Reflexionando sobre procesos locales: actividades invisibles, ante el paradigma capitalista Un centro comercial muy variado en riqueza cultural es la feria Pinto ubicada en la cuidad de Temuco IX región de Chile. Muchas personas, en su mayoría pertenecientes a diferentes estratos, orígenes, y etnias, respondiendo a la vez a la pluridad que caracteriza nuestro entorno nacional, se concentran en este lugar para comercializar distintas especies que varían desde, actividades de recolección, extracción cultivo, hasta la venta de ovinos, porcinos entre otros. Un gran porcentaje de estos comerciantes corresponden a mujeres que a través del libro Culturas de mercados, rutinas de vida de Davinson y Ketterer logramos apreciar y revalidar la tarea que cumplen, relacionada al rol de proveedoras del hogar, en donde cada mañana deben salir a comercializar sus diversos productos, para la mantención del hogar familiar. En este sentido nuestra principal reflexión se enmarca dentro de una de las narraciones que nos expone el texto, la cual se denomina CILANTRO, PEREJIL Y ACELGAS, VERDURAS DE LA DIGNIDAD, la cual relata la historia de vida de una mujer llamada Lucia Lincopan,quien lleva más de 6 años trabajando en la feria en lo que ella autodenomina su local, que no es mas que un pequeño tramo de vía en las intercesiones de las calles Pinto y Balmaceda, donde se ubica diariamente para dar comienzo a la venta de sus productos los cuales cultiva en su casa, y que inspiran el encabezado de este relato: cilantro, perejil y acelga. Lucia habita al norponiente de la ciudad de Temuco, residiendo en una comunidad indígena, en donde ha debido luchar contra los grandes empresarios para mantener esta práctica ancestral que se esboza desde tiempos anteriores a toda civilización : la vida en comunidad. Lucia ha debido enfrentar muchas adversidades durante su vida pues fue abandonada por su marido, quien renuncio a colaborar con la crianza de sus dos hijos, Feli y Pancho. El primero de ellos no logro terminar enseñanza básica, su colegiatura alcanzo solo octavo básico, ya que se dedico a trabajar para la mantención de su hogar, mientras que Pancho cursa actualmente enseñanza básica. La valentía de Lucia no sólo se ha expresado en su lucha por vivir en su comunidad ancestral, si no cotidianamente, desde que se levanta, a eso de las seis de la mañana, para hacer los quehaceres del hogar. Rutinariamente debe trasladarse en el primer microbús llevando consigo los atados de cilantro, perejil y acelga que ella misma cultiva y que se constituyen en la principal mercadería que comercializará en supuesto. Pero la verdad es que elpuesto es un lugar de la calle Trabaja sola pues su marido la abandonó hace algunos años, situación que se hace más dura aún por cuanto debe verlo diariamente en la Feria: el hombre atiende un puesto cercano al suyo. Sin embargo, estas penurias no la amilanan y diariamente de lunes a sábado, transporta verduras en sacos paperos−poniéndolas a disposición de sus clientes cargándolos en una carretilla de mano, vehículo que caracteriza sus recorridos. (Davinson y Ketterer, 2006: 19). Dentro de este contexto, es posible generar variadas reflexiones y acotaciones, puesto que la vida de Lucia Lincopan la cual es expuesta en el libro ya mencionado, refleja la realidad que viven numerosas mujeres de nuestro país y del mundo, quienes deben asumir la jefatura de un hogar y todo lo que esta dimensión implica, la cual es una de las temáticas que plantea la narración, permitiéndonos a partir de esta, dimensionar y reflexionar en torno a la situación de vida de una persona en particular, adentrándonos en términos de conocer una de las tantas problemáticas sociales en las cuales nos enfrentamos en la cotidianidad, donde en reiteradas oportunidades sentimos que nos son ajenas, pero que sin duda conformamos parte de la red de relaciones sociales a las que nos exponemos al vivir en sociedad. Si bien la mayoría de estas problemáticas, son abordadas por numerosos cientistas sociales, los cuales proponen teorías que intentan explicar estas complejidades, tal difíciles de comprender, por alguien que no esta vinculado con el tema, el libro