Breves notas subjetivas sobre el ANÁLISIS CREDITICIO Introducción Los criterios para analizar el riesgo crediticio han sido variables a través del tiempo. Al principio la clave estuvo en el análisis de las masas patrimoniales del balance. A ello se fue añadiendo el análisis de la cuenta de explotación o de resultados, siendo lo más relevante los beneficios de la empresa. En nuestros tiempos, el criterio se ha ampliado para incluir en el análisis el flujo de caja. El análisis considera, de manera creciente, los flujos de caja, no otorga una facilidad crediticia si un cliente no genera suficientes flujos caja para pagar sus reembolsos, ya que los créditos no se pagan con los beneficios, ni con inmuebles, existencias o inventarios siendo los flujos de caja los que reembolsan las operaciones. Finalmente, los sistemas de ayuda a la decisión cuantitativos automáticos (basados en puntuaciones por variables o "scoring") se han impuesto para las operaciones masivas de relativamente poco elevado importe (en su mayoría operaciones al consumo y solicitadas por clientes particulares). En operaciones más complejas y/o de mayor volumen (básicamente, operaciones de crédito a favor de empresas o corporaciones) también existen sistema de ayuda a la decisión, basados igualmente en el análisis tanto de las características del solicitante y de la operación como, en este caso, también del sector productivo de destino de la inversión. También se utiliza el rating, aplicando técnicas estadísticas de análisis cuantitativo y la opinión de expertos, otorgándose la puntuación en función de las variables consideradas como relevantes en el análisis y evaluación del riesgo y ponderando cada una de ellas, para finalmente agrupar los riesgos puntuados en clases homogéneas, segmentando la población global en grupos de similar valoración. El análisis de créditos debe seguir siendo, finalmente, una decisión volitiva e informada del decisor, dejando los sistema de ayuda a la decisión para su propia función, esto es, facilitar la decisión mediante la obtención de los oportunos datos cuantitativos, ratios y probabilidades asociadas estadísticamente al universo de operaciones que se ha incorporado en el motor de conocimiento asociado al programa utilizado en el análisis. Siempre recordando que no hay esquemas rígidos para realizarlo, y teniendo por el contrario muy presente que este proceso es dinámico y exige creatividad por parte del decisor, así como diligencia en la obtención y valoración de los datos y, posteriormente, perseverancia en el seguimiento. Por ello es importante dominar las diferentes técnicas de análisis de crédito y preferentemente complementarlas con una buena dosis de experiencia, buen criterio y sentido común. También es necesario contar con la información necesaria y suficiente que nos permita maximizar el conocimiento de todos los aspectos involucrados en la operación objeto de análisis, su beneficiario y pagador así como de la economía en general y del sector en particular para poder tomar la decisión correcta. Análisis de crédito Definimos el concepto de riesgo en la toma de decisiones como aquélla situación en la que tenemos incertidumbre sobre los sucesos futuros, lo cual implica dificultad para poder predecir lo que ocurrirá. En general suele considerarse que, en nuestra actuación como individuos o "consumidores", tendemos a ser adversos al riesgo, en tanto que en nuestra actuación como productores ("empresas") deberíamos tender a ser neutrales al riesgo. Entenderemos como aversión al riesgo a aquélla situación en la que, enfrentados a decisiones con la misma ganancia media ponderada en las diferentes alternativas, se escogerá SIEMPRE la de menor variabilidad. En este contexto, un decisor enfrentado a dos alternativas como las que definimos seguidamente: a) Ganancia segura de 50 u.m. b) Ganancia de 100 u.m. o no ganar nada con iguales probabilidades. El decisor adverso al riesgo escogería siempre a), en tanto que un decisor neutral no tendría ninguna preferencia especial. En general, es importante valorar, conocer y asumir el riesgo en el ámbito financiero, ya que la mayoría de las decisiones financieras precisan de la toma de decisiones en condiciones de incertidumbre, dependiendo el