El impacto de la cultura escrita en las estructuras de pensamiento R o s a u r a H e r n ¶a n d e z Mo n r o y U n ive r s id a d A u t o¶ n o m a Me t r o p o lit a n a -A z c a p o t z a lc o Es irrefutable que una de las caracter¶³sticas esenciales de las sociedades modernas es la presencia de la escritura en cualquier acontecimiento importante. Desde los comunicados o¯ciales, las noti¯caciones ¯scales, hasta las felicitaciones, los recados informales se expresan de manera escrita. Los contratos laborales o comerciales; as¶³ como los compromisos sociales se validan con un rasgo escrito: la ¯rma de los involucrados. Los distintos saberes acumulados est¶an codi¯cados en libros; incluso nuestra morada u ¶ltima en esta tierra estar¶ a adornada con una inscripci¶on escrita por nuestros seres queridos. Cultura escrita La cultura escrita en Occidente no es s¶ olo aprender el abecedario, es aprender a usar los recursos de la escritura para un conjunto culturalmente de¯nido de tareas y procedimientos. As¶³ que cultura escrita va m¶ as all¶ a de ciertas habilidades mentales, implica la relaci¶ on de todas ellas para la comprensi¶ on del mundo complejo que nos rodea y nuestro propio ser interno. A continuaci¶ on explicar¶e como el ser humano lleg¶ o a este estadio de desarrollo cultural. Gracias a un largo proceso de evoluci¶ on, los humanos constituyeron una especie singular, en la cual la capacidad c¶ ubica del cerebro aument¶ o en gran proporci¶ on durante un mill¶ on de a~ nos, aproximadamente. Esta mayor capacidad los posibilit¶ o para pronunciar un lenguaje articulado, lo que trajo aparejada una especializaci¶ on de los ¶ organos de fonaci¶on. As¶³ durante un largo periodo de siete mil a~ nos, el hombre se caracteriz¶ o por su habilidad para hablar y escuchar; pensaba y reaccionaba oralmente. Tambi¶en podemos observar c¶omo de nuestras habilidades, una de las m¶as valoradas es la que demuestra nuestra capacidad para emitir o decodi¯car textos escritos. Tan es as¶³, que la principal funci¶ on de la educaci¶ on primaria es adiestrarnos en el manejo de las llamadas habilidades b¶asicas: lectura, escritura y aritm¶etica, todas ellas vinculadas con sistemas de signos. Como sabemos, el lenguaje se usa para representar al mundo, permite re°exionar sobre el entorno y tomar conciencia de ¶el. La escritura se utiliza para representar el lenguaje, por tanto, tambi¶en abre la posibilidad de meditar sobre ¶el. As¶³, la lectura y la escritura inciden en el pensamiento. Al manejar lenguaje escrito, ya sea al leerlo o escribirlo, se toma conciencia simult¶aneamente de dos cosas: del mundo y del lenguaje. Por ello, cuando se dieron cambios en las formas de leer los textos, debido a los cambios de soportes materiales, se registraron cambios en los modos de lectura que exigieron nuevas distinciones, nuevas conciencias y nuevos modelos de pensamiento. De esta manera, la estructura misma del conocimiento fue alterada por los intentos de representar el mundo sobre el papel. Paralela a la intercomunicaci¶ on oral, se empez¶o a gestar una gran revoluci¶ on que tuvo como actores a egipcios, sumerios, fenicios, hebreos, hind¶ ues y chinos hasta llegar a la superioridad tecnol¶ ogica del alfabeto griego, cuya invenci¶ on se fecha en 750 a.C. Estos pueblos dise~ naron un conjunto de formas lo bastante peque~ nas para ser trazadas por la mano y lo su¯cientemente selectas para representar los cientos de sonidos emitidos por la garganta. En sus inicios el alfabeto