MOLIÉRE Jean Baptiste Poquelin (Molière) nació en París en 1622 y falleció el 17 de febrero de 1673. Fue un dramaturgo y actor francés. Su seudónimo lo tomó en recuerdo del escritor francés Francois de Molière. Nacido en el seno de una familia burguesa, hijo de un tapicero y camarista del rey, Moliere estudió en el colegio de Clermont y obtuvo el título de abogado, pero desde pequeño se sintió fascinado por el teatro. En 1643 fundó la compañía del Illustre-Theâtre, en la que actuó, produjo y dirigió obras que recorrieron toda Francia. Al regresar a París puso en escena sus primeras obras: Las preciosas ridículas y Sganarelle. Sus sátiras acerca de la corrupción de la sociedad francesa despertaron gran conmoción y su obra fue prohibida en los teatros; Molière fue tildado de “demonio en sangre humana”, por la iglesia católica. El estado francés le cerró sus puertas hasta que finalmente en el año 1669, el Rey Luis XIV le permitió presentar sus obras en público. Luis XIV le dio su apoyo y le permitió utilizar ocasionalmente el Petit-Bourbon e incluso, en 1661, el teatro del Palacio Real. Duro crítico de las costumbres y los prejuicios de la época, emplea la comedia de caracteres y la farsa, para dar un tono popular a sus obras, las cuales soportan la acción del tiempo y divierten y entretienen hasta nuestros días, habiendo creado figuras que se elevan con valor de símbolos de la naturaleza humana. Representando su última obra (El enfermo imaginario) sufrió una hemoptisis y murió en escena. Debido a su oficio de comediante, se le negó la sepultura cristiana. Gracias a la intervención del rey, se le pudo enterrar más tarde en el cementerio de Saint-Joseph. CARACTERÍSTICAS DE SU TEATRO Creador de la comedia clásica francesa, que se impondrá con posterioridad a toda Europa, en el tetaro de Moilére descubrimos la impronta de su formación clásica, y la fuerte influencia de la commedia dell’ arte italiana. Las principales características de su teatro son: Su mayor aportación es la farsa y la comedia de enredo. En ellas pretende enseñar a los hombres cómo son sin dejar nunca de divertirlos. Destacan sus comedias de caracteres, de profunda crítica social- defiende la razón y el sentido común. Busca la verosimilitud, la naturalidad y la penetración psicológica. Destacan ciertos personajes que aparecen en varias obras, como Sganarel y Scapin y los criados, figuras cómicas y sabias. Respeta las unidades. Sus obras están escritas en prosa o en verso (pareados alejandrinos) Variedad de registros, adecuados a los personajes y uso de juegos de palabras OBRAS DE MOLIÉRE Escribió una treintena de obras que suelen dividirse en dos grupos: Farsas. Se diferencia de la comedia, principalmente, en la importancia de la trama; en la farsa, los personajes se limitan a revelar los entresijos del argumento, mientras que en la comedia la trama se subordina a la caracterización de los personajes, sin embargo, Molière estilizó la farsa, adaptándola a los modos propios de la comedia. Escribía obras con personajes caricaturizados con fines didácticos y verosímiles, haciendo una crítica a la sociedad de la época, y mostrando defectos, vicios y debilidades de la naturaleza humana. El genio de Molière yace en esto, es decir, en su habilidad para crear personajes basados en su profunda observación de la naturaleza humana que combina con una presentación de sus caracteres de una manera muy entretenida; sus personajes son verdaderas caricaturas teatrales. Son personajes cómicos que se transforman en personajes dramáticos para terminar en tragedias. Destacan “El médico a palos” o “El enfermo imaginario”. Alta comedia. Piezas en las que se desarrolla una crítica humorística a las costumbres de su época. Poseen una comicidad que hace pensar al espectador. Sobresalen “La escuela de mujeres” (que muestra el daño de la educación hipócrita y de los matrimonios impuestos), “Don Juan” (adaptación del mito creado por Tirso de Molina), “Tartufo” (la hipocresía y el engaño en estado puro), obra que provocó una fuerte oposición clerical. Sobre un argumento habitual (dos jóvenes que se aman y cuyo matrimonio no aprueba el padre de ella), Molière introdujo hábiles transformaciones: todo gira en torno a la hipocresía del personaje central. Así es como el autor consiguió pasar de la comedia de enredo a la comedia de caracteres, su verdadera creación. El carácter satírico de sus obras le granjeó muchos enemigos, pero Molière gozó de la protección del rey Luis XIV, quien le admiraba mucho. Tartufo fue prohibida por el arzobispo de París por impía, y La escuela de las mujeres, una apología de la tolerancia y la libertad de educación, fue acusada de licenciosa e inmoral. Sin embrago, Molière entregó al futuro una forma acabada, perfecta y clásica que pasará a ser durante siglos origen y modelo del humor hilarante, y al mismo tiempo, impregnada de la más dramática amargura, cociente de cuanto existe de ridículo, pero también de patético y de trágico, en cada debilidad humana.