−FAHRENHEIT 451−

−FAHRENHEIT 451−
Fahrenheit 451, representa a una sociedad futurista que vive inmersa en la ignorancia, ya que en el país de
Montag está prohibido leer, pues la lectura hace pensar y trae la infelicidad en los hombres. Montag, el
protagonista, pertenece a la brigada de bomberos 451, encargados no de extinguir incendios, sino de
provocarlos en lugares donde sospechen que puede haber libros. Así, se puede observar como Ray Bradbury,
el autor de esta novela, por medio de un narrador omnisciente y con algunos diálogos entre los protagonistas,
trata de involucrar desde el comienzo al lector, reflejando, de una manera algo extrema, al punto al que llegará
esta sociedad, pues con el paso del tiempo se han ido perdiendo ciertos valores sin saber en qué
desembocarán. Así, el autor exagera haciéndonos ver que acabaremos en un mundo oscuro, inculto, rutinario.
Asimismo, el libro se encuentra dividido en diferentes partes: Era estupendo quemar, La criba y la Arena y
Fuego vivo. A medida que la obra avanza, Montag experimenta un cambio en su forma de pensar, causado por
el encuentro con una misteriosa chica, Clarisse, quien le enseña lo espléndido que era el mundo en tiempos
pasados. Al principio, el bombero veía a esta chica como una persona extraña, sin mucho juicio, pero poco a
poco fue sintiendo curiosidad y volviéndose más humano. Así, el bombero, tras recoger un libro que iba a ser
quemado, empieza a tener sus propios pensamientos, a criticar la sociedad donde él vivía y decide seguir sus
propias ideas para acabar convirtiéndose en hombre−libro, ya que de esta manera conseguiría su libertad y la
de muchas personas. A su vez, veo que el libro es una clara crítica hacia la forma de entretenimiento y a la
tecnología de la actualidad, es decir, que si continuamos así, llegaremos a un punto en el que seremos
reemplazados por simples robots.
Por otro lado, he de destacar que Fahrenheit 451 no me ha transmitido ninguna sensación irreal, sino todo lo
contrario, pues aunque parezca fantasioso y algo extremista, me ha provocado una sensación identificativa,
pero a su vez de incultura, pues es incompresible la quema de libros, ya que éstos son considerados para
muchos, transmisores directos del conocimiento. Además, el desarrollo del libro es poco claro, pues está
escrito de una forma algo complicada, ya que el autor insiste a menudo en las descripciones, destacando en
todo momento todos los sentimientos que experimenta el protagonista.
Así, he de decir que las primeras páginas de Fahrenheit 451 se me hicieron algo pesadas, Bradbury rebusca
demasiado la manera de decir las cosas, con excesivas descripciones y muchos detalles, haciendo que la obra
en sí haya adquirido un ritmo lento y a su vez ha entorpecido su lectura. Sin embargo, a medida que se
desarrolla la historia se me ha hecho más sencilla la lectura. Asimismo, he de resaltar dos aspectos que han
aparecido en la obra y me han llamado la atención: el primero es cómo la joven, Clarisse, tiene un papel
bastante importante en la obra, pues gracias a ella Montag empieza a abrir los ojos, y le hace cuestionarse
alguno aspectos de su vida en los que nunca había parado a reflexionar hasta entonces. El cauce de la obra
cambia con una pregunta tan sencilla como:
−¿Es usted feliz? − preguntó.
−¿Que si soy qué?− replicó él.
Pero ella se había marchado, corriendo bajo el claro de la luna. La puerta de la casa se cerró con suavidad.
Y por otro lado, no concreto a dar significado a una serie de numeraciones que realiza el protagonista en
varias ocasiones:
uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete.
Finalmente, decir que el libro en general me ha gustado bastante, aunque el final de la obra no me ha llegado a
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convencer. He de destacar que se trata de un libro para reflexionar de forma personal, planteándose uno
mismo si llegaremos al extremo que expresa el autor, o si simplemente es una llamada de atención para que la
sociedad actual no deje de pensar por si misma, ya que el pensamiento de cada persona es muy importante en
esta vida para conseguir la libertad.
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