HISTORIA DE LA BANCA COOPERATIVA FRANCESA Las raíces del movimiento cooperativo francés remontan a la historia social del siglo XIX. Ante la miseria vivida por gran parte de la población y con el fin de mitigar la insuficiencia del poder público, los ciudadanos optaron por asociarse para crear las primeras organizaciones de solidaridad. Numerosas corrientes de ideas estructuran el mutualismo. La mayoría de las instituciones financieras cooperativas francesas nació a partir de dos iniciativas privadas y paralelas: • La escuela liberal que considera que el mutualismo es un medio potente de promoción del ahorro popular (el modelo de Schultze-Delitzsch, fundador de los bancos populares); • El modelo socialcristiano de Friedrich-Wilhelm Raiffeisen que dará origen a la primera red de cooperativas de crédito agrícola y al actual Crédit Mutuel. En general, estas iniciativas privadas fueron el resultado de un enfoque filosófico, inspirado por principios ya sean religiosos o sindicalistas, y también pragmáticos, que buscaba la eficacia y la simplicidad. Estos principios basados en la solidaridad y la ayuda mutua y un ejercicio democrático permitieron el establecimiento progresivo de bancos cooperativos rentables, seguros y de buen rendimiento. El objetivo de ambos movimientos es el mismo: luchar contra la usura, favorecer el acceso de la «gente humilde» al crédito y a los servicios bancarios y contribuir de este modo al desarrollo de sus actividades económicas. Es así que las iniciativas de los bancos cooperativos se estructuran en plena revolución industrial, cuando la banca privada está absorbida por los grandes proyectos de infraestructura del siglo XIX, y se dirigen a los hogares e inventan un nuevo tipo de banco: el banco minorista. Por razones históricas, las diferentes redes mutualistas han optado por diferentes formas de organización. Sobre todo algunas han conservado las cajas locales (Crédit Mutuel, Crédit Agricole) mientras otras han preferido estructuras sin intermediarios (los socios de los bancos populares son socios directos de su banco a nivel nacional). Las cajas de ahorro son una organización específica y se han transformado en bancos cooperativos en 1998 y sus cajas locales tienen como objetivo reagrupar y animar la asociación regional. Por más que tengan raíces muy diversas, el desarrollo de los bancos cooperativos se caracteriza por cuatro grandes etapas, a veces de duración y forma distinta. Es así que el conjunto de la banca mutualista tuvo cuatro fases de desarrollo: La adaptación legal (1945-1980) que ha permitido una ampliación progresiva de la gama : o Las sucesivas leyes bancarias abolieron tardíamente las restricciones que pesaban sobre los grupos mutualistas. o Poco a poco se autorizó a este grupo ofrecer toda la gama de servicios bancarios a todo el conjunto de clientes para poder acompañar la bancarización de la masa de la población francesa en ese periodo. La intensificación del comercio (años 1980) con el crecimiento de las redes y el número de clientes y el desarrollo de nuevas actividades como seguros, gestión de activos, clientes comerciales y banca de inversión. El crecimiento externo mediante fusiones y adquisiciones (CA-LCL, CM-CIC) para fortalecer el negocio núcleo (banca minorista) o la integración de nuevas actividades o territorios y la colocación de títulos cotizados en la Bolsa (CA) para sostener precisamente este crecimiento por el mercado. Es notable que la reconfiguración del paisaje bancario nacional muchas veces haya sido iniciada por la banca cooperativa. La internacionalización de las actividades, tanto en Europa central (Crédit Agricole) como en Europa limítrofe (Crédit Mutuel) y los socios del exterior (Caisses Desjardins/Crédit Mutuel). Organizados en su mayoría alrededor de los bancos cooperativos locales y regionales, los grupos cooperativos cubren el territorio en su conjunto con 39 cajas regionales del Crédit Agricole y sus cajas locales afiliadas, 19 bancos populares, 17 cajas de ahorro y finalmente 18 federaciones regionales del Crédit Mutuel con sus 2.130 cajas locales. La actividad minorista («retail banking»), es decir la cercanía con el cliente o socio de los bancos cooperativos, sigue siendo preponderante e inclusive se ha reforzado gracias a las actividades de servicios que requieren de un conocimiento técnico reconocido que les permite fortalecer sus resultados positivos. Hoy en día, los 3 grupos bancarios cooperativos: el grupo BPCE (redes Banques Populaires, Caisses d’Epargne), la red del Crédit Agricole (CA y LCL) y finalmente la red del Crédit Mutuel (CM y CIC) constituyen las redes principales de captación del ahorro y distribución de créditos.