Estas son algunas frases del P. Arrupe con las que podemos hacer carteles que sirvan de ambientación para la Semana Ignaciana. » "Soy un pobre hombre que procura estropear lo menos posible la obra de Dios". » "Señor: quisiera conocerte como eres. Tu imagen sobre mí bastará para cambiarme". » "Para mí Dios es todo. Es lo que llena completamente mi vida y que me aparece en la fisonomía de Jesucristo, en el Jesucristo oculto en la Eucaristía, y después en mis hermanos los hombres, que son imagen de Dios" » "Es la reacción profunda que experimento ante la inconfundible experiencia y la vivencia honda de mi propia pequeñez, unida a un no sé qué de seguridad inconmovible. Es aquel claroscuro de la inseguridad humana, que no puede dudar de la seguridad de la ayuda de Dios". » " Padre Arrupe, ¿cómo tiene tiempo para orar ante tanto ajetreo? - "Es cuestión de prioridades". » "Siempre he dormido. Nunca he perdido la paz. Tengo mi conciencia tranquila. No sé si me habré equivocado. Dios lo sabe y en el cielo lo veré. Pero yo hice siempre lo que creía que debía hacer delante de Dios, lo que me parecía mi obligación". » "Tan cerca de nosotros no había estado el Señor, acaso nunca; ya que nunca habíamos estado tan inseguros" » "Quitad a Jesucristo de mi vida y todo se caerá, como un cuerpo al que se le retira su esqueleto, el corazón, la cabeza..." » "Dicen que soy optimista y lo creo ...La razón de ser de este optimismo es que tengo una gran confianza en Dios. Y estamos en sus manos...". » "Padre Arrupe, ¿cómo le hablaría de Diosa un obrero que trabaja en una cadena de montaje? - De un modo sencillo. Tratando de que entendiese y cayese en la cuenta de que en el fondo de su ser está Dios. Y que en su trabajo monótono es donde puede encontrarlo". » "Debemos ser agentes de transformación en nuestra sociedad, trabajando activamente por cambiar las estructuras injustas" » "Debemos tener la firme determinación no sólo de no participar en ningún lucro de origen claramente injusto, sino incluso, ir disminuyendo la propia participación en los beneficios de una estructura económica y social injustamente organizada a favor de los más poderosos, mientras los costos de la producción recaen pesadamente sobre los hombros de los menos favorecidos". » No me resigno a que, cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido » No tengo miedo al nuevo mundo que surge. Temo más bien que los jesuitas tengan poco o nada que ofrecer a ese mundo, poco o nada que decir o hacer, que pueda justificar nuestra existencia como jesuitas. » No pretendemos defender nuestras equivocaciones, pero tampoco queremos cometer la mayor de todas: la de esperar con los brazos cruzados y no hacer nada por miedo a equivocarnos.