Culturas de Mercado y Rutinas de Vida vincula de de forma bastante comprensible y pedagógica , estos dos planos (teoría 1 y hechos de la vida), puesto que nos presenta diversas vivencias, que se desarrollan en el contexto local de la Feria Pinto de Temuco, relacionándolos con procesos socioeconómicos y culturales que se gestan en la vida de cada ser regional(lo cual refleja el panorama de gran parte de la población latinoamericana), por tanto nos da pie a una comprensión mas cercana de esta realidad, que se gesta en cada una de las diversas sociedades del globo. Conforme a esta descripción, reflexionaremos a partir de las vivencias de Lucia Lincopan, siguiendo la línea temática que presenta el texto, con el fin de aproximar al lector a una breve síntesis de los factores relacionales, que son posibles de evidenciar en esta narración. Acorde a esto como ya se menciono, Lucia es una mujer que ha realizado innumerables sacrificios por su familia, conformando en la actualidad una de las tantas féminas que se responsabilizan por asumir la jefatura del hogar. Lo cual según el Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), es fiel reflejo de la situación del país, puesto que de cada 3 hogares chilenos, uno es liderado por una jefatura femenina. En relación a lo anterior, numerosas teorías feministas e incluso temas de agenda pública del gobierno, reconocen que gran número de mujeres que se dedican al trabajo remunerado, están expuestas a una doble jornada laboral, la cual desencadena elevados niveles estrés producto de las largas y extenuantes jornadas de trabajo, tanto en el área laboral, como el trabajo del hogar, lo cual constituye un factor de riesgo en relación al aumento de enfermedades sicosomáticas, puesto que tal como lo manifiesta el sitio Web de mujeres hoy en la mayoría de las oportunidades al momento en que los miembros de una familia retornan al hogar después de sus labores, todos disminuyen su ritmo en cuanto a la actividad de trabajo, excepto las mujeres, que deben realizar una labor que se extiende al día y la noche, toda la semana sin descanso y que requiere realizar muchas tareas al mismo tiempo. Por lo mismo esta temática, en nuestro país ha tratado de reestructurarse, puesto que en el año 2001, como según lo plantea las publicaciones de la página Web perteneciente a chile 21, como parte del debate suscitado en torno de las reformas laborales, se abrió una discusión sobre las posibilidades de reducir las jornadas de trabajo, específicamente el número de horas. Si bien esto surtió efecto, ya que se disminuyo la carga horaria de 48 hrs. semanales a 45 hrs, se produce una gran dicotomía, puesto que la reducción horaria genera a la vez menos ingreso, realizándose horas extras para suplir este déficit que afecta la economía del hogar de quienes forman parte de la población contratada, pero ¿que pasa con las mujeres u hombres que desempeñan trabajos no considerados por la ley, o mejor conocidos como economías informales, que sin duda constituyen de igual manera un gran esfuerzo, y por ende también una doble jornada? ¿Quien regula en ese aspecto? Esta situación vinculada al factor económico de la realidad nacional, en relación a la actividad que desempeña Lucia, quien se mueve dentro de la economía informal, la cual esta expuesta a las constantes fluctuaciones del mercado, puesto que el ingreso que se genere estará determinado a partir de la oferta y a demanda del mercado macroeconómico, en el cual los precios varían como resultado de una proporción entre la disponibilidad de un producto a un precio dado (oferta) y las pretensiones de aquellos con poder adquisitivo en cada precio (demanda), por tanto vinculado además ha todo el proceso global que en la actualidad tranverzaliza de una u otra forma nuestras vidas, influyendo éste último en cuanto acrecienta este tipo de labores, desencadenando que la economía informal se vuelque en una estrategia de supervivencia, ante este paradigma neoliberal que subyace actualmente en el mundo. Una de las consecuencias negativas mas notables para quien se desempeña como comerciante ambulante (autodenominación que recibe la actividad informal en Chile), se