DAVID RICARDO Economista inglés nació en Gatcomb park (Londres) en 1772 y murió en Gloucestershire en 1823. David Ricardo nació en el seno de una familia israelita de origen portugués, primeramente emigrada a Holanda y luego a Inglaterra. A los catorce años, se inició en los negocios de su padre, banquero en la City; a los veinte, se peleó con él como consecuencia de su conversión al protestantismo y se estableció por su cuenta como corredor de bolsa; a los veinticinco, poseyó ya una gran fortuna que le dejó, muy joven aún, tiempo libre para meditar sobre los problemas de su tiempo. En 1817, publicó Principios de economía política y del impuesto; el público acogió bien la obra. En 1819, Ricardo fue elegido miembro del parlamento; en él defendió la política de los ambientes industriales y reclamó, en especial, el libre comercio de cereales. La vida pública no le distrajo de sus trabajos especulativos y, en 1821, apareció la tercera edición de su libro, con adiciones a su texto primitivo teniendo en cuenta las observaciones que le hizo J.B. Say. Al año siguiente, publicó un nuevo trabajo., On Protection to Agrivulture y a continuación redacto su plan para el establecimiento de una banca nacional (Plan for a Natural Bank), su trabajo que se publicó después de la muerte de su autor. También son de él: The high Price of Bulion, a Proof of the Depreciation of Bank Notes y Essay on the Ingluence of a Low Price of Corn on the Profit o Stock. La obra de Ricardo fue elaborada, en parte, en función de los acontecimientos económicos de su época: fue el caso de sus comunicaciones, sus ensayos y su opúsculos. En contraste con esto, sus Principios demuestran una reflexión más abstracta: en ellos Ricardo se fijó en tendencias generales, en aquello que es permanente. La obra tuvo una gran resonancia inmediata. Su pensamiento dominó rápidamente la economía política inglesa y, a través de ésta, se extendió por todo el mundo. De aquí que se haya podido decir de Ricardo que ha sido el verdadero fundador de la política económica inglesa; ejerció influencia sobre Alfred Marshall e incluso −a sensu contrario− sobre J. M. Keyne. También influyó mucho en el obra de Marx. La obra de Ricardo suplantó a la de A. Smith, a la de J. B. Say y dejó a la sombra a la de sus adversarios, en particular a R. Malthus. Esto se debió a que Ricardo ofreció una elaboración muy coherente de las grandes teorías de la escuela clásica. Con él, la ciencia económica se separó de la sociología de grupos y se la reconoció como una ciencia de los mecanismos económicos y , sobre todo, de mecanismos de reparto. El aspecto humano de los problemas económicos, el hombre en cuanto agente económico, desaparece tras un juego mecánico de factores abstractos sin referencia alguna a consideraciones sociales. Las preocupaciones esenciales del autor se centraron en el reparto de la producción y en el desarrollo a largo plazo. Ricardo, impresionado por el aumento demográfico, pensó que en la marcha de las sociedades el número de obreros tiende a aumentar. Como el precio de los salarios depende del de los artículos de primera necesidad, a medida que aumenta la población tales artículos irán siempre creciendo, siendo necesario mas trabajo para producirlos [...]; los salarios en dinero descenderán pero no lo suficiente para permitir al obrero comprar tantas riquezas necesarias o útiles como podría hacerlo antes del encarecimiento de tales artículos[...]. Y, sin embargo, este aumento de los salarios disminuirá necesariamente los beneficios del manufacturero, que no podrá vender su mercancía más cara aunque los gastos de producción hayan aumentado. Las rentas se elevarán por la misma causa que el aumento de los salarios: la necesidad creciente de conseguir una mayor cantidad de subsistencias mediante la misma cantidad de trabajo. Pero la renta se elevará en valor monetario, en tanto que el salario bajará en valor real. La condición del obrero empeorará en general, mientras que la del propietario inmobiliario mejorará. 1 Los beneficios, bajo esta perspectiva, tiende a desaparecer naturalmente a plazo largo. Cuando los salarios en moneda hayan alcanzado cierto nivel ya no cabrá acumulación puesto que ninún capital podría dar beneficios [...]. Mucho antes de que esto ocurra la reducción de los beneficios habrá paralizado toda acumulación y la casi totalidad de los productos del país −una vez pagados los obreros− pertenecerá a los propietarios terratenientes y a los recaudadores de diezmos y otros impuestos. Así pues el futuro parece estar gobernado totalmente por una fatalidad por naturaleza pesimista. La suerte de los propietarios de bienes raíces irá mejorando siempre, a la inversa de lo que ocurrirá al resto de la sociead. Los artificios de la técnica, el perfeccionamiento de las máquinas que ayudan a la producción de objetos, así como las consecuencias de los descubrimientos agrónomos pueden frenar o detener el proceso provisionalmente. No es menos inevitable y todo esfuerzo para romper el juego fatal de estas diversas tendencias está condenado al fracaso, porque a los hombres les es imposible escapar a la ley natural de la población descubierta por Malthus. Esta fue la descripción que llevó a Caryle a tratar a la economía publica como ciencia lúgubre. Por otro lado la dinámica de largo período de Ricardo fue el arsenal del que se sirvió Marx para elaborar su tesis de autodestrucción del capitalismo, conductora al socialismo. El pesimismo de Ricardo, reforzando el de Malthus, fue la base de la reacción socialista contra un sistema presentado como engendrador de riqueza para unos y de pobreza para otros. 2