se emple¶ o para registrar el lenguaje oral, tal como estaba organizado para facilitar su memorizaci¶ on. Esto explica las repetitivas f¶ ormulas lingÄ u¶³sticas que aparecen en obras como la Iliada y la Odisea de Homero. Otro gran paso fue llegar a la fase conceptual donde ya exist¶³a otro tipo de almacenamiento, que no depend¶³a de los ritmos usados para la memoria oral. En esta fase, el hombre adquiri¶ o otro tipo de competencia: la competencia de leer y darle un signi¯cado a todo lo le¶³do; estaba entrando a una nueva cultura: la de la escritura y con ella vendr¶³a el desarrollo del pensamiento cr¶³tico que posibilit¶ o la potenciaci¶ on de la ciencia, la ¯losof¶³a, las leyes, la literatura, etc. Porque la escritura liber¶o En este art¶³culo me interesa re°exionar la forma en que la cultura escrita incidi¶o en nuestra forma de manipular c¶odigos simb¶olicos, esto es el pensamiento y por tanto en nuestra comprensi¶on discursiva. 5 6 al hombre de la atadura espacio-temporal de la emisi¶ on oral, pudo plasmar su pensamiento sin necesitar de un sujeto receptor. Con esto podemos a¯rmar que la escritura es una obra de la cultura y no de la naturaleza. La escritura como una actividad primordialmente distanciada reforz¶o la articulaci¶on de los aspectos situacionales que uno debe manejar para lograr la comunicaci¶ on; esta necesidad abri¶o el camino para a la re°exi¶ on sobre la metodolog¶³a de las articulaciones, entre ellas la de la representaci¶on del mundo y del yo. La escritura oblig¶o al emisor a pensar con mucho cuidado, c¶ omo expresar claramente al receptor ausente: sus argumentos, razonamientos, deducciones, explicaciones; t¶ acitamente presion¶o al hombre a re°exionar sobre su comprensi¶on discursiva. Por ello, los latinos acu~ naron la famosa frase: verba volant, scripta manent (las palabras vuelan, los escritos permanecen) re¯ri¶endose a lo ef¶³mero del acto verbal, frente a la trascendencia de lo escrito. La escritura permiti¶o un relajamiento de la di¯cultad de memorizarlo todo; ahora lo importante era c¶omo hacer la enunciaci¶on, de¯nir, estructurar coherentemente. El paso a esta etapa fue considerado por muchos como el punto m¶as alto de la evoluci¶ on cultural, uno de ellos Juan Jacobo Rousseau, lo expres¶ o en su famoso Ensayo sobre el origen del lenguaje: \Estos tres modos de escritura corresponden casi exactamente a tres diferentes estadios seg¶ un los cuales pueden considerarse los hombres reunidos en una naci¶ on. La pintura de objetos es apropiada para los pueblos salvajes, los signos de palabras y de proposiciones, a un pueblo b¶arbaro, y el alfabeto, a los pueblos civilizados" (Rousseau, 1754, p.17) Aparejado a este avance t¶ecnico, el hombre por primera vez estaba viviendo la urbanizaci¶on, el entorno hab¶³a cambiado, adem¶as de vivir en sociedades estructuradas con una serie de h¶abitos diferentes a las etapas primitivas; todo este nuevo entorno lo oblig¶ o a razonar m¶as formalmente. Podemos inferir que la cultura escrita, la educaci¶on e incluso el discurso p¶ ublico hicieron conscientes en el individuo sus recursos l¶ogicos. Obviamente, los hombres siempre hab¶³an razonado, la diferencia ahora consist¶³a en razonar sobre la raz¶on. La escritura abri¶o la posibilidad de materializar el pensamiento, y lo m¶as importante: acumularlo. El hecho de poder leer textos del pasado y compararlos gener¶ o la indagaci¶on cr¶³tica. El hombre logr¶ o leer y cotejar el pensamiento de hombres que lo hab¶³an precedido, y