Retos de la sociedad actual para un cristiano joven La sociedad actual presenta algunos rasgos –similares en muchos casos a los del Imperio Romano- que suponen un reto para los cristianos actuales que deben seguir los pasos valientes, audaces y creativos de los primeros cristianos. Entre esos rasgos, yo destacaría los siguientes: Se observa un pesimismo generalizado, fruto de la falta de fe, que genera desconfianza y pesimismo en diversos ámbitos de la convivencia. Ante ese pesimismo, es necesario que los cristianos y los hombres y mujeres de buena voluntad fomenten una visión esperanzada, fruto de la confianza en la misericordia de un Dios Padre y consecuencia de la alegría que da el saberse hijo de Dios. Se ha difundido el nihilismo en la filosofía, el relativismo en la gnoseología y la moral, y el hedonismo, muchas veces cínico en la vida diaria, como recuerda Juan Pablo II en su Iglesia en Europa. Esto ha llevado a una antropología sin Dios y sin Cristo que ha afectado muy negativamente al sentido de la vida y del ser del hombre. Muchas legislaciones han perdido el sentido del hombre y de las relaciones humanas, porque las legislaciones han roto sus vínculos con la Ley divina y la ley natural. Las grandes certezas de la fe se han diluido en una religiosidad no comprometida y delicuescente. El relativismo ha hecho que muchos hombres y mujeres abdiquen en su búsqueda de la Verdad, cuando sólo la Verdad puede darles la verdadera libertad interior y exterior. Está muy presente el miedo a tener hijos, que se llegan a entender en ocasiones como una amenaza. Un hombre responsable debe aspirar a acoger el don de la vida, creando familias que asuman los riesgos y las alegrías de la paternidad generosa y responsable, abierta a los hijos. Se ha generalizado la confusión entre lo bueno y lo que me apetece. Urge devolver a la sociedad el sentido del Bien, de la Belleza y de la Verdad, por encima del instinto egoísta o del capricho pasajero. Se cae con frecuencia en una búsqueda del placer por el placer. Considero que es tarea de todos superar un horizonte vital hedonista, anclado en la satisfacción egoísta del momento presente, para alcanzar una vivencia existencial generosa, plena, abierta a los demás, que aspire a una existencia verdadera, asumiendo los sacrificios que comporte. Se observa una pérdida del sentido de la fidelidad matrimonial. Esa pérdida repercute en todo el tejido social, ya que la familia es la célula fundamental de la sociedad. Urge recuperar el sentido hondo del matrimonio, que el mensaje cristiano revela en toda su plenitud y belleza humana y espiritual. Se da también una pérdida del sentido de autoridad, que se confunde con el poder. Es el momento de superar la ideología de género, descubriendo el sentido profundo del sexo, y de las realidades “hombre” y “mujer”, según el plan de Dios. Ante la manipulación de la naturaleza, resulta particularmente urgente devolver al hombre su dignidad, descubriendo la ley escrita en su naturaleza, ante los atentados de los experimentos que no la respetan. Una sociedad pagana como la actual sufre una gran seducción por lo irracional: magia, espiritismo, superstición, adivinación, gusto por lo esotérico, que nacen cuando se da una ignorancia o un vacío de Dios. JMC