Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Revisiones 87 Autoestiramiento en la cadera: influencia de los factores biomecánicos sobre la salud del deportista C. Hidalgo García P. Herrero Gallego E. Estébanez de Miguel S. Caudevilla Polo G. Fernández Gentsch R. Giner Nicolás Unidad de Investigación en Fisioterapia Universidad de Zaragoza Correspondencia: César Hidalgo García Unidad de Investigación en Fisioterapia Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud (EUCS) Domingo Miral, s/n. 50009 Zaragoza. España E-mail: hidalgo@unizar.es Hip autostretching: influence of biomechanical factors on the sportsman’s health Fecha de recepción: 28/11/06 Aceptado para su publicación: 27/3/07 RESUMEN SUMMARY Los estiramientos musculares son una de las técnicas fundamentales dentro del arsenal terapéutico del fisioterapeuta para mantener un buen nivel de salud muscular. Sin embargo, el fisioterapeuta no debe limitarse a realizar estas técnicas de estiramiento, sino que también tiene que guiar, enseñar y controlar de forma sistemática los autoestiramientos que el deportista realiza. Una de las articulaciones en las que se desarrollan más desequilibrios musculares por la actividad deportiva es la cadera, por lo que los autoestiramientos pueden llegar a ser de gran ayuda para el deportista. El autoestiramiento controlado y adecuado es beneficioso. Sin embargo, un autoestiramiento incorrectamente ejecutado, además de no conseguir el estiramiento sobre el tejido diana, puede lesionar estructuras adyacentes funcionalmente relacionadas. Una comprensión del porqué, cuándo y cómo los músculos y otras estructuras deberían ser estiradas es un requisito previo para que el estiramiento beneficie más que degrade la función del cuerpo. Muchos son los músculos que atraviesan la Muscle stretchings are one of the main techniques within the physical therapist’s treatments. Nevertheless, the physical therapist must not limit treatment to the use of these stretching techniques but must also guide, teach and control the autostretching exercises that the sportsman practises. One of the joints that develops the most muscle imbalances due to physical activity is the hip joint. Thus, autostretching can be very helpful for the sportsman. Controlled and accurate autostretching is useful. However, improperly performed autostretching does not produce the desired effects in the target tissue and may also harm the adjacent functionally related structures. An understanding of why, when and how muscles and other structures should be stretched is a prerequisite for the muscle to benefit rather than harm body functioning. There are many muscles that go through the hip joint, although due to their special relevance we are going to analyze only two of them: the hamstrings and rectus femoris. This analysis begins by reviewing some of the most often used autostretchings and then suggests autostretching exercises Fisioterapia 2008;30(2):87-95 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 88 C. Hidalgo García P. Herrero Gallego E. Estébanez de Miguel S. Caudevilla Polo G. Fernández Gentsch R. Giner Nicolás Autoestiramiento en la cadera: influencia de los factores biomecánicos sobre la salud del deportista articulación de la cadera, aunque por su especial relevancia vamos a analizar sólo dos de ellos: los isquiotibiales y el recto femoral. Este análisis parte de una revisión de algunos de los autoestiramientos realizados con mayor frecuencia para sugerir, posteriormente, posibles autoestiramientos que respeten los principios de especificidad y de inocuidad de las estructuras adyacentes. Conclusiones. A la hora de instruir al deportista en la práctica de autoestiramientos, el fisioterapeuta debe reflexionar necesariamente sobre qué procedimientos son más seguros y específicos para el deportista. Además, el fisioterapeuta debe evaluar de forma previa el estado de las estructuras articulares y neurales para evitar efectos no deseados. that adjust to the specificity and safety principles required for the adjacent structures of the target tissue. Conclusions. When we teach the sportsman how to do autostretching exercises, we must consider which procedures are safer and the most specific for the sportsman. Furthermore, the physical therapist must evaluate previously the status of joint and neural structures to avoid undesired effects. KEY WORDS Hip joint; Physical therapy; Muscle stretching; Biomechanics; Hamstrings; Rectus