se dio cuenta c¶omo miraron la realidad de diversas formas. Esta panor¶amica maravillosa que se abr¶³a frente a sus ojos le proporcion¶ o ele- ContactoS 39, 5{8 (2001) mentos para distinguir mito de historia o ciencia de magia. S¶ olo as¶³, nos podemos explicar los cambios fundamentales que ocurrieron en la Grecia cl¶ asica, despu¶es de la invenci¶ on de la escritura, el griego confront¶ o la tradici¶ on religiosa con sus observaciones cient¶³¯cas. La re°exi¶ on fue la base de la conducta letrada, as¶³ la escritura increment¶ o los procesos re°exivos y despu¶es posibilit¶ o la representaci¶ on de los resultados de la aplicaci¶ on de estos procesos. Esta representaci¶ on constituy¶ o un modelo del mundo sobre el cual se hab¶³a meditado, esta abstracci¶ on de la realidad la llamaremos gen¶ericamente texto, pod¶³a ser un poema, un mapa, una narraci¶ on. Adem¶ as de este proceso abstractivo, el individuo debi¶ o realizar otro inverso, el hermen¶eutico, o sea el de la interpretaci¶on. Aunado al uso re°exivo de la conducta lingÄ u¶³stica para la articulaci¶ on del mundo y del yo, estaba el acto de darle signi¯cado al texto; pronto el hombre percibi¶ o la facilidad con que se pod¶³a caer en la subjetividad de ciertas interpretaciones, por ello escribi¶o a su vez, sistemas de reglas, procedimientos de veri¯caci¶ on y otros auxiliares en este proceso, como diccionarios, gram¶ aticas, ¶³ndices, manuales en general. Como es natural, s¶ olo una peque~ na parte de la sociedad participaba de estas actividades. De lo anterior se desprende que la escritura relacion¶ o a los individuos y a los grupos de manera diferente que la oralidad. Como medio de comunicaci¶ on, la escritura produjo el desarrollo de nuevas formas discursivas: cartas, diagramas, art¶³culos, etc. Estos g¶eneros se especializaron para cumplir diversas ¯nalidades: enciclopedias y diccionarios para organizar la informaci¶ on; relatos de ¯cci¶ on para entretener; ensayos para examinar, y as¶³ sucesivamente. Las propiedades lingÄ u¶³sticas de la escritura como medio han sido analizadas por Halliday, quien se~ nala que el lenguaje escrito tiende a ser l¶exicamente denso, pero gramaticalmente simple, mientras que el lenguaje hablado tiende a ser gramaticalmente intrincado, pero l¶exicamente simple. Halliday propone que la variable cr¶³tica es la conciencia: \escribir es en esencia un proceso m¶ as consciente que hablar. . . el discurso espont¶ aneo habitualmente es hablado y el discurso autosupervisado generalmente es escrito" ( Olson, 1988, p. 340). Ciertamente la habilidad de reconocer letras y palabras, la comprensi¶ on de textos y la expresi¶ on de ideas por escrito, es una capacidad lingÄ u¶³stica; pero la destreza de \colocarse afuera" para observar el lenguaje es una capacidad metalingÄ u¶³stica. As¶³ el hombre El impacto de la cultura escrita en las estructuras de pensamiento Rosaura Hern¶ andez Monroy que ejerce la escritura debe ser capaz de segmentar el habla en los constituyentes fon¶eticos, representados por las letras y luego manejar h¶abilmente la integraci¶ on de palabras y oraciones. El proceso de escribir implica atender constantemente la sintaxis y la sem¶ antica del lenguaje, adem¶as de cuidar la intenci¶ on general del texto. Toda esta operaci¶ on es metalingÄ u¶³stica. Con la escritura se pudieron realizar varias actividades cognitivas, algunas u ¶nicamente posibles por el hecho t¶ecnico en s¶³ mismo, por ejemplo los c¶ alculos matem¶ aticos s¶olo pueden