Hacia la evolución consciente La Primera Singularidad es un manifiesto y claro ejemplo de las limitaciones del pensamiento lógico deductivo. En efecto, ¿cómo es posible imaginar o concebir tan siquiera que algo se pueda producir de la nada? Y, para sorpresa de muchos, eso fue lo que en efecto sucedió en el principio de los tiempos, hace aproximadamente 13.700 MILLONES de años. Cuando decimos nada, queremos expresar exactamente eso, la nada absoluta. En el principio era la nada, deberíamos comenzar al narrar la historia del universo. Y nada, en este contexto, no quiere decir un inmenso y absolutamente vacío espacio, en el cual nada sucede en el transcurrir del tiempo…no, no es a eso a lo que se refiere la ciencia y la cosmología específicamente. Se refiere a un vacío absoluto, sin espacio, sin tiempo y sin materia. No es un espacio vacío y oscuro, no, es ausencia de todo incluso de tiempo y espacio. ¿Cómo pudo entonces, ocurrir algo a partir de esa nada absoluta?...es un misterio que la ciencia oficial evade argumentando que dado que no había nada, no podían haber leyes y por ende no es tema que le competa resolver a la ciencia y es más bien tema de pensamiento y filosofía. El término singularidad es un concepto de la física, la cual lo utiliza cuando enfrenta eventos o situaciones que no pueden ser respondidos desde los ámbitos en los cuales la metodología científica se mueve. Y precisamente, para nombrar el comienzo del universo utiliza este calificativo, fue un evento único y sin explicación, es decir una singularidad. Para nosotros fue la PRIMERA SINGULARIDAD, la Singularidad Cosmológica. A partir de ella se generó una forma de existencia nueva que implica un salto categorial, el paso de la nada a algo. Tratar de imaginar la nada absoluta es una acción que se dificulta enormemente a la mente común. Para empezar damos como hechos fijos y estables al tiempo y al espacio, como si todavía nos moviéramos inmersos en los conceptos de la física newtoniana, que concebía al espacio y al tiempo como una especie de telón de fondo inalterable y que nunca se veían afectados por los eventos que ocurrieran en ellos. Tuvo que llegar Albert Einstein y su teoría de la Relatividad General para demostrar el fundamental error de concepción del modelo de Newton. Einstein demostró, que el espacio/tiempo es algo que sí puede alterarse y cambiar, al punto de que ahora sabemos que el Hacia la evolución consciente espacio se estira, se expande y se dobla y que el tiempo se acelera, se enlentece e incluso se detiene en determinadas condiciones en ciertas partes de nuestro universo, como por ejemplo en los agujeros negros. Tiempo, espacio y materia tuvieron un comienzo misterioso y enigmático, no han existido siempre y surgieron de la nada. La mente se perturba ante esas consideraciones y la idea de una inteligencia suprema nos asalta a hurtadillas, haciéndonos experimentar un respetuoso e inmenso asombro ante lo sagrado.