resultado obtenido en nuestras previsiones de unos procesos que, normalmente, escaparán a nuestro control. Idealmente se tenderá a minimizar el riesgo, pero ello puede hacerse de diversas maneras, dependiendo del tipo de riesgo asumido. Una estrategia clásica puede ser la diversificación, no poniendo, como suele decirse, todos los huevos en el mismo cesto. Así, por ejemplo, un inversor de bolsa puede reducir el riesgo comprando diversas clases acciones, ya que en un entorno normal es posible que una empresa pueda ir mal en tanto que otras vayan mejor, reduciendo el riesgo total de la cartera. Igualmente, si una entidad financiera hace un solo préstamo de, por ejemplo, diez millones de unidades monetarias a una empresa y esta no puede devolver su préstamo, la pérdida será muy grande. Si esta misma entidad financiera realiza cien préstamos de 100.000 unidades monetarias, con la misma cantidad total en riesgo, minimizamos la probabilidad de pérdidas (si los riesgos de impago son aleatorios y no están correlacionados, es decir, cumplen con las hipótesis de normalidad). La gestión de los riesgos crediticios implica el análisis previo y la revisión posterior del riesgo, así como la clasificación de los clientes, su sectorización y tabulación a efectos estadísticos para la valoración adecuada del porcentaje de impago en los diversos sectores y perfiles de solicitantes. La calidad de la cartera de los préstamos es el riesgo crediticio, que depende básicamente de dos grupos de factores: -Factores internos. Que dependen directamente de la calidad del análisis previo del riesgo, se su correcta evaluación y acertada concesión. * Volumen de créditos: a mayor volumen de créditos, mayores serán las pérdidas en caso de impago por los mismos. * Política de crédito: cuanto más agresiva es la política crediticia, mayor es el riesgo crediticio. * Diversificación adecuada de créditos: cuanta más concentración crediticia existe por empresas, zonas geográficas o sectores, mayor es el riesgo que se está asumiendo. Por ello suelen establecerse limitaciones concentración de riesgos en cada grupo económico o persona natural o jurídica, con el fin de minimizar los riesgos de los bancos y entidades financieras. También hubiera sido deseable haber establecido estas cautelas sectoriales a tiempo como desafortunadamente nos muestra la experiencia reciente del sector financiero español y mundial. * Concentración geográfica: económica, por número de deudores, por grupos económicos y por grupo accionario: por ello no hay duda que cualquier tipo de concentración de cartera aumenta el riesgo de una institución financiera. -Factores externos. Tales como inflación, fluctuaciones de las paridades monetarias de las distintas divisas, desastres climáticos, riesgos políticos, tendencias sociales, nacionalizaciones o privatizaciones, etc. La gestión de riesgos puede afrontarse de una forma masiva como antes señalamos o adoptando criterios cualitativos. La gestión masiva es posible cuando existen miles o millones de clientes, encontrándose el cliente individualmente considerado carente de excesivo valor, esto es, se acomete la gestión desde un proceso cuantitativo, de forma objetiva y aplicando la Ley de los grandes números, como suele hacerse en los créditos de pequeño importe y especialmente en los créditos finalistas al consumo. Por el contrario, la gestión cualitativa, que tiene un carácter más personal e individualizado, tomando en consideración al individuo frente al número, es factible en empresas con menor número de clientes y sobre todo en las grandes operaciones. Los últimos años han mostrado un serio y peligroso alejamiento de algunos principios básicos de crédito bancario y que pueden ser causa de impago, entre ellos podemos mencionar: Finalidad del crédito: muchas veces y en muchos bancos es muy utilizado el término "atenciones de tesorería", es decir, no se sabe exactamente los destinos de los fondos, perdiéndose de esta manera la calidad de la administración crediticia. Este conocimiento permite comprobar la adecuación de importe, plazo y flujos de caja para asegurar la recuperación del capital prestado. Puede ser un factor adicional positivo la existencia de garantías, si bien esta no puede ser nunca