1.1- La renovación de la lírica en el fin de siglo: RUBÉN DARIO

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1.1- La renovación de la lírica en el fin de siglo: RUBÉN DARIO . ANTONIO MACHADO.
Dice Manuel Machado que hay un periodo en nuestra historia que ha sido “terrible” para las artes
españolas, en general, y para la poesía, en particular. Se refiere el poeta al largo periodo que transcurrió entre la
muerte de Alfonso XII (1885) y los últimos desastres coloniales (1898).
A finales del siglo XIX el panorama poético en España era más bien pobre. Tras la muerte de poetas
destacados como Zorrilla, Campoamor y Núñez de Arce, la poesía española parecía estar llegando a su fin. Fue
entonces cuando, como consecuencia del ansia de liberación, surgió un nuevo movimiento poético que buscaba
la renovación de la poesía vieja y gastada de finales del siglo XIX: el Modernismo.
Este movimiento poseía principalmente tres influencias: la de los románticos como Bécquer y Rosalía de
Castro, de la que se obtuvieron valores como el individualismo y el subjetivismo; la de la poesía francesa, de la
que se adaptaron corrientes como el parnasianismo y el simbolismo; y la del Modernismo americano, que aportó
la brillantez y la sensualidad en la poesía.
En el Modernismo se trataron varios temas diferentes, cuyas finalidades pueden resumirse en el anhelo
de la armonía, la plenitud y la perfección y con la búsqueda de raíces. Un tema muy recurrido fue el de la
desazón romántica, consistente en el rechazo de la sociedad presente, el malestar común, con manifestaciones
de tedio y profunda tristeza, y la exaltación de las pasiones y lo irracional por encima de la razón. Surgieron
símbolos como el otoño o el crepúsculo.
El segundo tema tratado fue el escapismo, consistente en la evasión espacio-temporal del autor:
frecuentemente se hacían referencias a paisajes exóticos y a tiempos remotos, tales como la Edad Media, el
Renacimiento o el siglo XVIII; lo que se tradujo en la aparición en los poemas de elementos propios del género
fantástico: ninfas, perlas, elefantes, caballeros, etc.- Dentro de este tema puede encuadrarse también otros temas
muy recurridos: el cosmopolitismo, consistente en la evasión del autor a ciudades con carácter aristocrático, como
París; y el americanismo, consistente en el cultivo de temas relacionados con los indígenas americanos en busca
de raíces. Como consecuencia de éste, también apareció el interés por lo hispánico, como un sentimiento de
solidaridad de los pueblos hispánicos contra el creciente poderío americano.
Se cultivaron también los temas del amor y el erotismo, pasando desde amores imposibles, lánguidos y
melancólicos, hasta escenas eróticas desenfrenadas, que pueden interpretarse como otro método de desahogo de
los autores.
A diferencia del Modernismo en otros países, España se caracterizó por poseer un Modernismo (18851915) menos brillante y más intimista que el que tuvo lugar en otros países; destacando autores como Antonio
Machado, Juan Ramón Jiménez y Valle-lnclán. El principal precursor del movimiento en España fue el
nicaragüense Rubén Darío
Rubén Darío (1867-1916). Nació en Metapa (Nicaragua). Su verdadero nombre era Félix Rubén
García Sarmiento. Poeta precoz, su vida transcurrió entre el periodismo y la literatura. Hombre
cosmopolita y amante del placer, sus viajes lo convirtieron en difusor del modernismo. En 1893 viajó a
Chile y a Buenos Aires, donde trabajó en los periódicos La Nación y La Prensa y en la revista El
Mercurio de América.
Llegó a Madrid en 1899; allí conoció a Villaespesa, Valle-lnclán y Juan Ramón Jiménez. Al
año siguiente se trasladó a París. Volvió a España en 1908, como ministro de su país. Debido a la crisis
nicaragüense, se marchó de nuevo a París. A partir de 1912 viajó por Suramérica y Europa. Murió en
León (Nicaragua).
Destacamos del poeta nicaragüense obras como Azul, Prosas profanas o Cantos de vida y esperanza.
En 1888 se publica Azul., que incluye cuentos breves («El rey burgués», «La ninfa», «El rubí», «El velo de la
reina Mab»...) y unos pocos poemas. El libro, producto de la lectura de la poesía francesa, crea un mundo de
hadas, princesas, centauros, cisnes y fuentes. El léxico poblado de objetos exóticos, la exquisitez aristocrática, el
culto parnasiano de «el arte por el arte», implican un rechazo de la realidad burguesa, en la que Darío no
quiere integrarse.
En 1896, Rubén Darío publicó en Buenos Aires Prosas profanas, libro que deslumbró tanto por sus
innovaciones métricas como verbales. Por un lado, Prosas profanas continúa la línea de evasión aristocrática de
la realidad, y por otro, retoma la preocupación social de la primera época. En sus versos, Darío cuestiona qué es
el arte, el placer, el amor, el tiempo, la vida, la muerte, la religión, la creación poética... El tema por excelencia
de Prosas profanas es el del placer erótico, que no excluye el sacrificio y la pena. En este poemario, la imagen
femenina adquiere diversas formas de la naturaleza: tigre, paloma, yedra, mar, colina...
En 1905 se publica en Madrid Cantos de vida y esperanza, que suma nuevos temas a los de libros anteriores.
En esta obra, Darío manifiesta una expresión más sobria, aunque no elimina palabras brillantes ni innovaciones
métricas.
Antonio Machado (1875-1939), nacido en Sevilla, profesor de francés en el Instituto de Soria y
muerto en el exilio en la ciudad francesa de Collioure, fue, en su primera época, un gran
representante del Modernismo en España. Su obra Soledades (1903) refleja un profundo
intimismo repleto de símbolos, utilizando un estilo sencillo. En etapas posteriores, Machado se
apartó de la corriente modernista, escribiendo lírica de carácter más descriptivo e histórico.
Podemos dividir su creación en tres etapas:
a) Un primer período está representado por sus dos obras inaugurales Soledades (1903) y Soledades,
galerías y otros poemas (1907) en estas obras primerizas vemos ya la sencillez formal, la correlación entre el
paisaje y el estado de ánimo, la expresión onírica, la tendencia al nihilismo y la presencia de símbolos que
evocan el paso del tiempo.
b) La segunda etapa, fruto de su contacto con Soria, incluye Campos de Castilla (1912) poemario que
para buena parte de la crítica es su obra maestra. Campos de Castilla no ofrece una descripción, sino una
interpretación. El simbolismo vuelve aquí a ser el punto de partida aunque se afiance el tono narrativo y el
intimismo de la primera etapa. La muerte como culminación es tema esencial cuando se refiere al fallecimiento
de su esposa.
c) Tercera etapa. Nuevas canciones (1924) Cancionero Apócrifo de Abel Martín, poeta y filósofo
producto de su propia invención, y "Canciones a Giomar". Durante el conflicto del 36 escribe "Poesías de
guerra" y a partir de ahí lo que crece es su producción prosística, que en 1957 se reúne bajo el título Los
complementarios, aunque su mejor obra es Juan de Mairena, colección de artículos y diálogos a manos de
Mairena, filósofo y poeta inventado.
Otro gran representante del Modernismo en España fue el gallego Ramón María del ValleInclán (1866-1936), nacido en Pontevedra, profesor de la escuela de Bellas Artes de Madrid e
integrante del Consejo Nacional de Cultura durante la II República. Al igual que Machado,
Valle-lnclán se incorporó a la corriente modernista en su primera etapa, escribiendo prosa
como las Sonatas o teatro como El marqués de Bradomín.
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