Lina Orellana Zimbrón. 2000−02−13 Taller de Literatura y Corrección de Estilo. Crítica: El libro de Arena. Jorge Luis Borges. El relato comienza en la calle Belgrano, mientras el narrador nos asegura que es verídico y nos describe al hombre que inicia la trama de esta historia. Como muchas de las obras de Borges, es un libro que no termina cuando lees la última página, termina cuando dejas de meditar sobre él, cuando dejas de preguntarte lo que hubieras hecho en lugar del protagonista, o cuando dejas de analizar la existencia de un libro infinito, como la arena del mar. El libro de Arena es una excelente demostración del mundo fantástico, metafísico y totalmente subjetivo que creo Borges a lo largo de toda su producción, mediante la cual logra retener la atención del lector aún más allá del final. La historia comienza cuando el Libro de Arena, llega a manos del narrador por medio del destino, representado por un hombre descrito como pobre, decente y vestido de gris, procedente de las Orcadas, Escocia. El narrador, lo identifica como a un vendedor de Biblias, y dado que él poseía algunas de interesante procedencia y calidad, al principio no despierta su interés, sin embargo, al mostrarle el vendedor el libro de arena, y relatarle que es un libro infinito, que no tiene primera ni última página, nuestro narrador empieza a interesarse. Tras comprobar que el hombre de gris está decidido a vendérselo y que llegó a su casa con aquel único fin, le ofrece su última jubilación, y una Biblia muy preciada herencia de sus padres, escrita por John Wiclif, y ya que el vendedor la había adquirido por algunas rupias en Bikavir, el negocio se cierra. Para el nuevo poseedor del libro, éste se convierte en una obsesión, descubre finalmente que lo que el vendedor afirmó era cierto, el libro de arena no tenía principio ni fin, jamás podía volver a encontrar una página que había visto o una ilustración que había mirado y anotado en un cuaderno, pues estas solo aparecían cada 2000 páginas y nunca se repitieron. Que harías con libro así? Nuestro narrador pensó en quemarlo, pero que pasaría con el humo eterno? ¿Estarías dispuesto a conservarlo únicamente? ¿O a leerlo, estudiarlo y probablemente descifrarlo? Uno más de los fascinantes relatos de Jorge Luis Borges, quien demuestra de esta forma una vez más su facilidad para conducir al lector por laberintos de imaginación. 1