alcanzar cierto nivel de complejidad por el apoyo escrito. Adem¶ as la escritura permiti¶o ciertos ordenamientos, imposibles en la emisi¶ on oral que obliga a la linealidad, como puede ser un texto en dos columnas cuya informaci¶ on se puede correlacionar, y con esta disposici¶ on permitir la lectura horizontal o vertical. La cultura escrita recibi¶o un impulso important¶³simo con el invento de la imprenta, la elaboraci¶ on de copias id¶enticas de textos, mapas, diagramas y su simult¶ anea distribuci¶on a centenares de lectores, contribuy¶ o e¯cazmente al establecimiento de una tradici¶ on documental. Incluso cambi¶o ciertas pr¶ acticas como la de la lectura, de realizarla en voz alta frente a un grupo de oyentes, se pas¶o a la lectura en silencio, en una habitaci¶on o claustro, totalmente s¶ olo. La posibilidad de tener una copia de la Biblia o de un tratado de bot¶anica, produjo cambios en la vida espiritual e intelectual de la Europa del siglo XV. S¶ ubitamente, el creyente pod¶³a leer de manera directa la palabra de Dios, sin la intermediaci¶on de sacerdote; este cambio, obviamente, condujo a la Reforma. Por otro lado, la circulaci¶on de textos cient¶³¯cos increment¶ o la investigaci¶on acumulativa, cientos de copias en manos de estudiosos fueron analizadas, criticadas o enriquecidas con nuevos descubrimientos. As¶³, la escritura hab¶³a posibilitado ¯jar el pensamiento del hombre y la imprenta difundirlo, ahora el hombre con la capacidad intelectual que lo caracterizaba, se enfrentaba a la interpretaci¶ on de lo dado, ya sea por Dios o por la naturaleza; ambos tipos de textos deb¶³an ser interpretados, para ser comprendidos. Este hecho marc¶o un hito importante en la ciencia, al aceptarse la posibilidad de que ante algo ¯jo y objetivo se pod¶³a dar una hermen¶eutica inferencial y subjetiva. El texto resultado de un recorte del lenguaje, pod¶³a ser recreado de diversas maneras por el lector, quien le daba un signi¯cado. Igualmente, frente a un hecho natural, el hombre hac¶³a una lectura de la phisis, planteando alguna hip¶otesis, que a su vez registrada gracias a la escritura pod¶³a ser cotejada con 7 decenas de \lecturas" diferentes. La mente, el pensamiento abstracto alcanz¶ o un alto rango, por esto dir¶³a Descartes: Cogito, ergo sum. Pensamiento El pensamiento es la manipulaci¶ on de s¶³mbolos abstractos, estos s¶³mbolos son las palabras y las representaciones mentales que adquieren signi¯cado por medio de la correspondencia con las cosas que existen en el mundo exterior. Las estructuras que usamos para conformar nuestros sistemas conceptuales surgen de la experiencia de car¶ acter f¶³sico o social; por tanto, es a trav¶es de la percepci¶on que conocemos el mundo. Pero el pensamiento no es s¶ olo eso, tambi¶en es imaginativo; muchos conceptos se conforman a partir de met¶ aforas, im¶agenes mentales que van m¶ as all¶ a del simple re°ejo de la realidad. Esta capacidad imaginativa, que trasciende lo sensorial, no es arbitraria, tiene tambi¶en un soporte material que veremos se relaciona incluso con estructuras sociales; casi siempre conceptualizamos \m¶as" como arriba, \menos" como abajo. Esto es una proyecci¶ on metaf¶ orica de nuestra estrati¯caci¶ on social, y la expresi¶ on lingÄ u¶³stica es aceptada a pesar de mezclar un esquema espacial con uno de cantidad. El pensamiento presenta un car¶ acter gest¶ altico, que globaliza, lo que hace que la e¯ciencia del procesamiento cognitivo dependa de la totalidad del sistema