relaciona según lo plantea la Organización Internacional de Empleadores, en la falta de protección social, seguridad, derechos laborales, se reproduce una competencia desleal con la economía formal, remuneraciones que en ocasiones no son suficientes para satisfacer las necesidades básicas de los miembros de una familia, malas condiciones laborales de salud, e inestabilidad de el empleo. Factores que influyen notablemente en la calidad de vida de quienes forman parte de la economía subterránea o de cultivo, como se le denomina. Más aun, tal situación no permite generar (en el caso de Lucia, como el de otros individuos), el ingreso suficiente para imponer cotizaciones, que permitan 2 adherirse a un sistema de pensión, que permita dejar de trabajar en el ámbito publico a la edad que se estipula en la ley. De esta forma en la mayoría de las familias que se desenvuelven en la economía informal, nunca dejaran de trabajar o si lo hacen, el oficio se traspasa a los hijos, por tanto se vuelve a reproducir el estilo de vida, contribuyendo a mantener el circulo de pobreza existente en la actualidad. En este sentido coincidimos en lo que plantea el texto de Davinson y Ketterer en cuanto a la ceguera cognitiva: proceso que se provoca cuando la mayoría de las lecturas sobre las realidades sociales, políticas, económicas, culturales y sus combinaciones, se realizan desde un sesgo oficial, utilizando marcos conceptuales que tienen como propósito la mantención del sistema cultural instalado bajo el capitalismo. (Davinson y Ketterer, 2006: 34). Por tanto todos estos hechos descritos, convergen directamente en las metas y autorrealización personal tanto para Lucia, como para sus hijos, lo cual se manifiesta claramente en el tema de la educación, puesto que el acceder a una formación digna en este país, requiere de un gran esfuerzo, por cuanto uno de sus aspectos refiere a una inversión en tal sentido, inversión que no es factible de realizar en todos los hogares del país, como se representa en la historia de Lucia. Por lo mismo no es posible acceder a la movilidad social que tanto promueve la educación, provocando el mantenimiento de los estándares de vida, que por razones que escapan de las manos de la población afectada, no es posible modificar. Mas aun, si esto se traduce en el deseo de gran parte de los padres que anhelan transmitir en sus hijos, en lo respectivo a la riqueza, relacionada ha asegurar una educación de calidad, riqueza que se relaciona con el saber usar el conocimiento, aplicando habilidades, competencias, destrezas, las cuales nos permiten adaptarnos a los cambios que nos confiere el diario vivir, siendo este uno de los mayores tesoros de nuestra existencia. De esta manera a partir de estos procesos sociales, económicos y culturales, que se gestan en nuestra sociedad, vamos construyendo nuestros estilos de vida, los cuales se adaptan al contexto social en el cual nos encontremos, y en este ámbito donde el texto Culturas de Mercado y Rutinas de Vida, nos da pie hacia la reflexión de aquella realidad, en la cual los testimonios de estas personas, nos nutren de historias de vida y esfuerzo. Es en este aspecto en donde esta narración nos introduce en las redes de relaciones que subyacen en la Feria Pinto de Temuco, tales como relaciones interpersonales de reciprocidad, mercantiles, religiosas, de genero, de amistad etc., permitiendo al lector sumergirse dentro de este contexto, comprendiendo y relacionando cada factor que se origina al interior de unos de los Centros Mercantiles más tradicionales de la IX Región de la Araucania. BIBLIOGRAFIA • Davinson, Guillermo y Lucy Ketterer (2006)Culturas de Mercado, rutinas de vida. Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera. • www.mujereshoy.com/secciones/349.shtm • www.es.wikipedia.org/wiki/Oferta_y_demanda Este ensayo fue desarrollado en el marco de la asignatura de Realidad Sociocultural Chilena y Latinoamericana, de la Carrera de Servicio Social de la Universidad de La Frontera, y los insumos son parte del análisis del libro, Culturas de Mercado, rutinas de vida de Guillermo Davinson y Lucy Ketterer, (2006) Temuco: Ediciones Universidad de La Frontera 3