femoris. PALABRAS CLAVE Cadera; Fisioterapia; Estiramiento muscular; Biomecánica; Isquiotibiales; Recto femoral. INTRODUCCIÓN Es sabida la importancia que el deportista atribuye al entrenamiento de la fuerza y la resistencia. Por el contrario, con frecuencia infravalora el entrenamiento de la flexibilidad, es decir, el estiramiento muscular. Esto puede desembocar en una rigidez innecesaria y, probablemente, en lesiones articulares, ligamentosas, tendinosas y musculares. El fisioterapeuta contribuye a que el deportista tome conciencia de la corrección de los desequilibrios musculares, fruto de la actividad deportiva. Con este objetivo, se emplean asiduamente los estiramientos musculares como una técnica fundamental dentro de su práctica clínica habitual. Es responsabilidad del fisioterapeuta y del deportista mantener las ganancias obtenidas en la sesión de tratamiento mediante el autoestiramiento. El rol del fisioterapeuta en el estiramiento no es sólo comprender y tratar, sino también guiar, enseñar y controlar sistemáticamente los autoestiramientos que el deportista debe desarrollar. El rol del deportista es ser parte activa en su proceso de recuperación. Fisioterapia 2008;30(2):87-95 Una de las articulaciones en las que se desarrollan más desequilibrios musculares por la actividad deportiva es la cadera. La articulación coxofemoral es una enartrosis diseñada para la estabilidad, la transmisión de cargas y la movilidad. A diferencia de la rodilla, el rango de movimiento de la cadera y los músculos biarticulares que interaccionan en la cadera y la rodilla disminuye fisiológicamente con el proceso de envejecimiento1. Es frecuente encontrar restricciones de su movilidad compensadas con movimientos de las estructuras adyacentes funcionalmente relacionadas. El autoestiramiento controlado y adecuado es beneficioso. Sin embargo, el autoestiramiento incontrolado de los músculos y otras estructuras de la cadera puede causar dolor y lesiones estructurales, como una inestabilidad o una hipermovilidad patológica en un segmento lumbar. En la mayoría de los casos, el autoestiramiento está involucrado directamente. Atletas descuidados y otras personas practican a menudo autoestiramientos erróneos, con gran fuerza y largos brazos de palanca que fácilmente lesionan. La falta Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. C. Hidalgo García P. Herrero Gallego E. Estébanez de Miguel S. Caudevilla Polo G. Fernández Gentsch R. Giner Nicolás de conocimiento es la principal causa subyacente de daño por autoestiramiento. La mayoría de las personas desconocen los rangos normales de movimiento de las articulaciones de sus cuerpos. El resultado es que cuando estiran, estructuras normales son sobreestiradas, mientras que las estructuras acortadas rara vez son estiradas adecuadamente. Comprender por qué, cuándo y cómo los músculos y otras estructuras deberían ser estirados es un requisito previo para que el estiramiento beneficie más que degrade la función del cuerpo. Numerosos gestos deportivos demandan rangos submáximos o máximos de la articulación coxofemoral. Estas actividades deportivas implican no sólo la participación de la articulación coxofemoral, sino también de la zona lumbopélvica como elementos de una cadena cinética. En un estado patológico es frecuente hallar articulaciones hipermóviles que tratan de compensar la hipomovilidad de segmentos adyacentes dentro de la cadena. Por ejemplo, una hipomovilidad de la cadera y del segmento L4-L5 inducirá un mayor estrés en L5-S1, y puede desencadenar una hipermovilidad segmentaria en esta zona. Si analizamos el movimiento de flexo-extensión de la cadera encontramos que los rangos de movimiento de ésta son superados en muchos movimientos habituales durante la práctica deportiva. La extensión de la cadera tiene una amplitud de 15°2 y, durante la marcha, se pueden llegar a superar los 20° en el paso hacia delante3. La excesiva hipertonía o acortamiento de los músculos flexores de cadera4,5 y/o una restricción del movimiento intraarticular de la cadera a la extensión pueden suponer una mayor solicitación de la zona lumbopélvica mediante un incremento de los movimientos de anteversión pélvica3-extensión lumbar. Esta solicitación excesiva implica un movimiento incontrolado del segmento móvil lumbar, lo que podría originar una inestabilidad segmentaria o un fenómeno compresivo de las facetas interapofisarias que, si superan el umbral