25.3 millones de norteamericanos sufren de dolor diariamente Investigaciones recientes indican que los norteamericanos padecen mucho dolor. Más de la mitad de los adultos, 126 millones o el 55.7 por ciento, han sufrido de algún tipo de dolor físico en los últimos tres meses, de acuerdo con un nuevo análisis realizado por los Institutos Nacionales de Salud (National Institutes of Health). Aproximadamente 25.3 millones de adultos, o el 11.2 por ciento, han sentido dolor diariamente. "El dolor afecta la vida cotidiana y la actividad debido a la disminución en la movilidad, pero también afecta al espíritu humano", comenta la doctora JoAnna Barclay, especialista en el manejo del dolor de Advocate Sherman Hospital en Elgin, Ill. "Es importante expresar el dolor que uno siente y buscar ayuda". El análisis, publicado en The Journal of Pain, también encontró que casi 40 millones de adultos, o el 17.6 por ciento, sufrieron de altos niveles de dolor. Era más probable que la gente que padecía de dolores severos tuviera peor estado de salud, necesitara más servicios de atención médica y sufriera más discapacidad. Entre las mujeres, las personas mayores y los que no eran de origen hispano hubo más reportes de dolor. "Adaptar la vida familiar, el trabajo y las relaciones a la realidad de tener dolor crónico sin tratamiento puede ser muy frustrante y decepcionante", expresa el doctor Sebastián Guman, anestesiólogo del Centro de Tratamiento del Dolor. "El dolor crónico está asociado a la ansiedad, la depresión y al impedimento de las capacidades funcionales. También puede dificultar la realización de las actividades cotidianas, deteriorando de forma importante la calidad de vida del paciente". La música ayuda a manejar el dolor Sin importar la tradición religiosa de cada persona, la música ayuda de cierta manera a expresar la fe. El canto en congregación, los cánticos, alguien cantando la liturgia, un coro, una banda de alabanza, la recitación de las sagradas escrituras, un piano acompañando una oración. Existen muchas maneras en que la música constituye el centro de las prácticas religiosas. La creación de música en conjunto o incluso tan solo escuchar música conocida y expresiva ayuda a levantar el ánimo y también tiene efectos en el cuerpo. Muchos estudios de investigación muestran que la música ayuda a reducir la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la cantidad de cortisol (poderosa hormona del estrés) que se libera en el cuerpo. También se ha demostrados que la música ayuda a manejar el dolor, tanto el dolor agudo proveniente de una herida, como el dolor crónico que dura mucho tiempo. Mucha gente reporta que cantar ayuda a manejar la depresión y la ansiedad. ¿Cómo funciona? Una teoría es que la música que conocemos y disfrutamos libera los opioides naturales del cuerpo. Nuestro cuerpo produce su propia forma de morfina que de hecho reduce la sensación de incomodidad. La música puede que también solo ayude a que dejemos de pensar en el dolor y nos ayude a concentrarnos en algo externo. El doctor Guman enfatiza la importancia de comunicar el dolor lo antes posible. Sea como sea, la música es una poderosa medicina... y es una de las fortalezas que tenemos como comunidades religiosas para promover la salud y el bienestar. ¿Cómo podemos aplicar las tradiciones musicales para que no solo sean parte de nuestro ritual o prácticas de alabanza, sino también una parte integral para llegar a aquellos que están enfermos o debilitados? Algunas tradiciones religiosas ofrecen la imposición de manos para la sanación. ¿Se podría añadir música para mejorar el impacto de esa práctica? ¿Podríamos invitar a los miembros de la congregación a sentir la música en el cuerpo cantando juntos o escuchando los cánticos del sacerdote, la recitación de un imán o el sonido de un órgano? "Es de fundamental importancia que los pacientes comuniquen su dolor de manera oportuna porque cuando éste se trata tempranamente, en muchos casos es posible recuperarse y reanudar la vida", comenta el doctor. "Si se deja sin tratamiento, el dolor puede causar daño a los nervios, y ese daño nunca mejora". Hay mucho que las comunidades religiosas llevan a cabo para apoyar la salud y el bienestar. A veces son cosas tan obvias que las pasamos de largo. Busque maneras en que su casa de alabanza puede utilizar sus tradiciones musicales para promover la sanación de sus miembros y de otras personas de la comunidad. Amado Dios, Mi cuerpo es precioso pero a veces siento que pelea en mi contra. Ayúdame a encontrar apoyo y tratamiento para que pueda ser todo aquello para lo que fui creado. FUENTES: www.advocatehealth.com; US Pain Foundation, www.uspainfoundation.org; American Chronic Pain Association, www.theacpa.org Aparte de hacer una cita con el médico, la doctora Barclay recomienda a las personas que sufren de dolor que le den prioridad al ejercicio, a la sana alimentación y a que lleven una vida activa y social. 9-16 9-16