CONOCERSE FACILITA EL CAMINO DE LAS EMOCIONES

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Monografía
Curso de Capacitación Docente
en Neurociencias
Alumna: Sandra Cesani
www.asociacioneducar.com
Mail: informacion@asociacioneducar.com
Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar
CONOCERSE FACILITA EL CAMINO DE LAS EMOCIONES
"Cuento de las Ranitas, de Jorge Bucay:
Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata.
Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nadar o flotar mucho tiempo en esa masa espesa
como arenas movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero
era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez era más difícil salir
a la superficie a respirar.
Una de ellas dijo en voz alta:
- No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para qué
prolongar este dolor. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril.
Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo literalmente tragada por el espeso líquido
blanco.
La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo:
- No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo ya que la muerte me llega, prefiero
luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo antes de que llegue mi hora.
Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro. Horas y horas!
De pronto ... de tanto patalear y agitar, agitar y patalear...la nata, se transformó en mantequilla.
La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó hasta el borde del pote.
Desde allí, sólo le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa."
Este es un cuento de Bucay que me pareció interesante para ejemplificar como
funcionamos en situaciones de crisis de acuerdo a nuestros aprendizajes, a nuestra
cultura, a nuestra genética, a nuestro contexto, a nuestras propias experiencias y las
de los otros como también nuestra forma de alimentamos y descansar. Todo esto y
muchas cosas más son las que influyen en la manera de proceder en una crisis, todo
tiene que ver porque es parte de nosotros. Vivimos sujetos a estos condicionamientos
los cuales determinan como reaccionamos ante un estímulo.
Las crisis significan: Un cambio y “el constante desarrollo de la habilidad para
adaptarse a nuevas situaciones”. A diario nos exponemos en mayor o menor medida a
circunstancias que pueden ser vividas como peligrosas o placenteras, ya sea tomar
un colectivo para ir a nuestro trabajo, ser llamados por un supervisor, tomar
decisiones, o bien una cambio de ideas con un miembro de nuestra familia.
Para estos momentos imprevistos pero habituales de crisis, cabe destacar el aporte de
la Neurosicoeducación, nombre asignado por el Dr. Logatt Grabner al proceso de
conocimiento del cerebro y la forma de poder modelarlo. Esto nos conduce a una vida
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plena, desprovista de desequilibrios, donde sentirse mejor con uno mismo y con las
personas que nos rodean resulta un camino menos complicado, lo cual además de ser
un aprendizaje es un paso para una mejor calidad de vida.
Después de tantos años de evolución en la historia de la humanidad nos seguimos
preguntando porque actuamos de la forma que lo hacemos, porque nos relacionamos
con los otros de tal o cual forma y pocas veces, para que están en nosotros estas
conductas, quizás esta sea una mirada distinta y una manera más fácil de comenzar.
Cuando menciono “para que”, estoy hablando de conocernos, de las diferentes
reacciones ante un nuevo evento y para ello es necesario incluir lo que la
Neurosicoeducación determina como UCCM, la unidad constituida por cuerpo cerebro
y mente, son 3 elementos que se relacionan y se modifican entre sí, junto con el
entorno o medio ambiente que los acompaña.
El trabajo específico de la UCCM es la supervivencia con el menor gasto energético
posible y con la finalidad de mantenernos vivos, es decir, hablamos de sobrevivir.
Si bien, el cerebro del hombre fue evolucionando y nuestro conocimiento fue
avanzando, las funciones más primitivas siguen ocupando el primer lugar, como: a) las
instintivas: este legado evolutivo como son las actividades reflejas, mantener la
armonía (homeostasis), marcar territorio “cuido a mis hijos”, el orden de jerarquía “mi
puesto de trabajo”, la procreación “continuidad de la especie” y b) las funciones
emocionales: aprendizaje Pro supervivencia.
El aprendizaje emocional es más fácil de recordar y más difícil de olvidar, por
ejemplo si nos quemamos cocinando. Por el contrario, el aprendizaje cognitivo
ejecutivo, por ejemplo estudiar una materia para rendir, lleva mayor tiempo es más
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difícil de recordar y más fácil de olvidar, sobre todo si no se lo utiliza. A su vez, este
último, puede ser intelectual (dirigido al mundo exterior) o bien emocional (dirigido al
mundo interno) de ahí surge la necesidad de conocer este aspecto el cual nos facilita
las reacciones más inteligentes o menos primitivas apuntando al mundo de hoy.
