Un hecho básico de nuestra existencia consiste en que cada individuo experimenta un cierto grado de estrés, de preocupaciones y de ansiedades. Unas veces, estas vivencias son momentáneas; otras, intensas y duraderas. Tanto que llegan a afectar nuestra funcionalidad. Por esta razón, es fundamental que manejemos nuestros pensamientos y emociones para que podamos adquirir dominio sobre nuestras acciones. Muchos estudios han abordado el tema de la ansiedad, un sinnúmero de especialistas lo han tratado y otra cantidad similar de consultantes han preguntado por él. Es un tema predilecto en las terapias psicológicas. La ansiedad es la más común y universal de las emociones. Es sinónimo de congoja, preocupación y desasosiego ante acontecimientos futuros o situaciones de incertidumbre. Es la anticipación temerosa de un peligro inminente acompañada de un sentimiento de miedo y descontrol intenso. Sin embargo, la ansiedad no es del todo negativa, ya que en términos normales cumple una función adaptativa, incluso, puede llevar a la persona al conocimiento de su propio ser. Asimismo, puede ser patológica cuando las demandas externas superan la capacidad de respuesta del individuo y, en tales condiciones, pierde su rol de acomodación al medio para convertirse en un problema. Al ser un trastorno tan común, varias de las teorías psicológicas se han conjugado para darle respuesta. Una por excelencia es la Terapia Cognitivo Conductual, que ha demostrado su efectividad en la reducción de los síntomas de ansiedad, preocupación y tristeza. En estas páginas, el lector podrá encontrar una guía clara y precisa de cómo disipar la ansiedad y gobernar sobre sí mismo con el fin de incrementar su calidad de vida. Este libro tiene la particularidad de estar inspirado en la vida del autor, basado en las enseñanzas de la Torá y apoyado en la Psicología. El rabino Gabriel Benayon comparte su experiencia y nos lleva a conocer su vívida historia en relación con la ansiedad y los ataques de pánico. Asimismo, conduce al lector a una reflexión personal acerca de la propia existencia y nos aproxima a una forma asertiva de vivir la vida según las enseñanzas de la Torá. El autor relata que los primeros síntomas de ansiedad aparecieron a partir de un suceso familiar inesperado. A raíz de ello, la forma de representar sus circunstancias se distorsionaron, lo que provocó que emergieran pensamientos y sentimientos negativos que afectaban su forma de ser y actuar. Esto lo movilizó en su búsqueda personal y espiritual, y logró reinterpretar de forma positiva su realidad a través de la modificación cognitiva, solapó las ideas obsesivas e intrusivas y las reemplazó por pensamientos constructivos y proactivos. Para ello, contó con el principal instrumento: la fe en Di-s. El hecho de poder llevar a cabo su propia recuperación y trasmitirla para convertirse en ayuda de otros es un ejemplo de resiliencia. Sin dudas, esta situación lo fortaleció y lo llevó a transformar su dolor y sufrimiento en acción. Todo lo bueno y lo malo que pasa en este mundo son pruebas, y Di-s solo nos reta con situaciones que podemos superar. Estos desafíos son para despertarnos, desarrollar nuestras potencialidades y cumplir la misión de vida. El rabino, a través de su situación, consiguió una ventaja triple: ser ayudado por Di-s, desarrollar sus recursos personales y convertirse en ayuda para otros. Las personas resilientes, como el autor, aprenden a través de sus vivencias a obtener un gran sentido de compromiso, comprensión y humildad. Además, tienen una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos y están más abiertos a afrontar los cambios de la vida. A su vez, tienden a interpretar las experiencias estresantes como una parte más de su existencia y plenitud. Las personas con gran sensibilidad, compromiso y optimismo surgen de la crisis, la derrota y el sufrimiento. Según Albert Einstein: “La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas porque trae progresos. La creatividad nace de la angustia. Quien supera la angustia, se supera a sí mismo. Sin crisis, no hay desafíos; sin desafíos, la vida es una rutina; sin crisis, no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno. Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el compromiso”. La valentía del autor en promover y hablar de su crisis hace que personas que transiten por situaciones similares se vean identificadas, reconozcan su vulnerabilidad y tengan la voluntad para el cambio personal. El libro, al mismo tiempo, proporciona herramientas clave para la consecución del cambio; y para esto, es indispensable confiar en primera instancia en Di-s, y luego, en nuestras propias capacidades. A saber, Di-s coloca continuamente pruebas para que cada uno de nosotros demuestre que confía plenamente en Su plan y en que todo está diseñado para el refinamiento individual. Venimos al mundo a superarnos, a realizar nuestra misión y a agradecer por todo lo que tenemos. “Confía en Di-s, sé fuerte y envalentona tu corazón”. A través de la confianza, podremos lograr la sanación personal. El objetivo terapéuticopara encontrarla, es fortalecer hábitos saludables y crear una nueva filosofía de vida donde impere la búsqueda incansable de la verdadera felicidad, que sin dudas, es espiritual. Solo a través del apego al creador podremos obtener satisfacción por nuestras acciones, así, la incertidumbre, la agonía o cualquier síntoma de ansiedad se reducirán a su mínima expresión. Antes de dominar el mundo, debes dominarte a ti mismo, o sea, dominar tu naturaleza terrenal y los instintos animales arraigados en ti. Lo logramos siguiendo las enseñanzas Divinas delineadas en la Torá. Entonces, incluso nosotros como individuos, podemos influir en el mundo entero (IgrotMélej, p. 32). Lic. Sol Benchimol de Glasermann