ALFONSO XIII (1902-31) En 1902, al cumplir los 16 años, fue declarado mayor de edad y asumió sus funciones como rey de España. En 1906 se casó con la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg (tras la ceremonia sufrió un atentado anarquista del que salió ileso). En 1906 se celebró la “Conferencia de Algeciras”, en la que Francia y España acordaron repartirse todo el norte de África en diferentes zonas de influencia. GOBIERNO DE ANTONIO MAURA (1907-09) Antonio Maura, líder del Partido Conservador, fue consciente que debía atraer a favor del sistema de la restauración a sectores con aspiraciones regionalistas. Para ello trató, sin éxito, de aprobar en el Parlamento la Ley de Administración Local A la oposición cada vez más feroz de liberales y republicanos se unió el malestar de las clases obreras. En 1909 comenzó la guerra de Marruecos (conforme al plan elaborado por España y Francia tres años antes). Tras una sangrienta derrota cerca de Melilla, el gobierno decide la movilización de reservistas catalanes. Las organizaciones obreras, fundamentalmente anarquistas, se opusieron a la movilización generalizada de campesinos y obreros desde el puerto de Barcelona. “Semana Trágica”, del 26 al 31 de julio de 1909: bajo la consigna de huelga general, una ola de violencia se desató en Barcelona y otras ciudades industriales de Cataluña; tras varios días de autentico caos, durante los cuales hubo ataques anticlericales como la quema de iglesias y conventos, el gobierno de Maura decidió iniciar una brutal represión, ejecutando a 17 anarquistas, entre ellos Francisco Ferrer Guardia. El rey, ante las protestas internacionales y del partido liberal, decidió cesar a Maura. CRISIS DE 1917 Durante la I Guerra Mundial España permaneció neutral, hecho que le permitiría una etapa de expansión económica al convertirse en proveedora de productos industriales y agrícolas a todos los países en conflicto. Debido al incremento de la demanda exterior de todo tipo de productos, los productos de primera necesidad duplicaron sus precios en España. Fueron años muy buenos para los negocios y las empresas, pero años de empeoramiento del nivel de vida de la clase obrera y campesina. Coincidiendo con el éxito de la revolución rusa, en 1917 se producen tres intentos de terminar con el sistema de la restauración creado por Cánovas: Crisis militar, en junio de 1917: las “Juntas Militares de Defensa”, compuestas por oficiales de baja y media graduación, en un clima de plena ofensiva en Marruecos, exigen un aumento de sus salarios, que los ascensos se lleven a cabo por antigüedad y por méritos de guerra (no por enchufe, como era común hasta entonces), y que se cambie la táctica hasta entonces aplicada en Marruecos. Crisis política, en julio de 1917: en un momento en el que el Parlamento de España estaba cerrado, se celebra la reunión de una “Asamblea de Parlamentarios” (71 en total, de todos los partidos menos del conservador), exigiendo al rey la reapertura del Parlamento. Huelga General de agosto de 1917: la huelga, impulsada por UGT, CNT y el PSOE, pedía la celebración de elecciones para elegir unas Cortes constitucionales. El gobierno decreto el estado de excepción y ordenó al ejército reprimir duramente la huelga. EL PROBLEMA DE MARRUECOS Después de la pérdida de las últimas colonias en 1898, las actuaciones de España en el exterior se centraron en el norte de África. En ese momento las potencias imperialistas europeas (Francia, Gran Bretaña, Alemania…) estaban diseñando el reparto colonial del continente. A partir de 1906, España inicia su penetración en el norte de África. Se establece un protectorado hispano-francés en Marruecos, apoyado por Gran Bretaña, que quiere limitar la influencia de Francia en la zona. La presencia de España en la zona está motivada por intereses económicos y por el deseo de recuperar el prestigio del ejército. Algunos sectores quieren convertir a España de nuevo en una potencia colonial. La zona tenía poco valor económico y los empresarios que apoyaban la presencia española fueron perdiendo el interés. Las clases populares, de donde provenían los soldados que se enviaban a Marruecos, estaban en contra de una nueva guerra colonial. El ejército también estaba dividido, ya que el sistema de ascensos por méritos de guerra favorecía a los oficiales destinados en África. En Marruecos la población nativa se opuso a la presencia española. Durante la Primera Guerra Mundial, el protectorado estuvo en calma. Al acabar el conflicto se reanudó la intervención de Francia en la zona y las autoridades españolas decidieron asegurar el control del territorio. Así, en 1921 se inicia una operación militar para aumentar la zona controlada por el ejército español. La reacción local lleva a una batalla en la que vencen los marroquíes y mueren 12.000 españoles. Es lo que se conoce como el desastre de Annual. La prensa y los contrarios a la guerra culpan al gobierno y al ejército de la derrota. El gobierno dimite y se inicia una investigación sobre las responsabilidades políticas y militares. Se nombra una comisión que debe escribir un informe sobre esta cuestión. El ejército se opone a esta investigación, pues puede afectar a altos cargos e incluso al rey Alfonso XIII. Los socialistas y los republicanos piden medidas que afectan directamente al Rey. El informe sobre la investigación de las responsabilidades en el Desastre de Annual nunca llega a las Cortes, porque, antes, se produce el golpe de estado de Primo de Rivera (1923).