Discurso en homenaje al Doctor Francisco Varela, fallecido en Paris, Francia, el 28 de Mayo recién pasado. (Acto central de la Universidad La República. Día 15 de junio de 2001) Profesor Jaime Yanes Guzmán Señores presentes: La muerte del doctor Francisco Varela ha provocado una onda impresión en la comunidad científica nacional e internacional. Su paso por las aulas universitarias y diversos laboratorios del planeta ha dejado una inmensa obra inconclusa difícil de continuar sin su importante presencia. Los temas de la ciencia del conocer que trató son numerosos. Cabe destacar sus trabajos conjuntos con el doctor Humberto Maturana sobre la Teoría de Sistemas y la Teoría de la Autopoiésis dados a conocer a Chile y el mundo en esas sus obras clásicas “De Máquinas y Seres Vivos” y “El Arbol del Conocimiento”. Inició trabajos importantes relacionados con los sistemas autorregulados como el sistema inmunitario, que le mereció el reconocimiento internacional. Se atrevió a tocar temas desde una perspectiva diferente cuando organizó conferencias en la India y discutió junto al Delai Lama del Tibet asuntos como el morir, la percepción, la conciencia y la formación del Yo desde la perspectiva budista. Se atrevió a aplicar la teoría de sistemas y la teoría de la autopoiésis a las organizaciones empresariales modernas, pero no en forma literal o estricta, sino que una aplicación por continuidad, como un instrumento epistemológico más allá de la vida celular, entendiendo a los organismos sociales como sistemas vivos. Junto a Fernando Flores incursionó sobre el carácter de la educación superior en un destacado paper denominado”Educación y Transformación: preparemos a Chile para el siglo XXl”. Es en esta perspectiva valeriana sobre la educación que quiero detenerme al hacer este homenaje en nombre de la comunidad universitaria de nuestra universidad, en especial del departamento de Bachillerato. En resumen ellas nos da las siguientes enseñanzas: Primera enseñanza: su profunda crítica al denominado espacio cartesiano que fija la supremacía de la racionalidad y la concepción del mundo como un lugar externo al observador que es posible conocerlo “objetivamente” como una autodescripción consciente, a través de un proceso de simple “almacenamiento de información” sobre el entorno en que vive el sujeto; Segunda enseñanza: Su posición de que el sujeto no puede ser tratado como algo independiente del entorno, porque esto implica hacerse ciego y sordo a la participación del propio sujeto en la constitución del mundo que lo rodea, y que éste especifica por medio de diversas explicaciones; Tercera enseñanza: Aceptar que explicar consiste en dar cuenta de las variaciones perceptuales, de las visiones que el propio observador tiene del mundo, de criterios de distinción sobre la base de sistemas conceptuales construidos por el observador en el operar de su praxis. Es decir, el observador conoce el objeto, lo hace emerger por medio de un mecanismo generativo que son sus coherencias lógicas (visiones, ideologías, teorías, religión, etc) producto de su vinculación estructural en su vida experiencial con otros observadores; Cuarta enseñanza: De lo anterior se desprende que no se puede dar una explicación “objetiva” sin paréntesis del mundo, porque el propio observador que lo investiga o describe científicamente, está involucrado; Quinta enseñanza: Una explicación o descripción científica no puede tener validez universal absoluta porque los contenidos usados en el lenguaje son siempre generados en una cultura particular, la cual crea los mecanismos generativos que dan cuenta de los elementos, acciones y sistemas que se quieren conocer; Sexta enseñanza: El fenómeno a explicar es hecho emerger por enacción, entendiendo sus regularidades como el resultado de una historia conjunta: entonces el fenómeno especificado se produce a partir del mecanismo explicativo generado, convirtiéndose sólo así en una explicación científica del fenómeno; Séptima enseñanza: el pensar analógico opera captando configuraciones relacionales en el ámbito de la biosfera como fuente de entendimiento y de manejo sistémico del vivir; Octava enseñanza: la biosfera surge continuamente como un ámbito coherente de configuraciones relacionales dinámicas de vivires y de modos de vivir que se entrelazan en distintos dominios de toda su extensión; Novena enseñanza: en el pensar enactivo la acción surge como un acto creativo desde las configuraciones relacionales dinámicas que hace el observador, no deteniéndose en las relaciones locales; Décima enseñanza: el pensamiento sistémico es comprensivo porque va más allá de las particularidades circunstanciales, conectando lo local con el contexto general, viendo lo individual con una mirada universal; Undécima enseñanza: Sólo en la perspectiva de que los humanos pertenecemos a una totalidad sistémica en la historia de nuestra existencia (cosmos, biosfera y cultura) es posible comprender que podemos descubrir que los fundamentos del pensamiento lineal son analógicos y no ingenieril o de linealidad causal. El pensar y razonar lineal causal es efectivo en la operacionalidad local, pero siempre desde la mirada del pensamiento sistémico; Duodécima enseñanza: por último, la sabiduría es el vivir como un vivir en el que el actuar local o circunstancial surge desde el entendimiento sistémico del presente de la comunidad a la cual pertenecemos; ¿Qué conclusiones nos pueden traer estas enseñanzas del profesor Varela –muchas de ellas desarrolladas en conjunto con el profesor Maturana- al mundo académico? Que los objetivos educativos, las metodologías pedagógicas y las capacidades tanto del docente como de la propia organización institucional deben tener un profundo sentido humanista. Porque educar es “aprender a aprender”, es fundamentalmente enseñar a saber como conocer más, es enseñar al educando que aprenda de si mismo, que sea capaz de explicar desde sus propias visiones, previendo además lo que viene. Se trata de cambiar el eje central del aula desde el profesor al alumno, donde el primero ya no es un mero entregador de instrucción que el alumno toma y debe cumplir en su vida diaria profesional. Es necesario consolidar una metodología de la enseñanza y el aprendizaje que permita al profesor entregar sólo elementos generales para que el alumno construya el mismo, desde su propia vida experiencial, las referencias lógicas que le permitan explicar y construir el mundo que le rodea, que le facilite reapropiarse constantemente de su propia práctica. Podemos afirmar que estas enseñanzas de Valera nos alejan de la visión de una educación superior como un mero valor agregado de la producción que genera “recursos humanos” aptos sólo para la “dura batalla de los mercados”, legitimando todo lo existente desde el punto de vista de la contradicción progreso tecnológico/regreso social; Estas enseñanzas nos acercan a una propuesta de universidad que sea capaz de crear líderes que tengan visión sistémica, holística, estratégica, de futuro, de manejo de complejidades e incertidumbres y generadores de cambios culturales profundos en todas las esferas de la vida nacional favorable al desarrollo económico y la justicia social desde la perspectiva del florecimiento integral de todos los miembros de la comunidad nacional; Se trata, en la perspectiva de Nietzsche, de desarrollar una metodología que permita conocer las condiciones básicas generadoras de la cultura como guía para el establecimiento de metas universales que cree condiciones, como señala Marx, para que el hombre real individual absorba en sí al ciudadano abstracto, y alcanzar, como plantea Maturana, la liberación del ser humano a través del encuentro profundo de su naturaleza consciente consigo misma. Muchas gracias.