•m BOLETÍN D E L A S O C I E D A D E S P A Ñ O L A El tronco está dividido en gran número de ramas que se levantan en forma de candelabros y termina por penachos de hojas, como la yuca que adorna los valles de América, lo que le da un aspecto muy diferente de la palma. Es indudable que entre los seres organizados, este árbol v e nerable, como la adansonia ó baobal del Senegal, es uno de los habitantes más viejos del mundo. El baobal alcanza aún mayores dimensiones que el Drago deOrotava, pero pudimos observar que la adansonia como la ochaoma crece con más rapidez que el Drago, cuyo desarrollo es muy lento. La existencia de los Dragos en los sitios cultivados de las islas Canarias, Madera y Puerto Santo , ofrece un curioso problema relativo á la emigración ó mejor transporte de las plantas. No se han encontrado nunca en África, siendo las Indias orientales su verdadero país. ¿Porqué medio fué importada la especie á Tenerife? Es indudable que su existencia en esta isla prueba que hubo en épocas lejanas relaciones entre los g u a n ches y los habitantes de Asia.» Cuando se escribió el anterior extracto (1794), el árbol se hallaba entero; pero el 21 de Julio de 1819 una violenta tempestad lo redujo al estado que representa la fotografía, privándolo por lo menos de la tercera parte de sus ramas. La parte expuesta del tronco fué cubierta después con cemento, en donde estaba g'rabada la fecha del día en que le partió el huracán. 1 Excursión botánica por Santander y plantas americanas naturalizadas en España POB D. LUÍS A T E R I D O . Siendo nuestra flora una de las más numerosas en especies espontáneas con relación á la europea, y que puede decirse ha llegado á completarse respecto á las plantas- vasculares, cada día que pasa se aumenta con alguna nueva ó no citada en los libros descriptivos. Débese esto en mucha parte á las investigaciones de las personas que se dedican al estudio de la Botánica y á los aficionados que, buscando nuevas localidades con que extender el área geográfica de las especies, se encuentran algunas, que aunque no son propias de nuestra flora, y