la razón principal de la concesión, ya que esto nos abocaría a la realización de las mismas de no generarse suficiente flujo de caja para la devolución. En la gestión de riesgos pueden adoptarse mecanismos preventivos y mecanismos paliativos. Dentro de los procesos preventivos, que tienen el objetivo de evitar la asunción de riesgos por encima de la política de la empresa, se encuadran el análisis previo del cliente, la vigilia de riesgos, los informes comerciales, los sistemas de análisis financiero, el control de la deuda del cliente, los sistemas de control de límites, el scoring (especialmente aplicable a sistemas masivos según reglas estadísticas), etc. En los mecanismos paliativos, tendentes a asegurar la recuperación de la deuda en las condiciones pactadas con el cliente, pueden incluirse los sistemas de cobertura, las fianzas, avales y garantías, los seguros de crédito, los sistemas de aviso de vencimiento, la gestión proactiva de incidencias, los sistemas de recobro y las acciones jurídicas. Crédito comercial El decisor ha de vigilar todas las fases del ciclo de la operación: desde la definición y asignación de límites de riesgo en el momento de las altas de clientes, hasta controlar las condiciones de entrega y facturación del pedido, la gestión de albaranes, las incidencias en la facturación y el control de las condiciones y formas de pago al vencimiento, en los créditos comerciales. En una fase de análisis previo se debe medir y calificar el riesgo, esto es, analizar y valorar las contingencias, cuantificando cuál se va a asumir con el cliente y qué valoración tiene el mismo, asignándose límites de riesgos. Para ello se aplicarán sistemas de gestión y modelos de análisis de riesgos, que van alcanzando cada vez mayor grado de automatización. En este proceso de análisis de la solvencia, el ejecutivo de cuentas debe estar en permanente contacto no sólo con el departamento financiero sino también con el comercial, pues la venta no se perfecciona hasta el momento de su cobro, lo que implica una coordinación entre ambos departamentos que procure acuerdos con los clientes, coberturas adecuadas, cumplimiento de los límites de riesgo asignados, autorizaciones de excedidos, etc. La gestión del riesgo precisa también de información externa que se obtendrá tanto de los registros oficiales como de empresas especializadas y organismos oficiales Para llegar a fijar un límite de riesgo, que no es más que el resultado final del proceso de análisis, han de tomarse en consideración aspectos tales como la clasificación del cliente, su implantación en el sector, su volumen de negocio, su relevancia comercial respecto a la empresa, la rentabilidad final que genera y su solvencia técnica, cifrada en su comportamiento histórico de pagos, en su comportamiento externo, y el resultado de un análisis económico-financiero de los ratios, el balance, la cuenta de resultados, la información externa de empresas especializadas, etc. Una vez debidamente valoradas y ponderadas estas variables según el modelo de análisis adoptado, y una vez efectuadas las oportunas correcciones bajo las directrices del departamento comercial, se asignará el límite de riesgo del cliente que vendrá dado por la mayor pérdida económica que puede ocasionar en la empresa. Las nuevas tecnologías aplicadas a este campo facilitan enormemente la actividad del decisor, permitiendo automatizar los procesos repetitivos y facilitando la asignación de límites de riesgo por cliente de una forma rápida y fiable. Estudio crediticio Revisión y comprobación de la operación Valoración del riesgo, siempre presente en cualquier operación crediticia El análisis de crédito pretende reducir la incertidumbre futura, por eso no puede pretenderse acertar siempre. Debemos recordar aplicar siempre buen criterio y sentido común. Revisar los antecedentes crediticios. Averiguar el destino que se le dará al crédito y/o préstamo solicitado: - Para comprobar la coherencia nuestra política de crédito. - Para su seguimiento. - Para poder fijar condiciones económicas (que son su precio) aplicables a la operación. Algunos destinos mejorarán la capacidad de pago, por ello deberán ser considerados favorablemente: - Incremento de las ventas permanente o