El sector de transporte no puede asumir más peajes: no al peaje de Etzegarate El transporte es una actividad fundamental de nuestra economía que interconecta a todo el resto de sectores de actividad y como tal es un colosal termómetro de la evolución de la crisis. En Gipuzkoa han desaparecido, desde 2008, 813 empresas, es decir casi un 30% de empresas menos en siete años. Se dice pronto, pero son muchas empresas, muchos trabajadores y muchas familias que han tenido que cerrar por ruina. En Gipuzkoa se han destruido 4.500 puestos de trabajo y en el Estado hay 130.000 empleos menos en el sector del transporte. También la antigüedad de flota de camiones muestra claramente la magnitud de la crisis que estamos atravesando con una media de 12 años para los camiones rígidos y casi 8 para los tractores. Las causas de esta debacle llevan arrastrándose con anterioridad incluso a la crisis económica mundial surgida a finales de 2008: • El impacto del dumping social ejercido por empresas extranjeras que cuentan con trabajadores cuyos costes son mucho menores que los de los trabajadores autóctonos y también, no hay que olvidarlo, por las empresas de aquí que se han deslocalizado, para competir con costes salariales y fiscales más bajos que los nuestros. • La imposibilidad, debido a esta competencia desleal, de repercutir las subidas de costes a los precios de transporte, que, unido a la fuerte fluctuación del precio del carburante, ha estado asfixiando durante años a las empresas descapitalizándolas. • Los prolongados plazos de pago, que actualmente se sitúan en una media de 90 días, a pesar de que la norma que los rige obligue a pagar en 30 días y en 60 si hay pacto expreso, ya que el incumplimiento no conlleva sanción alguna. • Estos larguísimos plazos de pago unidos a la falta de financiación tanto del activo circulante como de la inversión han ahogado literalmente a las empresas, máxime en una actividad en que la renovación de flota debe ser fundamental y constante, por criterios de eficiencia, medioambientales y de seguridad. • Todo esto unido a la gran reducción de la demanda de transporte provocada por el desplome de la economía ha generado una situación insostenible a muchas empresas que no han tenido otra alternativa que cerrar y las que quedan afrontan el futuro empobrecidas y con falta de recursos para hacer frente a la competencia desleal. El hecho es que todos los datos constatan un crecimiento económico positivo y los datos de intensidades de tráfico atestiguan que se están moviendo más mercancías, 1 pero basta echar un vistazo a las matrículas de los camiones que surcan nuestras carreteras para ver que muchos de ellos son extranjeros. Los vehículos y empresas que están creciendo no son las de aquí sino las empresas deslocalizadas y las provenientes de países con costes sociales muy inferiores a los nuestros que están copando el mercado. El gran problema del sector, en definitiva, es la imposibilidad de trasladar los costes a los precios y lo que GUITRANS viene demandando al ejecutivo central desde hace años, es un pacto entre sector y administración que implique a las empresas cargadoras y que pueda sentar las bases de un proceso que racionalice la competencia. Necesitamos que se regulen mecanismos que posibiliten repercutir los costes reales en las tarifas garantizando los mínimos umbrales de rentabilidad que hagan viables las empresas en nuestro entorno. Este es el preocupante contexto que vive nuestro sector y que hemos expuesto a la Diputada de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, en un encuentro reciente para explicar el porqué de nuestro rechazo a la implantación de un peaje en Etzegarate. El sector no puede asumir más costes dada la dificultad que tiene para repercutirlos y poner peajes en una vía neurálgica de nuestra red de carreteras que supone la conexión con Francia y con la Meseta es poner de nuevo el transporte en la picota, perjudicando más a los transportistas guipuzcoanos, ya que el impacto de un peaje en una vía tan utilizada por los transportistas guipuzcoanos es mucho mayor para ellos que para los foráneos. Tampoco podemos asumir subidas de tarifas del 3,5% en los peajes ya existentes, máxime teniendo en cuenta que el transporte queda fuera de las bonificaciones por ser usuario habitual y además no puede repercutirlo en la tarifa, con lo cual se convierte no en coste, sino en pérdida. También le hemos expuesto que no estamos solos en este rechazo y de hecho el Comité Nacional de Transporte por Carretera, en el que GUITRANS participa a través de FITRANS, se ha dirigido en iguales términos tanto al Diputado General, Markel Olano, como a la Sra. Oiarbide, para exponer esta postura contraria. El sector de transporte de mercancías por carretera paga vía impuestos cantidades ingentes de dinero a las arcas públicas. Un reciente estudio realizado por Transyt, Centro de Investigación del Transporte, para la Fundación Francisco Corell, constata que el transporte de mercancías aporta anualmente 23.000 millones de euros en el Estado, de los que más de 7.000 millones corresponden a impuestos específicos del sector. Tan solo la fiscalidad específica supone que un camión aporta 0,1132 euros/vehículo-kilómetro de impuestos. Una empresa de transporte de 1 vehículo paga al año 23.000 euros en impuestos. Lo que pedimos es que las administraciones gestionen bien estos recursos, con rigor y primando la creación de riqueza y puestos de trabajo, no esquilmando a un sector cautivo de las infraestructuras. 2