fisiológico, podrían desencadenar sintomatología. La flexión de la cadera suele tener una amplitud de 130° con la rodilla flexionada y 90° con la rodilla extendida. De forma análoga al movimiento de extensión, la flexión de la cadera continúa su movimiento hacia la Autoestiramiento en la cadera: influencia de los factores biomecánicos sobre la salud del deportista 89 Fig. 1. Movimientos lumbopélvicos durante la flexión y extensión de cadera. zona lumbopélvica mediante la retroversión de la pelvis y la flexión de los segmentos lumbares. La excesiva tensión o acortamiento de la musculatura isquiotibial o la hipomovilidad a la flexión de la cadera desencadena un movimiento incontrolado de los segmentos lumbares que pueden dar lugar a una elevada solicitación sobre el sistema ligamentario, discal y neural de la zona lumbopélvica (fig. 1). La evidencia científica existente ha documentado que tanto la configuración de la columna lumbar6 como la economía de la marcha7 resultan afectadas si existe una hipomovilidad en la región de la cadera. Actualmente, no existen estudios que apoyen la hipótesis de que el acortamiento de los músculos flexores de cadera predisponga a sufrir una lesión musculoesquelética como resultado de la alteración biomecánica de la cadera y de la región lumbopélvica8-10. Sin embargo, la experiencia clínica del fisioterapeuta le lleva a utilizar con frecuencia el estiramiento como medio para recuperar el movimiento normal. Generalmente, el estiramiento muscular es realizado a través de los movimientos rotatorios de los huesos de forma que se separen el origen y la inserción del músculo o los músculos tratados. El movimiento rotatorio de un hueso produce fisiológicamente un movimiento combinado de rodar-deslizar en su articulación. La ausencia de deslizamiento en el rodar-deslizar normal de una articulación produce una compresión de las superficies articulares en la zona hacia la que rueda el hueso y un bostezo de las estructuras capsuloligamentarias en el Fisioterapia 2008;30(2):87-95 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 90 C. Hidalgo García P. Herrero Gallego E. Estébanez de Miguel S. Caudevilla Polo G. Fernández Gentsch R. Giner Nicolás Autoestiramiento en la cadera: influencia de los factores biomecánicos sobre la salud del deportista lado contrario. Por lo tanto, un requisito previo para el uso del estiramiento muscular es la presencia de un correcto rodar-deslizar en el rango de movimiento rotatorio empleado en el estiramiento. Resaltar inicialmente que no podemos afirmar que haya posturas de estiramiento que estén terminantemente prohibidas, ya que va a depender de las características intrínsecas del deportista y del control que éste ejerza sobre la postura que elige para realizar el autoestiramiento. Sin embargo, a la hora de instruir al deportista en la práctica de autoestiramientos, debemos necesariamente reflexionar qué procedimientos son más seguros y específicos para un determinado paciente; es decir, aquéllos en los que existe menos riesgo de cometer fallos en su ejecución y de producir compensaciones sobre estructuras adyacentes al segmento diana. A continuación, se analizan biomecánicamente algunos de los autoestiramientos más utilizados en la práctica deportiva para los principales grupos musculares de la cadera. Entre ellos, hay que destacar los isquiotibiales por ser el asiento más frecuente de la patología musculotendinosa11-14, el recto femoral y el psoas ilíaco, que tienen una arquitectura muy compleja y por atravesar más de una articulación son muy susceptibles de lesión15, 16. La ejecución incorrecta del autoestiramiento de estos músculos poliarticulares pone de manifiesto compensaciones que se alejan del objetivo del autoestiramiento. Por ello, el fisioterapeuta debe guiar e instruir al deportista hacia posiciones en las que se respeten más fácilmente los principios ergonómicos y la especificidad del autoestiramiento. Posteriormente, se proponen autoestiramientos que facilitan la correcta ejecución de los principios propuestos. del grupo isquiotibial. Si no se respeta este principio, la puesta en tensión del cabo distal por medio de la extensión de la rodilla y la flexión de cadera es compensada con la relajación del cabo proximal mediante una retroversión de la pelvis que arrastra la zona lumbar hacia la flexión. Por tanto, todo mecanismo que intente aumentar el estiramiento a través de la retroversión de la pelvis (como frecuentemente produce el hecho de que el paciente alcance sus pies mediante sus extremidades superiores) sobreestresará innecesariamente los segmentos móviles lumbares con una intensidad y un brazo de palancas muy elevados. A más hipertonía y acortamiento de los isquiotibiales y/o más inestabilidad de los segmentos lumbares, mayor posibilidad de efectos adversos en nuestro tratamiento. En lugar de estabilizar un segmento lumbar hipermóvil, elongamos y estresamos sus estructuras. Además, el rango de movimiento ganado no se produce principalmente a través de la estructura diana, sino de las adyacentes. Según Nachemson17, el disco sufre una gran compresión durante los movimientos de flexión, inclinación y rotación, especialmente si se asocia a una carga (el peso de la mitad superior del cuerpo) con un brazo de palanca elevado. El citado autoestiramiento reproduce este mecanismo sobre el disco y puede causar su deterioro progresivo. Según Butler18 y Shacklock19, el test de elevación de la pierna extendida (straight leg raise [SLR]) se usa para valorar el movimiento y la sensibilidad mecánica de las estructuras neurales lumbosacras y sus extensiones distales hacia la extremidad inferior. Dicho test consiste simplemente en la flexión de cadera con la rodilla extendida. No se debe realizar otro tipo de componentes de movimiento en estas articulaciones (abducción-aducción, rotación interna-externa de cadera) porque sensibilizan el test. El autoestiramiento de los isquiotibiales produce un movimiento parecido al test de elevación de la pierna extendida y podría poner a tensión e incluso elongar el tejido nervioso repercutiendo sobre la vascularización del nervio y la producción de síntomas20,21. Los movimientos de flexión dorsal de tobillo, flexión lumbar bajo compresión y flexión cervical, componentes de sensibilización del test de slump, agudizan la puesta en tensión del nervio. Estos movimientos son reproducidos en muchos de los autoestiramientos de los ISQUIOTIBIALES El movimiento incontrolado durante el autoestiramiento implica que numerosas estructuras diferentes de la estructura diana sean estresadas. La especificidad del efecto del autoestiramiento sobre los isquiotibiales viene determinado por la separación del origen (tuberosidad isquiática) e inserción (tibia y peroné) de dicho músculo. El procedimiento mostrado en la figura 2 es un claro ejemplo de falta de especificidad en el autoestiramiento Fisioterapia 2008;30(2):87-95 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. C. Hidalgo García P. Herrero Gallego E. Estébanez de Miguel S. Caudevilla Polo G. Fernández Gentsch R. Giner Nicolás Autoestiramiento en la cadera: influencia de los factores biomecánicos sobre la salud del deportista isquiotibiales como los descritos en las figuras precedentes y no es infrecuente observar una hiperextensión de la columna cervical superior como válvula de escape a un sistema nervioso en máxima tensión. ¿Por qué estirar en flexión dorsal de tobillo unos isquiotibiales? Por tanto, como ya se ha expuesto previamente, si el objetivo es el autoestiramiento de los isquiotibiales, debemos evitar que otras estructuras se tensen. Así, se debería evitar la flexión dorsal de tobillo, y la flexión cervical en el curso de este procedimiento. El fisioterapeuta debe aleccionar al paciente a autoevaluar la especificidad del autoestiramiento. El paciente debe detener cualquier autoestiramiento de los isquiotibiales si la flexión dorsal activa de tobillo o la flexión activa de la columna cervical aumentan los síntomas sentidos durante el procedimiento22,23. Además, el paciente debe conocer las sensaciones indicadas y contraindicadas durante el autoestiramiento, previamente enseñadas por el fisioterapeuta durante la realización del estiramiento en la consulta. Está indicada una sensación de tensión entre la tuberosidad isquiática y las inserciones distales en tibia y peroné que no aumenten con la flexión cervical y la flexión dorsal de tobillo. Asimismo, dicha tensión debería disminuir con el tiempo si se mantiene el estiramiento estático24 o permitir una ganancia de movimiento con las técnicas neuromusculares de contracción-relajación o el mantenimiento del estiramiento estático25,26. Idealmente, el paciente no debería sentir sintomatología en el resto del cuerpo y especialmente en las articulaciones anatómicas implicadas en el autoestiramiento. El fisioterapeuta debe valorar que el rango de