Monografía Curso de Capacitación Docente en Neurociencias Alumna: Maria Jose Paramo Alesso www.asociacioneducar.com Mail: informacion@asociacioneducar.com Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar Si deseamos revertir los graves problemas de convivencia que se observan en las diferentes sociedades actuales, el conocimiento y el control del mundo interior de quienes las integran, no es un lujo para algunos iluminados como en el pasado, sino una necesidad imperiosa que abarca a toda la humanidad en su conjunto. Dr. Carlos A. Logatt Grabner Monografía “Neurosocioeducación, inteligenicia emocional y calidad de vida” María José Páramo Alesso Julio de 2015 Para comenzar a comprender lo que significa poseer control sobre nuestras emociones y su influencia en nuestro quehacer cotidiano, debemos conocer como nuestra UCCM (Unidad Cuerpo Cerebro Mente) funciona. La Neurosicoeducación presenta a la UCCM como uno de los modelos más importantes, con la idea de que tanto el cuerpo como el cerebro y la mente forman una unidad menor, indivisible y que además es imposible la existencia de alguna de estas partes sin las otras. Así mismo, presenta una unidad mayor con el Medio Ambiente como un componente más, tan importante como los otros. A través de los sentidos, la UCCM interpreta la realidad que nos rodea para garantizar la supervivencia como hace miles de años. Es la vivencia de las experiencias, placenteras o no, las que impulsan las reacciones que a lo largo de la evolución se fueron aprendiendo instintivamente y sus resabios han quedado en nuestra genética. Ante un peligro, nos comportamos como animales respondiendo con un ataque o la huida. Si lo pensamos sinceramente, todos en algún momento hemos respondido de esa manera ante una situación que nos hizo sentir en peligro, atacando tal vez con palabras duras o hasta con golpes, o evadiendo la responsabilidad con excusas. Hoy en día, con todo el conocimiento que tenemos sobre las emociones y su control, podemos lograr ser y formar personas con la inteligencia emocional adecuada para construir una familia, comunidad o institución más amigable para todos. El entramado perfecto de células, órganos y sistemas de nuestro cuerpo, garantizan la percepción de estímulos y la elaboración de la mejor respuesta ante ellos. No sólo nos referimos a palabras, sino a acciones/reacciones que suceden imperceptiblemente, relacionadas con el aprendizaje y la memoria, por ejemplo. En el cerebro existen estructuras especializadas que intervienen de acuerdo a las necesidades del sujeto. Aquí nos detendremos a analizar los sistemas instintivos, emocionales, y cognitivos ejecutivos, que funcionan en red. Sistema instintivo Los instintos regulan las emociones primarias y las actividades reflejas para la supervivencia. Esto sucede a través del Hipotálamo, que es el encargado de mantener la homeóstasis del organismo y producir los cambios necesarios para afrontar los estímulos medioambientales. Sistema emocional Al hablar de estructuras cerebrales tan primitivas, nos remitimos a dos fuerzas/sensaciones primarias: el DOLOR y el PLACER, ambos relacionados a la supervivencia. En esta instancia, el cerebro recurre al Tálamo para distinguir qué clase de estímulo es el que percibe. Si se relaciona con el DOLOR/MIEDO la información pasa del Tálamo a la Amígdala que evalúa si la supervivencia corre peligro, y si es así, se alerta al Hipotálamo para que produzca los cambios corporales necesarios para enfrentar el peligro. Esto sucede en 125 milisegundos y es considerado el camino corto. Si el mismo estímulo llegara a interpretarse como prosupervivencia, interviene el Núcleo Accumbens, relacionado con el PLACER/RECOMPENSA. También existe un camino largo, en el que la información pasa del Tálamo a la Corteza Cerebral para realizar una evaluación más completa y pasar a los Lóbulos Prefrontales, capaces de frenar y modelar los instintos evolutivos. Este recorrido sucede en 500 milisegundos aproximadamente. Este tipo de experiencias con el dolor y el placer harán que el sistema emocional busque la causa que lo ha producido y lo registrará en la memoria para facilitar decisiones futuras. Así se crean NEUROFUSIONES, conexiones físicas entre neuronas cerebrales (Redes Hebbianas). Las neurofusiones se sostendrán a lo largo del tiempo si los estímulos se repiten, ya que fortalecerán un patrón, pero de no ser así se debilitarán. La nueroplasticidad es lo que permite que eso suceda y poder cambiar hábitos a lo largo de la vida. Aquí es donde comienza la inteligencia emocional. Sistema cognitivo ejecutivo Este es el más especializado de todos, con base en los anteriores que ejercen una poderosa influencia en la vida mental de todo ser humano, ya que son los primeros en evaluar y actuar. Se encuentra en el Neocórtex, se activa cuando los otros sistemas no pueden resolver la situación de forma automática. Es de acción lenta y consume mucha energía. El área que nos hace realmente humanos es la de los Lóbulos Prefrontales. Su función cognitiva-ejecutiva hace referencia a la capacidad de procesar la información de forma consciente. Los LPF nos permiten coordinar y seleccionar panes, regular y controlar la conducta, además de regular las motivaciones e intereses hacia fines elevados. Tienen el poder de conducir todas las actividades cognitivas y ejecutivas, por lo tanto son los responsables de nuestra inteligencia emocional intrapersonal e interpersonal. Entonces, podemos concluir que con las estructuras que posee nuestro cerebro, con su neuroplasticidad y con práctica, es posible entrenar y desarrollar la inteligencia emocional para tener una mejor calidad de vida. ¿Soy emocionalmente inteligente? Ésta sería la pregunta del millón, y para responderla debemos evaluar nuestras reacciones ante determinadas situaciones. Con esa información podremos modificar y modelar, de ser necesario, nuestras respuestas ante el stress. La inteligencia emocional supone un conjunto de habilidades que pueden aprenderse. Se puede decir que una persona es inteligente emocionalmente cuando es capaz de: Establecer contacto con sus emociones, transformarlas en sentimientos y a través de comprenderlas, puede conducirlas y gestionarlas adecuadamente. Influir positivamente en su conducta y mejorar su calidad de vida. Entender las emociones de los demás. Desarrollar la empatía y responder en la forma adecuada a los estados de ánimo, motivaciones y deseos de los demás. Con el tiempo y la práctica, esto se refuerza y sucede de manera espontánea, pero no quita que en alguna circunstancia particular nos sintamos rehenes emocionales y olvidemos por completo este aprendizaje. Los beneficios para la salud A nivel cerebral ocurre la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina estableciendo un mecanismo de recompensas, con el objetivo de hacernos sentir bien y motivados para ir por más. Teniendo en cuenta la UCCM podemos afirmar que nuestra salud está dirigida por nuestras emociones, o sea, que siendo emocionalmente inteligentes, con actitudes positivas, siendo proactivos, mantenemos niveles adecuados de neurotrasmisores que regulan a nuestro organismo de manera efectiva y coordinada. Cuando nos sentimos tristes, nuestro cuerpo puede manifestarse como en un estado gripal. Si somos capaces de reconocer esa emoción y cambiarla por una conducta generada conscientemente tendremos una nueva emoción más beneficiosa. Es útil además, conocer que la expresión lingüística puede modelar la manifestación emocional.