temporal. - Compra de materia prima. - Sustitución, mejora o aumento de activos fijos (si mejoran la productividad). - Inversiones en otras empresas, diversificación, etc. - Prepago para obtener mejores condiciones de créditos. Otros destinos empeorarán la capacidad de pago, por ello deberán ser considerados desfavorablemente: - Disminución velocidad o índice de cobro (impagos de clientes). - Aumento de plazo de ciclo operacional (menor rotación). - Problemas de caja por pagos inesperados. - Financiar gastos operacionales en negocios poco rentables. Toma de información. Cuando se analiza un crédito a una empresa y se realiza un estudio se debe tener presente que la calidad de estudio esta en función a la calidad de información de la que se dispone. Por eso es muy importante valorar la sinceridad de la empresa en mostrar y enviar toda la información necesaria para el análisis. Es importante una visita a las instalaciones para conocer mejor sus procesos, organigrama, etc. Es muy útil obtener información indirecta del sector y de la empresa que nos permita mejorar nuestro conocimiento del negocio. Se puede recurrir también a: - Información de nuestros clientes sobre el sector. - Información de los clientes, proveedores, consumidores y acreedores. - Bases de datos propias y externas. - Publicaciones de prensa, Internet, radio, TV, etc. - Operaciones anteriores con similitudes con la actual. El análisis de crédito debe contemplar un análisis los aspectos cualitativos (cumplimiento, gestión, producción, competencia, etc. y cuantitativos (balances, estado de perdidas y ganancia, flujo de caja). El cumplimiento anterior de un cliente es un elemento muy importante para la decisión pero no suficiente. La decisión intenta prever si la operación se pagará o no. Por ello una decisión de crédito tomada exclusivamente tomada en base a antecedentes históricos, sin prever el futuro no está bien concedida. Es muy importante realizar proyección de la capacidad de pago (mediante el análisis cuantitativo del balance y el análisis financiero y de flujos de caja). Consideraciones adicionales. Se debe considerar la situación que afecta aun país, tanto estructural como coyunturalmente (políticas de incentivo a importaciones o exportaciones, tipo de interés (precio del dinero), movimientos de capital, políticas fiscal y monetaria, nivel de precios internacional y local, conflictos internacionales, inflación, desempleo, crecimiento económico, ubicación e infraestructuras de un país, nivel de pobreza y subdesarrollo, dependencia de otros países, desarrollo social, conflictividad sindicales o problemas sociales, etc.) También es muy relevante el análisis del sector de la empresa, variables como vulnerabilidad del sector, desarrollo y nivel de madurez, dependencia de otros sectores, estancamiento por diferentes razones, poco incentivo del gobierno, poco interés por parte de inversionista, fuerte inversión inicial (barreras a la entrada), etc. Dirección de la empresa, forma legal, lazos familiares, relaciones entre los socios, etc. Este dato es muy importante ya que nos permitirá conocer la calidad de gestión de la empresa y como operan, organigrama, etc. De preferencia se debe analizar los datos (balances, etc.) de los tres últimos ejercicios y actualizados. Calificación de la auditoria, en su caso. Deben analizarse los balances consolidados en caso de Grupos Económicos verificando las cuentas consolidadas. En todos los casos debe verificarse que son reflejo fiel y conformes a los principios generales de la contabilidad. En su caso también debe analizarse los planes de futuro, previsiones o planes de viabilidad si existen, verificando la concordancia de las masas patrimoniales y los ratios consigo mismos y de manera combinada. Dictamen de crédito El dictamen es la conclusión del estudio, que debe contemplar una postura respecto a conceder o no el límite u operación con una determinada empresa, y en su caso determinar el importe adecuado, su precio (intereses, comisiones, etc.) y otras condiciones, en su caso. Por ejemplo, un suministrador de materia prima puede condicionar su crédito a la cartera de pedidos del cliente. Un banco condicionará sus líneas de descuento comercial a la inexistencia de impagos, etc.