movimiento de rodamiento articular empleado siempre tenga asociado su componente de deslizamiento. Mantener una rodilla hipermóvil a la extensión en recurvatum durante el autoestiramiento puede desencadenar un excesivo estrés sobre el ligamento cruzado anterior. Una rodilla con limitación intraarticular al deslizamiento ventral de la tibia (regla cóncava de Kaltenborn2) durante los últimos 5° grados de extensión no debería mantener una extensión máxima durante el autoestiramiento, puesto que se comprimiría la parte anterior de la articulación y se estresaría el ligamento cruzado anterior por bostezo produciendo una inestabilidad de la rodilla. Para el autoestiramiento del grupo isquiotibial izquierdo27 (fig. 3), inicialmente se apoya las manos con firmeza sobre sendas sillas o apoyos a fin de descargar la zona lumbar y las rodillas. La rodilla derecha descansa sobre un cojín mientras el pie izquierdo se coloca en el suelo adelantado, con la rodilla flexionada. Se extiende la cadera derecha, manteniendo la columna en posición neutra. Se debe evitar la rotación de la pelvis. El estiramiento se produce al deslizar la rodilla derecha hacia atrás mientras se extiende la misma manteniendo durante todo el procedimiento la anteversión de la pelvis izquierda, de manera que pueda percibir la tensión de los músculos de la cara dorsal del muslo izquierdo. La sensación de estiramiento muscular debe notarse claramente. Mantener el estiramiento entre 15 s y 1 min o más, aunque la bibliografía especializada estima un tiempo óptimo de 30 s28. Al final del período de estiramiento, el deportista debería activar los músculos antagonistas al músculo estirado para integrar activamente el rango de movimiento aumentado Fig. 2. Autoestiramiento no específico de los isquiotibiales. Fig. 3. Autoestiramiento sugerido para los isquiotibiales. Fisioterapia 2008;30(2):87-95 91 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 92 C. Hidalgo García P. Herrero Gallego E. Estébanez de Miguel S. Caudevilla Polo G. Fernández Gentsch R. Giner Nicolás Autoestiramiento en la cadera: influencia de los factores biomecánicos sobre la salud del deportista de manera pasiva. El paciente intenta levantar la pierna izquierda con la pierna extendida. Cuánto más acortado está el grupo isquiotibial, más inhibida se encontrará la función activa del cuádriceps en su máximo acortamiento. Los fallos más habituales son realizar una retroversión o rotación de la pelvis y, consecuentemente, perder la posición neutra de la columna lumbar y no descargar el peso correctamente sobre las extremidades superiores, de forma que se cargue demasiado peso sobre la rodilla derecha. El componente de rotación de la rodilla puede llevar más tensión al compartimento interno (semitendinoso y semimembranoso) o al externo (porción larga del bíceps femoral). Habitualmente el deportista tiende a colocar el miembro inferior en rotación externa de cadera y rodilla, por lo que el bíceps femoral se estira de manera deficiente. Este procedimiento permite separar origen e inserción de dicho músculo manteniendo la posición neutra de la columna lumbar29, evitar estresar articulaciones en sus rangos máximos y no estresar el sistema neural en circunstancias normales. Este procedimiento puede progresar mediante las técnicas de contracción-relajación para lo que el paciente presiona el talón del lado que estirar contra el suelo durante unos segundos y relaja para proseguir, posteriormente, el estiramiento. La progresiva flexión de una cadera y extensión de la otra inhibe el movimiento de los segmentos lumbares fuera de su posición neutra mediante el bloqueo que ejercen los ligamentos sacroilíacos. Cualquier inestabilidad (p. ej., inestabilidad por liberación hormonal durante el embarazo) o inflamación (p. ej., fase aguda inicial de una espondilitis anquilosante) de los ligamentos sacroilíacos contraindica este tipo de bloqueo. Este procedimiento no debe ser inflexible y el fisioterapeuta debe variar el mismo, siempre que sea necesario. Por ejemplo, si existe una compresión sintomática en la articulación femororrotuliana, el cojín sobre la rodilla tendría que estar dispuesto sobre la parte proximal de la tibia. Si el paciente no tolera la descarga del peso sobre las extremidades superiores, el procedimiento puede realizarse en cualquier posición siempre que se respeten los principios acordes a nuestros objetivos. Fig. 4. Autoestiramiento no específico del recto