LA MORAL DE HUME Texto: Diccionario de Filosofía Herder, 3ra Edic. Voz ‘Hume’ “Contra quienes creen que la religión es el sostén de la moral [Locke, anglicanos, católicos], Hume emprende la tarea de someter a revisión las creencias morales en su “Ensayo sobre los principios de la moral”, para precisar que también ellas, igual que las leyes de la naturaleza [leyes como las de Newton, físico naturales], se sustentan en la experiencia universal… [Empirismo: todo tiene su origen en la experiencia] 1. Hume funda la moral en el sentimiento universal de los hombres de hacerse la vida agradable. [sentimiento de aprobación o desaprobación] a. Los hombres desean actuar moralmente [actuar correcta / incorrectamente] porque la vida buena [vida virtuosa] produce satisfacción y placer [hedonismo: el criterio que define lo que es moral es el placer], mientras que la vida deshonrosa [vida de vicios] produce insatisfacción y malestar [hedonismo]. b. Éstas son cualidades de la naturaleza humana y en todas partes [conclusión por inducción = generalizar las experiencias particulares] los hombres se conducen con idénticos criterios. 2. Según Hume, son cuestiones de hecho no descubiertas por la razón humana, sino por el sentimiento. [Emotivismo: las emociones son el fundamento de la moral] 3. Pero, además, el hombre no tiende sólo individualmente a su felicidad [individuo egoísta de Hobbes], de una manera hedonista y egoísta, sino que, por ser capaz de compasión (o simpatía [empatía: ponerse en el zapato del otro. Es el segundo sentimiento que fundamenta la moral en Hume]) sintoniza con la felicidad y el malestar de los demás, que es capaz de percibir como propios. 4. Por eso la moral de Hume tiene una perspectiva social muy parecida a la del utilitarismo inglés. De esta regularidad [conclusión por inducción / generalización de lo que se repite constantemente en la experiencia] de sentimientos morales nacen las diversas creencias morales; aprobamos lo que es agradable y desaprobamos lo que es desagradable [sentimiento que fundamenta lo correcto o incorrecto, lo moral]: y en esto consiste el sentimiento moral y a lo primero llamamos bien y a lo segundo mal. La razón no tiene aquí otra función que la de discernir las consecuencias sociales de los actos llamados morales.” David Hume: La moralidad es un sentimiento “…La hipótesis que nosotros adoptamos es sencilla. Mantiene que la moralidad se determina mediante el sentimiento. Define la virtud como cualquier acción o cualidad mental que ofrece al espectador el sentimiento placentero de aprobación; y al vicio como lo contrario. Procedemos después a examinar una sencilla cuestión de hecho, a saber, qué acciones tienen esta influencia. Consideramos todas las circunstancias en que concuerdan estas acciones; y procuramos obtener de ello algunas observaciones generales referentes a estos sentimientos… Siempre que un hombre delibera sobre su propia conducta – por ejemplo, si en el caso de una necesidad apremiante sería mejor ayudar a un hermano o a un benefactor – tiene que considerar esas distintas relaciones, junto con todas las circunstancias y situaciones de las personas, con vistas a decidir cuál es el deber y la obligación superiores. …en las deliberaciones morales tenemos que conocer de antemano todos los objetos y todas sus relaciones entre sí; y a partir de una comparación del conjunto, decidir nuestra elección o aprobación. (…) Todas las circunstancias del caso tienen que ponerse delante de nosotros antes de que podamos fijar una sentencia de censura o aprobación. Si alguna circunstancia importante todavía no es conocida o resulta dudosa, tenemos que dedicar primero nuestra investigación nuestras facultades intelectuales a asegurarnos de ella; y debemos suspender por un tiempo toda decisión o sentimiento moral. Mientras ignoremos si un hombre era o no el agresor, ¿cómo podemos determinar si la persona que lo mató es criminal o inocente? Pero después de que sean conocidas todas las circunstancias y relaciones, el entendimiento ya no tiene un campo adicional sobre el que operar ni ningún objeto sobre el que pueda emplearse. La aprobación o censura que sobreviene entonces no puede ser la obra del juicio, sino del corazón; y no es una afirmación o proposición especulativa, sino una sensación o sentimiento activo. (…). En las decisiones morales todas las circunstancias y relaciones deben ser previamente conocidas; y la mente, a partir de la contemplación del conjunto, siente alguna nueva impresión de afecto o disgusto, de estima o de desprecio, de aprobación o de censura. __________________________________________________ Investigación sobre los principios de la moral (Espasa Calpe, Madrid 1991, Apéndice I, p. 161-164). Textos de Diccionario Herder de filosofía