Actualmente, vivimos un momento sociocultural histórico inédito a a escala global. Estamos experimentando nuestra primera "era global" al igual que muchas eras nos preceden en nuestra historia. Es necesario adoptar un punto de vista antropologicamente subjetivo y arbitrariamente analítico para poder interpretar nuestra situación actual. Y debemos ser capaces de dejar a un lado el eclecticismo y buscar la originalidad para poder tener una visión de un futuro lógico medianamente acertada o cercana a la posible realidad futura. Esto es debido a que no podemos conocer qué será realmente viable en un futuro estando influenciados por las posibilidades actuales. Para empezar a realizar esta labor, tenemos que hacer un análisis juicioso estricto de nuestras actuales carencias en campos de políticas estatales, fundamentos del sistema económico e industrial, el ser humano como una sociedad global, la educación, medio ambiente, etc. En esencia, esto implica un replanteamiento general de los dogmas y falsos axiomas que rigen nuestra existencia contemporánea. Una labor semejante, requiere de una coordinación una gestión de dimensiones semejantes al ámbito de aplicación. El problema es que a pesar de la existencia de numerosos organismos internacionales dedicadas a labores semejantes (muchas veces pisándose mutuamente las "competencias"), carecen de coherencia, buena estructuración, coordinación y autoridad real. La gran mayoría de estos organismos acaban sumergidos en ciclos anuales promotores de turismo internacional de congresos que no causan ningún efecto y sólo benefician a la comunidad local en donde se celebran. Estos grandes coloquios internacionales, independientemente del tema a tratar, carecen de base suficiente para llegar a conclusiones reales. Es imposible llegar a soluciones que implican el consenso de múltiples naciones en donde se mezclan culturas, filosofías, éticas e ideologías dispares, si no se dejan a un lado los intereses personales y nos centramos en problemas reales empíricos. El sistema educativo tiene unas carencias abismales tanto a nivel elemental como a nivel universitario, esto dificulta más aún una posible evolución temprana en los cambios generacionales venideros de los puestos de poder. Estas carencias del sistema, son semejantes en esencia a los otros problemas ya mencionados, seguimos en el eterno bache de los dogmas caducos y los falsos axiomas, que son la verdadera raíz del problema global, ya que estamos entrando en una nueva era, usando unos valores ya anticuados. La estrategia UE 2020, a mi juicio, puede que sea la última oportunidad de enderecer la situación actual sin perjudicar demasiado el futuro próximo. Pero estoy casi seguro de que acabará siendo otra vez simple turismo congresual, al igual que la cumbre de Copenhague (siempre decimos "esta es la definitiva" y luego "esta sí que sí que es la definitiva" y luego "ya no tenemos más oportunidades, esta ya es la última") lo que hace que la gente de a pié los organismos internacionales y los gobiernos pierdan el interés, la fe, credibilidad y la esperanza. La jerarquía de poder a escala global está tan sesgada, que resulta muy difícil poder generar un movimiento ideológico y promotor del cambio necesario. -- Omar Bennouna