Lo que nos hace diferente a las otras especies es una parte de nuestro cerebro
llamada lóbulo prefrontal, el cual es el asiento de las cualidades cogntivas-ejecutivas y
éticas del ser humano. Éste se encuentra conectado por vías neuronales a casi todas
las aéreas del cerebro, incluso a las instintivas y emocionales. Es capaz de frenar los
instintos evolutivos. Es el ejecutor por excelencia, el organizador, también llamado la
conciencia. Posee capacidades ejecutivas como la perseverancia, empatía,
adaptación al cambio y la planificación. Como así también, la capacidad cognitiva, ya
sea atención, memoria, lenguaje, razonamiento y las capacidades espaciales. Es
decir, todo esto es lo que nos hace diferentes a los animales.
.
.
¿Cómo funciona nuestro cerebro?
Los sentidos como vista, oído, gusto y tacto, son los que nos permiten recibir del
exterior lo que está sucediendo, son los encargados de captar el estímulo, ya sean,
situaciones, personas, circunstancias, etc. El primer filtro que deben atravesar estos
estímulos se denomina SARA (sistema activador reticular ascendente) es por donde
ingresa al cerebro la información recibida, con excepción del olfato que pasa
directamente al cerebro emocional. Desde allí pasa al tálamo, donde se integran (se
evalúan) determinando si el estímulo es pro o contra supervivencia, según sea de
placer o dolor. Sigue el recorrido a otras áreas según como sea interpretado, por lo
tanto, si se interpreta como bueno para la supervivencia (núcleo accumbens) su
respuesta es un movimiento de acercamiento, por ejemplo: nos encontramos con
alguien que nos agrada o que hayamos tenido una experiencia anterior favorable. En
cambio, si se decodifica como peligrosa, dolorosa, llega a la amígdala para seguir al
hipotálamo quien se encarga de preparar el físico para emprender la huída
(transpiración, latidos acelerados, presión arterial, manos listas para defenderse, etc.).
Por ejemplo: nos llama nuestro jefe a su oficina y la UCCM lo registra como si fuera el
animal depredador hace miles de años atrás, poniéndose en guardia.
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TALAMO
O
SARA
N. ACCUMBERS
AMIGDALA
HIPOTALAMO
.
DOLOR
RRR
PLACER
Los sentidos como vista, oído, gusto y tacto, son los que nos permiten recibir del
exterior lo que está sucediendo, son los encargados de captar el estímulo, ya sean,
situaciones, personas, circunstancias, etc. El primer filtro que deben atravesar estos
estímulos se denomina SARA (sistema activador reticular ascendente) es por donde
ingresa al cerebro la información recibida, con excepción del olfato que pasa
directamente al cerebro emocional. Desde allí pasa al tálamo, donde se integran (se
evalúan) determinando si el estímulo es pro o contra supervivencia, según sea de
placer o dolor. Sigue el recorrido a otras áreas según como sea interpretado, por lo
tanto, si se interpreta como bueno para la supervivencia (núcleo accumber) su
respuesta es un movimiento de acercamiento, por ejemplo: nos encontramos con
alguien que nos agrada o que hayamos tenido una experiencia anterior favorable. En
cambio, si se decodifica como peligrosa, dolorosa, llega a la amígdala para seguir al
hipotálamo quien se encarga de preparar el físico para emprender la huída
(transpiración, latidos acelerados, presión arterial, manos listas para defenderse, etc.).
Por ejemplo: nos llama nuestro jefe a su oficina y la UCCM lo registra como si fuera el
animal depredador hace miles de años atrás, poniéndose en guardia.
LAS EMOCIONES:
Las emociones básicas: primitivas y
común a todos los humanos:
Tristeza, Alegría, Sorpresa, Aversión, Ira y
Miedo
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Las emociones secundarias o sociales:
combinaciones de las primarias
Las emociones nos acompañan desde el principio de la vida, son “impulso a la acción”,
si algo es agradable como una caricia sonreímos, otras veces prevalece el enojo en
caso alguien toca nuestras pertenencias y se pone en riesgo nuestro territorio. Nos
pasamos la vida compartiendo con el mundo exterior nuestras emociones sin ni
siquiera saberlo, las expresamos en todo momento, quizás conocemos mejor el
mundo exterior que nuestro propio mundo interno el cual, está invadido por creencias
que se perpetuán, que nos limitan sin saber que están allí.