femoral. Fisioterapia 2008;30(2):87-95 RECTO ANTERIOR La especificidad del efecto del autoestiramiento sobre el músculo recto anterior viene determinado, al igual que se explicó en el estiramiento de isquiotibiales, por la separación del origen (espina ilíaca anteroinferior) e inserción (tuberosidad anterior de la tibia) de dicho músculo. El procedimiento mostrado en la figura 4 es un claro ejemplo de falta de especificidad en el autoestiramiento del músculo recto anterior. Si no se respeta este principio, la puesta en tensión del cabo distal por medio de la flexión de la rodilla y la extensión de cadera es compensada con la relajación del cabo proximal mediante una anteversión de la pelvis que arrastra la zona lumbar hacia la extensión. Por tanto, todo mecanismo que intente aumentar el estiramiento a través de la anteversión de la pelvis corre el riesgo de llevar la columna lumbar a posiciones forzadas de extensión, mantenidas con una intensidad y un brazo de palancas muy elevados, lo que, en definitiva, puede conducir al deportista a sufrir un síndrome de compresión facetaria y/o inestabilidades segmentarias lumbares. A más hipertonía y acortamiento del recto anterior y/o más inestabilidad de los segmentos lumbares, mayor posibilidad de efectos adversos en nuestro tratamiento. En lugar de estabilizar un segmento lumbar hi- Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. C. Hidalgo García P. Herrero Gallego E. Estébanez de Miguel S. Caudevilla Polo G. Fernández Gentsch R. Giner Nicolás Autoestiramiento en la cadera: influencia de los factores biomecánicos sobre la salud del deportista permóvil, elongamos y estresamos sus estructuras. Además, el rango de movimiento ganado no se produce mayoritariamente a través de la estructura diana, sino de las adyacentes, por lo que además de no ser específicos en el estiramiento se corre el riesgo de lesionar a estas últimas. Por ejemplo, la postura mostrada en la figura 4 puede llegar a ser realizada correctamente si el deportista realiza un trabajo adecuado de estabilización de la zona lumbar y evita la anteversión de la pelvis. Otro de los fallos que más frecuentemente podemos observar es que la toma que lleva la rodilla a flexión se realiza caudal a los maléolos, por lo que se interpone la articulación del tobillo, pudiendo llegar a producir un estiramiento excesivo de sus estructuras capsuloligamentarias y/o neurales. Los movimientos de extensión de cadera y flexión de rodilla ponen en tensión el nervio femoral, pero esta tensión aumenta si se elonga el nervio safeno a través de la flexión dorsal/plantar18 de tobillo. ¿Por qué mover el tobillo para estirar el recto anterior? Por tanto, como ya se ha expuesto previamente, si el objetivo es el autoestiramiento del recto femoral, debemos evitar la puesta en tensión de otras estructuras. Por esta razón se debería movilizar a través de una toma sobre la pierna y no sobre el pie o tobillo. El fisioterapeuta debe aleccionar al paciente a autovalorar la especificidad del autoestiramiento. El paciente debe detener cualquier autoestiramiento del recto femoral si el movimiento del tobillo aumenta los síntomas sentidos durante el procedimiento. Además, el fisioterapeuta debe enseñar al deportista a identificar cuáles son las sensaciones indicadas y contraindicadas durante el autoestiramiento. Está indicada una sensación de tensión entre la espina ilíaca anteroinferior y las inserciones distales en la tuberosidad anterior de la tibia que no aumente con el movimiento del tobillo. Asimismo, dicha tensión debería disminuir con el tiempo si se mantiene el estiramiento estático24 o permitir una ganancia de movimiento con las técnicas neuromusculares de contracción-relajación o el mantenimiento del estiramiento estático25,26. El autoestiramiento mostrado27 en la figura 5 presenta la ventaja de poder estabilizar el origen del recto anterior contra la camilla, permitiendo una mayor especificidad. Además, la colocación de la cadera izquierda en flexión permite estabilizar la columna lumbar en una posición neutra (al llevar el ilíaco izquierdo a posterior, los ligamentos sacroilíacos incrementan su tensión conforme el ilíaco derecho es anteriorizado por el movimiento de autoestiramiento), lo que incrementa la especificidad del estiramiento. Como se observa en la figura, el deportista ata una cuerda inelástica craneal a los maléolos para evitar estresar tanto las estructuras capsuloligamentarias