Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev Esp Med Legal. 2012;38(1):41---42 REVISTA ESPAÑOLA DE MEDICINA LEGAL www.elsevier.es/mlegal CARTA AL EDITOR Sumisión química con finalidad sexual: nuevos aspectos legales夽 Drug-facilitated sexual assault: new legal aspects Sr. Director: Tras una detenida lectura del artículo de García-Repetto y Soria1 y en particular de la referencia a las previsiones legales existentes en el Derecho español sobre la sumisión química, nos parece oportuno hacer algún apunte al respecto, puesto que este asunto ha sido abordado por la jurisprudencia y ha sido objeto de la reforma introducida en el Código Penal por la Ley Orgánica 5/20102 . En cuanto al tratamiento jurisprudencial, de forma injustificada se atribuyen distintos efectos jurídicos a la sumisión química dependiendo del delito pretendido. Por un lado, en el caso de delitos contra el patrimonio, la diferencia entre los delitos de robo con violencia y de hurto radica precisamente en que en el primero la sustracción se lleva a cabo con empleo de violencia sobre las personas, mientras que en el segundo no es así. Pues bien, la sumisión química se califica de «violencia» cuando se produce para llevar a cabo la sustracción de efectos propiedad del afectado3,4 . En consecuencia, la conducta se califica de robo con violencia. Sin embargo, si una persona comete la sustracción, por ejemplo, sobre quien se encuentra bajo la influencia de sustancias tóxicas que hubiese consumido previamente de forma voluntaria, los tribunales no consideran que exista «violencia», por lo que el hecho sería constitutivo de una falta o delito ---según si lo que se sustraiga tiene un valor económico superior a 400 euros o no--- de hurto, cuya pena resulta notablemente inferior a la del robo con violencia. En cambio, el tratamiento de la sumisión química es distinto en el caso de los delitos sexuales, puesto que se considera responsable de abuso sexual por ausencia de consentimiento de la víctima al que se aprovecha de la privación de sentido, sin distinguir si la privación es ajena a la actuación del autor o si ha sido provocada por este con la finalidad de facilitar la consecución de su objetivo. Es decir, en 夽 El contenido del manuscrito no ha sido presentado previamente en ningún congreso. ninguno de los dos casos se califica la anulación de la voluntad de la víctima por estos medios de «violencia», lo que tiene gran importancia si se tiene en cuenta que es esta calificación lo que legalmente distingue el abuso sexual de la agresión sexual, con las importantes diferencias punitivas que implica tal distinción. Precisamente en el proceso de elaboración de la citada reforma2 se tenía la oportunidad de establecer un texto legal que acabase con ese trato discriminatorio. Sin embargo, a pesar de que en el proyecto de ley y en los respectivos informes emitidos por el Consejo General del Poder Judicial y el Consejo Fiscal no se proponía modificación alguna en la que se diese rango legal a la realidad de la sumisión química, fue presentada en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados la enmienda 350, en la que se proponía modificar el referido Artículo 181 añadiendo un párrafo que aclaraba que «la misma pena (que en el caso de abuso sexual con penetración, esto es, de 4 a 10 años de prisión) se impondrá al que para cometer el abuso sexual utilizara fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química que anule o disminuya la voluntad de la víctima», propuesta justificada en la necesidad de contemplar «un tipo agravado de la pena para aquellos casos en los que existe un dolo específico en la comisión delictiva del abuso sexual»5 . Sin embargo, una vez transaccionada la enmienda6 , el resultado final de la reforma fue una modificación del Apartado 2 del Artículo 181, según la cual «[...] se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto». Es decir, no solo no se establece agravación alguna, sino que se equipara expresamente la provocación de la sumisión química al abuso de una situación previa de privación de sentido ajena a la acción del autor, vedándose de esta forma toda posible interpretación jurisprudencial que permitiese considerar al autor responsable de un delito de agresión sexual. Esta situación contrasta con la Resolución 53/7 de la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, que en su punto sexto «Llama la atención de los Estados hacia la posibilidad de que en su legislación nacional o sus directrices pertinentes se prevean circunstancias agravantes en los casos en que se administren subrepticiamente sustancias psicoactivas para cometer una agresión sexual»7 . 0377-4732/$ – see front matter © 2011 Asociación Nacional de Médicos Forenses. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.reml.2012.02.002 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 17/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 42 Bibliografía 1. García-Repetto R, Soria ML. Sumisión química: reto para el toxicólogo forense. Rev Esp Med Legal. 2011;85:173---84. 2. Boletín Oficial del Estado. Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. BOE núm. 152, 23/6/1996. p. 54811---54883. 3. Sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo 1332/04, de 11 de noviembre (Ponente: Delgado García, Joaquín). 4. Sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo 577/05, de 4 de mayo (Ponente: Delgado García, Joaquín). 5. Boletín Oficial de las Cortes Generales. Enmiendas e índice de enmiendas al articulado del Proyecto de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Congreso de los Diputados, serie A, núm. 52-9, de 18/03/2010. p. 156. 6. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. Comisiones, núm. 522, de 21/04/2010. p. 31, 33 y 41. CARTA AL EDITOR 7. Comisión de Estupefacientes. Resolución 53/7. Cooperación internacional para combatir la administración subrepticia de sustancias psicoactivas relacionadas con la agresión sexual y otros actos delictivos. En: Consejo Económico y Social. Documentos Oficiales, 2010. Suplemento n. 8. Nueva York: Naciones Unidas; 2010. p. 24---6. Manuel Sancho de Salas a,∗ , Alexandre Xifró Collsamata b , Antonia Bertomeu Ruiz b y Amparo Arroyo Fernández b a Fiscal, Fiscalía Provincial de Barcelona, Barcelona, España b Grupo de Investigación en Sumisión Química, Instituto de Medicina Legal de Cataluña, Barcelona, España Autor para correspondencia. Correo electrónico: manuel.sancho@xij.gencat.cat (M. Sancho de Salas). ∗