conceptual. Nuestro entorno es un mundo que est¶ a estructurado en s¶³ mismo, un mundo donde los objetos, las cualidades los hechos est¶ an relacionados con cierta l¶ ogica y el lenguaje es el medio que permite hablar de esa realidad que nos rodea. De esta manera, la comunicaci¶ on es el traslado de informaci¶on codi¯cada en lenguaje, de un emisor a un receptor y justamente esta forma de codi¯caci¶ on revela una visi¶ on del mundo una representaci¶ on del entorno. Esta simbolizaci¶ on se hizo patente y pudo ser estudiada hasta que el hombre entr¶ o a la cultura escrita, sin que esto quiera decir, que en la fase de oralidad estuviera ausente. Nuestro sistema conceptual es el que hace ver las cosas de determinada manera, si analizamos el tipo de met¶ aforas que utilizamos, nos daremos cuenta de ello. Por ejemplo, cuando decimos: sus palabras est¶ an llenas de emoci¶ on, lo que saqu¶e en claro de la conferencia, su discurso era un c¶ umulo de frases vac¶³as. Aqu¶³ nuestra visualizaci¶ on es que el lenguaje es recept¶ aculo, y el ¶enfasis est¶ a en los mensajes. Si por el contrario, hablamos de a¯rmaciones indefendibles, demoler argumentos, ganar una discusi¶ on, derribar temores, atacar de¯ciencias, estamos estructurando bajo el concepto de guerra. Vis- 8 to as¶³ el signi¯cado no existe en s¶³ mismo, sino que somos nosotros los que damos signi¯cado a las cosas, a las expresiones. Este signi¯cado est¶a en funci¶ on de c¶ omo percibimos la forma global de las cosas en t¶erminos de parte-todo. Despu¶es de esta r¶apida revisi¶on de c¶omo se organiza el pensamiento, podemos decir que una vez que el hombre entr¶o a la fase escrita, se encontr¶ o ante otro tipo de discursividad, donde el hecho de enfrentarse a un texto escrito lo oblig¶o a decodi¯car un discurso que iba m¶as all¶a de unidades oracionales, fue necesario distinguir el entrecruzamiento de diversos niveles de construcci¶on dentro de la complejidad de sistemas conceptuales. Ahora el individuo deb¶³a comprender palabras en funci¶on de modelos cognitivos de los que formaban parte, a~ nadiendo a esto la construcci¶on del mundo que el autor hab¶³a con¯gurado globalmente. En conclusi¶ on el hombre al desarrollar la escritura, gener¶ o otro tipo de competencia lingÄ u¶³stica que no era necesaria cuando el intelocutor estaba presente, esta nueva discursividad, impact¶o directamente sus estructuras de pensamiento ya que el individuo ejercit¶ o ampliamente sus habilidades para describir, explicar, ordenar, recordar; entr¶o a un ¶ambito donde la descontextualizaci¶on, la objetividad y la precisi¶on eran necesarias para producir un texto escrito. El pensamiento tambi¶en se ejercit¶ o en la re°exi¶ on metalingÄ u¶³stica, inusual en la oralidad y aunque al principio la escritura era un modelo del habla, pronto cre¶o una estructura mod¶elica m¶ as compleja. ContactoS 39, 5{8 (2001) Por u ¶ltimo, fue a trav¶es de los recursos de la escritura como medio de comunicaci¶ on que surgieron las formas especializadas de discurso y es por el manejo de estas formas especializadas de discurso que surgieron las competencias intelectuales especializadas. Bibliograf¶³a 1. Cardona, Giorgio Raimondo. Antropolog¶³a de la escritura. Barcelona, Gedisa, 1995. 2. Catach, Nina (comp.). Hacia una teor¶³a de la lengua escrita. Barcelona, Gedisa, 1994. 3. Chartier, Roger. El orden de los libros. Barcelona, Gedisa, 1997. 4. Olson, David R. y Nancy Torrance (comps.) Cultura escrita y oralidad. Barcelona, Gedisa, 1998. cs