TIMONEANDO EL BARCO GESTION FINANCIERA (“Buscando el Viento Favorable”) Nos encontramos en el Puerto de Rosario poco nos queda ya para terminar nuestro itinerario. Si bien a Patricio se lo notaba contento porque hemos ido cumpliendo los objetivos que fijamos al inicio de la travesía, no parece del todo contento, o al menos una sensación de incertidumbre se reflejaba en su rostro. Cuando le pregunté por qué estaba así, el me respondió: “hemos recorrido muchas millas, río abajo, y hemos entregado casi toda las mercaderías ya, pero no conocemos toda la información del viaje. Por ejemplo, no se si volvería a hacerlo”. Fue entonces cuando ví que eso era cierto, y es que con tanto trabajo realizado, para mantener el barco navegando y realizar las ventas y descargas, poco tiempo habíamos dedicado a anotar, a registrar las información económica y financiera de nuestra travesía. En ese momento, propuse “amigo Patricio, mientras vos y los demás tripulantes se encargan de encaminar al Argentum hacia Buenos Aires, me sentaré en el escritorio para procesar la información financiera”. En un simple cálculo pude ver que no dispondríamos de mucho efectivo para cargar combustible hasta nuestra llegada a Bs. As. Donde venderíamos el resto de las mercaderías a buen valor. Asique una primer indicación fue, izar las velas y aprovechar el buen viento para economizar combustible. Contar con información, hace que podamos tomar buenas decisiones. Una vez que la empresa comienza a funcionar debemos llevar registro de las operaciones realizadas. Contar con información financiera en tiempo y forman nos permite afrontar problemas y explotar las oportunidades que se nos presentan día a día en nuestro negocio. Realizar un cuadro de Ingresos y Egresos diarios Confecciona Confeccionar Resúmenes semanales y poder analizar la evolución financiera de nuestro “barco” En base a esto último, planificar las necesidades financieras futuras, conociendo los acontecimientos por venir. TIMONEANDO EL BARCO El viento nos impulsaba a buena velocidad, y esto nos esta haciendo ahorrar gas-oil. Esta situación nos permitió decidir que no pararíamos en Paraná, ya que tampoco teníamos ventas aseguradas y corríamos peligro de quedar sin viento y tener que encender los motores. Entonces, Buenos Aires era nuestro último destino. En ese tiempo en el que estuve relevando la información financiera, pude observar que en los tres puertos en los que habíamos parado habíamos tenido Ingresos por $ 34000.- y gastos varios por $2500, en combustible habíamos gastado $ 7000.- y en los jornales de los dos tripulantes $ 2300.-, los derechos de amarre en los puertos nos habían costado en total unos $ 900.- y en ese momento en la caja fuerte del barco teníamos $ 21300.- Esa noche, antes de ingresar en la cola de espera para poder arribar a Puerto de Buenos Aires, nos dispusimos a cenar unas sabrosas Lisas que Toto había pescado, al garete, en la tarde. Charla va, charla viene, Patricio me comentaba que ahora que contaban con esa información, se sentía más seguro, mas motivado, que saber “donde estaba parado” le hacía recobrar fuerzas para planear inclusive un nuevo viaje para dentro de unos meses. No obstante nos dispusimos a analizar los números de lo que quedaba de viaje. Nos quedaban por vender y cobrar unos $ 11000.- y una última carga de combustible de medios tanques, que representaba $ 3000.-, a este gasto había que sumarle los derechos de amarre en Puerto de Bs. As., que siendo el más caro de todo el itinerario, representaría un egreso de $ 3500. Por lo tanto pudimos brindar con nuestro licor artesanal, celebrando que la travesía terminaría arrojando un resultado positivo. Al rato escuchamos la voz que nos indicaba tirar anclas y disponernos a quedar en cola de espera para poder ingresar al puerto. Fue entonces que nos relajamos y pudimos descansar en nuestros catres.