como el tejido neural (nervio femoral). Este autoestiramiento estaría contraindicado en todo paciente con inestabilidad o irritación de los ligamentos sacroilíacos como ocurre en pacientes con espondilitis anquilosante en fase aguda. El autoestiramiento mostrado en la figura 626 permite una buena estabilización de la columna lumbar en posición neutra, limitando el movimiento de la pelvis Fig. 5. Autoestiramiento sugerido para el recto femoral. Fig. 6. Autoestiramiento sugerido para el recto femoral. Fisioterapia 2008;30(2):87-95 93 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 94 C. Hidalgo García P. Herrero Gallego E. Estébanez de Miguel S. Caudevilla Polo G. Fernández Gentsch R. Giner Nicolás Autoestiramiento en la cadera: influencia de los factores biomecánicos sobre la salud del deportista hacia la anteversión. Para realizar este autoestiramiento es conveniente que el paciente esté estable (utilización de una silla de apoyo) y que coloque un cojín bajo la rótula de apoyo. En aquellos casos en que el deportista presente sensibilidad a la compresión directa sobre la rótula, este autoestiramiento puede ser sustituido por el anterior. Para llevar a cabo el autoestiramiento, el deportista se arrodilla con la pierna derecha sobre un cojín y adelanta el talón izquierdo. La mano izquierda se apoya sobre una silla para descargar la zona lumbar y la rodilla y para poder mantener el equilibrio. La mano derecha sujeta el tobillo derecho, evitando que la pelvis se gire hacia la derecha o se origine una hiperlordosis. Se le indica al paciente que vuelque la pelvis hacia atrás como un perro que encoge la cola y que eleve la parte inferior del vientre en dirección al ombligo. El estiramiento se produce al deslizar el talón izquierdo hacia delante mientras se flexiona la rodilla derecha manteniendo durante todo el procedimiento la retroversión de la pelvis izquierda, de manera que pueda percibir la tensión de los músculos de la cara anterior del muslo derecho. La sensación de estiramiento muscular debe notarse claramente. Hay que mantener el estiramiento entre 15 s y 1 min o más, aunque la bibliografía estima un tiempo óptimo de 30 s28. Algunos de los fallos más comunes que pueden observarse en la ejecución son: aparición de hiperlordosis, insuficiente extensión de la cadera derecha, rotación de la pelvis hacia la derecha, inclinación lateral de la espalda a nivel lumbar y la carga excesiva de peso sobre la rodilla derecha. En este autoestiramiento, a diferencia de lo explicado en el de los isquiotibiales, cuando se solicitaba al deportista que realizase una contracción de los antagonistas en el final del rango de estiramiento, no se solicita la contracción de los isquiotibiales por el riesgo de producir calambres. CONCLUSIONES A la hora de instruir al deportista en la práctica de autoestiramientos el fisioterapeuta debe necesariamente reflexionar sobre qué procedimientos son más seguros y específicos para el deportista. Además, el fisioterapeuta debe evaluar biomecánicamente el estado actual de las estructuras articulares y neurales para focalizar el efecto sobre el segmento que tratar y evitar efectos adversos sobre otras estructuras. Durante el autoestiramiento de la cadera, se debería controlar la progresiva separación del origen e inserción de la musculatura que se va a estirar vigilando continuamente la sintomatología producida durante el mismo. En el caso de los músculos isquiotibial y recto anterior, el mantenimiento de la anteversión y retroversión de la pelvis es fundamental para asegurar la especificidad del procedimiento. BIBLIOGRAFÍA 1. Nonaka H, Mita K, Watakabe M, Akatabi K, Suzuki N, Okuwa T, et al. Age-related changes in the interactive mobility of the hip and knee joints. Gait Posture. 2002;15:236-43. 2. Kaltenborn FM. Fisioterapia manual: extremidades. Madrid: McGraw-Hill/Interamericana; 2004. 3. Kapandji AI. Fisiología articular: miembro inferior. 5.ª ed. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 1997. 4. Liemohn W. Exercise prescription and the back. USA: McGrawHill; 2001. 5. Nordin M, Frankel V. Biomecánica básica del sistema musculoesquelético. Madrid: McGraw-Hill/Interamericana; 2004. Fisioterapia 2008;30(2):87-95 6. Link CS, Nicholson GC, Shaddeau SA, Birch R, Gossman MR. Lumbar curvature in standing and sitting in two types of chairs: relationship of hamstring and hip flexor muscle length. 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