Diario Laboral Nro 68 – 14.04.2016 Prestaciones no remunerativas y crisis empresaria Por Maira C. Rita1 1) La legislación. La LCT, en el capítulo V titulado “De las suspensiones por causas económicas y disciplinarias”, regula en su art 223 bis el contenido y alcance de las asignaciones en dinero que otorga el empleador en caso de suspensiones por falta o disminución de trabajo, no imputables a él, o a fuerza mayor debidamente comprobada. La norma expresa: “Se considerará prestación no remunerativa las asignaciones en dinero que se entreguen en compensación por suspensiones de la prestación laboral y que se fundaren en las causales de falta o disminución de trabajo, no imputables al empleador, o fuerza mayor debidamente comprobada, pactadas individual o colectivamente u homologadas por la autoridad de aplicación, conforme normas legales vigentes, y cuando en virtud de tales causales el trabajador no realice la prestación laboral a su cargo. Sólo tributará las contribuciones establecidas en las Leyes Nros. 23.660 y 23.661”.2 A continuación analizaremos sus principales características y alcances. 2) Características: Se trata de prestaciones dinerarias que no tienen carácter remuneratorio, por lo que no computan de base para la tributación de aportes y contribuciones para la Seguridad Social, con excepción de los aportes para Obra Social3. Requieren como fundamento de hecho, la falta o disminución de trabajo, no imputables al empleador, o fuerza mayor, debidamente comprobadas. Excede este trabajo describir cada uno de estos supuestos, pero podemos sintetizar que: La falta o disminución de trabajo implica la existencia de uno o varios eventos que tornan más onerosa la prestación del empleado. Se trata de una situación de hecho cuya génesis y desarrollo debe ser ajeno y no atribuible (sea a título de culpa o dolo) al empleador. La fuerza mayor, en cambio, consiste en aquellos eventos que no han podido preverse, o que previstos no han podido evitarse4. Deben obedecer a causas externas graves al giro empresarial. Ello así, ya que el empresario al poner en marcha su negocio asume un riesgo y una responsabilidad, de los 1 Especialista en derecho del trabajo, UBA. Artículo incorporado por art. 3 de la Ley N° 24.700 B.O. 14/10/1996. 3 Leyes 23.660 y 23.661. 4 Art 1.730 CCC. 2 cuales no puede deslindarse con ligereza. Se trata de impedimentos insuperables, y no de circunstancias que sólo hagan desaconsejable la prestación de tareas. Si bien se suspende la obligación del empleador de abonar el salario, ya que el trabajador no se encuentra a disposición (art 103 LCT), se trata de entrega de sumas de dinero, pactada individual o colectivamente, que sustituyen, total o parcialmente, los ingresos salariales que hubiera percibido el trabajador de no haberse dispuesto la suspensión. La norma requiere que estos pagos se instrumenten mediante acuerdos individuales o colectivos, celebrados con los trabajadores o el sindicato que los represente, y que sean homologados por el MTSS. De esta forma, se supone la existencia de una “suspensión concertada” que es aceptada por los trabajadores involucrados. El texto del artículo parece excluir la posibilidad de que la entrega de estas sumas no remunerativas tenga origen en un acto voluntario unilateral del empleador5. Su finalidad es mantener la vigencia de los contratos de trabajo en situaciones de crisis. No se verifica un tiempo máximo de suspensión de cómputo anual; éste es resultado del acuerdo de partes y susceptible de ser prorrogado. Coincidimos con Carcavallo6 quien sostiene que durante el plazo de la suspensión subsisten: (i) la cobertura por riesgos de trabajo, (ii) el cómputo de la antigüedad, a los fines laborales y previsionales (art. 153 LCT); (ii) los derechos sindicales y entre ellos, el de ejercer la representación gremial7. 3) Reflexión final. Considerando los distintos supuestos de crisis empresaria originados en causas económicas o razones de fuerza mayor, la norma en análisis es una herramienta más otorgada al empleador, para afrontar los efectos y secuelas de esas situaciones, y por supuesto, dar un nuevo impulso a la empresa. Podría llegar a sostenerse que el límite de este instrumento sería la irrenunciabilidad de derechos del trabajador, ya que la norma permite al titular de la empresa reducir la remuneración de sus dependientes, y hasta incluso solicitar prórrogas por plazos que superan lo necesario para la reactivación de la empresa. Sin embargo, creemos que ello no es así, ya que el trabajador no renuncia a ningún derecho salarial, ni de ninguna otra índole, porque durante las suspensiones cesan algunos efectos del contrato de trabajo, entre ellos, el pago de la remuneración y la prestación de tareas. 5 Entendemos que ello es así, toda vez que están en juego derechos irrenunciables de los trabajadores, ya que el salario de los trabajadores durante esta suspensión sufre una merma. 6 CARCAVALLO, Esteban, “Informe Especial. Suspensión concertada del contrato de trabajo por causas económicas o de fuerza mayor: el supuesto del art 223 bis LCT, la ley onlie, Cita Online: AR/DOC/5318/2010” 7 No obstante, tratándose de una suspensión general de las actividades del establecimiento, la estabilidad en el empleo o la tutela derivada de la Ley 23.551, no podrá ser invocada ( art 51 Ley 23.551).