Eligiendo Alternativas: Haciéndonos Responsables Por Nuestras Vidas por Gabriella Kortsch, Ph.D. Piensa en esto: todo lo que sientes, piensas y haces es totalmente tu propia responsabilidad. Todas tus reacciones hacia los demás, y hacia lo que ellos te digan o te hacen, también son de tu propia responsabilidad. Y todas tus reacciones a tu vecindario, tu comunidad, y a acontecimientos globales también son de tu propia responsabilidad. Esto significa que no hay nadie a quien puedes culpar por como te sientes cara a cosas negativas…todo se hace tu propia elección. ¿Te está costando trabajo asimilar eso? ¿Responsable por la Guerra? “Claro que me cuesta trabajo,” dices. “¿Cómo puedo tener la responsabilidad por la guerra en Irak, por un huracán que devastó a Nueva Orleáns, o por una serie de robos en mi vecindario? ¿Cómo puedo tener la responsabilidad por una persona que me ataca, me insulta, o me hace daño?” Bueno. De acuerdo. En definitiva es cierto que no tienes responsabilidad por ninguna de esas cosas…pero si tienes responsabilidad por la manera que reaccionas ante ellas. Y ahí es donde el elegir alternativas forma parte del cuadro, porque en cada momento, y en cada cruce del camino, tienes alternativas. Sólo tú decides exactamente cómo responderás a cada uno de estos hechos. ¿No Tienes Alternativas? “¡No!” gritas. “No tengo más alternativas que sentir miedo si se me ataca, o sentir horror, si veo el desenlace de una guerra, o sentir dolor, si alguien me hace daño. ¿Qué otra cosa podría hacer? ¿De qué otra manera podría reaccionar?” Claro. ¿De qué otra manera? Aquí puedes leer cómo. Si te han atacado, podrías elegir tomar clases de auto-defensa, para mejor protegerte en un futuro, y para sentir menos miedo. Podrías unirte a un grupo de vigilancia en tu barrio para ayudar a proteger a la comunidad. En el caso de guerra, podrías trabajar hacia un cambio de gobierno para asegurar que eventos de este índole tengan menos y menos posibilidad de recurrir, y además podrías trabajar sobre tus propias reacciones bélicas cara a otros individuos en tu vida cotidiana, cobrando confianza del lema que el cambio se crea persona por persona. En el caso de que alguien ha hecho algo que te haya dolido, te podrías preguntar en primer lugar por qué te encontrabas en esa situación, por qué aquella persona que te ha hecho daño forma parte de tu vida, y podrías decidir (elegir alternativas) que la mejor reacción sería de observar tu propio rol en el asunto, en vez de mirar al grado de tu dolor. Sugiero esto no para que te eches la culpa, sino para que te asegures de que situaciones por el estilo tengan menos y menos posibilidad de desarrollarse en tu vida, o si a pesar de todo vuelvan a suceder, ya no tendrán el poder de hacerte daño. Y entonces puede que elijas no permitir a tal tipo de persona tener un lugar en tu vida… ¿Posibles Realidades Diferentes? El transcurso de una vida se compone de alternativas escogidas. Cada elección lleva a una diferente posibilidad o realidad probable. El no elegir también es una elección. Las alternativas que escoge una persona realmente sientan las bases para una gran parte de las alegrías o miserias que a consecuencia suceden en esa vida. ¿Nos Equivocamos Eligiendo Ciertas Alternativas? ¿Esto significa que algunas alternativas que se han elegido son acertadas y otras equivocadas? ¿Que algunas alternativas te llevan a un lugar mejor que otras? A primera vista podría parecer que la contestación a esa pregunta es afirmativa. Evidentemente si eliges sacar una carrera universitaria al terminar el bachillerato, y luego trabajas en la profesión de tu elección, puede parecer que hayas conseguido mejores resultados que aquella persona que no optó por la universidad, o la dejó tras un curso o dos, y nunca llegó a tener una profesión. Entonces la persona que eligió carrera cumple los 40 y puede que ahora esté atrincherada de manera inflexible en una disposición mental de su profesión, y allí continuará hasta que llegue al retiro. La creatividad y la vitalidad puede que den la sensación de haberse huido de esa vida, mientras que la segunda persona, que no eligió carrera, puede que haya vivido su vida – quizás cargada con dificultades penosas – hasta la edad de 40, cuando decide volver a la facultad a terminar la carrera para luego usar toda la experiencia ganada de vida de una manera enriquecedora. ¿Cuál de estas dos personas se equivocó? ¿O es que las dos acertaron? ¿Quién lo puede juzgar? Quizás lo que piensas de ti mismo sea el criterio de importancia. Obviamente si no piensas que has hecho bien, es – una vez más – tu decisión de elegir a cambiarlo. Eligiendo Alternativas y Libertad Nuestras alternativas - y cuánto más estemos dispuestos a aceptar nuestro derecho a elegir y ver alternativas en cada cruce del camino – nos acercan más y más a nuestra propia riqueza, a la plenitud de responsabilidad que tenemos por nosotros mismos, y por tanto nos acercan cada vez más a un modo de libertad interior que aquellos que eligen a no elegir nunca podrán saborear. Gabriella Kortsch es psicoterapeuta, hipnoterapeuta clínica, coach de parejas, escritora, y conferenciante profesional. Emite un programa semanal de radio (en inglés) desde la Costa del Sol en España, que también se puede oír en el Internet o como clips de audio en su portal. Ella trabaja con clientes para llevarlos hacia un mayor éxito personal, profesional y de pareja utilizando un enfoque integral basado en el desenvolvimiento del potencial humano. Suscríbete y motívate con su boletín vanguardista, ahora disponible en español e inglés. También puedes leer y colgar tus comentarios en su blog (en inglés).