Vamos evaluando en cada momento lo que pasa alrededor para saber si es una
amenaza o no, y esas experiencias o circunstancias se van grabando, lo que en
psicoeducación se llama neurofusión. Por lo cual, van a estar presente en las
próximas experiencias similares, es decir, la fuerza de esa fusión va a estar sujeta a la
intensidad de las emociones, de cómo fueron codificadas. Esto lo hacemos según la
genética, la memética, las experiencias fusionadas y el medio que nos rodea. Todo
esto también depende de nuestros recursos aprendidos en nuestro ámbito. Los
mismos pueden haber sido llenos de incentivos (con recursos) o un medio
empobrecido.
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La Autorregulación Emocional es la capacidad específica de la Inteligencia
Emocional para intervenir, modificar el curso y la generación de las propias
emociones –tanto antes como durante la emoción misma- Gross.1999
Las emociones positivas son aquellas que favorecen al bienestar mientras que las
negativas no son constructivas para nuestra salud mental, las cuales sostenidas en
el tiempo son perjudiciales. Cuando la reacción no es asertiva aparecen los
desbordes, excesos, pensamientos rumiantes, enfermedades o conflictos, etc.
Cuando somos conscientes (el estimulo llega el Lobulo prefrontal) de nuestras
emociones le ponemos un nombre: amor, odio, alegría, miedo, etc., e intensidad: Me
siento muy bien.
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Podemos guardarnos un pensamiento (aun no podemos leer la mente) pero es casi
imposible no transmitir una emoción, ya que el cerebro no está entrenado a mentir, por
lo tanto el estimulo acciona tanto en su cuerpo como en las facciones, con marcadores
que se pueden sentir: contractura, cerrar puños, poner bajas las cejas, etc. De ahí, es
que el otro que tengo enfrente, en esos milisegundos, percibe mi emoción y por medio
de las neuronas espejo puede empatizar (saber lo que otro siente, mediante un
mecanismo de imitación y la capacidad de imaginar). Debemos tener en cuenta que
también existen otros factores que influyen, como la genética, la cultura, las
experiencias, y sobre todo el contexto (social, geográfico, vincular, familiar).
¿Se pueden modificar las emociones? Más que modificarlas podemos moldearlas,
aceptarlas y conocerlas. Para ello debemos comenzar por un proceso de aprendizaje,
observándonos, conociéndonos, aceptándonos, saber cómo funcionamos para luego
ordenarlos para generar nuevas neurofusiones más acertadas que nos lleven al éxito.
A esto último se lo llama neurosicoeducarnos.
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CONCLUSIONES:
Volviendo al cuento del comienzo, podemos observar como los recursos de
supervivencia a veces nos hacen patalear y otras veces sin recursos en un estado de
indefensión (vencidos) nos hundimos en el “para que voy a..” y fallamos, caemos en
emociones de profunda de desesperanza y con la idea de bajar los brazos. Como lo
vemos en la ranita, no podemos dejar de lado la influencia de nuestro sistema de
creencias, establecidas por las experiencias y por el medio (familia, amigos, sociedad).
Si la creencia tiene que ver con el “no puedo”, la misma será limitante y va a resultar
difícil que seamos capaces de obtener un resultado exitoso lo que nos llevará a
repetirlo.
Las crisis son una oportunidad de cambio y el estrés también significa cambios,
cambios que nuestro UCCM solo aprovechará en caso de que contemos con las
herramientas necesarias, ayudados por la genética y un buen aprendizaje
Si le damos a nuestro UCCM la posibilidad de aprender nuevas estrategias, podemos
hacerlo posible! Compartiendo un mundo menos hostil y más seguro.
El autoconocimiento, la reeducación y, fundamentalmente, aprendiendo los recursos
necesarios, sería más fácil manejar situaciones, controlar impulsos dañinos y de esa
forma transformarnos en asertivos. Sobre todo aprendiendo a discernir un estímulo
apropiado del que no lo es, para obtener la acción que se necesita. Por ultimo, ser
congruente, o bien, completar la acción comenzada entre lo que realmente es nuestro
deseo-necesidad y lo que podemos llevar a la práctica.
Bibliografía:
Apuntes curso de capacitación docente
Libro Neurosicoeducación: Dr. Logatt Grabner-Marita Castro
Carl Roger: Proceso para convertirse en persona
Inteligencia Emocional. Daniel Goleman
Cuentos del Lic. Bucay
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