedimiento se impulsará de oficio en todos sus trámites. Principio de igualdad, pues el orden de tramitación de los expedientes vendrá determinado por la antigüedad de su inicio, siempre que se trate de asuntos de naturaleza homogénea. Principio de celeridad, debiendo acordarse en un solo acto todos los trámites que, por su naturaleza, admitan una impulsión simultánea y no sea obligado su cumplimiento sucesivo. Artículo 76, cumplimiento de trámites. Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 13 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 Los trámites que deban ser cumplimentado por los interesados deben realizarse en el plazo de 10 días a partir de la notificación, salvo indicación en contra. Cuando en un acto se considere que no reúne los requisitos necesarios, el interesado dispondrá de 10 días para cumplimentarlo, decayendo en su derecho si no lo hace. Artículo 77, cuestiones incidentales. Las cuestiones incidentales que se susciten en el procedimiento, incluso las que se refieran a la nulidad de actuaciones, no suspenderán la tramitación del mismo, salvo la recusación. 4. LOS PROCEDIMIENTOS ESPECIALES La Ley de Procedimiento regula un procedimiento ordinario básico en su TÍTULO VI “De las Disposiciones Generales sobre Procedimientos Administración”, que es el que se ha analizado específicamente en el capítulo anterior. Junto a ésta, contempla unos procedimientos especiales, dando un régimen jurídico distinto, pues unos la regulan específicamente y otros simplemente determinan el carácter supletorio de la Ley. - Procedimientos especiales no regulados en la Ley. A esta determina el carácter subsidiario de sus preceptos respecto de las normas específicas reguladoras de los procedimientos, así en materia tributaria (Disposición Adicional 5ª), sancionadora por infracciones de Orden Social (Disposición Adicional 7ª), sancionadora en materia de tráfico y seguridad vial, y Disciplinaria (Disposición Adicional 8ª). Estos procedimientos especiales tienen necesariamente que estar establecidos en una norma con rango de Ley. Por vía reglamentaria solamente se pueden establecer especialidades procedimentales dictadas en desarrollo o complemento de la Ley 30/1992. - Procedimientos especiales regulados en la Ley. La Ley 30/92, regula auténticos procedimientos especiales, aun sin darle esta denominación específica, uniendo en mayor o menor medida del procedimiento común o general. Estos son los siguientes: 1 – Procedimiento para la elaboración de disposiciones de carácter general. 2 – Procedimiento para las reclamaciones previas al ejercicio de la acción civil o laboral. (Título VIII) 3 – Procedimiento sancionador (Título IX) Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 14 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 4 – Procedimiento de responsabilidad patrimonial de las Administraciones Públicas (Título X). Elaboración de disposiciones de carácter general. La Ley 30/92, dejaba vigente los artículos 129 a 132 de la antigua Ley de Procedimiento Administrativo, que regulaba el procedimiento para la elaboración de las disposiciones reglamentarias de carácter general, es decir el cauce a través del cual se ejercitaba la potestad reglamentaria del Gobierno y Administración. Hoy, esta regulación ha quedado derogada por la publicación de la Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno, que en su Título V (“De la Iniciativa Legislativa, de la potestad Reglamentaria y del control de los actos del Gobierno”) establece el procedimiento para la elaboración de dichas disposiciones generales. Reclamaciones previas acciones civiles o laborales. La reclamación en vía administrativa se regula en el Titulo VIIIº de la Ley, estableciéndose una tramitación distinta según se trate de reclamaciones previas a un procedimiento judicial en el orden jurisdiccional civil o en el laboral. Con carácter general determina el articulo 120 su obligatoriedad, ya que es requisito necesario la reclamación previa ante el órgano administrativo competente, para poder ejercitar de acciones fundadas en derecho privado o laboral contra cualquier Administración Pública (salvo los supuestos en que dicho requisito esté exceptuado por una disposición con rango de Ley). Dicha reclamación se tramitará y resolverá por las normas contenidas en este Título VIIIº y, por aquellas que, en cada caso, sean de aplicación, y en su defecto, por las generales de la Ley. Los efectos de la interposición de la reclamación previa los regula el artículo 121. Éstos son los siguientes:. 1. Si planteada una reclamación ante las Administraciones Públicas, ésta no ha sido resuelta y no ha transcurrido el plazo en que deba entenderse desestimada, no podrá deducirse la misma pretensión ante la jurisdicción correspondiente. 2. Planteada la reclamación previa se interrumpirán los plazos para el ejercicio de las acciones judiciales, que volverán a contarse a partir de la fecha en que se haya practicado la notificación expresa de la resolución o, en su caso, desde que se entienda desestimada por el transcurso del plazo. Procedimiento sancionador. La formulación de los principios que rigen la potestad sancionadora y su diferenciación del procedimiento es una novedad de la Ley 30/92 respecto de la Ley del 58, habiéndose modificado en escasa medida con la nueva ley, que da una nueva redacción al artículo 127 “principio de legalidad”, suprimiendo la prohibición de la delegación de la potestad sancionadora. En relación al procedimiento sancionador, la Ley 30/92, determina una serie de principios tanto de la potestad sancionadora como del propio procedimiento, Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 15 de 16 Temario General de la ESTT - OEP 2011 Grupo de Materias Generales Elaborado en 2011 pero no establece uno específico y concreto para el ejercicio de la misma. El cauce procedimental lo establece el Real Decreto 1398/93, de 4 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento del procedimiento para el ejercicio de la potestad sancionadora. 5. NATURALEZA DE LOS PROCEDIMIENTOS EN MATERIA DE TRÁFICO Y SEGURIDAD VIAL. Los procedimientos en materia de tráfico y seguridad vial son, con carácter general, meros procedimientos administrativos sujetos a los principios del procedimiento administrativo común establecidos en la Ley 30/1992 y en la Ley 4/2007. No obstante, la modificación sufrida por el Texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial ha configurado el procedimiento sancionador en materia de tráfico y seguridad vial como un nuevo procedimiento especial. Es decir, como un procedimiento regulado por una norma con rango de Ley al que las prescripciones de la Ley 30/1992 les son de aplicación sólo con carácter supletorio (en ausencia de regulación específica en el Texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial). Así se recoge en la Disposición adicional octava bis de la propia Ley 30/1992, añadida por Ley 18/2009, de 23 de noviembre, por la que se modifica el texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, al establecer que “Los procedimientos administrativos para la imposición de sanciones por infracciones en materia de tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial, se regirán por lo dispuesto en su legislación específica y, supletoriamente, por lo dispuesto en esta Ley”. El procedimiento sancionador y la sanción propiamente dicha es el elemento con que cuenta la administración para obtener unas determinadas conductas y en el caso concreto de la seguridad vial para evitar conductas que puedan poner en peligro la circulación. La necesidad de establecer un procedimiento en la actuación obedece, entre otros motivos, a respetar unas garantías para los administrados esenciales en todo Estado de Derecho. Por ello, tales normas procedimentales son de orden público, lo que supone que deben ser aplicadas de oficio, es decir, sin necesidad de que sea alegada por una de las partes, declarando la nulidad o la anulabilidad cuando se infrinjan los trámites esenciales del procedimiento administrativo. BIBLIOGRAFÍA GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo. Curso de derecho Administrativo. Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. Autor: Ernesto Abati García-Manso Tema 1. Página 16 de 16