Líneas Por: José Ma. Narváez Ramírez. Implementará “El Toro” severas medidas contra giros negros Con las duras medidas que se vienen implementando en contra del crimen organizado, entendemos que los más perjudicados o para que mejor se entienda: metidos en cintura, serán los giros negros o sea los negocios en donde se expenden bebidas embriagantes, que son atendidos por meseras y “suripantos”, que al mismo tiempo hacen historia en el presente y se avientan un rato de placer entreverado, mientras los músicos y cantantes aturden el lugar interpretando las rolas de moda o los aparatos de sonido atruenen el espacio descargando altos decibeles a diestro y siniestro en todo tipo de establecimientos de esta clase, incluyendo los llamados “centros botaneros” de balde chevero y zarandeado en bandeja, traídos a nuestra mesa diligentemente por guapas servidoras, que saben hacer rifas y otros entretenimientos que van desde entrarle al canto -al cuarto… para las doce- y bailongo, y todo, en sana paz y alegre ambiente… Pero no se le pasen al cliente las cucharadas porque se trasforman de dulces amigas en fieras enemigas que defienden al antro con todas sus fuerzas y argumentos ante las autoridades que acuden presurosas al llamado de los dueños del tugurio, y si el “indiciado” no trae para cubrir el importe adeudado, va para el bote irremisiblemente, previa aplicación de macanazo y “basculeada” al trote... Así y todo al día siguiente ahí está en las primeras filas los adoradores de Baco, de Venus y Citeres, listos para la otra… O sea, que no escarmientan, por ello, los que están al pie del negocio dicen que no les ponen una pistola en la frente o un cuchillo en la panza, sino que solitos caen al abrevadero etílico y amores “sino verdaderos” cuando menos “ratoneros”… De un rato… Hay negocios de primera, de segunda, de tercera, de cuarta y hasta de quinta categoría… que están como los partidos políticos “todos tapándose con la misma cobija”, desde los verdaderos dueños de los antros que son más papistas que el Papa y se burlan de la ley – como aquel desgraciado bárbaro que llamaba al “góber, precioso” y con un par de botellas de coñac lo sobornaba y conseguía los permisos correspondientes para pisotear los reglamentos… incluyendo el comercio libre de las drogas… como si fueran ceresos… y no rosas, precisamente… Aunque don Enrique, el presidente, acaba de correr (¡Uy!) al ministro cuya hija amenazó con “clausuration ipso facto, por papi” al dueño que no le permitió acceso a la hora en que ella quería echarse sus tanguarnices… Pero qué tal será el rey que ampara a éste que primero desbancaron al jefe que molestar al jerarca alcoholero… Y para que sepa usted como masca la iguana chamizclera del alcohol, todavía alegan que son fuentes de trabajo, casi industrias o fábricas de borrachos y accidentes trágicos, y que con ellos labora pura gente honrada que mantiene a sus familias gracias al producto de su esfuerzo digno y honorable… Solo que una cosa trae otra –dijera la Chimoltrufia-, en la gran mayoría de las cantinas “legales e ilegales”, restaurantes con venta de bebidas alcohólicas, discotecas, cabarets, lupanares, centros botaneros, centros turísticos pesqueros y agrícolas, moteles con “service rom”, hoteles de pisa y corre, etc., etc., que funcionan en nuestro país, en todos se comercia con las drogas y el alcohol, quienes los atienden (dueños, encargados, meseros, meseras) y todo el gremio humano que se relaciona con estos giros negros incluyendo lavanderas y galopines, están coludidos en una forma u otra al contrabando de estupefacientes y de bebidas adulteradas donde “unos ganan para el pan y otros para la panadería”… No podemos combatir ni por asomo a los giros negros que poco a poco van ganando terreno en todo nuestro territorio (a unos metros de la Catedral de Tepic funcionan varios), por la sencilla razón que son los que les dejan varios millones a quien les permite funcionar y a los que los explotan. Sería el cuento del nunca acabar. Es la puerta principal de lo que integran el crimen organizado y los que seguirán disputando (entre ellos mismos) la supremacía de cerrar esa puerta eternamente abierta… Control… Señores… Control… Tal vez se pudiera semicontrolar este mal endémico o endemoniado, aunado con el control de reos y de drogas en los principales centros de reclusión que dijo mi caballo que siempre no los van a reubicar… Pero de ahí a que los controlen, pues la neta que están viviendo un sueño guajiro o una utopía… Con el debido respeto, la mera verdad están “chetos” –dijera mi amigo Vítor, y no el de la tele…Con lo caro que sale echarse entre pecho y espalda una cherchia para combatir “el calor” al cien… 311 145-18-81